Martín Cruz

Pórtico III: fogonazos de ficción en ingeniería

Entre el 31 de marzo y el 1º de abril tuvo lugar Pórtico – Encuentro de Ciencia Ficción III. Allí estuvimos. No pudimos estar todo el tiempo en todas partes: solo hubiese sido posible vía teleportación disfrutar de todas las maravillas ofrecidas durante esos dos hiperactivos días en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. ¿Lo mejor? Imposible de resumir: deberás leer. Pero fue un evento tan primoroso que organizadores y participantes, en años venideros, no dudarán en redoblar la apuesta.

PORTICO-home

Por Alejandro Agostinelli

Solo en un encuentro de ciencia ficción argentino un asistente puede dedicar a otro un “Que la Fuerza te acompañe” con la tranquilidad de que el otro contestará “Larga vida y prosperidad”. La Grieta no corre en Pórtico. Esa buena onda puede parecer una paradoja, tratándose de fanáticos: al contrario de lo que sucede allá afuera, nerds, geeks, frikis y steampunks que forman parte del fandom criollo de la ciencia en envase fantástico, cada rincón es alcanzado por torrentes de camaradería, risas y reciprocidad. Es más, entre verdaderos aficionados a la ciencia ficción la contienda Star Wars vs. Star Trek no solo es bastante pavota sino que, si hubiese distintas opiniones, éstas nunca se van a dirimir pelando sables de luz o fásers.

Durante dos días, el solícito equipo de organizadores, enfundados en unas simpáticas tricotas que los identificaban como Overlords o Minions, corrieron de aquí para allá asegurándose de que los visitantes estuviéramos cómodos, que a los disertantes no les faltara nada (público, por ejemplo, ya que había mucho para disfrutar) y para reordenar las charlas ante los faltazos de último momento.

conversaciones-con-capannaLo que no podía faltar fue el homenaje a Carlos Gardini, fallecido el 1º de marzo pasado. El deceso de uno de los más reconocidos escritores y traductores del género en la Argentina fue un baldazo de agua helada. Gardini ganó importantes premios, uno de ellos con un jurado integrado por Jorge Luis Borges y José Donoso. Quienes no leyeron “Fábulas invernales”, “Vórtice” o “Sinfonía cero”, aún recuerdan sus críticas en la legendaria revista de ciencia ficción argentina El Péndulo. Apesadumbrado por la pérdida de su gran amigo, Pablo Capanna se excusó de venir a la presentación del libro donde el periodista Marcelo Acevedo reúne las conversaciones que mantuvo con el autor de la precoz «El sentido de la ciencia ficción» (1966).

Las estrellas de la movida fueron tres sonrientes chifladas por la ciencia, el arte y la ficción, fáciles de reconocer por sus raros peinados de colores y sus serviciales despliegues coreográficos para asistir a los concurrentes: Chinchiya Arrakena, Sofi När Luin Snow y Najla Noor. Ellas hicieron casi todo y además, cuando correspondía, se ocuparon de dirigir la mirada a los artistas -cosplays, bailarinas, cantantes, músicos- quienes contribuyeron a que Pórtico tuviera una dimensión diferente a la de un congreso, que no lo fue, o una Comicon minimalista, que tampoco. A ellas se les ocurrió trazar una línea azul para llegar a la Salón Millenium Falcon y otra roja, para dirigirse a la Sala Enterprise. Tuvieron la idea de convocar a María José Liuzzi para que cante la ópera que interpreta «la Diva» en la película de Luc Besson, «El quinto elemento» (1997) y «Rocketman» (el clásico de Elton John y Bernie Taupin). O de convocar a una profesora de artes plásticas para un “Taller de caligrafía extraterrestre”, así los chicos recortaban y adornaban palabras con diseños estrambóticos mientras los padres chusmeaban revistas, libros o asistían a alguna conferencia. Ah: cuando entramos a ese taller con el amigo Patricio G. Bazán (con quien evidentemente esperábamos otra cosa), la seño estuvo a punto de endosarnos tijera, plasticola y cartulina: debimos ostentar carné de prensa para emprender retirada sin causar daños colaterales.

UNA STEAMPUNK CRIOLLA
Pórtico también mostró el tráiler de “Distopía: Argentia”, la primera serie steampunk realizada para la web en la región. La iniciativa fue de un cazador de sueños, Martín Cruz, y su socio, Guillermo Tellerchea, director y a su vez creador de los efectos de la serie, un proyecto que avanza a medida que recibe el apoyo de los fans por medio de crowdfunding.

Esta original serie de ciencia ficción hecha en la Argentina contará con tres módulos de seis capítulos de diez minutos cada uno. Como en «El Eternauta», Buenos Aires es transformada… pero no destruida por una invasión alienígena sino convulsionada por un inesperado bucle del Tiempo, que es Otro Tiempo, a resultas de lo cual los guionistas desgranarán una ucronía retrofuturista donde la Guerra de la Triple Alianza (entre la Argentina, Paraguay y Brasil) devino en una guerra interminable que obligará al presidente de la Nación, Bartolomé Mitre, mandar a buscar al Mariscal Bandervere, un héroe de guerra retirado a quien convocan para comandar a su antigua nave, Argentia, para poner fin al conflicto.

Martín Cruz
Martín Cruz, guionista y protagonista de la saga.

En una presentación que colmó la sala de bote a bote, Cruz y Tellerchea exhortaron al público a sostener el proyecto aportando dinero a través de la plataforma Ideame, explicaron el proceso de realización, que comenzó como un “lo atamo’ con alambre”, y cómo fue que la cosa se disparó, aparecieron los primeros recursos y la colaboración de los integrantes de la Asociación Argentina de Steampunk, quienes pusieron el cuerpo como extras, prestaron sus artefactos o ayudaron en tareas varias. La serie, explicó Tellerchea, es totalmente autogestionada: “La hacemos en nuestro tiempo libre, cuando salimos del trabajo”. Cruz no solo es coautor del guión sino que su primer brote de fervor lo volcó confeccionando utilerías de lo más convincentes, como la ortopedia mecánica que sostiene su brazo o la estructura mixta de su prótesis ocular.

En Pórtico quedamos boquiabiertos por la calidad del tráiler, muy alta por tratarse de un proyecto que no cuenta con ningún apoyo institucional. ¡Enhorabuena! ¿La querés ver? A ponerse: gracias a tu aporte, te aseguras una butaca especial y te llevás un premio.

Catorce personas estuvimos en la presentación de “Conversaciones con Pablo Capanna”, del periodista Marcelo Acevedo. Conté a los asistentes porque éramos tan poquitos, y es tan importante ese libro, que recoge aspectos biográficos, gustos, reflexiones e impresiones de nuestro amigo Pablo Capanna sobre el panorama de la ciencia ficción argentina e internacional, que me impuse el compromiso de difundir este trabajo indispensable dedicado al pensamiento del gran ensayista y teórico argentino de la ciencia ficción.

Andrés Dragowski presentó una gran ponencia que, con el permiso de Pórtico, me gustaría compartir con los lectores de Factor: “Historia y ciencia ficción, una lectura sobre los bordes de nuestras cosmogonías en 2001: Odisea del espacio”. Un trabajo deslumbrante porque, a estas alturas, no es fácil aportar algo nuevo sobre un film canónico y mucho menos conseguirlo.

YO SOY TU PADRE (Y TU MADRE TAMBIÉN)
Una mesa redonda coordinada por Chinchiya Arrakena captó la atención de un auditorio más poblado esta vez. Tema: el Mal en la ciencia ficción, la fantasía y el terror.

Chinchiya llegó disfrazada de Hiedra Venenosa o Poison Ivy. “Elegí este personaje para reivindicarla. Ella es científica y conoce las plantas, sus propiedades y toxinas. Es traicionada, usada para experimentar y luego tratada de ‘loca’ por ser ecologista. Ella solo quiere un mundo verde. No tiene el perfil típico del villano: tiene compasión por Harley Quinn y la cuida y la cura, ayudándola a salir de la relación enfermiza con el Guasón. Comete la peor transgresión: ser inteligente, compasiva y seductora al mismo tiempo”, explicó.

La atmósfera en Planeta Pórtico está impregnada de perfume de mujer. Laura Ponce, directora de la revista Próxima y dueña de Ediciones Ayarmanot, enmarcó el abordaje del Mal desde lo fantástico y anotó que, desde la New Wave para acá, ya no es bidimensional. Ya había tomado carrera en una charla anterior, más sinóptica, sobre los villanos en la ciencia ficción, donde definió que hasta las malas redimidas buscan seducir al héroe (los prejuicios machistas también afectan a la ciencia ficción). Dio definiciones categóricas que prueban su amplio conocimiento del tema: a sus sentencias no te queda otra que clavarles el visto.

Néstor Darío Figueiras, músico y autor de «El cerrojo del mundo está en Butteler» (2016), entre otras recopilaciones de sus cuentos, argumentó cómo el Mal en la ciencia ficción viró desde la Era de Oro (cuando el villano no era protagonista sino una excusa para ver al héroe rescatar a la chica) hasta la actualidad, desde un Darth Vader que se devora a todos los buenos que tiene alrededor hasta las complejas entidades creadas por Philip K. Dick o los vampiros ni buenos ni malos de “The Strain” (2014), la serie basada en las novelas de la «Trilogía de la Oscuridad» de Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Figueiras, un gran escritor, profesa la fe evangélica. Dijo que algunos devotos quedan espantados con sus monstruos. “La fe se alimenta de la duda”, apunta, porque “mi fe me permite jugar con lo que creo”. Hablar del Mal es hablar de nosotros. “¿De qué los disfrazo para seguir hablando de nosotros mismos?”. El malo sin su cáscara, sigue, es temeroso. “¡Somos nosotros!”, redondea. Cada uno, aclara Néstor, exorciza los demonios que puede: “Los héroes de Dick siempre huyen del Mal Absoluto, algo de lo que escapar es casi imposible”.

Por último, la narradora Claudia Cortalezzi recordó que durante la presentación de un poemario durante las pasadas celebraciones por el Día de la Memoria quedó conmovida por el dolor antiguo que percibió en la pareja de un desaparecido. La conversación derivó en el Mal en el Otro, en el criminal incapaz de reconocer la omnipresencia del Mal en sus propias acciones -teniendo en vista que la ciencia ficción facilita a la imaginación herramientas que otros géneros nunca podrían utilizar. Figueiras citó la serie «Lilith’s Brood» (o trilogía Xenogénesis) de la escritora norteamericana Octavia Butler (1947 -2006), donde unos extraterrestres con una estructura muy compleja como para confinar su moral en compartimentos simplistas sobreviven a un viaje al infinito y Más Allá, donde es fácil confundir el Mal con lo inconmensurablemente desconocido.

Los conferencistas, autores y panelistas en debates fueron tantos que a nadie le pudo resultar posible asistir ni al 30 por ciento de todas las actividades. En otras participaron Analía Pinto, Nicolás Viglietti, Ale Decurgez, Lucía Soledad Vazquez, Grendel Bellarousse, Pablo Martínez Burkett, Hernan Dominguez Nimo, Daniel Lanark, Rol Con, Vivi Albamonte, Martin Casatti, Carlos Feinstein, Ricardo Giorno, Sergio Bonomo, Germán Amatto, Néstor Toledo, Ale Molina, Carlos E. Ferro, y las editoras Mariana Kruk y Sole Blanco, de Peces de Ciudad Editores.

El cierre fue un show que preparó el multitask Figueiras con una banda armada para la ocasión: Verne XXI.

No iba a decir ni pío sobre otro asunto para no arruinar este dechado de armonía, pero no lo puedo aguantar: sepan que también dio la nota el inflamado ego de algún ponente a quien, cuando presentó su libro, se debió sentir Asimov. Su amor a sí mismo era inconmensurable y a lo mejor a él le hace bien, pero a mí me dejó sin ganas de leerlo.

A SACARLE PUNTA AL FÁSER
En años recientes, el evento más destacado sobre el género en Buenos Aires fue el I Encuentro Internacional de Literatura Fantástica, organizado por el Departamento de Letras de la UBA y la Biblioteca Nacional, del 9 al 13 de mayo de 2014. Ojalá nos equivoquemos, pero quizá no tendrá continuidad. El colectivo Pórtico no solo trajo sangre joven, por la garra se advierte que, además, aterrizó para quedarse y multiplicarse. En su tercer año, demostró talento para escoger temas atractivos, gran capacidad organizativa y una coraza que vuelve a cualquier cosa indestructible: los que participan son amigos con muchas ganas de seguir viéndose las caras. Al Encuentro le falta, quizá, movilizar más a los amantes del género (convocados a hacer aportes financieros desde Ideame) y reclutar auspiciantes que permitan traer a visitantes indispensables a estas alturas del siglo. Pienso en Pablo Capanna, Luis Sagasti, Alejandro Alonso, Eduardo Carletti, Luis Pestarini y Soledad Quereilhac y a muchos otros grandes escritores que han explorado el género, por citar algunos: Pedro Mairal, Leo OyolaDaniel Riera, Saurio y Juan Terranova.

NOTA: Marcelo Acevedo regaló un ejemplar de «Conversaciones con Pablo Capanna» a los lectores de Factor. En breve lo sortearemos entre quienes siguen nuestro muro en Facebook.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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