El astronauta más gordo del universo

Juan Terranova (Buenos Aires, 1975) es un escritor fascinante. Vuelve interesante cualquier cosa sobre la cual escriba, aunque el tema parezca intrascendente. Es capaz de exponerse sin temor al qué dirán y escribir a partir del primer pensamiento impropio que se le ocurra sobre una mujer enojada por un piropo o alcanzar el arrobamiento místico si su tesis es sobre los peregrinos que viajan a Salta a conocer a María Livia, la mediadora con la Virgen del Cerro. En suma: ha reunido sus ficciones, críticas y crónicas en un mismo acto provocador sin transformar su goce en un tic. Quizá por eso, cuando clavó sus ojos ante el retrato de Bob Johnson supo exactamente lo que tenía que hacer.

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Por Juan Terranova

Bob Johnson fue el primer astronauta con problemas de obesidad. Durante el despegue, los operadores de la NASA lo monitorearon con cuidado temiendo golpes de presión, calambres u otras complicaciones. Pero el gordo Bob llegó sin inconvenientes a Geminis Doce, la estación espacial que lo recibió con alegría y curiosidad. Por su traje blanco y brillante enseguida se ganó el apodo de “Moby Dick”, pero para no tentar a la suerte Bob no lo usó para salir de la estación. Solamente se lo ponía en lo momentos en que el protocolo lo requería. ¿Cómo llegaron los 168 kilos de Bob al espacio? Bueno, no es tan difícil de entender. Los viajes eran cada vez más rutinarios y la democratización de los programas espaciales se había consolidado en base a un acuerdo general de cooperación entre naciones. Lo que vino después resulta conocido. Astronautas mujeres. Astronautas negros. Astronautas de países sin carrera espacial. Astronautas de países pobres. Largo etcétera. Y, desde luego, nunca hubo problemas. Pero cuando la Asociación de Personas Gordas y Obesas de los Estados Unidos empezó a ejercer presión, la NASA reaccionó mal y quedó expuesta. No se podía. Pero, ¿no habían dicho ellos, esos funcionarios delgados y atléticos, que el espacio ya era seguro para todos? La controversia ganó estado público. La NASA volvió a equivocarse promoviendo programas de nutrición y comprando espacio en la web donde se veían civiles y militares entrenando sus cuerpos fibrosos y bien alimentados. Luego dijeron: “Los astronautas deben estar saludables física y mentalmente.” Y perdieron. Al año el buen Bob despegaba después de fallar en todos los tests de aptitud que involucraran su voluminoso cuerpo. La NASA quería subirlo y bajarlo sin mayores noticias. Pero otra vez la historia volvió a girar y el gran público, que había perdido interés en los viajes orbitales, amó al gordo Bob. El comienzo de la popularidad se dio cuando el canal de la Geminis Doce, que jugaba un poco al reality show, lo sacó en vivo diciendo que la comida espacial era una mierda y encima las porciones le parecían ridículamente chicas, y que todo eso le recordaba su vida sexual. El chiste se instaló. Bob siguió adelante en esa línea. Hizo comentarios sobre lo difícil que era cagar con gravedad cero: “La caca puede salir flotando como un globo si uno no está atento.” En Internet se podían ver la reacción de sus compañeros conteniendo la risa. A veces estaban atrás de él en el plano que tomaba la pequeña cámara de la nave y movían la cabeza diciendo que no, pero siempre sonreían. Bob también transmitió largas sesiones de trasnoche donde se emocionó contando cómo amaba a su madre y cómo había perdido a su padre, un granjero del midwest que siempre lo había apoyado en sus estudios. La NASA logró picos históricos de audiencia. Y aparte de todo eso, Bob resultó ser un excelente programador que calculó trayectorias, desfragmentó las computadoras que no se usaban y, para el tiempo en el que estuvo de visita, terminó conociendo muy bien cómo funciona casi todo el software espacial.

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Juan Terranova. Licenciado en Filosofía y Letras, ha publicado, entre otras, las novelas Los amigos soviéticos, Hiroshima, Mi nombre es Rufus, El caníbal y El vampiro argentino. Podés seguir sus cuentos sobre el espacio en su blog en Medium o leer sus ensayos en Revista Paco.

Dos meses después de haber orbitado la Tierra, los astronautas lo despidieron emocionados. Bob llegó a casa con doce kilos menos y comenzó a trabajar como presentador de programas de televisión. No le fue mal. Con la esperanza de retenerlo un poco más, la NASA le pagó un tratamiento de dieta y ejercicio que lo puso en forma. Pero Bob, que pasó a tener la cara perruna de los gordos enflaquecidos, ya no volvió al espacio. Cuando abandonó la pantalla y se convirtió en productor de contenidos multimedia dejó una frase para la posteridad: “Ser gordo es una mierda. Es estar enfermo. Pero incluso los gordos y los enfermos necesitan amor.”

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(*) Terranova tomó la imagen de Latin Works, agencia a la que una Liga contra la Obesidad dedicó en 2015 una campaña a cómo esta condición impide a las personas perseguir sus sueños.

El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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