El libro de Lue Elizondo es un híbrido incómodo entre autobiografía y libro sobre ovnis

“Inminente”, entre la autobiografía exhibicionista y el libro sobre ovnis, sin revelaciones

«Una espera larga para una decepción demasiado profunda», dice el ufólogo clásico. «La ausencia de evidencias significa que hasta él (Luis Elizondo) está amordazado», responde el conspiranoico. «Otro poco de la misma basura reciclada desde hace décadas», asegura el escéptico. Entre las diversas reacciones al libro de Elizondo, en el que iba a arriesgar sus últimas chirolas de prestigio, hallamos expresiones de estupor ante sus previsibles errores y un resumidero de tópicos de la ufología clásica sin fundamento. Por esta razón, el escritor, editor y crítico especializado Jason Colavito optó por evaluar el libro como un ensayo autobiográfico y por su desarrollo argumentativo. Lo que encontró fue un himno onanista a su propia carrera, que osciló entre su rol como verdugo en Guantánamo, su pasión acrítica por los ovnis y la visión remota, y una «salida heroica» del Pentágono con graves promesas pero sin revelación alguna, regalando a la tribuna titulares gancho para mantener la atención y un único éxito: lograr aliados para poner el plativolismo en la agenda en 2017. En realidad, tuvo un segundo éxito: un fabuloso contrato editorial. Elizondo escribió un libro incómodo, donde mezcla un tono bromista con la hipótesis de que los ovnis podrían ser «una amenaza mundial». En esta nota, Colavito consiguió poner su cabeza sobre el mantel y dibujar a su alrededor un cero redondo como un plato volador.

Por Jason Colavito *

Imágenes ilustrativas en IA: Twitter

INMINENTE: DENTRO DE LA BÚSQUEDA DE OVNIS EN EL PENTÁGONO. Por Luis Elizondo | William Morrow | Agosto 2024 | 304 páginas | $29.99.

Las memorias, como género literario, se sitúan en algún punto entre la autobiografía y la escritura creativa, sacrificando a menudo la estricta precisión en aras de verdades emocionales más profundas. En el mejor de los casos, las memorias pueden revelar la vida interior detrás de la fachada de un individuo. Unas buenas memorias son profundas y revelan los secretos más íntimos y las partes oscuras del alma que hacen de una persona quien es. Unas malas memorias son un ejercicio de auto-engrandecimiento que suplica al lector que esté de acuerdo con la grandeza del autor. Inminent, de Luis “Lue” Elizondo, no es una buena memoria. Otros analizarán sus fundamentos factuales (nada en el libro calificaría como evidencia científica) y someterán su aluvión de folklore ovni a un escrutinio específico, pero yo quiero hablar de su libro como una obra literaria y de cómo falla tanto como arte como pieza de propaganda ovni persuasiva.

Imminent es un híbrido incómodo entre autobiografía y libro sobre ovnis estándar. Un poco más de la mitad del libro trata del viaje profesional de Lue Elizondo desde el ejército hasta la comunidad de inteligencia, luego al History Channel, hasta convertirse en “personalidad mediática”, como ahora lo describe su editor. Hay algo de material sobre la infancia de Elizondo y una confesión extrañamente orgullosa de que, como “zar de la tortura” en la bahía de Guantánamo, cometió lo que suena mucho a crímenes de guerra, pero casi nada sobre su vida más allá de lo paranormal y los ovnis. Uno tiene la impresión de que no hay mucho que contar. Un poco menos de la mitad es folklore ovni reciclado, incluyendo resúmenes de casos familiares y una descripción de los diversos actores que conforman el pequeño grupo de creyentes a los que la actual oficina ovni del Pentágono, AARO, culpó de fomentar una histeria ovni injustificada. Las dos partes del libro encajan de manera incómoda, no necesariamente porque no estén relacionadas, sino porque están entrelazadas de manera poco artística y sin consideración por el flujo narrativo. La tonta decisión de utilizar gruesas barras grises para ocultar partes del libro que el Pentágono censuró (principalmente ubicaciones de edificios y nombres de funcionarios), en vez de editarlas, le da al libro un aire juvenil.

El libro comienza con el amigo de Elizondo, Christopher Mellon, alabándolo como un «gran hombre» de la historia y elogiando a los extraterrestres en términos que ponen en discusión su juicio crítico y cómo se le confió alguna vez un cargo de autoridad gubernamental. Luego, Elizondo retoma la narrativa con un relato aproximadamente cronológico de su juventud intercalado con material sobre su adoctrinamiento en el culto ovni a manos de Harold «Hal» Puthoff. (La adoración que Elizondo profesa a Puthoff, un partidario de Uri Geller que no logró distinguir entre los desechos industriales terrenales y los metamateriales extraterrestres avanzados, raya en la adulación.) Estos primeros capítulos son una mezcla incómoda de autobiografía y polémica, que entran y salen del orden cronológico aparentemente al azar y ocasionalmente se detienen para ofrecer resúmenes breves de famosos incidentes ovni.

A lo largo de estos capítulos, ciertos temas se repiten. Elizondo describe su vergüenza por no ser visto como tradicionalmente masculino, su humillación a manos de matones que lo atacaron por su falta de masculinidad y su intenso deseo de congraciarse con grupos de hombres que percibía como más inteligentes, más duros o más varoniles que él. Desafortunadamente, a pesar de describir su acoso y odio a los acosadores una y otra vez, Elizondo carece de la autorreflexión necesaria para considerar cómo incidentes de su juventud que considera formativos moldearon su personalidad y su impulso más allá de empujarlo a ingresar al JROTC (Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva Juvenil), donde dice que encontró «protección». Tampoco reflexiona sobre el contraste entre el joven afeminado con ropa elegante que dice haber sido alguna vez y la actuación híper-masculina que ahora logra, o entre su profesado odio hacia aquellos matones y su propio comportamiento adulto, particularmente en las redes sociales.

Esta falta de comprensión profunda le da a sus memorias un aire superficial. Avanzamos rápidamente a través de veinticinco capítulos que deberían estar llenos de perspicacia y revelación, pero no aprenderemos mucho más sobre Elizondo, que nunca se cansa de exaltar su propia grandeza. En su relato, él es el punto de apoyo alrededor del cual gira el Pentágono, tratándose de vos a vos con todos los personajes importantes, hasta el Secretario de Defensa, quienes siguen cuidadosamente cada uno de sus movimientos. Y, sin embargo, estos poderosos actores también lo están empoderando para explorar el mundo paranormal de los platillos volantes y los demonios espaciales mientras mienten al público y trabajan para asegurarse de que nadie, incluido Elizondo, sepa nada al respecto. Elizondo describe al Pentágono como un departamento plagado de arriba a abajo por personas inestables que se creen guerreros espirituales que enfretan una marea de una invasión literal de demonios. Todo es muy confuso si no sos parte de la comunidad insular de ovnis para quienes la Élite Collins (presunto grupo secreto oficial que considera a los ovnis demonios) y el Colegio Invisible son tan familiares como el Equipo SEAL Seis (Grupo Naval de Actividades Bélicas Especiales de Estados Unidos).

Elizondo nos lleva a través de su carrera en el Pentágono (después de su paso como especialista en tortura), desde su reclutamiento para servir como «vidente remoto» usando poderes psíquicos para atacar a distancia a los enemigos de Estados Unidos. Nos cuenta sobre su tiempo en AAWSAP investigando los «misterios» sobrenaturales de Skinwalker Ranch y su esfuerzo clandestino por usar recursos del gobierno para cazar ovnis después de que AAWSAP terminara. En el último tercio del libro relata la narrativa familiar de cómo conspiró con Chris Mellon para sacar de contrabando tres supuestos videos de ovnis del Pentágono y renunciar dramáticamente al Departamento de Defensa para poder unirse a la compañía de infoentretenimiento ovni del rockero de Blink-182, Tom DeLonge, y lanzarla como una historia del New York Times, que da un relato semi-ficticio de su caza de ovnis. Elizondo aquí se muestra como un héroe, eludiendo cualquier cuestión ética o legal y presentándose como el denunciante ovni más importante de la historia humana, un revelador de conocimiento similar al patriarca bíblico Enoc, a quien también menciona en su libro, junto con los amigos de Enoc, los Nephilim y los Vigilantes.

Todos tus amigos ovni favoritos están aquí, desde Jacques Vallée hasta Robert Bigelow y Tom DeLonge, y Elizondo parece ciego al retrato que pintó de un pequeño grupo de verdaderos creyentes que llevan al gobierno por un precipicio con sus afirmaciones insulares, tan fantásticas como carentes de evidencia, exactamente como dijo AARO. Cuando Elizondo dice que cree en cosas extrañas porque confía ciegamente en los ufólogos que ve como más inteligentes y poderosos que él, eso resume prácticamente todo su libro.

El libro concluye con unos pocos capítulos sobre acontecimientos más recientes en los que Elizondo se presenta como la fuerza impulsora detrás del Congreso para legislar las fantasías ovni. Después de años de afirmar que el Congreso actuaba independientemente de él y que solo tenía un contacto superficial con los legisladores, ahora se describe a sí mismo como si él, casi sin ayuda de nadie, apuntó a los legisladores, convenciéndolos de la amenaza alienígena y ayudarlos a redactar la legislación. Todos tus fanáticos ovni favoritos están aquí, reconocidos en los agradecimientos y discutidos en el texto: Elizondo los reclama a todos como «amigos», colegas cercanos y ayudantes, incluidos a tres (Leslie Kean, Ralph Blumenthal y Ross Coulthart) que también pretenden estar cubriéndolo objetivamente para los principales medios de comunicación, algo que el New York Times y NewsNation nunca deberían permitir por obvias razones éticas.

Pero lo que más me impactó antes que los hechos trillados y la falta de algo parecido a una evidencia tangible fue el tono tremendamente ineficaz que despliega Elizondo. En un libro supuestamente diseñado para servir como advertencia sobre una amenaza cósmica, el tono es jocoso, coloquial e informal. En algunos lugares, hay bromas. Elizondo nunca transmite la gravedad de la amenaza que dice ver, ni describe a las personas que investigan a los extraterrestres como seres serios y sombríos en su grave tarea. Todo son sonrisas, risas y bromas mientras un loco tras otro aparece, insinuando que conoce secretos horribles y luego juega pequeños juegos tímidos para evitar decir algo sólido. Elizondo claramente quiere que pienses en él y sus amigos como tus compañeros. Eso puede ser bueno para los negocios si tu negocio es ser una «personalidad de los medios», pero le quita peso a los eventos. Yo habría escrito unas memorias mucho más serias, con un enfoque más agudo y un tono más oscuro.

Tal como está escrito, Inminent no está a la altura de su título. Nunca resulta crudo, inmediato o importante. El lenguaje de Elizondo, aunque útil, es insípido. Su libro nunca construye fuerza narrativa, abandonando con frecuencia el poco impulso que Elizondo genera para hacer una pausa en largas digresiones hacia especulaciones interdimensionales fantásticas e historias enlatadas de cuentos ovni gastados. Es francamente desconcertante.

Independientemente de mis sentimientos sobre la verdad de las afirmaciones de Elizondo, hay una historia real que podría haberse contado a partir de esto. Una mano editorial más fuerte podría haber dado forma a una narrativa poderosa al confiar en la emoción y el drama de la búsqueda de «revelación» de Elizondo en ausencia de algo parecido a los hechos. En cambio, tenemos una producción amateur semejante a un correo electrónico de phishing lleno de errores, convincente solo para aquellos desesperados por creer. Es mucho menos informativo que otra autobiografía con investigación sobre ovnis de un ex empleado del gobierno, el «Informe sobre Objetos Voladores No Identificados» del capitán Edward J. Ruppelt, que era más serio, más perspicaz y tenía mejor evidencia, en 1956.

En un nivel más técnico, el libro parece producido apresuradamente y mal editado. Algunos materiales aparecen más de una vez, a veces en la misma página. Elizondo intenta ocultar las identidades de algunas personas, presumiblemente por razones de privacidad o seguridad, aunque aparecen con sus nombres reales en los agradecimientos. No es de extrañar que William Morrow, el editor de Elizondo, se negara a poner el libro a disposición para su revisión antes de la publicación. No es el mejor trabajo de nadie, pero no tiene por qué serlo. Se venderá sin importar qué trae a los creyentes que solo quieren que se les diga lo que creen que ya saben. El pensamiento crítico solo se interpondría en el camino.

FUENTE: Imminent by Luis Elizondo / Blog de Jason Colavito

Jason Colavito  es un autor y editor radicado en Nueva York. Escribió, entre otros libros, The Cult of Alien Gods: HP Lovecraft and Extraterrestrial Pop Culture  (Prometheus Books, 2005) y  The Mound Builder Myth  (Oklahoma University Press, 2020). Es reconocido internacionalmente por académicos, teóricos literarios y científicos por su exploración de las conexiones entre la historia, la ciencia y la cultura pop. Su trabajo examina la forma en que los seres humanos crean y emplean lo sobrenatural para alterar y comprender nuestra realidad y nuestro mundo. Su libro  The Legends of the Pyramids se publicará en agosto. Más sobre el autor.

CALIFICACIÓN: 1 meñique fracturado: pésimo. 1 meñique: malo. 2 meñiques: regular. 3 meñiques: bueno. 4 meñiques: muy bueno. 5 meñiques: excelente.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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