Sin casos irresueltos contundentes ni alienígenas, el Pentágono reinicia las investigaciones sobre ovnis (*)

(*) Que antes fueron platos voladores y hoy reciben la elegante denominación de Unidentified Aerial Phenomena (UAPs) o Fenómenos Aéreos No Identificados (FANIs).

El pasado 25 de junio de 2021, la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) del gobierno de los EE.UU. publicó un informe preliminar sobre la evaluación de Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI, en inglés UAP) donde anuncia la continuidad pública de un programa de investigación que fue secreto entre 2007 y 2012 y ahora es relanzado como Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF).

En resumen, el Grupo de Trabajo dice que “un puñado de (informes sobre) UAP parecen demostrar una tecnología avanzada” los cuales “podrían representar una amenaza”. Por eso, piden plata para seguir investigando.

El informe enumera una serie de potenciales explicaciones convencionales y parece arrojar dentro del cajón de sastre “otros” a la hipótesis extraterrestre, que nunca menciona como posibilidad.

Este post contiene un resumen comentado de Vicente-Juan Ballester Olmos, algunas reflexiones del editor y la traducción completa del informe publicado por la DNI sobre los rebautizados Unidentified Aerial Phenomena (UAP).

Por Vicente-Juan Ballester Olmos, editor de UFO FOTOCAT

El documento no clasificado publicado se describe como una “valoración preliminar” sobre los Fenómenos Aéreos No Identificados por la oficina del Director Nacional de Inteligencia (25 de junio de 2021).  El Senado de los EE.UU. solicitó se calibrara el riesgo que suponían los UAPs y el progreso realizado por el grupo de trabajo del Departamento de Defensa (UAPTF), creado para este propósito en agosto de 2020.

Diesisiete agencias norteamericanas, incluyendo los tres ejércitos, han colaborado con este informe.  La primera suposición es que “algunos UAP pueden atribuirse a anomalías en los sensores”.

El informe de 9 páginas se inicia con un resumen ejecutivo que comienza señalando que “hay un reducido número de informes con alta calidad, lo que impide sacar conclusiones firmes sobre la naturaleza o intenciones de los UAP”.  El grupo de trabajo se concentró en el estudio de informes ocurridos entre noviembre de 2004 y marzo de 2021.

Si bien «la mayoría de los UAP informados probablemente representan objetos físicos” … [y] “en un número limitado de incidentes, los UAP supuestamente parecían exhibir características de vuelo inusuales”, el informe continua afirmando que “estas observaciones podrían ser el resultado de errores de los sensores, falsificación o percepción errónea del observador y requieren un análisis riguroso adicional”.

La revisión de 144 informes insinúa: “cuando se resuelvan los incidentes individuales de UAP, se incluirán en una de cinco categorías explicativas potenciales: confusiones aéreas, fenómenos atmosféricos naturales, programas desarrollados por el gobierno o la industria estadounidense, sistemas de adversarios extranjeros y un compartimiento para Otros». Nada de extraterrestres.

Para la oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia, “los UAP plantean claramente un problema de seguridad de vuelo y pueden representar un desafío para la seguridad nacional de EE. UU.”, en contradicción con 70 años de informes ovni, sin accidentes aéreos relacionados y en la experiencia de tantos países que han desclasificado sus archivos ovni por considerar que el fenómeno no suponía un riesgo para la seguridad nacional. Sin embargo, la Inteligencia de los Estados Unidos debe tener razones para pensar que algunos UAP podrían representar «plataformas de espionaje de adversarios extranjeros… o tecnología … innovadora».

El informe enumera los pasos necesarios para un estudio sofisticado del problema, que «consume muchos recursos y requeriría una inversión adicional». Es decir, si desea que analicemos este problema, esté preparado para pagarlo. Y esto no será el Libro Azul o el Comité Condon. Por supuesto, estamos hablando de millones de dólares estadounidenses, ¡todo en nombre de la seguridad nacional!

Las principales conclusiones apuntan a “informes en gran medida no concluyentes”, sin embargo, es sorprendente la baja puntuación en la identificación de la naturaleza y el origen de los objetos.

Los investigadores del Grupo de Trabajo solo pudieron identificar un único caso con alta confianza (un globo desinflado) entre 144 (0,7%). Los demás permanecen sin explicación. Una pésima proporción de resolución de casos, considerando que el GEIPAN francés ha resuelto el 98% de los avistamientos de ovnis en los últimos 10 años. Creo que los investigadores militares de UAP deben aprender mucho de la investigación ovni.

Sin embargo, el informe supone que “surgen algunos patrones potenciales”. A pesar del hecho de que “hubo una amplia variabilidad en los informes y el conjunto de datos es actualmente demasiado limitado para permitir un análisis detallado de tendencias o patrones”, avanza que hay algunos grupos de observaciones de UAP con respecto a la forma, el tamaño y, en particular, la propulsión. Pero, vamos a ver, ¿la diversidad impide el reconocimiento de patrones o no? ¿Constantes sobre propulsión? Creo que es fruto de la imaginación de los revisores de casos, no acostumbrados a analizar las exageraciones y especulaciones de pilotos.  La única constante claramente definida es que los UAP aparecen alrededor de los campos de entrenamiento y pruebas de EE.UU. “Pero evaluamos que esto puede ser el resultado de un sesgo de recopilación”, afirma sabiamente el informe.

El informe consigna un patrón de movimiento inusual, permanencia estacionaria, movimiento contra el viento, maniobras abruptas o a una velocidad considerable, energía de radiofrecuencia asociada, aceleración, etc. Características solo aparentes, nos apresuramos a agregar, ya que, como continúa el informe, “es necesario un análisis riguroso adicional por parte de múltiples equipos o grupos de expertos técnicos para determinar la naturaleza y validez de estos datos.”

Como también hemos concluido con el análisis de los informes ovni en bruto desde 1947 a 2021, «los casos UAP documentados en este limitado conjunto de datos demuestra una variedad de comportamientos aéreos, lo que refuerza la posibilidad de que haya múltiples tipos de UAPs que requieren diferentes explicaciones». El actual estudio del Pentágono revela la falta de información suficiente en su conjunto de datos «para atribuir incidentes a explicaciones específicas». En suma, no se ha encontrado nada extraordinario.

Su base de datos incluye 11 informes de casos documentados en los que los pilotos informaron cuasi accidentes con un UAP. ¿Significa que los UAP representan una «preocupación aérea en curso»? Con un espacio aéreo lleno de objetos voladores, controlados y fuera de control, cada drone o misil puede considerarse un peligro para los aviadores. Esto carece de relación con el concepto ETI. Con respecto a los posibles desafíos de seguridad nacional, corresponde al Estado monitorear si los adversarios estadounidenses están espiando las instalaciones militares por aviones que llevan sistemas de sensores avanzados. Tampoco relacionado con la ETI.

Este informe establece:  “explicar los UAP requerirá inversión analítica, de recopilación y de recursos”, coordinación interinstitucional, estandarización de informes de incidentes en los servicios militares de EE. UU., aportes sólidos de la Administración Federal de Aviación y ampliar la recopilación de datos de áreas estándar y novedosas. El resultado final es aumentar la inversión en I + D: “La UAPTF ha indicado que la financiación adicional para investigación y desarrollo podría promover el estudio futuro de los temas expuestos en este informe. Dichas inversiones deben estar guiadas por una estrategia de recolección de UAP, una hoja de ruta técnica de I + D de UAP y un plan de programa de UAP”.

En resumen, parece que el Pentágono ha identificado una nueva área de investigación, como si no fuera algo que la Inteligencia deba perseguir regularmente de manera rutinaria. Con la atracción pública hacia los platillos volantes, los ovnis y los UAPs, la financiación está asegurada. El gobierno de EE.UU. está, nuevamente, estudiando los ovnis. Se iniciará el programa Libro Azul del siglo XXI. Los medios de comunicación se regocijarán. La comunidad científica, probablemente, un poco menos.

Aparentemente (y según Twitter), la versión clasificada de este informe tiene más de 70 páginas, 200 páginas en anexos y 14 videos que duran unos 40 minutos. (1)

Nota

(1) Laurent Chabin, comunicación a EuroUFO, 26 de junio de 2021.

El resumen que Vicente-Juan Ballester Olmos envió a la lista de correos especializada Anomalist, publicado aquí mismo con su autorización, ayuda a comentar, sin mucho preámbulo, el informe preliminar divulgado por la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) del gobierno de los EE.UU. que roza, sin nombrarlo, el arcano asunto de los ovnis. A continuación de estas reflexiones (que aprovecharé para dejar enlaces -en lo posible en castellano- con información poco accesible) incluyo la traducción completa del informe. En Comentarios se agradecerán todas las sugerencias, aportes y correcciones que permitan mejorar esta entrada, así quedan como materia de consulta para los estudiosos del tema y aficionados al platillismo de todas las vertientes.

1. Sin negar su condición de “preliminar”, estamos ante el primer pronunciamiento del gobierno de los EE.UU. sobre la cuestión de los “No identificados” en 52 años (el informe de la Universidad de Colorado, 1966-1968). De aquella investigación, basada en los casos del Proyecto Libro Azul, el ensayista e historiador de la ufología Martin Kottmeyer destacó una diferencia esencial: “La actual revisión está centrada en informes que implicaban ovnis (ahora fanis) presenciados en gran medida de primera mano por aviadores militares recogidos por medio sistemas que consideramos fiables. El corolario no declarado: NO quieren informes del público. La UAPTF evidentemente aprendió una lección de la época del Proyecto Libro Azul: evitar los casos del público en general”. El actual programa es el relanzamiento del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP) o Programa de Aplicaciones de Sistemas de Armas Aeroespaciales Avanzadas (AAWSAP), lanzado en 2007, tercerizado al ámbito civil y cancelado en 2012 por falta de resultados, cambio de prioridades o evitar un papelón (ver apartado 6).

El 28 de diciembre de 2020, al fin de su mandato, el entonces presidente Donald Trump, dentro de un plan global para paliar los daños de COVID-19, agregó un acta donde le dio un plazo de 180 días a la Dirección Nacional de Inteligencia para presentar al Comité de Inteligencia del Senado un informe sobre «Fenómenos Aéreos No Identificados» o «Vehículos Aéreos Anómalos» que «recopile y analice» posibles amenazas aeroespaciales que pongan en riesgo la seguridad de los EE.UU. Ese es el documento que estamos discutiendo.

2. Este Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF) emerge de un crescendo mediático que despegó en 2017, cuando un artículo publicado en The New York Times reveló la existencia de un programa secreto de investigación ovni (Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas, AATIP), visibilizado a instancias del ex Subsecretario de Defensa Adjunto para Inteligencia de Bill Clinton y George W. Bush, Christopher Mellon, señalado de haber facilitado a los medios al menos tres piezas de video de la Marina de los EE.UU. las cuales –más allá de su cuestionado valor probatorio– causaron impacto mediático suficiente como para forzar al Pentágono a reconocer que aquellos videos habían sido realizados por personal militar. (Se ha cuestionado el profesionalismo de dos de los autores del artículo del NYT, por referencias sobre el rigor de Leslie Kean ver este artículo de Luis Ruiz Noguez).

3. El informe que anunció el relanzamiento de un Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados por parte del Departamento de Defensa fue precedido de un clima de enorme ilusión, tanto que los ambientes platillistas esperaron «revelaciones» en un tono que osciló entre la amenaza apocalíptica y los vaticinios de la ciencia ficción. El conspiracionismo también estuvo a la orden del día.

Finalmente, el documento de la Dirección Nacional de Inteligencia fue publicado un viernes a última hora, el mejor momento para cumplir y al mismo tiempo enfriar la difusión de un tema que no interesa agitar. Esta observación neutraliza dos suposiciones sobre las consecuencias del informe, a saber: 3.1) avivar la euforia conspirativa, radicalizada en pandemia, si los anuncios reforzaban el hambre por el misterio o 3.2) avivar la euforia conspirativa, radicalizada en pandemia, si los anuncios frustraban el hambre por el misterio. Es decir, sin cortinas de humo por correr, la noticia no iba a sofocar los ánimos caldeados (medios de difusión y entusiastas en estado asambleístico): los medios ufológicos interpretaron los agujeros del documento como señales de esperanza.

El Grupo de Trabajo decidió seguir adelante bajando el perfil. La idea no fue mala, más considerando los antecedentes: estamos hablando de una iniciativa que prosperó bajo la acción combinada de un sponsor millonario, rosca política, ufófilos empoderados, medios ávidos de clics y el desconocimiento de la nueva generación de militares sobre cómo manejar la vieja agenda de los No Identificados.

HISTORY. El canal de TV que alguna vez se dedicó a la divulgación histórica presentó dos temporadas de una serie conducida por Luis Elizondo, el ex espía que afirmó haber desertado del liderazgo del programa secreto de investigación ovni que ahora parece tener ansias de celebridad social. En 2017, su espectacular pase del secretismo al prime time de la TV abrió paso a la actual iniciativa del Pentágono.

4. De un total de 144 casos de FANI, la Dirección Nacional de Inteligencia informó que sólo ha logrado explicar un caso y afirma carecer de datos suficientes o fiables para pronunciarse sobre los otros 143 casos. Se apoya en la baja calidad de los informes; bien, pero resulta que un puñado de casos estuvo muy presente en la agenda mediática y fueron muy difundidas las posibles explicaciones. ¿Puede la principal potencia del planeta no disponer de personal calificado ni de tecnologías aptas para explicar presuntos ovnis, que terminan siendo identificados sin dificultad por investigadores privados como Mike West? El enfoque del investigador de Metabunk es bastante moderno, a contraluz de los ufólogos o los escépticos de la vieja guardia. “Cada vez que aparece algo no identificado en un espacio aéreo restringido –escribe–, es un problema real que debe resolverse”.

Por lo pronto, el desglose de la investigación con los resultados provisorios de cada caso sigue siendo información clasificada. Escamotear tales explicaciones (o la falta de ellas) puede obedecer a enterrar datos que revelen una realidad escalofriante (modo conspiranoico on), la existencia de información geopolítica sensible (modo conspiranoico off), lisa y llana impericia (modo escepticismo on) o falta de información suficiente (modo escepticismo off).

5. Si a los militares y a los servicios de inteligencia de los EE.UU. no les agrada ser relacionados con el folklore alienígena, mejor no hablar de las sensaciones que suelen experimentar los exponentes más conservadores de la comunidad científica. Quizá por eso el horizonte presupuestario del Grupo de Trabajo necesita suponer que algunos informes de UAP  “parecen demostrar una tecnología avanzada” o “pueden representar una amenaza para la Seguridad Aérea de los EE.UU.”, tal como enfatizó otro político alien friendly y notorio promotor de esta movida, el senador republicano Marco Rubio. Esta preocupación parece basarse en “11 casos documentados” (y aun no desclasificados) donde “los pilotos informaron cuasi accidentes con un UAP”. En esta afirmación sin evidencias a la vista descansa el pedido de “más financiación”. Aquí es cuando conviene recordar que el Grupo de Trabajo admite haber logrado identificar un solo informe de un total de 144 “por carecer de datos suficientes o fiables” (ACC -Alerta de Colisión Conceptual-: si la calidad de los datos es insuficiente o la fiabilidad de los casos es baja para lograr su identificación, mucho menos servirán para aventurar hipótesis sobre su naturaleza o potencial peligrosidad).

Por otra parte, cualquier consideración sobre la oportunidad de una investigación controlada por organismo de inteligencia, no por científicos, será política. “Mi experiencia revisando el papeleo del Libro Azul –continúa Kottmeyer– me lleva a presentir que el Grupo de Trabajo acabará aprendiendo de nuevo algo que el Libro Azul llegó a temer: los humanos y sus creaciones cometen muchos errores. Nunca podrán demostrarlo en alguna fracción más o menos pequeña. Lleva demasiado tiempo y esfuerzo y molestará a demasiada gente. Los asesinatos y los delitos menores suelen quedar sin resolver y hay más obligación moral de resolverlos y hacerlo correctamente. Les llevará varios años y millones de dólares volver a aprender esto, pero, oye, sólo es el dinero de otras personas”. Por otro lado, advierte Mike West, alguien se va a tener que ocupar de los drones de nueva generación que serán utilizados en ataques terroristas.

6. El control de gastos nunca fue el fuerte del Congreso de los EE.UU. Ahora, el pedido de más dinero del UAPTF para continuar es significativo a la luz del misterioso destino de una vieja partida de 22 millones de dólares que pasaron del Departamento de Defensa a las arcas del programa para investigar ovnis que existió entre 2008 y 2011, e impulsó el senador demócrata Harry Reid cuando hizo subcontratar al Bigelow Advanced Aerospace Space Studies… una empresa de su amigo y compañero de correrías ufológicas Robert Bigelow. ¿Devolución de favores? ¿Sospecha de retornos non sanctos? Nadie enfatiza lo obvio: el millonario empresario hotelero metido en el negocio aeroespacial fue donante de la campaña política de Reid. No puso mucho, 100 mil dólares –por cierto, una insignificancia para Bigelow, con un patrimonio de 700 millones de dólares (Forbes, 2011). Pero algún día se los iba a cobrar.

COHETES EN RETIRADA. El primer escandalete ocurrió cuando la MUFON comenzó a recibir dinero del empresario inmobiliario Robert Bigelow sin que la entidad supiera que esos fondos procedían de las arcas federales. En total, MUFON recibió U$ 320 mil, mucho para un grupo ufológico pero sólo unas miguitas de la torta. En marzo de 2020, la Bigelow Aerospace con sede en North Las Vegas, Nevada, fundada en 1999 para desarrollar estaciones espaciales comerciales, echó  a sus 98 empleados. Ya había lanzado dos vuelos privados exitosos y había obtenido de la NASA la licencia de una tecnología de módulo expandible.

Por otra parte, aquel “dinero negro”, el destino final de los U$ 22 millones, dejó de ser un misterio: la empresa de Bigelow, tercerizada para estudiar el material recogido por el Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP) no fue, como alguien dijo en broma (**), “financiar una sociedad ilícita entre un rockero, un ex espía y un parapsicólogo para producir dos temporadas para The History Channel” –por la asociación entre el ex guitarrista de Blink 182, Tom DeLonge, fundador de To The Stars Academy of Arts & Sciences, TTSA, el ex agente Luis Elizondo, cuyo autoatribuido liderazgo del AATIP nunca dejó de ser cuestionado, y Harold Puthoff, el ingeniero a quien Uri Geller tomó el pelo y hoy asesora a Bigelow en asuntos paranormales. Steven Aftergood, director del Proyecto de Secreto Gubernamental de la (FAS), reveló que ese dinero fue destinado a las investigaciones sobre física extraña que le quita el sueño a Bigelow y a su ecléctico team de expertos. Motores warp, capas de invisibilidad, metamateriales, teletransportación psíquica, agujeros de gusano y puertas estelares son algunos de los temas tratados en 38 artículos financiados por el AATIP (aun sin desclasificar, quizá para contener otro escándalo). Según Bryan Bender, el redactor del portal periodístico Político que cubrió el desarrollo de los eventos desde el primer día, esos informes no fueron divulgados porque “Mellon y otros sintieron que serían vergonzosos y solo socavarían sus esfuerzos a largo plazo”.

SINCERA MIENTO. Después de producir dos temporadas de un ciclo de «documentales de investigación» conducido por el ex agente antiterrorista Luis Elizondo, el guitarrista punk Tom DeLonge continuó con su iniciativa blanqueando su condición de «empresa de entretenimientos».

7. ¿Con qué presupuesto contó el Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados? ¿Usó las sobras de los 22 millones de dólares transferidos a Bigelow? La cifra parece alta, pero sigue siendo una pequeña parte del presupuesto anual entre los centenares de miles de millones de dólares que maneja el Departamento de Defensa de los EE.UU.; sin embargo, se pagó un precio alto a la luz de los resultados obtenidos por el Grupo de Trabajo si la evaluación del 25 de junio dice la verdad, es decir, que apenas si resolvieron el 0,7 % de los casos (un globo desinflado) cuando instituciones como el Grupo de Estudio e Información sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (GEIPAN), por ejemplo, han resuelto el 98% de los casos.

METAMATERIALES. «Me dijeron durante décadas que la Lockheed tenía algunos de estos materiales recuperados», declaró el demócrata ufófilo a The New Yorker. Le pidió al Pentágono que se pusiera a buscar las pruebas sobre eso que le contaron. No tuvo éxito.

8. El Centro de Identificación Aeroespacial (CIAE) dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, como el GEIPAN, tampoco presenta “informes no concluyentes”. En la resolución fechada en abril de 2019, el Estado Mayor General de la Fuerza Aérea resolvió elevar el nivel orgánico de la CEFAe (Comisión de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales) y cambiar su denominación a CIAE porque “ya se había alcanzado la capacidad de identificar el cien por ciento de los casos aceptados para el análisis”.

Es difícil trazar un paralelismo estricto ya que, en la práctica, el CIAE sólo analiza casos fotográficos/ videográficos. Pero vale recordar que, desde 2015, el Centro difunde un informe anual donde presenta los resultados de cada caso y expone no sólo las conclusiones sino también el procedimiento que siguió para llegar a sus conclusiones.

El CIAE no tiene asignación presupuestaria ni genera gastos adicionales al Estado, sólo en 2017 (cuando todavía era CEFAe), incorporó el software francés IPACO (Identificación Fotográfica Asistida por Computadora), que le permitió igualarse a la GEIPAN en la tasa de resolución de casos. Además pidió recursos para poder realizar investigaciones de campo y “un Requerimiento Operativo para la adquisición de equipamiento de seguimiento electro-óptico” (que siguen pendientes de aprobación).

En junio de 2017, el director de la entonces CEFAe, Comodoro (R) Rubén Lianza, fue enviado a Francia para hacer el curso de operador del software IPACO y obtuvo la primera licencia en el continente americano para utilizar lo que sería el primer programa que permite analizar objetos fotografiados desde el horizonte hacia arriba, por ejemplo: objetos en vuelo. En esa oportunidad, Lianza fue invitado a dar una exposición en la sede de la Comisión Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia para los directivos del Grupo de Estudio e Información sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (GEIPAN), al equipo IPACO, François Louange y Antoine Cousyn, y a directivos del Grupo Sigma 3.

Hoy, el costo de una licencia «IPACO + CamCAT» asciende a 3.800 euros. Si el Grupo de Trabajo de UAP hubiese invertido esa exigua cifra, tal vez su informe sobre UAP hubiera podido resolver varios casos que incluyen registros video-fotográficos, sin duda los más populares.

ELIZONDO EN EL CÓNDOR. El 21 de noviembre de 2019 el Comodoro (RE) Rubén Lianza, recibió a Luis Elizondo en las oficinas del CIAE en el Edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea Argentina.  Lo fue a entrevistar para la segunda temporada de «No Identificados” (“Unidentified: Inside America’s UFO Investigation»). Más detalles de aquel encuentro, a pedido :-). Foto: A. Agostinelli

9. Tal vez por todo lo que se pudo haber hecho y no se hizo, aquellos 22 millones de dólares asignados para la “identificación de amenazas aeroespaciales avanzadas” parece un montón de plata. Más si comparamos la cifra con lo que costó la investigación encabezada por el Dr. Edward Condon en 1968. Medio millón de dólares parecía muchísimo. A números de hoy, habría que multiplicar ese número por seis en 2010. Así, el costo del Informe Condon fue de $ 3 millones de dólares. En suma, Bigelow Aerospace recibió más de siete veces lo que la USAF pagó por el Informe Condon. “El Informe Condon publicó un gran volumen de investigaciones. ¿Qué produjo Bigelow Aerospace, con 22 millones?” se pregunta Robert Sheaffer. Bastante, pero nada presentable –si hemos de confiar en el testimonio de Mellon compartido en Político.

¿OVNIS PIRAMIDALES? La filmación de este supuesto ovni / uap cobró notoriedad cuando en abril de 2021 Sue Gough, portavoz del Departamento de Defensa, reconoció que el video fue registrado por personal de la Marina de los EE.UU. La explicación para estos «UAPs del Pentágono» procedió de civiles como Mike West: la cantidad de  facetas con que aparece la imagen desenfocada depende del diseño del diafragma o iris –la cantidad de «persianas»– del obturador. Y el destello de luces resultante –el supuesto ovni– coincide con el de las luces reglamentarias de navegación de cualquier aeronave comercial.  En suma, bien podría ser un avión desenfocado (efecto boké); lo mismo pasa con las estrellas o planetas de fondo. Esta fue la explicación que ofreció en «TN» el Comodoro (RE) Rubén Lianza (CIAE) de las imágenes que presentó el documentalista y ufólogo Jeremy Corbell. (Emisión de «Fenómenos», 16/04/2021).

10. ¿Todo el balance es negativo? Depende para quién. Algunos se aferran a la falta de veredicto para 143 informes para abrazar la ilusión ET, omitiendo que en estos casos pueden caber explicaciones tales como “confusiones aéreas, fenómenos atmosféricos naturales, programas desarrollados por el gobierno o la industria estadounidense, sistemas de adversarios extranjeros y … Otros”. ¡OTROS! Por supuesto, la idea endulza la imaginación. “En un número limitado de incidentes, los UAP parecían mostrar características de vuelo inusuales”. Por supuesto, ¡cómo un piloto va a confundir el planeta Júpiter con un fenómeno extravagante! Ah, no, pero (sigue el informe): “Estas posibilidades podrían ser el resultado de errores de los sensores, de la suplantación de identidad o de la percepción errónea de los observadores y requieren un análisis riguroso adicional”. Claro: los pilotos también se equivocan. “Sorprendentemente, los pilotos comerciales y militares parecen ser testigos relativamente pobres”, afirmó el ex asesor científico del Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea de los EE.UU. Dr. J. Allen Hynek (***). Algunos ufólogos se niegan a escuchar esta simple observación ni aunque se la susurres en varkulets.

11. Lianza tampoco baja el pulgar. Por otras razones: “De este Informe, escribió, me gustó que tradujeran la sigla UAP como ‘Objeto aéreo no inmediatamente identificable’ dándole así el verdadero carácter de transitoriedad que siempre se le debió adjudicar a la sigla OVNI y que, por la presión de miles de entusiastas de lo misterioso, quedó grabada en el consciente colectivo como “Objeto Volador NUNCA Identificable” (por nadie, jamás)”. Para Lianza, los casos que quedan sin resolver no garantizan su extrañeza. “A lo largo del informe repiten que el único impedimento para sacar conclusiones ha sido la INFORMACIÓN INSUFICIENTE, cosa que no debe interpretarse “porque no se ha podido resolver, entonces es automáticamente un objeto alienígena… otra construcción mental que, como capas de pintura, se ha ido enquistando en la cabeza de muchos investigadores”.

Sin embargo, el debate epistemológico alrededor de la existencia de “un fenómeno ovni” (cuando las “no identificadas” pueden ser varias cosas distintas, o diferente tipo de fenómenos) no se agota sino que revive con el “fenómeno uap”. Aun así, constituye un avance conceptual significativo que los redactores del documento considerasen la diferencia que hay entre “fenómeno” y “fenómenos” cuando escriben:

“Es probable que existan múltiples tipos de UAP que requieran diferentes explicaciones basadas en la gama de apariencias y comportamientos descritos en los informes disponibles.”

El No Identificado sigue sin ser un punto de llegada. Enuncia la impotencia de no haber alcanzado una solución satisfactoria. Si bien la sigla UAP expresa la ausencia de información positiva que permita identificar a los fenómenos o sus causas, los resultados de esta investigación no caerán necesariamente en saco roto. Parece haber dos expectativas cruzadas, una derivada de algún descubrimiento relevante (quienes buscan respuestas científicas) y otra, cuando se manifieste una revelación (quienes esperan una respuesta totalizadora, religiosa).

En este sentido, es instructivo –e inspira cierta ternura– la parte final del intercambio que mantuvieron en septiembre de 2020 Roger Glassel del sitio BlueBlurryLines.com y Sue Gough, Portavoz del Departamento de Defensa.

Roger Glassel: – Si un observador inicialmente caracteriza una observación como un fenómeno aéreo no identificado, que no puede identificar de inmediato, y la observación no puede explicarse más tarde después de un análisis por parte de la UAPTF, o cualquier otro componente, ¿cómo se categorizará dicha observación?

Sue Gough: No identificado

12. Se verá, por último, que hay una recomendación muy humana en este documento de Inteligencia: no medicalizar a los protagonistas de estas experiencias. Reportar la percepción de un fenómeno anómalo nunca debe menoscabar la reputación personal ni profesional de las personas involucradas:

“Aunque los efectos de estos estigmas han disminuido a medida que los miembros de alto nivel de las comunidades científicas, política, militar y de inteligencia se comprometen seriamente con el tema en público, el riesgo para la reputación puede mantener a muchos observadores en silencio, complicando el seguimiento científico del tema”.

Un detalle sobre los relatos de los pilotos que los escépticos no han sabido apreciar y que, quiérase o no, es parte esencial del asunto: ¿cómo enfrentar el problema si los protagonistas no se animan a informar sus experiencias?

13. Por último. ¿Es buena idea destinar fondos extraordinarios para investigar un asunto que echa raíces esencialmente psicosociales y culturales bajo el concepto de “potencial amenaza militar”?

Eso es algo que sólo el tiempo responderá.  Otros advierten que es una película en blanco y negro que ya vieron en otras oportunidades.

(**) Dejo constancia de que este chiste (en el quedan afuera el veterano parapsico-ufólogo Puthoff y el jefe de espías, otro político alien friendly, Chris Mellon), lo leí en alguna parte en los últimos meses y no guardé la fuente.

(***) Cita extraída de The Hynek UFO Report  (1977) Hynek descubrió que los mejores testigos tuvieron una tasa de 50 % de errores de percepción. La tasa de errores de los pilotos era mucho más alta: 88 % para los pilotos militares y el 89 % para los pilotos comerciales. Los pilotos podían identificar con precisión objetos cotidianos –como aviones y estructuras de tierra– pero “no debería ser una sorpresa que la mayoría de las malas identificaciones de los pilotos eran de objetos astronómicos” (Hynek citado por Luis R. Noguez).

LIBERACIÓN INMEDIATA

Declaración del secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, sobre la evaluación de fenómenos aéreos no identificados, 25 de junio de 2021:

Hoy, el Director Nacional de Inteligencia entregó al Congreso una evaluación preliminar sobre los Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP) y el progreso que la Comunidad de Inteligencia y el Grupo de Trabajo de la UAP del Departamento de Defensa han logrado para comprender esta amenaza.

El análisis de UAP es un esfuerzo de colaboración que incluye a muchos departamentos y agencias, y el Departamento agradece a la Oficina del Director Nacional de Inteligencia por liderar un esfuerzo de colaboración para producir esta evaluación, así como a los otros departamentos y agencias contribuyentes.

Las incursiones en nuestros campos de entrenamiento y espacio aéreo designado plantean problemas de seguridad de vuelo y operaciones, y pueden plantear desafíos de seguridad nacional. El Departamento de Defensa se toma muy en serio los informes de incursiones, por cualquier objeto aéreo, identificado o no identificado, e investiga cada uno de ellos.

El informe presentado hoy destaca los desafíos asociados con la evaluación de UAP que ocurren en o cerca de los rangos e instalaciones de entrenamiento del DOD. El informe también identificó la necesidad de realizar mejoras en los procesos, políticas, tecnologías y capacitación para mejorar nuestra capacidad para comprender la UAP.

Con ese fin, la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, ordenó hoy a la Subsecretaría de Defensa de Inteligencia y Seguridad que desarrolle un plan para formalizar la misión que actualmente desempeña la UAPTF.

Este plan se desarrollará en coordinación con varios componentes del DOD, incluidos los departamentos militares y los comandos combatientes, y con la ODNI y otros socios interinstitucionales. El plan establecerá procedimientos para sincronizar la recopilación, la presentación de informes y el análisis de UAP; proporcionar recomendaciones para asegurar campos de entrenamiento y pruebas militares; e identificar los requisitos para el establecimiento y operación de una nueva actividad de seguimiento del DOD para liderar el esfuerzo, incluyendo su alineación, recursos, personal, autoridades y un cronograma para la implementación.

Declaración original del secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, aquí:

(Nota de la traducción al castellano: subtítulos y negritas corresponden al original en inglés)

EVALUACION PRELIMINAR SOBRE FENÓMENOS AÉRENOS NO IDENTIFICADOS (UAP) DE LA OFICINA DEL DIRECTOR NACIONAL DE INTELIGENCIA DE EE.UU.

El pasado 25 de junio la Oficina del Director Nacional de Inteligencia entregó su informe preliminar sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP).

OFICINA DEL DIRECTOR DE INTELIGENCIA NACIONAL, 25 de junio de 2021 

ALCANCE Y SUPUESTOS

Alcance. La Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) presenta este informe preliminar en respuesta a la disposición del Informe del Senado 116-233, que acompaña a la Ley de Autorización de Inteligencia (IAA) para el año fiscal 2021, según el cual el DNI [Director Nacional de Inteligencia], en consulta con el Secretario de Defensa (SECDEF), debe presentar una evaluación de inteligencia de la amenaza que suponen los fenómenos aéreos no identificados (UAP) y los avances que el Grupo de Trabajo de Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF) del Departamento de Defensa ha realizado para comprender esta amenaza.

Este informe proporciona una visión general para los responsables políticos de los desafíos asociados a la caracterización de la amenaza potencial que suponen los UAP, a la vez que proporciona un medio para desarrollar procesos, políticas, tecnologías y formación pertinentes para el personal militar de los EE.UU. y otros miembros del Gobierno de los EE.UU. en caso de que se encuentren con UAP, con el fin de mejorar la capacidad de la Comunidad de Inteligencia (CI) para comprender la amenaza. El Director de la UAPTF es el funcionario responsable de garantizar la recopilación y consolidación oportunidades de los datos sobre UAP. El conjunto de datos descrito en este informe se limita actualmente a la información del Gobierno de los Estados Unidos sobre los incidentes ocurridos entre noviembre de 2004 y marzo de 2021. Los datos se siguen recopilando y analizando.

La ODNI preparó este informe para los Comités de Inteligencia y de Servicios Armados del Congreso. La UAPTF y el Director Nacional de Inteligencia para la Aviación del ODNI redactaron este informe, con aportaciones del USD (I&S), la DIA, el FBI, la NRO, la NGA, la NSA, las Fuerzas Aéreas, el Ejército, la Armada, la Marina / ONI, la DARPA, la FAA, la NOAA, la NGA, el ODNI / NIM-Tecnología Emergente y Perturbadora, el ODNI / Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, y el ODNI / Consejo Nacional de Inteligencia.

Supuestos. Varias formas de sensores que registran UAP generalmente operan correctamente y capturan suficientes datos reales para permitir evaluaciones iniciales, pero algunos UAP pueden ser atribuibles a anomalías de los sensores.

RESUMEN EJECUTIVO

La limitada cantidad de informes de alta calidad sobre los fenómenos aéreos no identificados (UAP) dificulta nuestra capacidad para sacar conclusiones firmes sobre la naturaleza o la intención de los UAP. El Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF) examinó una serie de informaciones sobre UAP descritas en los informes de los militares estadounidenses y del CI (Comunidad de Inteligencia), pero debido a que los informes carecían de suficiente especificidad, finalmente reconoció que era necesario un proceso de información único y adaptado para proporcionar datos suficientes para el análisis de los sucesos de UAP.

–El UAPTF concentró su revisión en los informes producidos entre 2004 y 2021, la mayoría de los cuales son resultado de este nuevo proceso adaptado para capturar mejores eventos de UAP a través de informes formalizados.

–La mayoría de los UAP notificados probablemente representan objetos físicos, dado que la mayoría de los UAP se registraron a través de múltiples sensores, incluyendo radar, infrarrojos, electro-ópticos, buscadores de armas y observación visual.

En un número limitado de incidentes, los UAP parecían mostrar características de vuelo inusuales. Estas posibilidades podrían ser el resultado de errores de los sensores, de la suplantación de identidad o de la percepción errónea de los observadores y requieren un análisis riguroso adicional.

Es probable que existan múltiples tipos de UAP que requieran diferentes explicaciones basadas en la gama de apariencias y comportamientos descritos en los informes disponibles. Nuestro análisis de los datos apoya la idea de que, si se resuelven los incidentes individuales de UAP, solo entrarán en una de las cinco categorías explicativas potenciales: desorden aéreo, fenómenos atmosféricos naturales, programas de desarrollo del Gobierno de los EE.UU. o de la industria estadounidense, sistemas adversarios extranjeros y el cajón de sastre “otros”.

Los UAP plantean claramente un problema de seguridad de vuelo y pueden suponer un reto para la Seguridad Nacional de EE.UU. Las preocupaciones de seguridad se centran principalmente en los pilotos que se enfrentan a un dominio aéreo cada vez más saturado. Los UAP también representarían un reto para la seguridad nacional si son plataformas de recolección de adversarios extranjeros o proporcionaron evidencia de que un adversario potencial ha desarrollado una tecnología innovadora o disruptiva.

La consolidación coherente de los informes de todo el gobierno federal, la estandarización de los informes, el aumento de la recopilación y el análisis, y un proceso racionalizado para el examen de todos esos informes en relación con una amplia gama de datos pertinentes del Gobierno de Estados Unidos permitirán un análisis más sofisticado de las UAP que probablemente profundizará nuestra comprensión. Algunos de estos pasos exigen muchos recursos y requieren una inversión adicional.

LOS INFORMES DISPONIBLES NO SON MUY CONCLUYENTES

Los datos limitados dejan la mayor parte de las UAP sin explicar …

La limitación de los datos y la incoherencia en la presentación de informes son los principales problemas para evaluar las UAP. No existía ningún mecanismo estandarizado de presentación de informes hasta que la Armada se estableció uno en marzo de 2019. La Fuerza Aérea adoptó posteriormente ese mecanismo en noviembre de 2020, pero sigue limitándose a la presentación de informes del SGA. El UAPTF escuchó periódicamente de forma anecdótica durante su investigación sobre otras observaciones que se produjeron pero que nunca se recogieron en los informes formales o informales de esos observadores.

Tras estudiar detenidamente esta información, el UAPTF se centró en los informes que incluían UAP en gran medida presenciados de primera mano por pilotos militares y que fueron recogidos de sistemas que consideramos fiables. Estos informes describen incidentes ocurridos entre 2004 y 2021, la mayoría de los cuales se produjeron en los dos últimos años, a medida que el nuevo mecanismo de notificación se hizo más conocido por la comunidad de la aviación militar. Pudimos identificar un UAP reportado con alta confianza. En ese caso, identificamos el objeto como un gran globo que se desinflaba. Los demás siguen sin explicación.

144 informes proceden de fuentes del Gobierno de los Estados Unidos. De ellos, 80 informes incluían la observación con múltiples sensores.

–La mayoría de los informes descritos los UAP como objetos que interrumpen los entrenamientos planificados u otras actividades militares.

RETOS DE LA RECOLECCIÓN DE UAP

Los estigmas socioculturales y las limitaciones de los sensores siguen siendo obstáculos para la recolección de datos sobre UAP. Aunque algunos desafíos técnicos –como la forma de filtrar adecuadamente las interferencias de los radares para garantizar la seguridad del vuelo de las aeronaves militares y civiles– son de larga data en la comunidad aeronáutica, otros son exclusivos del conjunto de problemas de las UAP.

– Los relatos de los pilotos de la comunidad operativa y de los analistas del ejército y del CI describen el desprecio asociado a la observación de los UAP, a la notificación de los mismos o al intento de discutirlos con los colegas. Aunque los efectos de estos estigmas han disminuido a medida que los miembros de alto nivel de las comunidades científicas, política, militar y de inteligencia se comprometen seriamente con el tema en público, el riesgo para la reputación puede mantener a muchos observadores en silencio, complicando el seguimiento científico del tema.

– Los sensores montados en las plataformas militares estadounidenses suelen estar diseñados para cumplir misiones específicas. En consecuencia, esos sensores no suelen ser adecuados para identificar UAP.

– Los puntos de observación de los sensores y el número de sensores importantes que observan simultáneamente un objeto, juegan un papel a la hora de distinguir los UAP de los objetos conocidos y determinar si un UAP demuestra una capacidad aeroespacial innovadora. Los sensores ópticos tienen la ventaja de proporcionar cierta información sobre el tamaño, la forma y la estructura relativa. Los sensores de radiofrecuencia proporcionan información más precisa sobre la velocidad y el alcance.

Pero surgen algunos patrones potenciales:

Aunque los informes presentan una gran variabilidad y el conjunto de datos es demasiado limitado para permitir un análisis detallado de tendencias o patrones, las observaciones de los UAP se agrupan en función de su forma, tamaño y, sobre todo, de su propulsión. Los avistamientos de UAP también ofrecen a agruparse alrededor de los campos de entrenamiento y pruebas de Estados Unidos, pero evaluamos que esto puede ser el resultado de un sesgo en la recopilación como resultado de la atención concentrada, el mayor número de sensores de última generación que operan en esas áreas, las expectativas de las unidades y la orientación para informar de las anomalías.

Y un puñado de UAP parecen demostrar una tecnología avanzada.

En 18 incidentes, descritos en 21 informes, los observadores informaron de patrones de movimiento o características de vuelo inusuales de los UAP.

Algunos UAP parecían permanecer inmóviles en los vientos de altura, moverse en contra del viento, maniobrar bruscamente o moverse a una velocidad considerable, sin medios de propulsión discernibles. En un pequeño número de casos, los sistemas de las aeronaves militares procesaron energía de radiofrecuencia (RF) asociada a los avistamientos de UAP.

La UAPTF posee una pequeña cantidad de datos que parecen mostrar a los UAP demostrando aceleración o cierto grado de gestión de la firma. Son necesarios análisis rigurosos adicionales por parte de múltiples equipos o grupos de expertos técnicos para determinar la naturaleza y validez de estos datos. Estamos llevando a cabo un análisis de más abarque para determinar si se demostraron tecnologías de vanguardia.

LOS UAP PROBABLEMENTE NO TIENEN UNA EXPLICACIÓN ÚNICA

Los UAP documentados en este limitado conjunto de datos muestran una serie de comportamientos aéreos, lo que refuerza la posibilidad de que existan múltiples tipos de UAP que requieran diferentes explicaciones. Nuestro análisis de los datos apoya la idea de que, si se resuelven los incidentes individuales de UAP, solo entrarán en una de las cinco categorías explicativas posibles: desorden aéreo, fenómenos atmosféricos naturales, programas de desarrollo del Gobierno de los Estados Unidos o de la industria, sistemas adversarios extranjeros y “otros”. Con la excepción de un caso en el que se determinó con alta confianza que el UAP reportado era un desorden aéreo, específicamente un globo que se desinfla, actualmente carecemos de suficiente información en nuestro conjunto de datos para atribuir los incidentes a explicaciones específicas.

Objetos aéreos: Estos objetos incluyen pájaros, globos, vehículos aéreos no tripulados (UAV) recreativos, o desechos peligrosos como bolsas de plástico que confunden una escena y la capacidad de un operador para identificar verdaderos objetivos, como aviones enemigos.

Fenómenos atmosféricos naturales: Los fenómenos atmosféricos naturales incluyen cristales de hielo, humedad y fluctuaciones térmicas que pueden registrarse en algunos sistemas de infrarrojos y radares.

Programas de desarrollo del Gobierno de los Estados Unidos o de la industria: Algunas observaciones de UAP se podrían atribuir a desarrollos y programas clasificados de entidades estadounidenses. Sin embargo, no pudimos confirmar que estos sistemas fueron responsables de ninguno de los informes de UAP que recogimos.

Sistemas adversarios extranjeros: Algunas UAP pueden ser tecnologías desplegadas por China, Rusia, otra nación o una entidad no gubernamental.

Otros: Aunque la mayoría de los UAP descritos en nuestro conjunto de datos probablemente permanezcan sin identificar debido a la escasez de datos o a los problemas que plantean el procesamiento o el análisis de la recopilación, es posible que necesitemos conocimientos científicos adicionales para recopilar, analizar y caracterizar con éxito algunos de ellos.  Agruparíamos estos objetos en esta categoría a la espera de avances científicos que nos permitirán comprenderlos mejor. La UAPTF tiene la intención de centrar el análisis adicional en el pequeño número de casos en los que un UAP parecía mostrar características de vuelo o gestión de firmas inusuales.

LOS UAP AMENAZAN LA SEGURIDAD DE LOS VUELOS, Y POSIBLEMENTE, LA SEGURIDAD NACIONAL

Los UAP amenazan la seguridad de los vuelos y, posiblemente, la seguridad nacional. Los UAP suponen un peligro para la seguridad de los vuelos y podrían suponer un peligro más amplio si algunos casos representan un conjunto sofisticado de ellos contrario a las actividades militares de Estados Unidos por parte de un gobierno extranjero o demostrar un avance tecnológico aeroespacial por parte de un adversario.

Preocupaciones continuas en el espacio aéreo:

Cuando los pilotos se encuentran con peligros para la seguridad, están obligados a informar de estas preocupaciones. Dependiendo de la ubicación, el volumen y el comportamiento de los peligros durante las incursiones en los campos de tiro, los pilotos pueden dejar de realizar sus pruebas y / o entrenamientos y aterrizar sus aviones, lo que tiene un efecto disuasorio en la presentación de informes.

– La UAPTF tiene 11 informes de casos documentados en que los pilotos informaron cuasi accidentes con un UAP.

Posibles retos para la seguridad nacional:

Actualmente carecemos de datos que indiquen que los UAP forman parte de un programa de recolección extranjero o que son indicadores de un avance tecnológico importante por parte de un adversario potencial. Seguimos observando si hay pruebas de tales programas, dado el desafío de contrainteligencia que supondrían, especialmente porque algunos UAP han sido detectados cerca de instalaciones militares o por aviones que llevan los sistemas de sensores más avanzados del Gobierno de EE.UU.

EXPLICAR LOS UAP REQUERIRÁ DE ANALISIS, RECOPILACIÓN E INVERSIÓN EN RECURSOS

Estandarizar los informes, consolidar los datos y profundizar en el análisis.

En consonancia con las disposiciones del Informe 116-233 del Senado, que acompaña IAA para el ejercicio 2021, el objetivo a largo plazo de la UAPTF es ampliar el alcance de su trabajo para incluir en su análisis más sucesos de UAP documentados por una gama más amplia de personal y sistemas técnicos del Gobierno de EE.UU.

A medida que aumente el conjunto de datos, mejorará también la capacidad de la UAPTF para emplear el análisis de datos para detectar tendencias.  El objetivo inicial será emplear algoritmos de inteligencia artificial / aprendizaje automático para agrupar y reconocer similitudes y patrones en los puntos de datos característicos. A medida que la base de datos vaya acumulando información de objetos aéreos conocidos, como globos meteorológicos, globos de gran altitud o de superpresión, y fauna silvestre, el aprendizaje automático puede añadir eficacia mediante la evaluación previa de los informes de la UAP para ver si esos registros coinciden con sucesos similares ya incluidos en la base de datos.

– La UAPTF ha comenzado a desarrollar flujos de trabajo analíticos y de procesamiento interinstitucionales para garantizar que tanto la recopilación como el análisis estén bien informados y coordinados.

La mayoría de los datos del UAP provienen de los informes de la Marina de los Estados Unidos, pero se están realizando esfuerzos para estandarizar los informes de incidentes en todos los servicios militares de los EE.UU. y en otros organismos gubernamentales para garantizar que se capturen todos los datos pertinentes con respecto a incidentes particulares y cualquier actividad de los Estados Unidos que pueda ser relevante. La UAPTF hoy está trabajando para adquirir informes adicionales, incluidos los de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF), y ha comenzado a recibir datos de la Administración Federal de Aviación (FAA).

– Aunque la recopilación de datos de la USAF ha sido limitada históricamente, la USAF comenzó un programa piloto de seis meses en noviembre de 2020 para recopilar en las áreas más probables de encontrar UAP y está evaluando cómo normalizar la futura recopilación, notificación y análisis en toda la Fuerza Aérea.

– La FAA recoge datos relacionados con las UAP durante el curso normal de gestión de las operaciones de tráfico aéreo. Por lo general, la FAA recoge estos datos cuando los pilotos y otros usuarios del espacio aéreo informan de sucesos inusuales o inesperados a la Organización de Tráfico Aéreo de la FAA.

– Además, la FAA supervisa continuamente sus sistemas en busca de anomalías, generando información adicional que puede ser útil para el UAPTF. La FAA es capaz de aislar los datos de interés para la UAPTF y ponerlos a su disposición. La FAA cuenta con un programa de divulgación sólido y eficaz que puede ayudar a la UAPTF a llegar a los miembros de la comunidad de la aviación para destacar la importancia de informar sobre los UAP.

Ampliar la recopilación

La UAPTF está buscando formas novedosas de aumentar la recopilación de áreas de clústeres de UAP cuando las fuerzas estadounidenses no están presentes, como forma de establecer una línea de base para la actividad de UAP “estándar” y mitigar el sesgo de la recopilación en el conjunto de datos. Una de las propuestas consiste en utilizar algoritmos avanzados para buscar datos históricos captados y almacenados por los radares. La UAPTF también tiene previsto actualizar su actual estrategia de recopilación interinstitucional de UAP, con el fin de utilizar las plataformas y los métodos de recopilación pertinentes del Departamento de Defensa y del CI. 

Aumentar la inversión en investigación y desarrollo

La UAPTF ha indicado que la financiación adicional para la investigación y el desarrollo podría impulsar el estudio futuro de los temas expuestos en este informe. Dichas inversiones deben guiarse por una Estrategia de Recogida del UAP, una Hoja de Ruta Técnica del UAP y un Plan del Programa del UAP.

APÉNDICE A – Definición de términos clave:

Este informe y las bases de datos del UAPTF utilizan los siguientes términos para definirlos:

Fenómenos aéreos no identificados (UAP): Objetos aéreos no identificables inmediatamente. El acrónimo UAP representa la categoría más amplia de objetos aéreos revisados ​​para su análisis.

Evento UAP: Descripción global de un suceso durante el cual un piloto o una tripulación aérea presenció (o detectó) un UAP.

Incidente UAP: Una parte específica del evento.

Informe de UAP: Documentación de un evento UAP, que incluye cadenas de custodia verificadas e información básica como la hora, la fecha, el lugar y la descripción de UAP. Los informes UAP incluyen los informes Range Fouler1 y otros informes. (*)

(*) Los pilotos de la Armada de los EE.UU. definen “Range Fouler” como una actividad u objeto que interrumpe el entrenamiento previamente planificado u otra actividad militar en una zona de operaciones militares o en un espacio aéreo restringido.

APÉNDICE B – Informe del Senado que acompaña a la Ley de Autorización de Inteligencia para el Año Fiscal 2021

El Informe del Senado 116-233, que acompaña a la Ley de Autorización de Inteligencia para el Año Fiscal 2021, establece que el DNI , en consulta con el SECDEF y otros jefes pertinentes de las Agencias del Gobierno de los Estados Unidos, debe presentar una evaluación de inteligencia de la amenaza planteada por la UAP y el progreso que la UAPTF ha hecho para entender esta amenaza.

El informe del Senado solicita específicamente que éste incluya:

1. Un análisis detallado de los datos e informes de inteligencia sobre UAP recogidos o en el poder de la Oficina de Inteligencia Naval, incluidos los datos e informes de inteligencia en el poder de la UAPTF;

2. Un análisis detallado de los datos sobre fenómenos no identificados recogidos por: a. la Inteligencia Geoespacial; b. la Inteligencia de Señales; c. la Inteligencia Humana; y d. la Inteligencia de Medidas y Firmas.

3. Un análisis detallado de los datos de la Oficina Federal de Investigación, derivados de las investigaciones de las intrusiones de datos de UAP sobre el espacio aéreo restringido de los Estados Unidos;

4. Una descripción detallada de un proceso interinstitucional que garantiza la recopilación del puerto de datos y el análisis centralizado de todos los informes de UAP para el Gobierno Federal, independientemente del servicio o la agencia que haya adquirido la información;

5. La identificación de un funcionario responsable del proceso descrito en el apartado 4;

6. Identificación de posibles amenazas aeroespaciales o de otro tipo para la seguridad nacional planteadas por el UAP, y evaluación de si esta actividad del UAP puede atribuirse a uno o más adversarios extranjeros;

7. Identificación de cualquier incidente o UAP que indique que un adversario potencial ha alcanzado capacidades aeroespaciales avanzadas que podrían poner en peligro a las fuerzas estratégicas o convencionales de Estados Unidos;

8. Recomendaciones relativas a una mayor recopilación de datos, a la mejora de la investigación y el desarrollo, a la financiación adicional y a otros recursos.

Descargar informe de evaluación de ODNI UAP original, aquí

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El fiasco de los ovnis del Pentágono. Por Luis Ruiz Noguez. Diciembre de 2017

FLIR1: otro vídeo del pentágono. Por Julio Plaza del Olmo.  21 de marzo de 2021

Análisis del vídeo del pentágono «FLIR1» grabado en 2004 por cazas del portaaviones Nimitz (versión ampliada. Por Julio Plaza del Olmo.  21 de marzo de 2021

Los OVNIs del New York Times. Por Héctor Socas-Navarro. 24 de junio de 2019.

Los OVNIs del Pentágono. Cómo una compañía de entretenimiento multimedios creó una historia de noticias de OVNIs. Por Robert Sheaffer. Junio de 2019

Cómo Washington fue enganchado con los ovnis. Por Jason Colavito. 21 de mayo de 2021

Desclasificación del Pentágono. Marcianos: ¿Y si ya están aquí? Por Javier Cavanilles. 20 de junio de 2021

Informe ovni del Pentágono: consejos que los medios de comunicación seguramente no van a seguir. En El Escéptico de Jalisco. Por Daniel Galarza Santiago. Junio de 2021.

Expertos opinan sobre el informe ovni del Pentágono. Por Leonard David. 8 de junio de 2021

Agradecimiento a Manuel Borraz Aymerich

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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