La edición de agosto de 1969 del mensuario “Espiritismo. Hacia Dios por la Verdad y la Justicia” reveló una información que solo conocían los adeptos más cercanos de la Escuela Científica Basilio: el 20 de julio de 1969, seis horas antes del alunizaje del módulo espacial Águila en el Mar de la Tranquilidad, tres médiums de esa institución “recorrieron espiritualmente” la superficie lunar, excursión que fue “certificada por Escribano Público”.
Factor publica los diálogos de los espíritus guiados por el entonces Director General de la Basilio, Hilario Fernández, conocido por poseer “habilidades mediúmnicas que le permitían captar imágenes visuales del mundo espiritual” y recorrer, afirmaba, “otros planetas del sistema solar”.
“Vamos, vamos, avanzando los tres juntos, sin apurarse, despacito, no se vayan muy lejos de mí, sigan cerca de mí, vamos, hay mucho por recorrer, vamos, más ligero, apuremos. ¿Qué ven delante de ustedes? ¡Qué grande! ¡Qué inmenso! ¡Parece un mundo!”, dice a viva voz el Hermano Lalo, Director General de la Asociación Escuela Científica Basilio (ECB).
–Estamos ante un espectáculo extraordinario, el Director General está describiendo…
El Secretario Espiritual es interrumpido por el Hermano Lalo, como se le conocía a Hilario Fernández: “No es un mundo, no es un mundo, el hermano Eugenio (Portal) cuando vio esto se habrá azorado; no se vayan adentro de la Luna, más acá, no se apuren…”
Este diálogo es parte de la transmisión pública de la organización espiritista más importante de la Argentina un día como hoy, hace 51 años, pocas horas antes del descenso del Módulo de Exploración Espacial Águila en la Luna.
Si rastrillamos la web, existe sólo un rastro de este episodio de “desdoblamiento espiritual” de los tres médiums de la ECB que afirmaron haberse adelantado a la llegada a la Luna de Neil A. Armstrong, Edwin Buzz Aldrin y Michael Collins, astronautas de la Misión Apolo XI: la página institucional de la Escuela, en la entrada correspondiente al espiritista español Hilario Fernández (1905-1974), Director General Espiritual de la ECB desde 1938 hasta su desaparición física.
En los años ’50, durante la era dorada del espiritismo argentino, la ECB gozaba de gran reconocimiento social. Era una organización popular. O, para decirlo en términos académicos, «muy integrada en la vida cotidiana de los barrios». Y si bien tenía sus conflictos con la Iglesia Católica, contaba con la simpatía del Gobierno peronista. Esta etapa, tan diferente a la que le siguió, cuando la Escuela y el mismo espiritismo empezaron a ser deslegitimados socialmente, fue gestionada por el Hermano Lalo, a quien el antropólogo Luis Rodríguez Mamby considera “el líder carismático más importante que ha tenido la institución en los últimos tiempos”. (1)
En el historial de su desempeño al frente de la ECB, hay un hito significativamente más extenso:
“1969: El 20 de julio de 1969, dos astronautas, debido a los adelantos en ciencia y tecnología, concretaron su llegada a la Luna.
“La Escuela Científica Basilio, afirmando su posición Científica en lo Espiritual, realizó una investigación en ese campo, pocas horas antes de plasmarse el logro del alunizaje. El Director General Espiritual conjuntamente con otros dos hermanos, percibió mediante el sentido espiritual, detalles del satélite natural de la Tierra, que describió mediante la Práctica Espiritual efectuada en la filial Nº 29, de Mar del Plata, Buenos Aires, Rep. Argentina, ante autoridades de la Institución y discípulos, siendo acompañados por un Escribano Público que certificó lo sucedido. El Acto Espiritual permitió comprobar la existencia del espíritu, y que para él no existen distancias materiales inalcanzables. Además, que mediante la aplicación de un método científico espiritual que incluye la utilización del sentido espiritual, es posible acceder al conocimiento que el Bien indica”.
Una colección de recortes periodísticos recuperados por Sergio Caso del mensuario oficial de la ECB, “Espiritismo”, agrega informaciones que amplían aquella breve reseña. Ahora sabemos, por ejemplo, que el Hermano Lalo desplegó sus prácticas de “desdoblamiento espiritual” aproximadamente a las 18 horas del 20 de julio de 1969, que se encontraban con él “la casi totalidad de los directores de tres filiales marplatenses” y un público “que colmaba la capacidad del amplio local de ese Eslabón del Bien”, sin contar con las descripciones, poco generosas, de la geografía del satélite natural de la Tierra.
“Para concretar su realización (la del desdoblamiento) –escribe el redactor– se tuvo que apelar a distintos resortes de orden técnico material, empleándose dos teléfonos ubicados al pie de la Cruz, uno de los cuales estaba en conexión directa con la Filial 6 de Montevideo, y el otro con la Escuela Matriz, de Buenos Aires. En ambos lugares se hallaban reunidos directores y adeptos prestos a escuchar y presencia este magnífico e importante hecho espiritual” (2).
A continuación transcribimos el diálogo entre los tres médiums durante la sesión publicada en el Nº 197 de “Espiritismo. Hacia Dios por la Verdad y la Justicia”, periódico de la Asociación Escuela Científica Basilio.
Director General (Hermano Lalo): –Vamos, vamos, avanzando los tres juntos, sin apurarse, despacito, no se vayan muy lejos de mí, sigan cerca de mí, vamos, hay mucho por recorrer, vamos, más ligero, apuremos. ¿Qué ven delante de ustedes? ¡Qué grande! ¡Qué inmenso! ¡Parece un mundo!
Secretario Espiritual: –Estamos ante un espectáculo extraordinario, el Director General está describiendo…
Director General: –No es un mundo, no es un mundo, el hermano Eugenio (Portal) cuando vio esto se habrá azorado; no se vayan adentro de la Luna, más acá, no se apuren.
Secretario Espiritual: –Estamos ante la presencia de los tres espíritus desdoblados frente a la Luna, el del Director y el de los dos hermanos médium.
Director General: –¡Qué enorme es este mar, está vacío, sin agua!
Médium: –Hay cráteres.
Director General: –¿Qué ve, hermano, usted que está sobre esa especie de montaña, qué ve, hable?
Médium: –Todo es piedra, también hay cráteres inmensos.
Director General: –Vamos hacia la izquierda, dando vuelta, no se apuren, no tengan miedo que no les va a pasar nada, más allá, ahora. Sepárense un poquito para verlo mejor, no sé si son grietas o cráteres, hasta ahora no he visto seres encarnados…
Secretario Espiritual: –No hay seres encarnados, al menos, a la vista del Director General.
Director General: –Ni vegetación, ni agua; se ve mucho vapor o polvo. ¿Se fijó en esa nube?
Secretario Espiritual: –Da la impresión de que está viendo una nube de vapor o polvo sobre la superficie de la Luna.
Director General: –¿Están cansados ustedes? Sí, están cansados, volvamos ¿no? Bueno, avísenme. Aquí parece de distinto color al conocido como vemos desde la Tierra. Parece más gris. Fíjese esas ondulaciones que tiene, parecen hechas por la mano del hombre. ¡Qué cosa rara!
Secretario Espiritual: –Están describiendo diversos aspectos del planeta.
Director General: –No se emocionen ustedes.
Médium: –¿Qué es aquello que se ve?
Director General: –Yo no puedo describir, parecen vidrios, cristales, montañas de vidrio, no sé… algo adherido a la roca. Nos vamos que están muy agotados, despacito. ¡Qué inmenso es el espacio!
Médium: –Espere un momentito, hermano Lalo, déjeme ver la Tierra.
Director General: –¡Qué extraño, está lleno de cosas el espacio, de rocas de piedra! Parece que el espacio estuviera lleno de objetos.
Secretario Espiritual: –Se van acercando los tres espíritus a la Tierra, ya están mucho más cerca, ya están en la Tierra, ya se han colocado. Son los tres espíritus que han viajado a la Luna y están de vuelta aquí, colocados en sus materias, en la Filial 29.
Director General: –No nos muevan.
Secretario Espiritual: –El momento de tensión es tremendo, porque han sufrido lógicamente las consecuencias en el cordón fluídico del ataque de todas esas fuerzas espirituales que aún son desconocidas por el hombre de la Tierra. En estos momentos se les está impartiendo fluido a los tres hermanos para que se repongan lentamente de la conmoción que han sufrido como seres humanos y como espíritus. Se ha repetido el viaje que realizó el hermano Eugenio a la Luna, hace aproximadamente 45 años. Se ha podido definir, al menos, que no hay vegetación, seres encarnados, ni animales; solamente existe el reino mineral. Es un estado un tanto desconocido para el hombre de la Tierra, ante la aparición de piedras o materiales ignorados (**) (2).
La verosimilitud de la transcripción de la sesión dedicada a la excursión lunar no sale beneficiada en la comparación con el relato en tiempo real transmitido horas después por Armstrong y Aldrin. Pero el diálogo ilustra cómo la ECB clonaba en clave espírita el imaginario técnico sobre el viaje espacial, presente tanto en los artículos periodísticos como en la ficción científica. Otro dato singular es la referencia, deslizada al pasar, según la cual Eugenio Portal, cofundador de la Escuela Científica Basilio, había “viajado” espiritualmente a la Luna en 1924.
EL ESPIRITISMO DE BASILIO: CIENCIA + ESPIRITU
La Escuela Científica Basilio fue una nueva corriente surgida del espiritismo argentino que empezó con el encuentro en la ciudad de Buenos Aires entre el escribano público Bernardo Eugenio Portal (1867-1927) y la médium Blanca Aubreton de Lambert (1867-1920), ambos inmigrantes de origen francés. En tal ocasión, según consta en los anales de la institución, se materializa el padre de Eugenio (Pedro Basilio Portal) para encargarles el desarrollo de la Obra. Pedro Basilio Portal fue su primer guía espiritual, sin desmedro de los aportes teológicos de los iniciadores del Espiritismo en Francia, Allan Kardec (1804-1869) y León Denis (1846-1927).
El 1º de noviembre de 1917 fue oficialmente inaugurada la institución, que ya contaba con un pequeño núcleo de seguidores. Durante ese acto, escribió Gustavo Ludueña, “se produce la materialización de Jesús de Nazareth que, designado como el «Maestro» por sus discípulos, se transforma en el guía espiritual de todo el organismo”.
En estas materializaciones el médium afirma ser habitado, encostado o incorporado por un presunto espíritu. “Presta” su cuerpo, por así decir, para que una entidad espiritual pueda manifestarse. Así, el mensaje del espíritu materializado señaló su misión a Eugenio y Blanca, quienes debían “iniciar y fundar una escuela basada en el ideal de la redención humana por medio de la reparación y la elevación, que tendría como norte la verdad y la justicia, en el recto camino hacia Dios’”, resume Ludueña (3).
Hasta fines de los años ‘60, la ECB mantuvo un crecimiento, progresivo y sostenido. Nunca como hasta entonces el movimiento espírita local había cobrado tanta visibilidad: fueron los primeros espiritistas que invadieron plazas públicas, radios, programas de TV y convocaron a eventos de masas, para exasperación de quienes abominaban de esta religión por su lejanía con las prácticas legitimadas por la idea de “normalidad” provista por la Iglesia Católica y las instituciones científicas.
En los años ’50, la ECB litigó con la Iglesia Católica tras haber proclamado que “Jesús no es Dios”. La polémica pasó de la teología a la política cuando la organización de los “espiritistas científicos” recibió el apoyo del presidente Juan D. Perón: en 1948 se le quitó la personería jurídica y el Gobierno decretó reabrir las filiales cerradas tras anunciar que “cada clausura equivalía a suprimir una unidad básica (justicialista)”, ya que, según Perón, “la mayoría de los asistentes a los centros espiritistas eran peronistas” (4).
Escuela Científica Basilio – 100 años. Este video institucional da una idea de la popularidad y movilidad de la ECB -al menos hasta fines de los años ’60.
Ludueña describe en su ensayo el universo espiritual de la ECB como “sumamente complejo, poblado sí de una presencia divina, pero también de una innumerable cantidad de seres etéreos de naturalezas divergentes. Agrupados o divididos, próximos o alejados de Dios, del Bien o del Error, purificados, evolucionados, o equivocados, convergen todos ellos en la construcción de una cosmovisión particular y específica marcada por la dualidad espíritu-materia”.
ESPIRITISTAS DE MARTE
En una nota anterior abordamos la fuerte influencia de la temática del viaje espacial desde el temprano espiritismo. No es por casualidad, en definitiva, que los basilios hayan visto o interactuado con espíritus de otros mundos en sus experiencias extracorpóreas.
Como ficción literaria, la era de las travesías espirituales lanzadas a explorar el espacio exterior se inició en la Argentina en 1875 con la llamada “fantasía espiritista” de Eduardo Ladislao Holmberg (1852–1937), “Viaje maravilloso del Sr. Nic–Nac”, publicada dos años antes de la institucionalización del espiritismo, que suele situarse con la fundación de la Sociedad Espiritista “Constancia”, en 1877. En su viaje a Marte, el Sr. Nic–Nac va “en espíritu” a un planeta demasiado parecido a la Argentina de la época, donde el autor difumina los límites entre la realidad y la locura.
La fascinación de los espiritistas por la ciencia permeó sus prácticas y representaciones, nutriendo a su doctrina de elementos de racionalidad científica. Así, el espiritismo empezaba a dar lugar a lo que se iba a dar a conocer como metapsíquica y parapsicología en el siglo XX.
Se da por sentado que el movimiento de contactados con extraterrestres son herederos directos del Espiritismo y la Sociedad Teosófica fundada por Helena Blavatsky (1831-1891). Pero también hay que decir que, en los primeros tiempos, ambas condiciones –la de espiritista y contactado– han coexistido.
Osvaldo Findanza (1883–1963) fue quizás el médium argentino más parecido a lo que iba a ser el contactado de los años 50. Juan Manuel Corbetta estableció que Fidanza, con números que iban desde el escapismo hasta la materialización de pájaros, no aseguraba comunicarse con espíritus sino con extraterrestres. Otra figura de aquellos años, Agapito Millán, líder de la Asociación Espiritista Misión de Jesús, en la misma década empezó a recibir mensajes de seres extraterrestres por medio de en sesiones mediúmnicas y telepatía, concepto éste que ya había sido introducido por la parapsicología (5).
Sin embargo, el caso emblemático iba a surgir a comienzos de los ’50 con los diálogos en trance “con un ingeniero de talento” encarnado por el divulgador científico y médium Jorge Duclout, quien junto a su hermano Napy constituirían la avanzada de los avistamientos previa a cita con seres de Ganímedes asistidos por espíritus desencarnados. Los Duclout eran figuras conocidas en el ambiente artístico de aquellos años y quizá ese fue el motivo por el cual su experiencia liminar –que culminó con el ascenso y posterior visión de un “plato” desde la terraza del edificio Kavanagh de la ciudad de Buenos Aires, en septiembre de 1954– fue acompañada por un amplio despliegue mediático. (6)
La Escuela Científica Basilio cobijará a otros contactados, como fue el caso Normando Sebufi (**) en los 70, pero la impronta “interplanetaria” de la institución nunca más volverá a tener el protagonismo que tuvo durante su era dorada, que para los adeptos está entrañablemente asociada con la simpática imagen y el recuerdo del Hermano Lalo.
NOTAS
*Probablemente, ambos médiums fueron unificados en una misma persona, ya que el tercero, el Secretario Espiritual, parece actuar a modo de guía o relator, para inducir, interpretar o traducir las descripciones canalizadas por el Director General y los médiums.
** Apellido modificado a pedido de la familia. Cuento la historia de “Sebufi” en Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Ed. Sudamericana, Random House, 2009). Cap. “Mi marciano Favorito”.
AGRADECIMIENTOS
A Sergio Caso (vía Alejandro Frigerio) y Juan Manuel Corbetta por el archivo periodístico consultado y utilizado para esta nota.
FUENTES CONSULTADAS
1) Luis Rodríguez Mamby (2008). Conversos espiritistas: fragmentación política en la Escuela Científica Basilio y la diversidad del pensamiento religioso. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales – Universidad Nacional de Misiones, Posadas.
2) Espiritismo. Hacia Dios por la Verdad y la Justicia. Asociación Escuela Científica Basilio. Año XVI, Nº 197, Buenos Aires, Agosto de 1969.
3) Gustavo Andrés Ludueña (2001) Cosmología y Epistemología Espiritualista en la Escuela Científica Basilio. Revista Illu, Nro 6.
4) Gustavo Andrés Ludueña (2013). Estudios sociales contemporáneos sobre el espiritismo argentino. Ciencia, religión e institucionalización del espíritu. Vol.VI Nº1/enero-junio 2013/pp.42-59.
5) Espiritismo, mediumnidad y alienígenas. Por Juan M. Corbetta en “A 70 años de los Platillos Voladores. Ciencia, Mito y Ficción”, Museo Roca de Buenos Aires, 24/06/2017.
6) Alejandro Agostinelli (2009). Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Ed. Sudamericana, Random House). Cap. “Contacto en el Kavanagh” (Descargar).
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