El movimiento #MeToo llegó a Brasil desde el mundo de los espíritus. Acorralado por testimonios difundidos por la Red O Globo, incluido el de su propia hija, quien lo definió como “un monstruo”, el médium João Texeira de Faria se entregó a la justicia. Deberá responder por varias decenas de denuncias de mujeres que afirman haber sido abusadas por él cuando eran menores de edad: Texeira les hablaba del “traspaso de energías” y de “fuerzas espirituales” mientras, denunciaron, eran violadas o abusadas sexualmente por el curandero.
En 1997 visité el sanatorio espiritista de João Texeira de Faria, mundialmente conocido como João de Deus, en la localidad de Abadiâna, municipio del estado de Goiás, Brasil. Era quizá el más famoso “cirujano psíquico” brasileño que proseguía con la tradición iniciada por curanderos como su compatriota Zé Arigó, o los filipinos Tony Agpaoa (1939-1982), Emilio Laporga y Alex Orbito, este último popularizado en la Argentina por el animador Claudio María Domínguez (autor de un libro sobre Orbito que intentó esconder).
Texeira, hoy de 76 años, afirmaba entrar en trance para curar a las centenares de personas que recibió por cincuenta años en su templo, conocido como La Casa de Dom Inácio de Loyola. Asistían a estas prácticas peregrinos de todas partes. El flujo de enfermos que acudieron para ser atendidos por João de Deus se extendió por el mundo cuando fue presentado como un “perseguido” y ensalzado por la presentadora Oprah Winfrey en emisiones de su famoso programa de TV que tuvieron lugar entre 2010 y 2013. (El programa donde la conductora lo entrevista ya no está disponible. Oprah, famosa promotora de temas de la New Age, es una de las líderes del movimiento #MeToo). El cirujano y oncólogo David Gorski fue uno de los pocos bloggers que alzaron la voz ante el escándalo. Otro de los motivos de su popularidad: atendió al ex-presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), a su sucesora Dilma Rousseff (2011-2016), ambos pacientes de cáncer, y al actual presidente Michel Temer, quien lo visitó antes de una operación de próstata. También recibió a la modelo Naomi Campbell y a la conductora infantil Xuxa, quien, rápidamente, expuso su arrepentimiento de haber confiado alguna vez en él.
El domingo 16 de diciembre se entregó a la justicia: una docena de mujeres lo acusaron en TV Globo de haber ejercido contra ellas algún tipo de violencia sexual, entre ellas su propia hija, Dalva Teixeira, de 49 años, quien aseguró haber sido abusada por su padre desde que lo conoció, a los 10 años, hasta que decidió escapar de la casa. Esto ocurrió cuando, a los 14 años de edad, su padre descubrió que estaba embarazada. “¡Te voy a matar, te voy a matar!”, le gritaba mientras le pegaba en el bajo vientre. Dalva terminó internada en un hospital y perdió el embarazo.
El Servicio de la Fiscalía del estado de Goiás confirmó haber recibido 355 denuncias de abusos cometidos por Teixeira por parte de mujeres en todo Brasil y en el extranjero. En casi todos los casos no lo habían denunciado hasta ahora por miedo a castigos espirituales o daños físicos, ya que era rodeado por un amenazador séquito de guardias de seguridad.
Teixeira insistió en que no es culpable de ningún abuso y sus representantes legales afirmaron que “por su salud física y estructura emocional” no está en condiciones de permanecer fugitivo de la justicia. Periodistas de la Red O Globo detectaron que el curandero había retirado 35 millones de sus cuentas bancarias, lo que aceleró el proceso por el cual la Policía Civil de Goiás y el Ministerio Público del Estado pidió la detención preventiva.
Dalva Teixeira confió sus experiencias personales en 2016, pero la familia le pidió al periodista que la entrevistó, Thiago Mendes, no difundir el material. Hoy, ante el alud de testimonios y la publicación de un reportaje en la revista Veja, Mendes la dio a conocer.
La hija de João de Deus le hizo a su padre una demanda por U$ 50 millones como indemnización. «Arruinó mi vida», dijo. Paulo Henrique Ronda, nieto del curandero e hijo de Dalva, también había dado una entrevista en 2016, pero él y su hermano, João Paulo, denunciaron haber sido golpeados por pistoleros enviados por su abuelo para asustarlos “así saben que se están moviendo con un pez grande”.
En 2010 trascendió el caso de una joven de 16 años abusada por Texeira. El tribunal declaró al curandero inocente, pese a que el fallo dejó muchas dudas. En 2015, su hija Dalva grabó un video desmintiendo las acusaciones de abuso sexual. Según explicó después, lo hizo porque tanto ella como sus hijos estaban bajo amenaza.
La mayor difusión que alcanzaron las «curas milagrosas» de Texeira fueron a raíz de las personalidades que utilizaron sus servicios. Una de las primeras denunciantes que dio la cara fue la coreógrafa holandesa Zahira Lienike Mous, quien contó haber viajado a Brasil en 2014 tras conocer a Teixeira por la entrevista de Oprah a una de sus periodistas. En la primera sesión, dijo, el médium la presionó psicológicamente al punto que ella lo llegó a masturbar. En una última ocasión, aseguró, él directamente la violó. En la entrevista, Zahira cuenta que le costó años reponerse y no lo denunció de inmediato por temor a que le enviara “espíritus malignos” que arruinaran su vida. Se animó cuando supo que había abusado a cientos de mujeres usando el mismo pretexto de la “curación espiritual”. La entrevista de Pedro Bial está disponible en la web.
ABADIANA ANTES DEL BOOM
Conocí al médium y su ambiente en diciembre de 1997, cuando participaba en unas jornadas ufológicas en Brasilia. Había que recorrer 120 kilómetros desde la capital. Eran tantas las historias que circularon en el congreso sobre el incipiente “fenómeno Texeira” que un grupo de conferencistas decidimos viajar hasta su templo, la Casa Ignacio de Loyola, para verlo en acción.
Contra mi idea inicial, João no parecía realizar rituales para entrar en trance antes de esgrimir su estilete. El negocio tampoco era obvio. Nadie pagaba para hacerse ver, el dinero entraba por medio de la compra en el mismo “sanatorio” de los “medicamentos” que él o sus ayudantes recetaban o a través de donaciones, especialmente un producto llamado «pasiflora», un polvo obtenido del maracuyá «sin valor medicinal». Estos frascos eran de «uso individual», aclaración necesaria para evitar el intercambio: cada interesado debía comprar su producto.
En aquella oportunidad me acompañó el psiquiatra chileno Mario Dussuel (foto). Mi amigo quedó asombrado por sus intervenciones. Hay que decir que Mario tiene el asombro fácil, pero fue curioso comprobar cómo un sencillísimo corte de piel que no parecía causar reacción al dolor dejaba a los espectadores boquiabiertos. Estas «operaciones» eran realizadas sin asepsia ni anestesia, utilizando bisturíes, pinzas o tijeras. Estas incisiones eran practicadas en el pecho o dentro de las fosas nasales de los consultantes, pero de pronto podía extraer muelas “en seco”. Bastante audaz, por tratarse de alguien cuyos conocimientos médicos eran, en el mejor de los casos, empíricos. Por supuesto, en varios carteles y de distintas maneras Texeira informaba que nunca era él quien curaba. “Es Dios el que cura”, era el resguardo, por otra parte muy habitual. El entorno estaba preparado para predisponer a los visitantes: arrumbadas en un rincón cual monumento de arte contemporáneo, recuerdo una montaña formada por centenares de muletas “abandonadas” por discapacitados que las dejaron de recuerdo tras una operación pretendidamente exitosa.
En aquella ocasión entrevisté a varios peregrinos. Los que aún no habían sido atendidos esperaban su turno con gran ilusión; muchos salían de la entrevista casi en éxtasis.
Cuando João de Deus se entregó, su abogado advirtió a la policía sobre sus problemas cardíacos. Por cierto, la medicina científica de la que él supuestamente abjura ya le había colocado seis stents y le removió un tumor por cirugía convencional y quimioterapia. “Las intervenciones a las que fue sometido no estuvieron a cargo de otros curanderos o médiums si no de su amigo, el doctor Roberto Kalil Filho, del Hospital Sírio-Libanês de São Paulo y cardiólogo personal de la presidenta Dilma Rousseff y del ex-presidente Lula”, escribió Enrique Márquez en Diario Veloz. Por cierto, la serie de notas publicadas por Márquez es una de las fuentes en castellano más importantes sobre el caso João de Deus. Estos son los links:
Las «cirugías mediúmnicas» de João de Deus (I)
Las «cirugías mediúmnicas» de João de Deus (II)
Las «cirugías mediúmnicas» de João de Deus (III)
Las «cirugías mediúmnicas» de João de Deus (IV)
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