Discriminación y Criminalización por Razones de Fe: tuvo lugar un encuentro en el Palacio de la Legislatura porteña que buscó defender la libertad de creencias y alertar sobre las nuevas amenazas que enfrentan las minorías religiosas
Por Alejandro Agostinelli
El viernes 19 de julio de 2024 moderé en el Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires un panel internacional de expertos alrededor del tema «Discriminación y Criminalización por Razones Religiosas y Espirituales en Argentina: Desafíos Legales en un Contexto Democrático Diverso», auspiciado por el prestigioso CESNUR, Centro de Estudios de Nuevas Religiones.
Presentaron sus ponencias las antropólogas Cecilia Varela y María Vardé, Felipe González, miembro de la Comunidad Cómo vivir con Fe acusado de ser parte de una “organización coercitiva” (sobreseído por la Justicia), y las conferencias magistrales de Rosita Šorytė (Federación Europea para la Libertad de Creencias, Roma y Turín, Italia) y Massimo Introvigne (Centro de Estudios Sobre las Nuevas Religiones). El cierre del encuentro estuvo a cargo de Alejandro Frigerio, uno de los mayores especialistas en el tema en Argentina.
En esta entrada de Factor agregaré los videos de las conferencias y las palabras con que introduje el evento. Como editor del sitio, me permitiré insistir en algo que he dejado claro en foros públicos y privados: intentar profesar un periodismo honesto y responsable, informar sobre prácticas pseudocientíficas o delitos cometidos por personas vinculadas con lo paranormal, la magia o la religión, no me vuelve insensible a las injurias de personas que mienten, tergiversan, difaman o usan clisés pseudocientíficos para perseguir a minorías religiosas. Mi pasión es contar historias, pero el enfoque de otras producciones mías sigue siendo desenmascarar farsas. Ahora bien, si la libertad de creencias está bajo amenaza, es esencial dejar de lado nuestra opinión sobre la discutible “calidad” de cualquier creencia religiosa y priorizar el principio de inocencia y de igualdad ante la ley, rechazando “causas a medida” y “cacerías” injustas de heterodoxos. Es tan válido cuestionar la pseudociencia en la narrativa de un grupo mágico-religioso como alarmarse cuando un grupo antisectario o un organismo estatal, que pretenden defender valores laicos, buscan perseguir y encarcelar a líderes religiosos acusados de manipular la voluntad de adultos, tratándolos como si fueran simples víctimas bajo una supuesta hipnosis que los llevaría a actuar contra sus propios intereses.
Si bien he renunciado a mi “militancia escéptica” (aunque no al escepticismo con el que debo ejercer mi oficio) porque no beneficiaba mi autonomía profesional, sostengo estas ideas desde hace tres décadas: artículos publicados en El Ojo Escéptico, La Maga, La Prensa, las revistas Descubrir y Noticias, Dios!, La Nación, Página 12 y este blog prueban mi antigua convicción en favor de la libertad religiosa y en contra de sancionar leyes antisectas o acusar a cualquier figura asociada a grupos religiosos de “usar técnicas de lavado de cerebro”, “persuasión coercitiva” o “despersonalización”, entre otros latiguillos que vienen a expresar que quienes abrazan una creencia excéntrica son víctimas y no dueñas de un destino que eligieron activamente, ejerciendo su libre albedrío.
Tomé los videos que volcaré a continuación de una nueva web, Libertad de Creencias, que recomiendo visitar porque, además, ha seleccionado valiosas lecturas publicadas en Bitter Winter sobre la cuestión del lavado de cerebros y los pánicos morales, los movimientos anticultos y cómo algunos gobiernos están usando indebidamente leyes anti-trata contra las minorías espirituales.
PALABRAS DE PRESENTACIÓN
Por Alejandro Agostinelli
Gracias por venir. Gracias a la Legislatura por haber considerado relevante este evento y lo temas que vamos a abordar.
A lo mejor, quienes no me conocían ahora saben que vengo de la ciencia, de la divulgación de la ciencia. Y a pesar de ser una persona que no tiene filiación religiosa soy un enamorado de la religión. Es un campo de conocimiento que siempre me ha fascinado, por eso he abordado el tema con muchísima frecuencia, interesándome en la religiosidad novedosa, disruptiva, un poco fuera de los márgenes de lo establecido. Quizá por deformación profesional ya que siempre me he interesado por la heterodoxia. Incluso las heterodoxias del campo científico, por eso he tenido un tránsito en la investigación y desmitificación de la pseudociencia.
Este año, a raíz del estreno en Netflix de una serie sobre el Movimiento Raeliano, tuve la maravillosa oportunidad de entrevistar a Susan Palmer, una socióloga canadiense especialista en este grupo, que gira alrededor de una especie de embajador extraterrestre en la Tierra. Esto me llevó a preguntarle por qué, siendo ella la mayor especialista mundial en el tema, no estaba entre los entrevistados. Bueno, su visión está a contrapelo de lo que Netflix intenta conseguir, que es impacto a cualquier precio, ofrecer un show atractivo y no una descripción antropológica de una realidad compleja.
Ella me dijo algo que quisiera transmitirles brevemente. Es una idea simple pero, a la vez, muy descriptiva. Me dijo que a las personas les gusta creer en cosas mágicas y misteriosas y sumarse a grupos que están en una misión. Pero si ese grupo que cree en cosas raras es desconocido se encontrará en riesgo de ser difamado y condenado. Y esto ocurre porque a otras personas les gusta temer, o tienden a temer, aquellas cosas mágicas, misteriosas y a menudo oscuras que supuestamente algunos de estos grupos representan.
Es una gran idea que quise transmitirles a ustedes sobre la complejidad que existe en el universo de los nuevos movimientos religiosos. Sin dejar de tener en cuenta que la mayoría de nosotros nace a una religión o a una identidad cultural y a las minorías religiosas, en cambio, tienden a sumarse personas que “se hacen” miembros; se acercan en forma voluntaria y a la larga pueden o no adquirir un compromiso. Hay una diferencia bastante fundamental entre nacer en una religión y tomar la decisión de adoptarla.
Ya que en el mundo secular no está bien visto perseguir a las personas por el hecho de creer en cosas distintas, raras, ajenas, “alejadas de la normalidad”, se ha extendido el prejuicio de considerarlas vulnerables, “víctimas de métodos de captación”, “coerción” o “adoctrinamiento”. Por eso sus líderes son “psicópatas que administran técnicas secretas e infalibles para lavar cerebros”. Este clisé seguramente lo escucharon alguna vez en la vida y espero no lo hayan recibido jamás.
Aunque parezca absurdo, desmitificar la pseudociencia implícita en el lenguaje discriminador y estigmatizante utilizado por quienes descalifican “sectas” solo por el hecho de evocar un imaginario fantasmagórico, también genera rechazo en ambientes presuntamente progresistas y racionalistas.
A fines de 2022 la socióloga e investigadora de CONICET Mariela Mosqueira publicó junto a su equipo los resultados de una encuesta orientada a relevar los índices de discriminación por motivos de fe en Argentina.
El 60% de los entrevistados declaró haber sido víctima de discriminación por motivos religiosos alguna vez en su vida. El 20% de ellos considera que su fe es rechazada por la sociedad. Y más de la mitad manifestó tener dificultades o sentir restricciones para expresar su fe.
El estudio arrojó que esos resultados tienden a concentrarse en las religiones “minoritarias”, como las de matriz afro, evangélicos y mormones, y en personas con mayor compromiso religioso, como líderes o asistentes asiduos. ¿En qué ámbitos sociales son mayores los prejuicios y la discriminación? En los medios de difusión, en el gobierno y en otros grupos religiosos.
Si este es el contexto, no sorprende que, en los últimos años, fueran moneda corriente titulares sobre casos de grupos religiosos acusados de trata de personas rotulados como “sectas”, un término peyorativo, discriminatorio, en el que subyace la idea de religión falsa y criminal.
Ya en 2016 el (desaparecido) INADI advirtió que llamar “secta” a un grupo religioso es una estigmatización que limita el libre ejercicio de la libertad religiosa garantizada por la Constitución Nacional.
La intolerancia a la diversidad religiosa no es novedosa. El lenguaje de odio y la hostilidad antirreligiosa que vemos en las redes sociales no es tampoco patrimonio exclusivo de los sectores llamados “antisectas”.
Hoy la novedad es otra. Ese lenguaje ha sido apropiado por agentes estatales. Podemos verlo incluso en los medios oficiales.
Si ingresamos la palabra “secta” en el buscador de la página fiscales.gob.ar se desplegará una lista de noticias con la expresión el título, donde los casos descriptos reúnen conceptos cuestionados por los estudiosos de la religión, como “lavado de cerebros”, “coerción psicológica” y “despersonalización”, etc.
¿Cómo es posible que estos discursos estén casi naturalizados en ámbitos tan esenciales a la democracia como la justicia?
Hay dos causas centrales. La primera es la matriz interpretativa propia de la ley de trata argentina. De eso van a hablar Cecilia Varela y María Vardé.
La segunda causa, el desconocimiento. A esto se le suma la desinformación y la información falsa y engañosa. Felipe González, del grupo “Cómo vivir por fe”, nos va a hablar sobre lo que pasó cuando su comunidad, víctima de falsas acusaciones, fue allanada en mayo de 2022.
Hace décadas que los estudiosos de los nuevos movimientos religiosos advierten que desconocer a estos grupos minoritarios favorece la proliferación de mitos y prejuicios sobre sus prácticas y sus creencias. Esta laguna es aprovechada por ciertos sectores sociales con fines privados e institucionales.
De eso hablarán Massimo Introvigne y Rosita Šorytė.
Para el final, antes de las preguntas, le vamos a pedir al Dr en Antropología, sociólogo e investigador del CONICET Alejandro Frigerio que ate cabos y comente las ideas volcadas a lo largo de las conferencias.
LAS CONFERENCIAS
Cecilia Inés Varela
Graduada en 2003 en la licenciatura en Ciencias Antropológicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), obtuvo su título de Doctora en Antropología en 2009 en la misma institución. Actualmente es investigadora independiente del CONICET, docente de grado en la Universidad de Buenos Aires y docente de posgrado en la Universidad de Lanús. A su vez es integrante de la Red Federal de Género y Diversidades, y del Observatorio de Violencia de Género de la Escuela de Orientación Lacaniana.
A lo largo de su carrera dirigió trabajos finales y tesis de carreras de grado y posgrado, formando investigadores en Ciencias Sociales. Fue asesora técnica y prestó capacitación en diversas instituciones estatales. Integró y dirigió más de 20 proyectos de investigación financiados por la UBA, el CONICET y la Universidad de Lanús, entre otros.
Su trabajo se enfoca en el estudio de las políticas contra la trata de personas y los feminismos, con una perspectiva crítica acerca de los efectos de la campaña anti trata sobre los derechos de las personas que hacen sexo comercial en el país.
María Vardé
Graduada en 2017 de la Licenciatura en Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en los últimos años es disertante en temas de discriminación por motivos religiosos.
Desde su formación de grado dedicó más de 12 años a la investigación en proyectos financiados por CONICET y UBA, focalizándose en el estudio arqueológico y antropológico de la evolución y la transmisión cultural.
Desde 2022 se dedica a la investigación en Antropología Social, y ahora mismo desarrolla su proyecto doctoral bajo la dirección de la Dra. Cecilia Varela (CONICET-UBA) y el Dr. Massimo Introvigne (del CESNUR, Centro de Estudios de Nuevas Religiones). Su línea de investigación se centra en el estudio de procesos de judicialización de grupos religiosos y espirituales minoritarios en Argentina, con un enfoque crítico desde la perspectiva de la antropología jurídica y los estudios sociales de los nuevos movimientos religiosos.
Felipe González
Es miembro de Cómo Vivir Por Fe, una pequeña comunidad cristiana. Forma parte de un movimiento internacional de comunidades cristianas llamado los Jesucristianos, que comenzó en Australia en los años 80. Es un grupo integrado por personas que quieren vivir y difundir las enseñanzas de Jesús a tiempo completo, tarea a la cual Felipe se ha dedicado por 25 años. Fueron invitados a contar su caso, un ejemplo de cómo se ha estigmatizado y tratado de criminalizar su fe y prácticas en Argentina.
Massimo Introvigne
En 1975 obtuvo la licenciatura summa cum laude en la facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Italia, y se graduó en la facultad de derecho de la Universidad de Turín. Su carrera académica se volcó de lleno al estudio sociológico de las religiones y espiritualidades minoritarias.
En 1988 cofundó con otros estudiosos el Centro para el Estudio de las Nuevas Religiones (CESNUR), hoy la mayor institución europea en este campo, del que sigue siendo director. Dio cursos en universidades italianas y extranjeras sobre sociología e historia de los movimientos religiosos, sociología de la inmigración y Sociología de las Religiones en las más importantes universidades italianas.
En 2011 ejerció el cargo de «Representante para la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación, con especial atención a la discriminación contra los cristianos y los miembros de otras religiones» de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Fue presidente del Observatorio de Libertad Religiosa, instituido por el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano para supervisar los problemas de libertad religiosa a escala mundial, entre 2012 y 2015.
Ha testificado ante comisiones parlamentarias en Italia, el Parlamento Europeo, Estados Unidos, Hungría y Alemania sobre cuestiones de pluralismo religioso, y fue asesor de la policía sueca y del FBI sobre los problemas de orden público que plantean ciertos fenómenos religiosos, en particular, el terrorismo de motivación religiosa.
Es autor de unos 70 libros y más de 100 artículos sobre su especialidad. Fue el principal autor de la Enciclopedia de las religiones en Italia, es miembro del consejo editorial de la Revista interdisciplinaria de investigación sobre religión, y del consejo ejecutivo de la revista Nova Religio de la Universidad de California. Es editor en jefe del portal Bitter Winter (Invierno amargo).
Rosita Šorytė
En 1988 se licenció en Lengua y Literatura Francesas por la Universidad de Vilna, Lituania. En 1994 se diplomó en Relaciones Internacionales por el Instituto Internacional de Administración Publica de París.
En 1992, Rosita Šorytė se incorporó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Lituania.
Estuvo destinada en la Misión Permanente de Lituania ante la UNESCO, en la Misión Permanente de Lituania ante el Consejo de Europa y fue Ministra Consejera en la Misión Permanente de Lituania ante las Naciones Unidas.
Trabajó como representante de la Presidencia lituana de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de Varsovia y es miembro del Comité Científico de la Federación Europea para la Libertad de Creencias (FOB).
En 2013, presidió el Grupo de Trabajo de la Unión Europea sobre Ayuda Humanitaria en nombre de la Presidencia pro témpore lituana de la Unión Europea. Como diplomática, se especializó en cuestiones de desarme, ayuda humanitaria y mantenimiento de la paz, con especial interés en Oriente Medio y la persecución religiosa y la discriminación en la zona. También participó en misiones de observación electoral en Bosnia-Herzegovina, Georgia, Bielorrusia, Burundi y Senegal.
Sigue con interés el caso de los refugiados que huyen de sus países debido a la persecución religiosa. Es cofundadora y Presidenta del Observatorio Internacional de la Libertad Religiosa de los Refugiados. Esto le llevó a una investigación publicada por la revista del CESNUR, «Persecución religiosa, refugiados y derecho de asilo». Es además autora de una quincena de artículos en revistas científicas sobre cuestiones de libertad religiosa y de un libro sobre la reacción de la Iglesia de la Cienciología a la pandemia de COVID-19.
Alejandro Frigerio
Es Doctor en Antropología por la Universidad de California en Los Angeles. Licenciado en Sociología en la Universidad Católica Argentina, hoy es Investigador Principal del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) con sede en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Argentina.
También es Profesor en la Maestría en Sociología de esa universidad y coordinador de la red DIVERSA, Diversidad Religiosa en Argentina.
Editó varios libros sobre nuevos movimientos religiosos y publicó numerosos artículos sobre diversidad religiosa en revistas científicas y libros de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, Uruguay, Chile, Venezuela, Colombia y México.
Fue Presidente de la Asociación de Cientistas Sociales de las Religiones en el Mercosur y organizó las tres primeras Jornadas sobre Alternativas Religiosas en Latinoamérica. Es parte del comité editorial de las principales revistas latinoamericanas sobre religión. Fue conferencista invitado en coloquios internacionales organizados por universidades de los EEUU, México, Brasil, Colombia, Uruguay y Chile.