Pablo Capanna: Desde la Cresta de la Ola Esotérica (I)

Hace 30 años entrevisté al autor de El sentido de la ciencia ficción para conversar sobre sectas, pseudociencia y, desde luego, ciencia ficción. En aquel momento, inicios de 1991, yo creía que vivíamos una “oleada de irracionalismo nunca vista”, esa era mi (inocente) percepción.

Pablo Capanna me explicó por qué las cosas no eran tan así. Al poco tiempo conseguí reclutarlo al grupo que editaba El Ojo Escéptico. Desde entonces, estoy seguro, nuestras ideas cambiaron bastante. Pero aquella charla es una instantánea representativa de ciertos debates que empezaban a darse en esa época, el despuntar de los noventa.

Desde ahora al 20 de julio de 2022, Día de San Capanna en la Biblioteca Nacional, trataremos de exhumar antiguas entrevistas a Capanna que quedaron off-line y vale la pena rescatar.

Por Alejandro Agostinelli

Conocí a Pablo Capanna durante las Jornadas Interdisciplinarias de Vida Inteligente en el Universo organizadas por la Comisión de Astrofísica de la UBA, en el pabellón de Ciencias Exactas de Ciudad Universitaria, casi a orillas del Río de la Plata. Corría el año 1985 y yo todavía era ufólogo. Ufólogo en transición hacia todavía no sabía adónde, porque, si bien desde 1983 había sido bautizado por “los psicosociales” en Francia, mantenía las manías, obstinaciones y vergüenzas de los ufólogos. Capanna para mí ya era el monstruo que todo el mundo conoce y reconoce hoy, con ensayos maravillosos publicados en El Péndulo, Minotauro y, desde luego, por El sentido de la ciencia ficción, un libro de lectura obligada para ese buen friki-jipi-chic que queríamos ser.

Habiendo conocido su interés en las religiones minoritarias por un capítulo que escribió en el libro Sectas en América Latina  (Ed. Claretiana, 1986), a comienzos de 1991 le comenté sobre el neonato CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia) y lo que había empezado a ser mi especialidad, los “cultos de ciencia ficción”.

Antes de que aceptara ser Miembro Consultor del CAIRP le hice este reportaje para la revista de nuestro club de refutadores de la pseudociencia, El Ojo Escéptico, que con mucho orgulloso y cariño republico a continuación.

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En esta entrevista, el profesor de Filosofía y especialista en ciencia ficción Pablo Capanna analiza los ciclos históricos del pensamiento mágico y de las relaciones entre el esplendor de la pseudociencia, posmodernismo, medios y sectas. Finalmente, habla de su última obra [N del E.: por entonces inédita, recién publicada en 1995 por Almagesto], Idios Kosmos, dedicada al escritor Philip K. Dick. (N del E.: En 2001, Pablo tuvo la generosidad de facilitarme algunos fragmentos para publicar en la recién nacida página Dios!)

Capanna es, sin duda, uno de los teóricos más lúcidos del mundillo latinoamericano de la ciencia ficción.

Quienes hayan merodeado la literatura científico-fantástica habrán tenido ocasión de encontrarse con alguno de sus artículos en El Péndulo –definida por Sam Lundwall como «la mejor revista de ciencia ficción jamás publicada». Con más suerte, alguien aún conserva El sentido de la ciencia ficción (Columba, 1967, reeditado en 2007 como Ciencia Ficción, Utopía y Mercado, por Cántaro, ahora disponible en Samizdat), considerado uno de los tres libros que inauguraron la era de los ensayos críticos sobre el género. Este libro de Capanna primereó los clásicos en lengua castellana y es un texto de consulta ineludible en distintas universidades.

Capanna es profesor de Filosofía y es docente en la Universidad Tecnológica Nacional, en la Facultad Regional General Pacheco y pertenece al Consejo de Dirección de la revista cultural Criterio.  Ha reflexionado alrededor de las relaciones existentes entre la técnica y el trabajo, plasmadas en La Tecnarquía (Ed. Barral, Barcelona, 1973), aplicando sus aptitudes analíticas al estudio de algunos de autores como Tolkien, Ballard, Cordwainer Smith y Philip Dick. También ha observado el problema de las pseudociencias a través del crisol de su especialidad y se dio tiempo para filosofar sobre las condiciones históricas dadas para que –desde mediados del siglo XX– detonara la gran bomba de interés social por la búsqueda de inteligencias extraterrestres: por un lado, el de la sociedad de masas, mediante el creciente número de denuncias de supuestos encuentros con ovnis y, por otro, el de la comunidad científica, generando proyectos como SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence). Preocupado por el auge de las sectas, escribió el ensayo “De la Secularización al Neopaganismo”, incluido en el libro Las Sectas en América Latina (Ed. Claretiana, Buenos Aires, 1986).

HOMENAJE EN LA BIBLIOTECA NACIONAL. El miércoles 20 de julio a las 19 hs, en el auditorio Borges de la Biblioteca Nacional Agüero 2502, presentaremos “Exploraciones. Ensayos en torno a Pablo Capanna”, el libro coordinado por Matías Carnevale para la Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes. Junto al propio Pablo Capanna escucharemos a varios de los colaboradores de aquella obra, entre ellos Andrés Vaccari, Pablo De Santis, Marcelo Burello, Pablo De Santis y Pablo Perucca, entre otros. UN ANTICIPO

Conversar con Pablo Capanna es una oportunidad única para iluminar el tema de las derivas culturales de la literatura de ciencia ficción. Como apasionado seguidor de este género, aclara que la ciencia ficción «ha aportado muchas perspectivas y alternativas distintas; en especial, reflexiones críticas sobre problemas actuales que los cultores de otro tipo de literatura tardaron un poco más en descubrir».

Por obra y gracia de la triple alianza conformada por el pensamiento mágico, los medios masivos y el afán de lucro propio de la sociedad capitalista, es natural que las falacias contenidas en alguno de los subproductos de esta literatura terminasen a veces por eclipsar la realidad, llegando al punto de afectar la salud mental de personas que sólo pretendían calmar apetitos intelectuales o, apenas, evadirse de la angustiante mediocridad urbana.

Varias pseudociencias, dice Capanna, son desprendimientos residuales de cuentos o novelas de la ciencia ficción universal, desde derivados más o menos grotescos, a cargo de autores bastardos, hasta creaciones maquiavélicas elucubradas por escritores que enloquecieron en su intento por dar vida a monstruos que nunca debieron escapar de sus ficciones. Entre los ejemplos que da de tales arrebatos de la sinrazón están la obra de Charles Fort, quien buscaba confirmaciones de fantasías de ciencia ficción en la prensa y las publicaciones científicas de la época; fraudes de antología como las crónicas de Richard Shaver para Amazing Stories, primer gran fanzine del género y creador de uno de los mitos cardinales para la comprensión del surgimiento del folklore ovni; y la «Dianética» cultivada por la Iglesia de la Cienciología inventada por el excritor de ciencia ficción L. Ronald Hubbard. Y sigue la lista.

Dejándonos llevar por la actualidad, Capanna analizó los ciclos históricos del pensamiento mágico, las relaciones entre el esplendor de la pseudociencia y la actitud revisionista del movimiento posmoderno, el bombardeo desinformativo de los medios de difusión y los motivos por los cuales cientos de jóvenes terminan tragados por sectas (algunas de los cuales con sugestivas implicancias «alienígenas») y, por último, una resumida explicación de su última obra, Idios Kosmos, donde trata la problemática del escritor norteamericano Philip K. Dick, que al final de su vida atraviesa una hoy legendaria crisis mesiánica.

Publicaciones como El Péndulo han cesado y cada vez se reducen más las oportunidades de conseguir editores que consideren sus ensayos «publicables». Pero las investigaciones literarias de Capanna no se detienen. Aún hoy, leyendo clásicos de la ciencia ficción, debe enfrentarse con campos que se superponen con el estudio de la pseudociencia. Por lo mismo, regresaremos a Capanna en un futuro cercano: no se librará de El Ojo Escéptico tan fácilmente

OLEADAS DE LO IRRACIONAL

MAQUETA DE DIAGRAMACIÓN. En 1991, el autor de este post era Asesor Editorial y Diseñador, en una Macintosh del Precámbrico, de la revista El Ojo Escéptico. Luego uno hacía lo que quería, pero este era el borrador previo a la diagramación final.

–¿Este es un momento histórico particular para que germinen con cierta facilidad las actividades pseudocientíficas?

Capanna: Los ciclos de irracionalidad reconocen una larga tradición. Cada tanto, en Occidente, se registran picos de esoterismo y es innegable que ahora estamos metidos de cabeza en uno de ellos. El antecedente inmediato tuvo lugar al término de las guerras napoleónicas. Algunos historiadores de la ciencia dicen que fue como consecuencia de una gran sensación de fracaso. El derrumbe de todo ese proyecto obligó a que muchos se refugiaran en lo irracional, justamente porque ya no creían en los ideales racionalistas de la Revolución Francesa.

Entre el Renacimiento y la Reforma hubo dos siglos de magia. Si uno investiga un poquito, se impresiona cuando se entera de que Isaac Newton creía en Hermes Trismegisto y escribió dos millones y medio de palabras sobre Alquimia. Hace poco, durante una conversación con un grupo de ingenieros que le rinden culto a Newton, les explicaba esto con una adivinanza. Les di dos frases: una que proviene de un autor medieval y otra de Newton. Una de ellas habla de las «palomas de Saturno» y del «oro filosofal» y la otra sostiene que para acceder al estudio de la física hay que saber matemáticas… No podían creer que la segunda –que parece moderna y que enseguida uno tiende a atribuir a Newton–  es la frase medieval.

Evidentemente, no estamos ante un fenómeno nuevo. El auge de la brujería coincide con el Renacimiento. Es decir, no es medieval y culmina con la revolución científica. Más o menos en 1650 terminan los procesos de brujería, cuando Newton acaba su obra. No es que existiera una relación de causa y efecto, sino que, sencillamente, hubo un hartazgo de todo aquello. Entonces, la sociedad de la época recibió el nuevo modelo científico como la explicación que estaba esperando. A lo mejor, la física de Newton, cien años antes, no hubiera prosperado.

PSEUDOCIENCIA POSMO

– ¿Y por dónde puede buscarse el origen del actual rebrote esotérico?

Capanna: A mi juicio, lo esotérico está apareciendo con todo el asunto de la posmodernidad, tema sobre el cual aquí se guitarrea mucho y no siempre con propiedad. Así es como comienzan a emerger todas las cuestiones no resueltas, todos los problemas pendientes. El otro día una amiga argentina que vive en los Estados Unidos me decía que estaba un poco impresionada porque notaba que en nuestro país se entiende por posmodernidad a una vanguardia –como lo fueron el cubismo o el surrealismo– y que ser posmoderno consiste en atarse al cuello una bufanda larga y untarse el pelo con gel. Y eso no tiene nada que ver con la posmodernidad. En realidad, es un tema sobre el cual en el Norte se discute mucho y no es más que una especie de análisis sobre lo que pasó desde la posguerra hasta hoy. Nace en la arquitectura cuando se comienzan a dejar de lado esos proyectos universales de construir el mismo edificio en el polo, el desierto o la pampa, para moverse más hacia un regionalismo.

El cambio cultural que se verifica en este momento sería algo así como abandonar los proyectos de los últimos 40 años. ¡Pero ni siquiera para pensar en otro proyecto! Pareciera que para tomar alguna actitud así, antes había que intentar un balance. Y en ese balance volvería a aparecer todo lo que estaba reprimido. Entonces da la impresión de que nada se pierde: en algún momento todo se elabora, se discute, y aquellas cosas que ahora nos intrigan, en realidad estaban ahí, latentes, y cuando la oportunidad llega, aparecen. De algún lado, brotan. Siempre…

– ¿Entonces este «revival» del esoterismo sería un reflujo que se engancha con la misma revisión del pasado que intentan los autodenominados «posmodernos»?

Capanna: Para lo esotérico no cabe una sola explicación. Un amigo que vive en España entiende que esto se debe al bienestar: en Europa la gente tiene un buen nivel de vida, tiempo libre y entonces busca el sentido de su existencia a través del tarot, la astrología, etc. Pero en la Argentina también hay mucho de lo mismo pero… ¿bienestar? Así es como buscamos la explicación a través de la angustia, la inseguridad, etc. Es decir: cualquier motivo es bueno.

Capanna según Cascioli

De hecho, la crisis de la modernidad trae aparejada una crisis de la racionalidad. También es cierto que antes las cosas eran mucho más claras que ahora: el progreso iba para un solo lado. Cuanto más ilustrada estaba la gente, menos iba a creer en supercherías. Sin embargo, se da la paradoja de que en países con el mejor sistema educativo la gente tiene, en cambio, un nivel de conocimientos científicos ínfimo, como lo denunció recientemente Carl Sagan. Nadie me va a decir que si el 60% de los ciudadanos norteamericanos cree que el sol gira alrededor de la Tierra no es un dato alarmante…

EL “SIN SENTIDO” DE LOS MEDIOS

– A veces se establece una falsa relación entre el alcance colosal de los medios masivos de difusión y el nivel educativo. A la tele no se la usa para educar y finalmente sólo consigue atraer a su audiencia con efectismos. Por otro lado, también es un gran vehículo de toda la estupidez que anda dando vueltas por ahí…

Capanna: Y además, son los únicos medios que «educan». Como instituciones educativas, tanto la escuela como la universidad han dejado de ser relevantes. Los medios gráficos tampoco inciden demasiado, porque la gente casi no lee diarios, ni revistas, ni libros. Prácticamente, todo el poder educacional está en manos de la TV. Al mismo tiempo, la información aparece bajo la forma de un bombardeo; datos, más datos y sólo datos, totalmente inconexos. Ese estudio yo lo hago con mi madre, que tiene 81 años y vive de lo que dice la tele. Ella ve el noticiero y me cuenta datos. «Hubo un accidente automovilístico en Bélgica, se quemó un edificio en Londres», etcétera… ¿Y qué conclusión se puede extraer de allí?

Es de imaginar que un chico de la primaria tiene la misma base. Ahí está la paradoja: aunque asistan a los mejores colegios, usen medios audiovisuales y tengan abierto el acceso a las bibliotecas, en el fondo tienen una sobreabundancia de datos y nada con qué trabajarlos. Así es como después se desesperan y buscan una solución global. «Necesito alguien que me explique cómo funciona el mundo» –dicen. Y no tarda en aparecer el gurú que dará todas las respuestas. «Mire, esto es muy fácil» –dirá el líder de turno. «Hágame caso que yo tengo la explicación que usted andaba necesitando».

Curiosamente, la disciplina de todas las sectas es muy dura, diríamos que espartana. Los chicos que entran suelen ser de familias de clase media, que gozan de entera libertad y mucha independencia. Cuando son captados por uno de estos grupos los hacen trabajar de sol a sol, no los dejan dormir, como si dieran un paso al otro extremo. En apariencia es como si estuvieran extrañando todo eso. La lógica sería que tomen desocupados, que les dieran un empleo y puedan sentirse reconocidos ahí adentro. Pero no, reclutan gente que a veces está muy bien, como en una especie de proceso masoquista.

ADIOS AL MAÑANA. Pablo Capanna, Aberto Vanasco y Eduardo Goligorsky durante la presentación del libro «Adiós al mañana». Buenos Aires, 21 de diciembre de 1967

–Puede pasar que algunos pibes salgan de un hogar confortable, pero no puede negarse que la secta, en realidad, cubre necesidades afectivas y psicológicas. Así, muchos descubren que había atenciones no satisfechas por la familia.

Capanna: … o bien, que la superabundancia de información de la que hablábamos antes encubre una falta de sentido. En las sociedades avanzadas, muchas cuestiones permanecen ocultas. Los temas de la muerte y la vejez, por ejemplo. La gente, en verdad, no se muere. A cierta edad, desaparece del mapa y se va a una gran colonia de ancianos. Cuando alguien se muere el hecho se oculta, como si fuera algo desagradable que rompe la armonía y el «equilibrio universal». Es obvio que la gente se interrogue sobre eso. Pero es el gurú y sus promesas quien brinda la respuesta. El hombre renuncia a toda esa información racional que le han dado hasta el momento y se entrega. El totalitarismo, en otro momento, también funcionó así. Aparecía el líder con su doctrina y había que seguirlo. «Síganme que no los voy a defraudar» –decían… (risas)

GANCHO MESIÁNICO

–Como usted sabe, el culto de los extraterrestres está a la orden del día. Ahora emerge una variante nueva, que se aprovecha de algunos estereotipos del mito de los ovnis para atraer interesados y transmite un mensaje que pretende enfrentar a las religiones dominantes, demonizando al dios de los católicos y presentando al mundo como el reino absoluto del mal. ¿Dónde encuentran inspiración estas sectas?

Capanna: No tengo más que referencias superficiales, pero sé que es la readaptación de un mensaje bastante antiguo de algo que ha dado en llamarse la «gnosis pesimista» y se remonta al siglo II. Para estos profetas modernos, el mundo está dominado por una potencia malvada. Sin embargo, hay algunos intermediarios que van a rescatar al hombre de la catástrofe. En el fondo, cambiando extraterrestres por «arcontes», el mensaje es el mismo: en la época de la Gnosis se hablaba de seres superiores que bajaban cada tanto a la Tierra, encarnaban y fracasaban; aunque, de algún modo, esos espíritus despertaban en el hombre la parte espiritual. Una de sus variantes, la de los «gnósticos licenciosos» (que en algunos casos llegaron hasta el canibalismo y se parecen muchísimo a la secta «Los Niños de Dios»), insisten en el sexo como vía de trascendencia. Pero otros insistirán en que la salvación pasa por la disciplina, otros en la recitación de un mantra, etc. Una de las peores fallas en el discurso de las sectas consiste en creer que la clave de la vida puede descubrirse a través de un solo elemento. Probablemente, la idea de los extraterrestres salvadores procede de una idea gnóstica. A lo mejor estoy exagerando un poco porque el tema me tiene algo obsesionado, especialmente a raíz de los estudios que necesité hacer para escribir mi ensayo Idios Kosmos, sobre la obra de Philip Dick.

LA PROFECÍA FATAL

– ¿Qué tiene que ver la obra de Dick con los «extraterrestres salvadores»?

Capanna: Primero: Dick era un esquizofrénico bastante agudo y estaba sobrecargado de drogas que lo predisponían a experimentar alucinaciones. Segundo: prácticamente, él desarrolló una gnosis pesimista por su cuenta. Cuando leyó a los gnósticos se convenció y empezó a recibir mensajes del más allá. Revelaciones, cosas así. Dick escuchaba voces. En general, todos los esquizofrénicos lo hacen. Y el que le hablaba al escritor norteamericano era un Salvador que iba a llegar desde el espacio. Este proceso comenzó a suceder en su última etapa. En las novelas más recientes, ya se ve que hay una mezcla de ciencia ficción y esoterismo. Especialmente en una que se llama VALIS (Vasto Sistema de Inteligencia Viva Extraterrestre), una especie de deidad cósmica que se comunica con él. Dick se descubre como la reencarnación de uno de los primeros cristianos que fue martirizado, realiza toda una interpretación en clave gnóstica de Cristo y hace lo que los posmodernistas llamarían un «pastiche», que terminó por convertirse en una mezcla verdaderamente muy peculiar de temas científicos, mitológicos y de sus propias alucinaciones.

BIBLIOTECA NACIONAL, 20 DE JULIO DE 2022. Flyer para informar sobre el inminente evento creado por el gran Santiago Slabý

–Con la diferencia de que era literatura…

Capanna: No, no. Para ese momento ya estaba loco y pretendía transmitir un mensaje. En las últimas entrevistas con una persona que lo acompañó durante dos años, un aficionado que lo iba a ver a la casa y grababa todas las conversaciones, incluyendo las que mantuvo con él una noche antes de su muerte, llegó a decirle cosas totalmente delirantes… «¡Déjen de contaminar al mundo, que voy a tener que intervenir yo mismo y le voy a decir a Reagan que se deje de embromar!» –se enojaba Dick.

A todo esto, él ya había pasado por una fila indecible de mesías. Cada mes cambiaban de nombre, de aspecto y de profecía. Al cabo de un tiempo oye por la radio a un tal Benjamin Creme, un ilustrador inglés que también decía recibir mensajes de los extraterrestres y pronosticaba el fin del mundo. Dick queda muy sorprendido porque, por la misma época, él mismo «recibía» algo muy parecido. Entonces, deduce que ambos están conectados con la misma fuente. El Salvador se llamaba Maitreya, un nombre que proviene del budismo tradicional. Se trataba de un personaje que había nacido en la India, y su rostro aparecería públicamente en las pantallas televisión de todo el mundo el 14 de mayo de 1982. La gente, decía, lo iba a reconocer de inmediato. He aquí que, una vez anunciada la profecía, Dick ya no se pudo echar atrás: se había jugado su última carta. Sin embargo, pronto intuye la posibilidad de que su apuesta pudiera ser errónea y que el Salvador, quizás, no apareciera. (N. del Ed. a comienzos del s. XXI Maitreya se manifestó en la Argentina).

Pocos días antes de la fecha anunciada Dick abandona la vida. Yo creo que se había jugado tanto por esa fecha, había puesto un compromiso tan grande en ella, que cuando rubrica por primera vez con una fecha sus vaticinios, no le queda ya otra que morirse.

– Si estos «agoreros del espacio» conocieran la involuntaria lección de dignidad que, a pesar de su locura, les dio Dick, se les debería caer la cara de vergüenza cuando sueltan sus presagios.

ABSTRACT: FROM THE CREST OF THE ESOTERIC WAVE

Philosopher Pablo Capanna, Science Fiction expert, makes an analysis of magic thinking in historic cicles, the relations between fringe science and the revisionistic attitude that characterizes the postmodern movement, the mass media information bombardment and the reasons for so many youth being swallowed by some sectarian group. On the conclusion he briefly introduces his last  book Idios Kosmos on writer Phillip K. Dick. Ed.-

Primera publicación:  El Ojo Escéptico Vol 1 Nro 1 Marzo de 1991

CAPANNA Y AGOSTINELLI. En un café de la Avda Corrientes, circa 2017. Foto: Leandro Bartoletti

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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