¡Mire hacia arriba, es una orden!

Recuperada una deliciosa página publicada en febrero de 1986 donde una jovencísima Gloria Guerrero le mojaba la oreja a Marc Singer (el actor que interpretó a Mike Donovan en «V, Invasión Extraterrestre») y reclamaba que “Cosmos” de Carl Sagan se pudiera ver en todas las escuelas.

Bajo la volanta “Televisión: la onda de las galaxias” y este mismo título, nuestra querida Gloria Guerrero escribió en la edición número 168 de la revista Humor una semblanza que hoy refresca la nostalgia de los tiempos de “Cosmos”, el cometa Halley, Ronald Reagan, “La Guerra de las Galaxias”, “Galáctica”, “V, Invasión Extraterrestre” y del casi olvidado padre Ismael Quiles.

Por Gloria Guerrero

Quedaron atrás las modas policiales, las de cowboys y los entretenimientos. Ahora, cada vez que usted presione un botón de su TV, habitantes de Andrómeda lo fusilarán con sus rayos cósmicos y lagartos de Orión lo harán puré con un “uppercut” a seis manos. Y, si cambia de canal, se encontrará con Carl Sagan explicándoles que estos bichos casi seguro existen. Prepare su campo de fuerza y dele bola a su bitácora de vuelo, que por ahí volamos todos.

El simple hecho de que en 1986 se difundan por televisión divertimentos o serias investigaciones con visos cósmicos espaciales no debería asombrar a nadie. Con el Halley en la otra cuadra, el transbordador Columbia preocupado por su falla en el intensificador de imágenes, el Voyager husmeando a Urano, Ronald Reagan disfrazado de Luke Skywalker para su propia guerra galáctica y los científicos explicando a los niños que el promedio de ozono en la Tierra descenderá un 9,4 %, era de esperar que el mefistotélico aparato no podría seguirse limitando a «Daktari» o a «Mister Ed».

Sin embargo, exageran. En una misma semana televisiva, de lunes a viernes y en el mismo horario, el Enterprise del Capitán Kirk recita su bitácora de vuelo mientras en el canal vecino los lagartos nazis-comunistas (con semi-svástica en un pabellón semi-rojo) se ahogan envenenados por un vistoso gas que también es rojo. Es decir, mueren en su propio caldo de cocodrilo. Esto nada sería sin Galáctica, la “astronave de combate” en la que cabalga Lorne Greene, una bonanza de comandante seguido inmediatamente después por el “Cosmos” de Carl Sagan.

CARL SAGAN. Retrato que acompañó el lanzamiento de «Cosmos. Un viaje personal» en 1980.

Para tranquilidad de todos nosotros, Sagan y su magnífico “viaje personal” aseguran que es altamente probable que todos estos bichos del espacio exterior existan realmente. ¿Creerán en Dios? El padre Ismael Quiles se dedica a la Luna, presentando “Viajando en el universo hacia el más allá”, con documentales de la NASA. Con la Luna ahí arriba y más allá, aparece en trasnoche el «Proyecto UFO» (OVNI), que en otra canaleta increíble tiene su sección en lo más increíble de los “Domingos increíbles”: “El misterio de los OVNIS”. De todas maneras, el canal estatal se apuró a desempolvar los capítulos de “Mi marciano favorito”, el cabezón de antenitas retráctiles. Guarda. A cada presión de un dedo humano sobre el control remoto de una TV, puede brotar un rayo de féiser que pulverice la mesita ratona. Pero ése riesgo es de cada uno.

Todo parece haber arrancado a partir del éxito descomunal de “V”, la miniserie político-espacial que preserva el american way of life gracias a la intrepidez de Mike Donovan y su troupe. La expresividad del actor Marc Singer se limita a su cara de estar siempre mirando el sol de frente, pero eso parece ser lo de menos. Los 48 puntos de rating de “V” invitaron a Canal 11 a reponer la excelente “Viaje a las estrellas” (que de paso fue publicitada con la “V” de “Viaje…”. Y Canal 13, entonces, optó por repetir –entera otra vez, válganos Dios– la “V” verdadera, en el mismo horario que el 11 dispuso para “Viaje a las estrellas”. Así, en cada corte publicitario, el espectador puede dejar a Spock peleando contra un monstruo cavernícola del asteroide 14-X, y entretenerse mientras tanto con los reptiles deglutiendo hamsters y estacionando sus platos detrás de la Luna para hacer pomada Los Ángeles y San Francisco. Una rápida pasada de canal, de uno a otro, marca la bruta diferencia: aunque las aventuras de Kirk y Spock tienen ya más de una década de senectud, sus argumentos, ficciones y extraterrestres disfrazados son más contundentes e interesantes que los correteos de Diana por la nave madre, a través de esos pasillos eternamente octogonales desde los inicios de la ciencia-ficción.

Gracias al Hacedor (aunque Carl Sagan insiste en que no los hay), la vuelta de “Cosmos, un viaje personal” a la televisión es uno de los mejores regalos del 86. Sin embargo, no resulta fácil entender por qué una serie de semejante nivel científico y didáctico (en la que la ductilidad explicativa de Sagan, sencilla, amena y no por eso menos profunda, accede a cualquier tipo de público y no sólo al “más elevado”) se emite a las 10 de la noche, después de que los perritos, topos gigios y otros adefesios obliguen a los niños a irse a dormir. Más allá del placer que puede sentir un adulto ante la fantástica –y comprensible– visión del cosmos que logra Carl Sagan, la serie debería emitirse en los colegios de forma regular. O al menos, en un horario al atardecer que permita a los infantes acceder al universo que sólo suponen poblado de lagartijas que comen ratones vivos.

Algo similar ocurre con “La humanidad”, el ciclo del sacerdote Ismael Quiles que aparece cerca de la medianoche, ahora con documentos fílmicos de las misiones Ranger, Surveyor y Apollo. A semejante hora, más de uno de nosotros ve cuatro lunas en pantalla en cada bostezo gigantesco, y se pregunta si los astronautas no nos dejarán dormir nuestras modestas horas terrestres a gusto.

“No es lógico”, diría el señor Spock. De todas formas, el Dr. McCoy acotaría que “ser lógico es ser bastante estúpido”. Los porteños, llenos de alienígenos hasta detrás de la cortina de baño, sabemos a esta altura que poner el escudo de fuerza equivale a no poder disparar los féisers, por lo que no nos queda otra que apretar los dientes y cambiar el curso. De todas formas, nos tranquiliza saber que, en caso de invasión extraterrestre, los buenos americanos van a salvarnos.

(¿Nos tranquiliza?)

Colaboración: Paulo Lage

PICADILLO CIRCO. Gloria Guerrero publicó este comentario en la sección de espectáculos de «Humor» Nro 168 de febrero de 1986.

OTRO RECORTE DE ÉPOCA

ESTRENO DE «V, INVASIÓN EXTRATERRESTRE». El 23 de agosto de 1985 el editor de este blog publicaba su primer «artículo profesional» firmado, en este caso en el diario «La Voz» de Buenos Aires, donde era cadete.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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