Ummo: el día que Jordán Peña “mostró sus cartas” y nadie pescó el guiño

Hoy la polémica revivió a partir del inminente estreno de la miniserie que emitirá desde el 14 de noviembre Movistar Plus+ “Ummo: La España alienígena”, que develará el papel central que ocupó el parapsicólogo y ufólogo José Luis Jordán Peña en ese caso, y la imprevista reacción en el preestreno de la miniserie en el Festival de Cine de Sitges 2022 de su hijo, José Luis Jordán Moreno, quien a viva voz proclamó: “¡Ummo existe! ¡Ummo existe!”.

SITGES 2022. La reacción de José Luis Jordán Moreno viralizó la noticia sobre la serie que estrenará Movistar Plus.

Ummo es un caso plativolista español colmado de detalles alucinantes que darían para una Enciclopedia Galáctica Plebeya, bien distinta del ciclo de Trántor de Isaac Asimov. Una versión forjada en los ambientes mistéricos puros y duros de la España franquista y post franquista.

En una entrevista hasta hoy inédita celebrada el 11 de mayo de 1985, Jordán Peña, el mundialmente señalado como mentor o «agente» del planeta de los corresponsales anónimos, deslizó las claves que hubiesen permitido inferir, o tal vez sospechar, su crucial participación en la génesis de la historia ummita cuando él todavía no parecía tener entre sus planes confesarse. De la mínima historia de la ufología mundial, una joyita ibérica que vale la pena disfrutar.

“(A veces la motivación podría ser) gastar una broma. A veces se trata de realizar un análisis psicológico y convencerse a sí mismo de que los demás son muy ingenuos. Se trata de contrastar las reacciones en función de un relato que él domina y sabe que es falso (…) Es decir, yo no pienso que a veces es inmoral fabular”.

José Luis Jordán Peña, 11 de mayo de 1985

Por Alejandro Agostinelli (introducción)

El increíble potencial dramático de la saga ummita permite desgranar su historia partiendo casi desde cualquier punto, siempre que no dejemos afuera el mágico ciclo de tertulias que, entre 1954 y 1966, presidió el contactado Fernando Sesma Manzano (1908-1982) en el café Lion de Madrid, más precisamente en un sótano de esa cafetería conocido como La Ballena Alegre.

Aquel pintoresco trampolín del misterio ummita tuvo vida corta en el salón del cetáceo por muy diversas razones. Una de ellas: los seres de Ummo eran demasiado científicos para el gusto de Sesma, más dado al espiritualismo. Pero sin la entusiasta aceptación inicial de aquel animador de la fe en los extraterrestres, probablemente Ummo nunca hubiese existido. Quizá tampoco hubiese salido a luz si, allá por 1968, el párroco de Mairena del Alcor Enrique López Guerrero (1930-2010), no hubiese desafiado las súplicas de silencio solicitadas por los hermanos del astro frío. Ni se hubiese consolidado sin la publicación de «Un caso perfecto» de Antonio Ribera y Rafael Farriols (Ed. Pomaire, 1969), un libro basado en testimonios imposibles de recoger sin la sigilosa, aunque inevitable, colaboración de un escéptico testigo de aquellos eventos, un tal José Luis Jordán (1931-2014), quien en La Ballena Alegre había empezado a hacerse conocido como Peña, antagonista de Sesma y apasionado tertuliano que pronto integró la Sociedad de Amigos de Visitantes del Espacio fundada por el contactado junto a la española-alemana Hilde Menzel (1919-2009).

SESMA ALEGRE EN LA BALLENA ÍDEM. Esta rara escena de las tertulias organizadas por Fernando Sesma en el sótano del café Lion (circa 1966) fue proporcionada al editor de este blog por la bionda Hilde Menzel, cofundadora de la Sociedad Amigos de los Visitantes del Espacio y secretaria por lustros del legendario contactado español.
… Y EN LA OTRA ESQUINA. Peña -aún no revelaba su apellido completo- era el «par dialéctico» de Fernando Sesma en las tertulias de La Ballena Alegre. (De izda. a dcha.: José Antonio Campaña, Balbina Barrera, José Luis Jordán Peña, Isabel Nido y Alicia Araujo. Foto de 1969 tomada de un insoslayable artículo de José Juan Montejo publicado en Ummo-Ciencias).

Fue en ese caldeado ambiente, a comienzos de 1966, en que Sesma, receptor de las primeras cartas, llamadas y recados enviados por estos hipotéticos humanoides, leyó la misiva que declaraba:

«Procedemos de UMMO, planeta que gira alrededor del astro IUMMA, registrado en vuestra Tierra con la denominación de Wolf 424».

Si bien «el astro IUMMA» (identificado por ellos con la estrella Wolf 424) quedaba aproximadamente a la distancia informada por los mismos ummitas, el investigador gallego Oscar Rey Brea (1923-1973) advirtió que estos seres se olvidaron de agregar un dato crucial o ¡ni siquiera sabían de dónde venían! Wolf 424 es parte de un sistema estelar binario (*). También hay que considerar que el acto de creer está más allá de las comprobaciones científicas y, en ocasiones, más allá de la verdad: los valores de distancia entre Wolf 424 y nuestro Sol (14,437 años-luz) correspondían a los que calculó su descubridor terrestre… ¡que se remontaban al año 1938! La distancia correcta, con datos actualizados a 1966, era otra: 14,6 años-luz.

A su favor también hay que decir que los wolfianos, como le gustaba llamarlos al notable compilador de la controversia, el sevillano Ignacio Darnaude Rojas-Marcos (1931-2018), fueron los primeros extraterrestres que predicaron ejercer un sano escepticismo:

«Esto es lo único que postulamos: no nos crean. Acojan con desconfianza estos conceptos. No los divulguen por ahora en los medios de comunicación de masas. Muéstrense incluso escépticos ante los OEMII (hombres) no familiarizados con su ciencia (la que analiza estos hechos), pero no destruyan estas hojas impresas. Con algunos millares más distribuidos discretamente, constituyen el precedente histórico de las relaciones primigenias entre nuestras dos redes homínidas».

Y en otro documento: «LOS TESTIMONIOS TIENEN EXACTAMENTE EL VALOR QUE LES OTORGAN LOS RAZONAMIENTOS EN QUE SE APOYAN. Si las ideas que les brindamos no las entienden o desprecian, HARÁN BIEN EN NO CREERNOS». (D23, 1966)

Hoy, lejos de repetir la historia conocida, vamos a dar un salto hasta el 11 de mayo de 1985, cuando Julio Arcas Gilardi e Ignacio Cabria García, dos destacados estudiosos de la ufología ibérica, se sentaron a conversar en el salón de un centro universitario madrileño con Jordán Peña. Una conversación que tuvo lugar a sabiendas de que su interlocutor era un rara avis, como sólo lo puede ser un escéptico fascinado por el universo de lo paranormal.

Alguien podrá decir que «es fácil» encontrar declaraciones “reveladoras” de Jordán Peña con el diario de hoy. O que aquellas tempranas insinuaciones no hubieran sido consideradas indicios de nada –ciertamente, en 1985 el mundillo ufológico no estaba atento a Ummo y sólo sospechaba de la implicación en el «montaje ummita» de Jordán Peña un pequeño grupo (Sesma cuando se desencantó y Félix Ares y David López cuando se alejaron de Ballena Alegre y se unieron a Jordán para formar Eridani – Agrupación de Estudios Cosmológicos A.E.C.).

Sin embargo, el efecto de su lectura, en 2022, es apasionante: nunca antes JLJP había sugerido cosa parecida.

En el verano argentino de 1995, a la vuelta de la tercera de las cinco travesías ibéricas en que me consagré a entrevistar a todo aquel protagonista, primario o secundario, que tuviera algo interesante para contarme sobre la historia terrestre de Ummo, desgrabé el contenido de un viejo cassette de cinta magnética que, si no recuerdo mal, me fue facilitado por Ignacio Cabria García, autor de la entrevista que volcaremos íntegra a continuación, junto a Julio Arcas Gilardi.

Desde el principio supe que merecía ser divulgada esta instantánea del pensamiento de una figura central en los corrillos europeos del misterio. Pero la transcripción, como casi todo mi archivo ummita, quedó traspapelada en el interior de una de tantas cajas que llevaban lustros sin revisar. Por entonces, mientras transcribía la entrevista, fui apuntando varias notas al pie. Siguen ahí. Omitirlas o rehacerlas hubiera supuesto estropear la frescura del hallazgo: aquel año descubrí que la conversación refleja con detalle las motivaciones del autor de un fraude pocas veces intentado y a todas luces exitoso, un fraude que tuvo sentada al borde de la silla, a lo largo de 27 años, a parte de la sociedad española convencida, permeable o vacilante sobre las noticias de una avanzada del planeta Ummo en la Tierra.

MADRID, 2005. José Luis Jordán Peña e Ignacio Darnaude, en la última conversación que mantuvieron durante una reunión a puertas cerradas celebrada en Madrid convocada por los «ummólogos» de Francia.

Entrados los ochenta, la vida de Jordán Peña siguió impregnada en materia estelar. Él ya era un asiduo participante de seminarios, congresos y charlas organizadas por ufólogos que admitían sus opiniones de buena gana (su escepticismo no rompía lanzas con el misterio), cuando aquellos eventos no eran organizados por él mismo (ver recuadros, abajo). Su vida seguía embebida en lo ummita: en 1984, junto al médico Juan Aguirre Ceberio, fichaje que cumplió un rol activísimo en Madrid tras el alejamiento de Sesma y la desbandada de La Ballena Alegre, encabezó una iniciativa que quiso burlar los incipientes intentos de comercializar vía revistas o libros la summa de conocimientos ummitas. Así, lograron reunir la totalidad de los informes en cinco tomos (luego condensados en tres) que se titularon “Los Escritos de UMMO”.

Faltaban casi tres décadas para que Jordán se viera obligado a desandar el andamiaje ummita. Para que llegase una confesión con todas las letras, o las cuatro de Ummo, habría que esperar hasta 1993. Ese año, casi a regañadientes, cediendo a presiones de un círculo que lo arrinconaba cada vez más, escribió en la revista La Alternativa Racional un artículo titulado «Ummo: otro mito que hace crash», donde se atribuía la autoría de las cartas y el tinglado de llamadas, manipulaciones y fraudes, entre ellos –como documentó enseguida la revista Cuadernos de Ufología– las marcas de aterrizaje en Aluche en febrero de 1966 y las dos secuencias fotográficas “independientes” tomadas el 1 de junio de 1967 frente a los castillos de Alcorcón, en San José de Valderas.

VALDERAS: UN CASO FERPECTO. En al menos tres cartas recibidas por tertulianos del café Lion entre mayo y abril de 1967, los ummitas anunciaron que una de sus naves pronto iba a aterrizar cerca de Madrid, Bolivia y Brasil para rescatar a su gente ante un alto riesgo de guerra nuclear. Así, en el barrio de San José de Valderas en Alcorcón, la prensa madrileña publicó una secuencia obtenida por un fotógrafo anónimo. Una segunda serie de fotos había sido tomada por otro fotógrafo que resultó usar seudónimo. Varios estudios confirmaron que era una maqueta suspendida por un hilo producida por un único autor. Si bien Jordán Peña confesó que armó la escena con la ayuda de su amigo Vicente Ortuño, no presentó pruebas. Este caso dio lugar al libro “Un caso perfecto” (Ed. Pomaire, 1969), que omitía la relación del caso con Ummo. Jordán Peña fue el principal investigador, asesor y guía para sus autores, Antonio Ribera y Rafael Farriols.
DESCARGO TARDÍO. La primera «confesión pública» de Jordán Peña fue publicada por la revista La Alternativa Racional Nro 29, verano de 1993. También envió cartas a sus amigos, como Rafael Farriols, y se aclaró ante diversos periodistas.

Aquella entrevista de Arcas y Cabria fue realizada en el plativolizado Madrid de los años ochenta, en unas jornadas convocadas bajo el título “Encuentros con los extraterrestres”. En ese aire charlaron con Jordán, autotitulado Psicólogo, perito en Telecomunicaciones, contradictor de Sesma, y desde los setenta, vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología.

Esta entrevista, que se disfrutará más a la luz de lo que sabemos hoy y habiendo leído algunos informes de Ummo, fue realizada ocho años antes de que anunciara: “Yo fui su creador” –sin contar todos los matices añadidos a posteriori, ya que confió distintas versiones según el interlocutor que le tocaba.

En 1993, casi ningún miembro del círculo rojo ummológico creyó en la autoconfesión de Jordán Peña. Para algunos, era obvio que no podía ser cierto. Otros consideraron insuficientes sus conocimientos para invertárselo todo y a lo sumo sería un «agente» contratado por «los verdaderos ummitas» Por último, para otros era el «candidato puesto» pero… no podría nunca habérselo montado solo, sin el concurso de «instituciones poderosas» o… de los propios ummitas, llegando al extremo de que fuese ummita él mismo. Su confesión había llegado tarde: la mayoría de los expertos –empezando por Félix Ares de Blas, Ignacio Cabria García, y Carles Berché– sabía o sospechaba desde hacía tiempo que Jordán había sido el mecanógrafo, el dibujante o el mentor integral de Ummo, el cerebro detrás de las cartas, las llamadas y las otras operaciones con las que intentó instalar la idea de que seres procedentes de Ummo vivían infiltrados en la Tierra.

La sugerencia que José Luis Jordán Peña no terminó de explicitar en 1985 suma así un elemento fundamental a las investigaciones que adelantó la revista Cuadernos de Ufología de 1994 en el dossier proféticamente titulado: «Ummo: La historia interminable».

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(*) «¡Resulta que los ummitas, que incluso nos dibujan su sistema, desconocen que giran en torno a dos soles, ya que Wolf 424 es una estrella binaria…!» Carta de Óscar Rey Brea a Manuel Osuna, 12-1-1970, citada por Ignacio Cabria García en “Historia cultural de los ovnis en España” (Reediciones Anómalas, 2022).

MADRID, 1985. Julio Arcas Gilardi e Ignacio Cabria entrevistando a José Luis Jordán Peña.

JOSÉ LUIS JORDÁN PEÑA: «A VECES NO ES INMORAL FABULAR»

Por Julio Arcas Gilardi e Ignacio Cabria García (*)

(Transcripción, destacados y glosas: Alejandro Agostinelli)

Julio Arcas Gilardi (JAG): Estamos con José Luis Jordán Peña (JLJP), ponente de “Encuentros con los extraterrestres”, un simposio que se está desarrollando el 11 y 12 de mayo en Madrid. A la vista de las intervenciones que se han ido produciendo, ¿qué opinión le merece su experiencia y cómo se podría interpretar a la luz de la psicología?

JLJP: En principio, no olviden que a mí me interesa el tema desde un punto de vista antropológico y sociológico. Es decir, en el campo de mis investigaciones sobre lo paranormal y la ufología me fascina más el comportamiento de las personas (1) y no solamente el de unos presuntos contactados y de unos presuntos o reales visionarios de ovnis, sino el comportamiento de la gran masa frente a este fenómeno. Ahora, estamos circunscribiéndonos a un caso muy concreto, el de unos supuestos contactados. Yo pienso que la ciencia exige siempre un principio de verificabilidad. Cualquiera de nosotros puede aportar un testimonio.

Si yo digo que anoche pasé unas horas en mi dormitorio con la señora Thatcher o con la Reina de Inglaterra (2), evidentemente he aportado un testimonio, y nadie puede, en principio, objetar que no es cierto. Yo debo probar mi aserto. Nadie puede probar que no es cierto que yo anoche estuve con una señora tan importante en mi habitación.

A lo largo de la historia observamos que miles de personas aportan testimonios, y aportan testimonios a veces fantásticos. Pero la ciencia siempre exige más. Que conste que la ciencia nunca niega nada sino que exige una verificación. Precisamente la ciencia se ha desarrollado en los últimos siglos gracias al principio de verificabilidad. Y encuentro que en estos testimonios no se cumple el principio de coherencia en el relato ni el principio de contrastabilidad. Es decir, a la hora de contrastar los elementos del testimonio con el mundo real, aparecen verdaderas lagunas; sobre todo, colisiones entre los puntos del relato. Y lo que es más interesante para el psicólogo, el principio, vamos a llamarle, de impregnación, o de proyección, en estos relatos aparece en una forma muy curiosa. Por ejemplo, cuando Hélène Smith, una famosa vidente, aseguraba que estaba en contacto con los marcianos –con independencia de que eso no es contrastable porque, como se ha demostrado después, los marcianos no existen–, cuando ella utilizaba un lenguaje donde los fonemas eran neologismos, podía hablarse realmente de un neolenguaje. Pero al aplicar el principio de contrastabilidad nos encontrábamos con una incoherencia: que la sintaxis del marciano era francesa (3). Y cuando intentamos hacer un análisis de los relatos de estos señores, yo observo que no se cumple ninguno de esos principios. Yo puedo, entonces, contar una historia maravillosa que nadie me va a poder cuestionar (4) .

Hace un momento una periodista me preguntaba qué opinaba realmente yo de estos señores. ¿Son enfermos? ¿No son enfermos? En principio pienso que desde el punto de vista científico –vamos, desde el punto de vista psicológico, médico y clínico– es incorrecto adelantar un diagnóstico sin hacer un psicodiagnóstico previo. En el caso concreto de Próspera Muñoz, de Rivalta y del señor Herrero, no he tenido ocasión de hacer un psicodiagnóstico. En el caso de Próspera Muñoz lo vamos a hacer. Entonces, yo ahora mismo no puedo aventurar qué tipo de enfermedad… entre otras cosas porque podría haber fabulación. Una vez que ya se sabe claramente que esos principios no se respetan, no cabe duda de que el testimonio resulta harto dudoso. Pero si hubiéramos de trasladar esos elementos del testimonio a la patología psiquiátrica, yo diría que se trata de auténticos delirios paranoides. Es decir: de encuadrar a cualquiera de estas personas dentro de una patología –suponiendo que fueran enfermos– los elementos son típicos de un cuadro esquizofrénico paranoide con sus correspondientes delirios sistematizados, típicos del cuadro paranoico (5).

JAG: Dado que la interpretación a nivel psicológico y de verificabilidad científica van en el sentido de explicarlo como enfermedad, o de trastorno psíquico, parece que en principio la razón se pone en guardia frente a este tipo de testimonios. Está claro que hay muchos factores que impiden creer en ello.

JLJP: …y más teniendo en cuenta que no hay ninguna aportación original…

JAG: Hay una cuestión que me gustaría que nos explicara, interesante de resaltar, y es que en este tipo de presuntos contactos, pareciera haber unos esquemas generales en cuanto a la presentación del hecho en sí, y en cuanto a la interpretación…

JLJP: … elementos comunes a todos los testimonios. Tengo una explicación muy clara.

JAG: Precisamente, ¿cómo explicar estas aparentes coincidencias en cuanto al comportamiento, los mensajes, el contenido y la información que proporcionan?

JLJP: Vamos a clarificar eso. Hay una serie de elementos comunes. Por ejemplo, cuando a un gran porcentaje de los presuntos abducidos se les paraliza el vehículo por acción de un campo magnético muy intenso de unos millones de Gauss –cosa que entra en contradicción con la física, porque si, por esas causas se da una parálisis del automóvil, colateralmente se debieran producir otros efectos magnéticos, por ejemplo: cuando se habla de campos intensos–, nadie habla del fenómeno por el cual los cables de conducción eléctrica, en presencia de un campo magnético poderoso, se atraen entre sí. Esto, en cambio, no parece ocurrir. Hay contradicciones.

Pero hay unos elementos comunes. Los señores abducidos, o muchos de ellos, aseguran que su coche se ha paralizado, que han sido abducidos a una nave que describen de una forma muy terrestre, muy dentro de los esquemas de lo que es la tecnología de los años ‘80, y a veces de los años ‘60, como las escalerillas y jeringuillas decimonónicas. Otro elemento común es el examen clínico del sujeto, cosa que tiene cierta lógica; si realmente ellos vinieran aquí, parecería lógico que hicieran un test fisiológico de las constantes biológicas del individuo (6), de sus secreciones internas y tal.

Y luego hay otro elemento en común, como el salto en el tiempo o la amnesia post vivencial. Entonces, ¿cómo es posible que diversos individuos situados en distintos puntos geográficos elaboren unos relatos y unos testimonios con esos elementos comunes? No olvidemos la transferencia que hacen los medios de difusión. Estos testimonios vienen en cascada: aparece el caso de Vilas Boas e inmediatamente aparecen centenares de señores que han leído en la prensa y en revistas especializadas. Y que no se me objete que muchos de ellos ignoran…

JAG: …sí, pero hay una cuestión que quizá contradice un poco el hecho de que la difusión de la información sea suficiente para servir como vehículo de fabulación o de elaboración de la información…

JLJP: ¿A ver cuál es?

JAG: Hay muchos aspectos concretos, específicos, de este tipo de presuntos contactos o abducciones, en los que, vamos, no se dan a conocer públicamente, ya que estas informaciones no suelen ser publicadas en bibliografía ni suelen salir en periódicos dada la tremenda especialización del asunto.

JLJP: Hay testigos que han guardado durante cierto tiempo su testimonio. Pero, repito, este relato, que presuntamente han elaborado, contiene elementos de información que a su vez fueron transferidos de testimonios análogos que aparecieron en los medios de difusión. Este es un hecho real.

JAG: Bien, entonces la explicación de esa coincidencia de datos provendría de la difusión de esas informaciones.

JLJP: Los medios de difusión contribuyen sin quererlo.

JAG: Pero contribuyen, señor Jordán, de una forma relativa. En estos momentos, desde hace unos años, está claro que el impacto que tiene en la opinión pública la fenomenología ovni, la ufología, y mucho más este tipo de sucesos, por una parte, y en los medios de información, por la otra, es absolutamente negativo. Así como en la década de los ‘70 en este país había una tendencia a informar, en estos años sucede justamente lo contrario. La prensa se retrae, la prensa es escéptica, la prensa no quiere saber nada del fenómeno ovni. Y sin embargo, paralelamente, hay un crecimiento de sucesos de este tipo.

JLJP: Evidentemente, un medio de difusión es la prensa, pero hay otro que es la bibliografía. Vamos a ceñirnos a casos muy concretos, que son estos contactados que aparecen en el congreso. Ellos tuvieron ocasión de leer abundante literatura publicada en torno a esta casuística. Por ejemplo, un Julio Fernández, a quien en su tiempo estudié y analicé a través de inducciones hipnoidales, el estudio de su relato y de un psicodiagnóstico, a su vez pudo tener perfectamente ocasión, por su formación cultural, por sus lecturas –y así lo constate– a información de presuntas abducciones anteriores. Próspera Muñoz es una mujer con formación de maestra que tuvo ocasión de leer bibliografía, revistas especializadas, relacionadas con el caso Julio F., etc, no digamos Rivalta, no digamos Herrero. En los casos que he estudiado parece claro que han tenido acceso a esa información, bien por la prensa, bien a través de las pocas revistas especializadas que hay en España, bien a través de una bibliografía que ha aparecido y que conocemos todos perfectamente.

Ignacio Cabria García (ICG): ¿Esta fabulación ha sido consciente o inconsciente?

JLJP: No me atrevería a asegurarlo. Además, ni siquiera puedo probar que sea una fabulación en el sentido de que la única prueba que tengo es la incoherencia del relato y, sobre todo, no olvidemos que –sea o no una fabulación– es un testimonio inverificable. No tiene validez para la ciencia. Así de claro. Ahora, intentemos matizar si se trata de una fabulación consciente o inconsciente. Fíjese que si hay una fabulación inconsciente ya estamos entrando en el terreno del delirio paranoide. Es decir, en el momento en que hay una fabulación inconsciente, eso recibe un nombre clínico, que es delirio sistematizado. Vamos, en el sentido de que existen otro tipo de delirios y otros tipos de esquizofrenia.

Eso quiere decir que, si hay fabulación, y si es consciente, evidentemente estamos fuera de la patología y nos encontramos frente a un individuo que –por motivaciones que desconocemos– pretende engañar a los demás.

A veces –cuidado– no simplemente por hacerse famosos. O sea, las razones no pueden ser por hacerse famoso o por… afianzar su propia personalidad. Podría ser otra la motivación. O simplemente por gastar una broma. A veces se trata de realizar un análisis –para un lego en psicología– un análisis psicológico de los demás. Trata de convencerse a sí mismo de que los demás son muy ingenuos. Trata de contrastar las reacciones de los demás en función de un relato que él domina perfectamente y sabe que es falso. Y en función de la reacción de los demás, él puede sacar conclusiones muy interesantes sobre la psicología de los demás, sin necesidad de ser un experto en el tema. Esa podría ser una motivación por la cual algunos individuos fabulan. Es decir, yo no pienso que a veces sea inmoral fabular (7).

IC: Bien, vayamos un poco más allá y entremos en ese tema tan polémico últimamente: la utilidad de la hipnosis en los casos de abducción. Se dice que bajo hipnosis, cuando se demuestra una emoción grande, que bajo ésta no se puede aparentar si el caso no ha sido auténtico, que el procedimiento atestigua que estamos tratando con un caso real. Sin embargo, como comentaba en el congreso Antonio Ribera según experiencias de Alvin Lawson, hay cierto tipo de inducciones dentro de la hipnosis que pueden amoldarse perfectamente a lo que es una abducción clásica. ¿Qué nos puede decir sobre ello?

JLJP: En principio, yo desde hace años utilizo la sofrosis o los estados de inducción sofrónica o hipnoidal en terapia e investigación. En el caso de Julio F. tuve ocasión de realizar una experiencia muy interesante en tanto en cuanto las reacciones psicofisiológicas de este sujeto eran verdaderamente espectaculares, lo que quiere decir que no era una fabulación consciente, en tanto en cuanto hay unos signos psicosomáticos que no son fáciles de fingir, es decir, una aceleración del ritmo cardíaco, erizamiento de la piel (lo que la gente llama carne de gallina), una sudoración excesiva, una aceleración del ritmo respiratorio y, por supuesto, una alteración de los trazados electroencefalo-gráficos, son signos que no se pueden fingir. Este es el caso de Julio. Lo sometemos entonces a inducción hipnoidal y responde de una forma espectacular a sus presuntas vivencias de abducción con esos signos clínicos. Para mí, entonces, hay una cosa clara: no hay fabulación consciente.

BIBLIOGRAFÍA. Algunos de los libros sobre hipnosis y parapsicología publicados por Jordán Peña.

Pero hay un mito, hay una leyenda que es preciso destruir para siempre -y que no vamos a destruir, porque la gente seguirá creyendo en ella- y es que la hipnosis sirve realmente para revivificar vivencias auténticas (8). Y lo que está claro para cualquier persona que haya practicado técnicas de inducción hipnoidal es que la hipnosis, a nivel de regresión, es un instrumento de fiabilidad relativa.

Es cierto que hay una revivificación de los recuerdos, que hay un acceso a los estratos más profundos de nuestra personalidad, en ese estado alterado de conciencia que es la hipnosis,  podemos revivir escenas del pasado, de nuestra infancia, eso es cierto. Pero también es cierto que el individuo en estado hipnoidal puede convertirse en un perfecto fabulador. Yo lo digo de otra manera: el inconsciente es un gran dramaturgo (9). Y además eso no es nada extraño, si parece mentira que la gente no se dé cuenta. ¡Los sueños no son otra cosa que una forma de dramatizar contenidos inconscientes, imputs sensoriales que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida! (10) Y componemos un puzzle precioso con unos sueños que son verdaderamente fantásticos. No vamos a detenernos aquí con experiencias que hemos realizado para demostrar que bajo estado de hipnosis se puede fabular maravillosamente.

Todavía recuerdo mis experiencias en Alicante con un grupo de control de 16 personas y otro grupo de experimentación de 22 personas, en el que estos sujetos, en estado hipnoidal, revivificaron vivencias demostradamente falsas. Es decir, que el inconsciente es un gran fabulador. Cuando una persona, como en el caso de Próspera, a la que yo mañana voy a sofronizar, para que luego se le pregunte, la reviviscencias de esos recuerdos a mí no me demuestran nada: esos recuerdos están entre comillas. Pueden ser pseudorecuerdos. Por someter a una persona a un estado hipnoidal no tengo ninguna garantía de que lo que dice sea verificable. La hipnosis no es un instrumento de verificación. Puede ser un instrumento de revivencia de recuerdos pero entre los cuales se pueden mezclar falsos recuerdos y fabulaciones.

EN «LA CLAVE». Entrevista en el popular programa de TVE donde Jordán Peña se refiere a la abducción de Julio F., años después fue desacreditada como «otra de sus invenciones».

JAG: Después de esta crítica aclaratoria sobre la influencia que puede tener la hipnosis para el estudio de este tipo de sucesos, me gustaría que –como especialista que eres en psicología–, apuntaras a la posible incidencia que puede tener esta serie de fenómenos que se están produciendo en forma constante desde hace más o menos 30 años, este tipo de mensajes. (SALTO DE CINTA)

… Hemos podido contemplar aquí cómo la gente adhería automáticamente a este tipo de presupuestos, aplaudía, estaba de acuerdo de que el mensaje era positivo para los seres humanos, ¿qué tipo de incidencia y cómo explicar esto?

JLJP: En el curso de la ponencia de (ininteligible) usted formuló una pregunta muy inteligente (11) referida a la correlación que existe entre ese fenómeno y una nueva religión. Para los sociólogos, antropólogos, para las personas que intentamos especializarnos en este tema, está claro que, con independencia de ese tema –vamos a dejar aparte la verificabilidad de la existencia o no de extraterrestres aquí en la Tierra– es cierto que los ovnis se han convertido en un mito, en una religión. Primero, porque el hombre necesita de mitos.  Esto es una constante a lo largo de la historia. Segundo, porque para una humanidad constreñida a una serie de temores inconscientes terribles –el temor a una guerra nuclear, la crisis económica, etc.– la necesidad de un nuevo redentor se hace patente, el hombre va sustituyendo los héroes del pasado por héroes del futuro. El nuevo hombre, el hombre angustiado, el hombre con una intensa neurosis de angustia en nuestros días, necesita un nuevo redentor, una nueva Parusía. Necesita de un nuevo salvador. Y claro, esos salvadores no pueden presentar la imagen vieja del maestro vestido con una túnica que flota sobre las aguas del Jordán. Necesitan de unos salvadores tecnológicos que les liberen realmente de sus angustias, y esos salvadores evidentemente son los extraterrestres.

¡Esto tiene un interés enorme! Cuando por ejemplo aparecen personas que me dicen que esto de los ovnis es una estupidez, son unas chorradas, o “yo no creo en ello”, en el fondo son tan estúpidos, o más estúpidos que las personas que se están dedicando al tema creyendo en ello. Creo que es apasionante estudiar ese fenómeno sociológico (12). La incidencia de esos relatos sobre la población es impresionante. Y es triste que muchos antropólogos, muchos sociólogos, no se hayan percatado de ello.

IAI KEAI. O el arte de mezclar esencias aromáticas. Rafael Farriols fabricó una máquina para reproducir la «orquesta de olores» citada en un informe ummita. En 2005 nos permitió verla y fotografiarla en una visita guiada al «altillo secreto» de su residencia en Argentona. (Foto: A. Agostinelli)

JAG: ¿Qué valoración se debería hacer de la incidencia social que tiene esta cuestión? Más que la fenomenología ovni como aspecto físico, este tipo de experiencias que se están produciendo en todo el mundo con una serie de constantes?

JLJP: Yo en esto me siento muy confuso. En mis primeros tiempos, en que yo he estado con una postura analítica, muy crítica y un tanto agresiva, yo intentaba, ingenuo de mí, desenmascarar a lo que yo pensaba eran impostores. Y ahora me lo estoy replanteando porque estoy convencido, estoy convenciéndome como psicólogo, de que el hombre necesita de estos mitos (13). Si el hombre realmente los necesita, si en su cerebro todavía existe una parte paleoencefálica o cerebro animal, que exige que la esfera emocional se potencie de alguna manera, si el hombre necesita creer, yo me pregunto si no será demasiado cruel despojarle de esos mitos (14). La función de esos mitos tal vez sea positiva, y realizar una labor de disección, de análisis racionalista, positivista, para intentar desalienar a las masas, para intentar convencerla de que esto es falso tal vez sea equivocado y tal vez los psicólogos que intentan hacer esto estén haciendo un flaco favor a la humanidad. Tal vez estemos jugando como aprendices de brujo.

Si realmente los mitos existieron a lo largo de la historia, ¿será peligroso anularlos, si, como la biología nos ha demostrado después, los cambios tecnológicos en el medio ambiental han producido trastornos ecológicos terribles? Cuando un hombre de ciencia, cuando unos biólogos han intentado llevar conejos a Australia, nos hemos dado cuenta de hasta qué punto se ha producido un trastorno ecológico terrible. Si los psicólogos intentamos desenmascarar a estos señores para “salvar” a la humanidad… yo me pregunto: pero cuidado ¿quién de nosotros irá a salvar a una humanidad que necesita de esos mitos?

JAG: ¿De qué se la estaría salvando?

JLJP: Bueno, se la estaría salvando, por supuesto, del error. El racionalista sigue una línea de pensamiento que intenta develar el velo de Isis de la realidad subyacente a nuestro universo. Entonces, me pregunto si eso no puede constituir un suicidio en tanto en cuanto el develar esas leyes podrá dar lugar a unas aplicaciones tecnológicas que pueden suponer el suicidio de la humanidad. Yo me pregunto, yo supongo que se lo preguntareis todos. Entonces, tal vez estemos operando como aprendices de brujo.

Hay un ejemplo típico que a mí me impresionó mucho. Al constatar la situación que se planteaba con (Tony) Agpagoa, un cirujano (N. del E.: psíquico) de Filipinas que realiza lo que en términos parapsicológicos se llama práctica logúrgicas (sic), una intervención quirúrgica por la cual el dotado que provoca una incisión en la zona abdominal de donde extrae unas piedras, posible origen del mal del enfermo, y luego cierra la herida limpiamente. Bueno, se desenmascara el modus operandi de Agpagoa: coge una bolsita de acetato, introduce sangre de conejo y unas piedras, lo cubre con algodón impregnado de aceite de coco, finge la incisión y finge sacar unas piedras. Un juego de prestidigitación. Pero lo terrible de este caso es que ¡el enfermo cura! No olvidemos los aspectos psicosomáticos de esto. Entonces, ¿el desenmascarar a Agpagoa no puede provocar unos efectos negativos en tanto en cuanto muchas personas sencillas que creen en él son curadas realmente por sugestión, y nosotros, por querer desenmascarar a unas personas de esas características, estamos violando el derecho que pueda tener una persona para utilizar sus propios mecanismos neurovegetativos, para su propia curación? ¡Cuidado con desenmascarar! ¡Eso puede ser muy peligroso! (15)

JAG: Entonces la razón sería la herramienta adecuada para interpretar un fenómeno de este tipo.

JLJP: Yo pienso que sí, evidentemente. Lo que ocurre es que habrá personas, vamos a llamarles paleoencefálicas, más emocionales, cuya estructura mental no sea adecuada para seguir pautas de pensamiento racional, y para las cuales el racionalismo puede ser, incluso, peligroso. Es decir que el racionalismo deben practicarlo los racionalistas, y dejar a los que no lo son que sigan sus pautas, que sigan sus corrientes de pensamiento. Entonces hemos de respetar profundamente aquellas personas que no creen en la ciencia, que no son racionalistas, que incluso acusan con cierta razón a la ciencia –aunque los males de la humanidad no son por culpa de la ciencia sino de la tecnología– y dejar que los racionalistas puros sigan de una manera modesta, humilde, sencilla, progresiva, el estudio de las leyes de la naturaleza. Pero no intentemos salvar a los que no necesitan ser salvados.

GLOSAS DEL EDITOR:

1. En aquellos tiempos, ¿cuántos otros habitantes del mundillo ufológico paranormal ibérico se declaraban fascinados por el comportamiento de las personas que creían en los extraterrestres?

2. Podría haber elegido miles de ejemplos, pero justo imaginó uno que mezcla sexo, infidelidad y poder. Esta es sólo una simpática curiosidad que no quiero dejar de subrayar.

3. Fonemas, neologismos, neolenguaje, sintaxis marciana. Estos conceptos revelan la naturaleza de las preocupaciones temáticas de Jordán frente a los casos de contacto. Temáticas recreadas en Ummo.

4. Sin ninguna duda aquí es donde se señala a sí mismo y habla del «programa» que se había planteado 20 años antes, cuando emprendió la aventura ummita. Ummo es, incuestionablemente, una historia maravillosa.

5. Sin comentarios.

6. ¿Quién es? ¿Jordán Peña o DEI-98?

7. Este es el único tramo de la entrevista en que mastica con infinito cuidado cada palabra que está por pronunciar. No sólo reveló las intenciones, su condición de “lego” en psicología, la metodología y las creencias con que se guió al crear la “experiencia” Ummo, sino que hace una advertencia. Su fabulación –se ataja– no es inmoral. Por entonces, el tema estaba bastante olvidado y tanto Julio Arcas como Nacho Cabria pasaron por alto la “confesión” y regresaron a los “temas de moda”, las abducciones y la hipnosis.

8. Jordán ya demostraba poseer clara conciencia de que los mitos persisten aunque alguien se esfuerce en destruirlos. Ya se mostraba a favor del argumento según el cual no iba a alcanzar conjurar la creencia en el origen ET de los autores del correo ummita aún declarándose autor del experimento. En una entrevista personal se mostró arrepentido de su confesión aduciendo estas mismas razones (Madrid, 2005).

9. Si ningún psicoanalista lo dijo antes, hay que reconocer que la frase es un hallazgo bastante original.

10. ¿Imputs sensoriales, dijo? Otra vez, ¿quién habla?

11. Idem.

12. ¡Cómo nos cambia la vida! Más tarde Jordán Peña consideró a los ufólogos minusválidos, paranoicos y/o enfermos, entre otros.

13. Esta postura de Jordán, abierta y relativista, contrasta con los planteamientos radicales de sus notas en las revistas Psi-comunicación (editada por la SSociedad Española de Parapsicología, SEdP), La Alternativa Racional (editada por Alternativa Racional a la Pseudociencia, ARP), y en su correspondencia y entrevistas recientes.

14. Idem.

15. Ídem: ¡Quién te mira y quién te ve!

OMNIPRESENTE JORDÁN PEÑA

La entrevista que publicamos de Ignacio Cabria García y Julio Arcas Gilardi fue realizada en Madrid el 11 y 12 de mayo de 1985 durante el ciclo “Encuentros con los extraterrestres”, presidido por Francisco Sánchez López. Una llamada “Sociedad Urania” organizó ese y otros dos simposios en colegios universitarios en Madrid; uno en 1979, sobre ufología en general, y otro en 1990, sobre contactismo. “En esta Sociedad Urania, recuerda el investigador José Juan Montejo, también estaba metido Jordán: en el tríptico del evento estaba su nombre en el comité organizador”.
En el evento donde Cabria y Arcas tomaron las declaraciones de Jordán Peña, también participó el Dr. Juan Aguirre. “Creo que su tema fue ‘Ummo como futurología’. Aguirre contaba que Jordán le avisó con poca antelación y fue de los primeros ponentes, con lo cual se la tuvo que preparar deprisa. El presidente honorario del evento fue el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván (1818-1986) (¡abducido, según J.J. Benítez!), quien excusó su asistencia”, siguió Montejo. “Y en una noticia sobre el simposio aparecía una foto de Jordán Peña hipnotizando a la legendaria abducida Próspera Muñoz”.

JORDÁN PARAPSICÓLOGO. Fuente: diario «Arriba» del 9 de junio de 1974. Archivo: Paradigmas XXI de Moisés Garrido y Claudia M. Moctezuma.

EN SU SALSA. En el Primer Simposium Nacional de Ufología montado por la Organización de Técnicos en Investigaciones Ufológicas (O.T.I.U.) el 27, 28 y 29 de abril de 1979 en Madrid, José Luis Jordán Peña dio una charla sobre exobiología, como se le solía llamar a la astrobiología. Junto a él participaron Antonio Ribera, Jiménez del Oso, Vicente- Juan Ballester Olmos, Julio Arcas, J.J. Benítez, Félix Ares de Blas, Enrique de Vicente, Francisco Padrón y el uruguayo-argentino Fabio Zerpa, quien ese año reunió las ponencias en una edición de la revista Cuarta Dimensión rescatada en 2022 por Moises Garrido y Claudia Moctezuma en su blog Paradigmas XXI. Este anuncio procede de la revista VIMANA Nro 3, publicada por el grupo CIOVE de Santander.

LOS AUTORES

Julio Arcas Gilardi (Santander, 1951) se empezó a interesar en ovnis en 1966. El año siguiente fundó el Centro Investigador de Objetos Volantes Extraterrestres (CIOVE). Desde 1971 participó en encuentros de grupos ufológicos hasta cofundar la Coordinadora de Estudios sobre el Fenómeno OVNI” (CEFO, 1978-1980). En 1971 lanzó el Boletín Tiempo y Espacio, rebautizado revista VIMANA, que abarcó dos épocas, entre 1975 y 1980. En 1987 se convierte con José Ruesga Montiel en coeditor de la celebrada Cuadernos de Ufología (CdU), colectivo que sobreviviría el cierre de la revista a través de un colectivo CdU, la Fundación Anomalía (1996) y, finalmente, la Fundación Ikaros (2009-2013). Desde entonces, Arcas no cejó en su empeño por poner en pie una gran muestra de culturas alienígenas a partir de la obra monumental de Fernando Calderón (1928-2003).

Ignacio Cabria García (Santander, 1955) es licenciado en antropología cultural por la Universidad de Barcelona y Diplomado de Estudios Avanzados (DEA) en antropología social por la Universidad Complutense de Madrid. Sus inicios ufológicos fueron en el CIOVE en 1976. Desde entonces, ambos son infatigables compañeros de ruta. Cabria es autor de «Entre ufólogos, creyentes y contactados» (Ed CdU, Santander, 1993), “OVNIs y ciencias humanas” (Ed CdU, 2003), lectura obligada para conocer los mecanismos psicológicos, culturales y sociales de la creencia en los ovnis, y de “Historia cultural de los ovnis en España 1950-1990” (Reediciones Anómalas, 2022), obra casi definitiva sobre ese período del plativolismo ibérico. También es un retraído –aunque productivo y genial- artista de una obra singular, constituida por marcianos, muñecos robóticos hechos con material de descarte.

JORDÁN PEÑA: EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS

MÁS SOBRE «UMMO»

EN LÍNEA

Ummo: La Historia interminable. Dossier de Cuadernos de Ufología Nro. 15-17. 2a Época, 1994. Varios autores.

Dossier 50 años del caso UMMO: 1996-2016. 2.500 páginas de documentación, notas y artículos periodísticos reunidas por Moisés Garrido y Claudia Madrid Moctezuma para su web PARADIG+ XXI.

Breve historia del asunto UMMO Por José Juan Montejo. Ummo-Ciencia, diciembre de 2009

Ummo, el planeta de los corresponsales anónimos. Por Luis R. González. En La Alternativa Racional Nro 31, invierno 1993

Influencias terrícolas (1): Ummo en Lost y en la nalga de Misa. Por A. Agostinelli en Magia Crítica (2010)

PARADIG+XXI subió el audio de un entrañable programa emitido por Canal 13 de Buenos Aires, Argentina, el 14-11-81 «Más Allá de la Cuarta Dimensión», conducido por Fabio Zerpa.

Ummo-Ciencia: la más completa web sobre el tema, incluye la casi totalidad del millar de informes originales

EN PAPEL

Historia cultural de los ovnis en España (Reediciones Anómalas, 2022), por Ignacio Cabria García. Dedica al caso un completo y riguroso capítulo, «Ummo: Spain is different».

PDF de este mismo trabajo, por si alguien se lo quiere imprimir, cortesía del amigo Moisés Garrido.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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