Carlos Busqued, a un año de su travesía interestelar

La muerte de Carlitos Busqued el 29 de marzo de 2021 dejó un tendal de corazones destrozados. Gente querida y desconocida. Familia. Gente que lo quiso un vagón, amigos recientes, amiguísimos de toda la vida y unos cuántos amigotes impresentables de aquí y acullá. Quien anduviese por ahí y le hubiese conocido, incluso siendo breve el tiempo compartido, dos veces breve o una larga temporada, el tipo se las arregló para dejar una huella imborrable. Amor del bueno, cariño intelectual, afecto ganado por su modo transparente y salvaje, crudo y sensible, ácido y humeante, el cheto fue un fuera de serie. Para todos los demás, Carlos Sebastián Busqued (1970-2021) fue un escritor chaqueño que murió a los 50 años, autor de Bajo este sol tremendo (2009), Magnetizado (2018) y unos tuits hermosos y revulsivos que publicaba bajo el epígrafe Un mundo de dolor.

Por Alejandro Agostinelli

Foto: Alejandro Guyot

Carlitos me escribió Oh, encantado Satánico Dr. Agostinelli el día que nos conocimos. Por primera vez leer mi apellido asociado con el título de doctor no me caía mal.

Carlitos aceptó mi solicitud de amistad -circa 2015- y resultó que me había leído. Amigos de polos opuestos, como Fernando Chulak y Pablo Robledo, me recomendaban su thriller profundo, violento y pueblerino. Como yo no lo había leído, sólo había escuchado en entrevistas de Youtube a su autor y había chusmeado su blog, Borderlinecarlito, me puse a buscar en Mercado Libre Bajo este sol tremendo, que no se reeditaba desde 2009. Lo fui a comprar al culo del mundo y el vendedor me dijo Muchos estamos esperando su segunda novela. Me sumergí en el universo de Lapachito. Entendí la ansiedad del librero.

Carlitos me agradeció lo que debió haber escuchado decenas, centenares o miles de veces. Loco, tu novela es un flash.

Carlitos me pasó un link cuando le pregunté en qué andaba. “Casi toda la info del artículo es errónea.”, me aclaró. En ese momento era la única información disponible en línea.

Carlitos estaba entreverado a full con el caso de Ricardo Melogno, el asesino serial de taxistas que ya hacía 34 años que estaba en cana. Se había consagrado a la vida increíble de ese tumbero raro y querible y parecía haber empezado a desenredar su lógica brumosa, ya que Ricardo nunca supo lo que tuvo, por qué hizo lo que hizo, por qué nunca más volvió a sentir el mismo impulso de matar o con qué se las iba a ver cuando pudiera salir, aparte de encontrarse con Carlitos, que lo iba a recibir, lo iba a atender, lo iba a proteger.

Mi homenaje a Carlos, abril de 2021

Carlitos despanzurraba, recortaba o contraía esas desgrabaciones con Ricardo y hablamos de otros locos que yo había conocido, como Normando Jesús de Nazareth Sebufi, o había leído, como J. Ballard y de otras coincidencias, como Playa terminal. También hablamos de la falta de certezas que distingue a psiquiatras, locos y narradores.

Carlitos estaba sacado con la película de Adrián Caetano basada en su novela; cuando su enojo empezó a escalar, me dijo en Twitter que necesitaba tener la anécdota de que le arruinaron la novela haha.

Carlitos se reía así, haha, pero en persona sus risas se escuchaban más fuerte.

Carlitos ya no quería hacer nada más con Ricardo, salvo darle una mano; si alguien le preguntaba por los derechos, él pedía un departamento para cada uno. Pero tiene que ser el libro en formato documental, le dije, y me contestaba el chabón tiene una especie de desinterés mágico, que cuando se lo conté a mi ex, que lo había atendido muchos años, él hablaba corto, aunque amable, para quedar bien con vos.

NOSTALGIAS. Busqued y Agostinelli al rato de ver Testigo de otro mundo. A la salida del preestreno, abril de 2018.

Carlitos iba llevando su masa corporal justo delante de mis ojos durante una marcha contra el Macri que había empezado a endeudar el país.

-¡Eh, Busqued, fíjese por dónde va!

-¡Oh, cómo le va, Satánico Dr. Agostinelli!

Y nos dimos un abrazo interestelar, potenciado por el efecto hermandad que ocasiona encontrarse en marchas.

Carlitos me hizo prometer que nos teníamos que juntar y me encargué de que ese día llegara rápido. Quería saber más sobre la novela. Cosas pavotas, lo más importante ya había ocurrido. Saber si encontraba un poco de él en la apatía seca de Cetarti, si Duarte era peronista, si el estilo de su escritura era común entre los metalúrgicos y si a lo mejor todo consistía en ablandar el metal al rojo y golpear con una maza una y otra vez, dar forma y dejar enfriar. El clima de psicodelia pauperizada de su novela era cosa de hechicería.

Carlitos quería hacer un podcast y grabar charlas sobre cosas raras los tres, con Daniel Riera, otro amigo que también anda en cosas raras. Grabemos en un bar tranquilo así puedo extraerles el espíritu.

EL PORTAFOLIOS DE ONGANIA. Carlitos, Sebastiano De Filippi, Agostinelli, Daniel Riera y Fernando Soto Roland. Esa noche habló de nazis, Nimrod y del portafolios de Onganía, un hallazgo fortuito que lo obsesionó. A la salida de Proyecto Posadas, 2018.

Carlitos se la pasaba investigando sonidos, relatos, músicas, narraba historias, insertaba y editaba voces filtradas de máquinas como las de los youtubers conspiranoides porque quería crear la impresión de «dominio electrónico» o control del pensamiento. (El no te llamaba, te mandaba mensajitos, una vez me escribió por este post). Esos audios, me explicaba, eran para un experimento radial, aunque lo de experimental podía ser, más bien, porque no estaba seguro de los resultados. Le contesté que eran una genialidad para cuatro lunáticos, que los difundiera porque a lo mejor mi hipótesis estaba equivocada y era para más de cuatro lunáticos. El grababa y conservaba todo ese material y no cabe duda de que será el origen de grandes producciones. No me mandó escritos, pero sí mapas, cuadros sinópticos y videos que eran parte del universo conspiracionista que nutrían el proyecto literario en el que estaba embarcado.

Carlitos me preguntaba cuánto sabía yo de Nimrod de Rosario; no te creas que mucho, le dije, pero empecé a buscar cosas para él –pronto supe que tenía ese universo recontra escaneado, era alimento para su tercer libro, su segunda novela y cierre de la trilogía, así tengo chapa para dar talleres literarios sintiéndome menos ladri, haha. No le caía bien la gente que cobraba por dar talleres literarios. (Alguno se lo cobró a él de la forma más miserable posible).

FIN DEL MACRISMO. Agostinelli, Sergio Olguín, Carlos Busqued y Pablo Robledo, 10/12/2019

Carlitos recomendaba El Misterio de Belicena Villca, el ladrillo fundacional de Luis Felipe Moyano (el tal Nimrod), con absoluta seriedad. Me acuerdo que charlamos apasionadamente sobre Helena Rosalía Taglialavore, la madre abducida de Moyano, mientras íbamos por los pasillos de la Feria del Libro buscando a Javier Sierra, a quien él quería conocer: le gustó saber que pasó de dirigir revistas esotéricas a ganar el Premio Planeta ese año. A cada paso, distintos editores saludaban efusivamente a Carlitos, él quería escabullirse pero medio que otra no le quedaba.

Carlitos trabajó mucho esa novela fabulosa como un orfebre que trabaja mucho y quién sabe si alguna vez sepamos algo más; quiero decir, algo más que lo que le contó aquí a Riera, a través de un relato derivado de la novela, Jim Jones en la puerta de tu casa con un mono en la mano, fechado en 2012, que publicó en el regreso fugaz de la Cerdos & Peces y en charlas infinitas y escurridizas donde se refirió a las múltiples versiones, reencauzamientos y mutaciones del relato.

-Cómo va eso.

-Como empujando el submarino sobre ripio. Le pongo voluntad y avanzo unos milímetros a la semana.

Carlitos me pedía que le avisara si sabía de alguna cosa rara para ir a ver y tomar una cervezas y fuimos a ver la obra de teatro posadista. Otra vez fuimos al estreno de Testigo de otro mundo. Antes le expliqué: es un documental sobre Juan Pérez, un gauchito que en los 80 ató el caballo a la escalinata de una nave espacial, entró por las buenas y vio a dos humanoides, uno alto y otro bajito, como los robots de Star Wars. Agarró viaje enseguida. Cuando la sala se iluminó le pregunté a Alan Stivelman, el director, por qué faltaba la escena donde el gauchito se queda con el guante del humanoide alto, disparaba a todo galope y ahí medio como que los extraterrestres se arrepienten y dos naves pequeñas lo persiguen y recuperan el accesorio entre la polvareda de esa fantástica cabalgata. La explicación de Alan no convenció a Carlitos. “¡Noooo! ¡Cómo la van a sacar!”. Los periodistas preguntaron poco. La única decepción genuina fue la de ese nene gigante. En el bar, Carlitos seguía absorto. Había quedado fascinado con la película y la historia de Juan. Pero siguió loopeado, como una púa rebotando en el surco. “¡Qué garcha bolú, cómo le van a sacar esa parte!”.

***

Carlitos, recién te escribo un año después. Antes no pude. Sabía que me ibas a entender. Elegí recordarte gritando qué garcha bolú y pensando en el último día en que nos volvimos a ver, rodeados de la alegría social y en plan de ayudarte, con Dany, a superar tus inmerecidas horas tristes.

PD: No llegaste a escribir la historia paranormal de Malvinas que te conseguí, voy a ver qué puedo hacer.

Foto: Alejandro Guyot

UN POEMA de Pablo Ramos Basta

Busqued detestaba la gente normal

esas apariencias de vidas encerradas en el panóptico social

era tan raro como generoso

deambulaba en el ecosistema cultural

con actitud de ciruja

lo suyo eran los marginados crónicos

los expulsados de cualquier garantía

los vaciados de toda expectativa

llegó a la consagración literaria en silencio

sin hacer el caminito marcado

casi por error del sistema

Esta cordoba siempre lo maltrató

por eso se fue y volvía

solo para confirmar como la docta se iba pudriendo cada día más

se fue el que mejor sabía expresar el odio a todo lo que esta urbe representa

al lado de sus ladridos traicioneros

parecemos cockers siguiendo un hueso

si Arlt pedía escribir con la potencia de un cross a la mandíbula

Busqued repartía patadas en los genitales

ahí están sus dos magnéticas y revulsivas novelas

acá estamos los que compartimos horas apasionadas de radio

rescatar una pequeña dosis de su necesaria rabia

se fue el más incorrecto de los incorrectos

apropiarnos de un cachito de su locura sanadora

calcinarnos un rato bajo su sol tremendo

tal vez sea la mejor manera de mantenerlo cerca y vivo

En un mundo de dolor

en medio de una córdoba adormecida por éter local

Mi novia tiene una amiga psiquiatra. Hacen juntas la guardia. Un día, hablando, la psiquiatra le dijo: ‘Estoy acá por el dolor’. Una mina divina eh no sádica, pero ahí laburaba ese dolor, el dolor de la gente que veía. Ella no sabía cuál era su vínculo con ese dolor. Pero ahí tenía ese dolor»

De Carlos Busqued a Agostinelli, 24/03/2020

El Kraken Tremendo editó los textos del blog de Borderlinecarlito e incorporó referencias a libros, películas, comics, etc. Un adelanto se puede descargar de acá. También es posible disfrutar su Play List en Spotify.

DE CARO CON BUSQUED. Seba De Caro conversó con Carlitos para su libro “Cielo Drive”, a 50 años de los crímenes del Clan Manson. El libro toma el nombre de la calle en que quedaba la casa donde entraron varios miembros de «La Familia», que el 9 de agosto de 1969 asesinaron a puñaladas a cuatro personas, entre ellas a Sharon Tate, la esposa embarazada del cineasta Roman Polanski. Carlitos y Seba bucean en los diversos desvíos de la conversación, nadan cómodos en el océano busquediano.
TODOS SUS CUENTOS ESTÁN EN CLARICE – Letras e ideas en la crisis
Revista literaria cuatrimestral / Año I – Número 2, Otoño de 2022

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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