«Fervor de Buenos Aliens», o el desafío de reversionar en clave espacial los clásicos

En su tercer libro, Magrio A. González sorprende con una antología de la poesía universal strictu sensu: presenta obras y autores de todo el universo (y multiversos). Desde extraterrestres hasta viajeros en el tiempo; desde entidades energéticas hasta androides; desde robots hasta seres de universos paralelos. Resume la historia de estas civilizaciones y analiza el contexto en que las obras fueron escritas, en un objeto ilustrado con obras de artistas del futuro o de otras dimensiones donde John Tenniel y Gustave Doré siguen dibujando. Quizá el mayor golpe de efecto de Magrio son las reversiones de poemas de autores como Calderón de la Barca, Borges, Alfonsina Storni, José Henández y Aurora Venturini, entre otros, en un contexto espacial.

“Fervor de Buenos Aliens –explica la contratapa– describe guerras intergalácticas causadas por discusiones dialécticas; cancelaciones interdimensionales de artistas; discriminación alienígena; filósofos autómatas suicidas; buscadores de lo absoluto en el espacio exterior e interior; y un Apocalipsis que nos llevará al final de un universo cíclico.

Alardeando de la creatividad y productividad de sus colaboradores y amigos, Factor anticipa uno de los poemas y una breve crónica que explica el detonante de una guerra intergaláctica. En este blog, Magrio es autor de Literatura inglesa de anticipación: revisión de profecías a la luz del presente y Aventuras Gráficas y Ciencia Ficción: Viajes en el Tiempo a Sólo un Click. También fue parte del Grupo de Amigos de Extraterrestres Reales, Ficticios e Imaginarios (GAERFI), participante del concurso Postales de Otro Mundo que ganaron Delfina Armando, con un dibujo de su abuelo, y el insigne Migo Wēlsh.

«Fervor de Buenos Aliens« será oficialmente presentada el 15 de enero a las 20 hs. en la Biblioteca Popular Ansible, Artigas 1810, CABA.

FERVOR DE BUENOS ALIENS. De Magrio A. González. Editado por Miércoles14Ediciones
Presentación: 15 de enero a las 20 hs. en la Biblioteca Popular Ansible.

A.L.F. ONSINA STORMING

Poetisa autómata en serie diseñada por Henry Ford IV en 2045. Tras su lanzamiento, tuvo un gran éxito hasta que, sin razón aparente, todos los ejemplares dejaron de funcionar.

TÚ ME QUIERES HUMANA

Me quieres de carne,

me quieres humana,

me quieres con huesos.

Un ser natural,

me quieres orgánica,

de un sudor tan tenue

y no atornillada.

Ni un solo circuito,

ni un simple programa,

un producto en serie

tan lleno de hermanas.

Que sea exclusiva

y no así, ensamblada.

Me quieres con alma.

CASUS BELLI DE LATERCERA GUERRA MUNDIAL DE LAS GALAXIAS: LA METÁFORA

En agosto de 2030, en una plataforma instalada en la provincia de Córdoba (Argentina) se realizó el lanzamiento de la sonda K-mpora-X, que tras salir de la atmósfera y remontar a la estratósfera se dirigió al vasto universo, donde se perdió para siempre. En su interior llevaba una plancha metálica, similar a las placas de la Pionner, que contenía detalles destacables de la historia argentina grabados sobre el metal: imágenes de colectivos, biromes, la cara del Che Guevara y la firma de Maradona, entre otras cosas. Además, el disco en sí podía ser reproducido en un tocadiscos (valga la redundancia) y contenía en su interior el álbum Artaud del grupo de rock Pescado Rabioso, liderado por Luis Alberto Spinetta. Esta plancha funcionaba como una carta de presentación de la Argentina a cualquier raza extraterrestre que lograra encontrarla.

Si bien se desconoce el paradero de la sonda, el objetivo, lamentablemente, se cumplió. Y digo “lamentablemente” porque sabemos que el álbum de Spinetta no fue bien recibido por los habitantes del planeta Lith de la galaxia Erahl, receptores de nuestro mensaje.

La plancha metálica fue analizada por años, antes de que ellos se contactaran con nosotros. Llegaron a descifrarla y entenderla, estudiando a la distancia nuestro idioma y nuestras costumbres mediante telescopios visuales y sonoros con los que se inmiscuían en el día a día humano tratando de descifrar el misterio más grande al que tuvieron que enfrentar a lo largo de su historia: no entendían la metáfora.

Comprendían, mediante sus estudios, la lengua humana, comprendían incluso que existieran diferentes idiomas, pero sabían que cuando un inglés dice eyes y un español dice ojos están refiriéndose a ese par de órganos que a muchos seres vivos les permite ver. Lo que no podían comprender era por qué había personas que para referirse a ellos decían lucero. El lucero es otra cosa, completamente distinta, y no hablamos de palabras polisémicas que bien podrían referirse al ojo como a otra cosa bajo un convenio general, sino de algo completamente caprichoso de un grupo de personas conocidas como poetas. Estos poetas llamaban a ese intercambio de palabras Metáfora (que a su vez eran parte de una serie de tropos que no hacían otra cosa más que entorpecer el lenguaje). Y, aunque a veces, entre ellos, había una regla y esas metáforas se repetían y uno podía llegar a entender de qué estaban hablando, existían poetas aún más caprichosos que encriptaban el nombre real de la cosa bajo un sistema que solamente ellos podían comprender.

Hablar de los ojos como luceros era extraño pero incluso afirmar que esos ojos puntuales eran los más hermosos era inadmisible. Los poetas convertían sus ideas personales plagadas de misticismo y ambigüedad en enunciaciones teóricas irrefutables, sin siquiera presentar un estudio científico que los avalara. Dedicaban libros y libros a teorías abstractas, convirtiendo el relativismo en universalismo con total impunidad.

Asqueados de los libros de poesía, entendiendo que eran parte de algo mayor llamado literatura, buscaron en la prosa algo más académico y se interesaron por la ciencia ficción (básicamente porque en su nombre estaba la palabra ciencia). Pero también se indignaron. No les entraba en la cabeza (o en el estómago, pues ahí es donde tienen su cerebro) por qué para tratar problemáticas sociales, políticas y filosóficas del presente se las introducía en un contexto futurístico donde intervenían especies y tecnologías inexistentes. Lo que más los molestó es que tomaban como ciertas exposiciones teóricas que habían leído en esos libros y que luego, al espiar a los terrestres, notaban que eran ficticias. Se habían interesado muchísimo por la solarística, sin saber que Solaris era un planeta inventado por Stanisław Lem. Cuando lo supieron, la estabilidad mental de esos extraterrestres casi colapsa por completo ¡¿Qué clase de mente enferma crea un planeta irreal en torno al cual genera toda una corriente científica de estudio completamente inservible?!

Fue en ese momento que, tras devanarse la cabeza, se resignaron a contactarse con nosotros. Lo veían como una derrota, como quien no puede resolver una revista de crucigrama y tiene que leer las respuestas en las páginas finales.

Llegaron completamente devastados y le ofrecieron a las potencias mundiales brindarles su bien más preciado: el secreto del viaje interdimensional. A cambio querían entender la metáfora. La respuesta terrestre les pareció inaceptable, esperaban una explicación científica y recibían una explicación estética. Creían que todo había sido una gran burla intergaláctica. Que los terrestres eligieron enviar ese álbum solamente para hacerles una broma y que la finalidad de todo el arte era tomarle el pelo a otra raza, con el simple fin de divertir a los humanos. Esta teoría tenía su apoyo en que habían visto en la televisión, en videos de YouTube y hasta en el trato diario de los humanos que ese tipo de chistes donde se rebaja al otro eran uno de los entretenimientos predilectos de esa raza de estúpidos.

Sí, raza de estúpidos, así nos llamaron al declararnos la guerra, justo después de escuchar Jijiji de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Esa canción se considera el casus belli de una contienda inevitable.

Por último, podríamos mencionar la antítesis de los habitantes de Lith. En otro extremo del universo (si es que podemos hablar de extremos de algo infinito) se encuentra el planeta Daiv. Los daivanos no entienden la búsqueda del arte por parecerse a lo real. El clasicismo les parece aberrante; el neoclasicismo, la reiteración de un error; el cine costumbrista y el stand up autorreferencial, completamente innecesario; el fotorrealismo los aterra. Sienten vértigo al pensar que hay personas buscando duplicar cosas en un universo infinito. De hecho lo creen una paradoja.

Estas réplicas le generan un rechazo tan grande que, en su planeta, es legal (y obligatorio) asesinar a sus hijos en caso de que nacieran mellizos, trillizos, etc, dejando solamente a uno con vida.

Si bien son bastante benevolentes con las artes más simbólicas y podría decirse que en nuestro planeta aceptarían, con cierto recelo, corrientes vanguardistas, probablemente las desestimarían cuando la teoría empiece a explicarles el sentido de aquello que parece incoherente.

En su planeta el arte se limita a la destrucción, al asesinato y al suicidio.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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