¿Cómo imaginar el futuro, si ni siquiera llegamos a fin de mes?

A la izquierda de nada: imaginar el futuro se pone difícil en un mundo incapaz de pensar en lo que va a pasar dentro de media hora. Un taller de Juan Mattio y Pedro Perucca propone buscar la manera de reinventar el mañana pegando la vuelta, reiniciando el siglo XX. ¿Dónde empieza y termina la imaginación? ¿Por qué pensar hoy en el futuro nos vuelve conservadores?

Por Juan Mattio

Este es un fotograma de Aelita, película filmada en 1924 en Rusia (y que será parte del programa con el que vamos a trabajar en el taller Futuros rojos. Utopía, cosmismo y delirios materialistas en la ciencia ficción soviética), cuenta la historia de un primer viaje interplanetario. Su estética es demoledora.

Hoy, mientras buscaba materiales sobre la peli (y leía de reojo noticias sobre las elecciones), me preguntaba cómo una época, o una generación, o una comunidad en general, construye las imágenes de su futuro. ¿Cómo era, cómo se veía en la imaginación, el futuro en este país hacia 1945? ¿Qué aspecto tenía hacia 1970? ¿Qué cosas pensábamos del futuro en 1990? ¿Qué quiere decir este acervo de imágenes que circulan en el campo social? ¿Dónde empieza un tipo determinado de imaginación y dónde –y por qué– termina?

Pienso en qué tipos de imágenes sobre el futuro circulan ahora mismo, parecen que dos son hegemónicas: la continuidad del mundo tal y como lo conocemos o la distopía, el colapso, la guerra hobbesiana de todxs contra todxs. Un futuro aterrador y extorsivo.

Un futuro que nos vuelve conservadorxs. Nos pone a la defensiva.

Si hasta la izquierda del FIT pertenece al realismo político más estricto no es –sólo– por sus incapacidades y torpezas.

Parece mucho más profunda esa incapacidad de generar imágenes de futuro. De ahí se desprende una cultura de la nostalgia: el futuro es –debe parecerse a– 1917, 1959, etc. De ahí también se desprende un pragmatismo que se ata a lo inmediato. Lo que me da miedo de las nuevas derechas no es tanto su discurso sobre el pasado –que es, por supuesto, el horror– sino más bien entender si van a saber construir imágenes de futuro que se vuelvan reconocibles y, sobre todo, deseables, para las mayorías.   

Algo que la izquierda, por el momento, no parece saber hacer.

El futuro, esa fuerza virtual, ese fantasma que supo recorrer Europa, y que es necesario disputar.

Futuros rojos. Utopía, cosmismo y delirios materialistas en la ciencia ficción soviética

Fechas: Los miércoles. Desde el 24 de noviembre, 1, 8 y 15 de diciembre. Horario: De 18 a 20. Duración: Cuatro encuentros, ocho horas. Modalidad: Encuentros presenciales en la librería del Fondo de Cultura Económica, Costa Rica 4568, Palermo. Costo: $ 3000. Coordinan: Juan Mattio y Pedro Perucca.

TRABAJAR CON LA IMAGINACIÓN

Si el realismo capitalista puede definirse como la cancelación de futuros que no respondan a la lógica del capital, en este taller nos gustaría visitar una época y un país donde la palabra futuro fue un verdadero campo de batalla para distintas corrientes políticas y artísticas. Hoy, que casi no disponemos de prácticas sociales que nos permitan imaginar futuros que no sean distópicos (en términos tecnológicos, ambientales o políticos), creemos que revisar ficciones y teorías que orbitan alrededor de la Revolución Rusa nos puede servir para retomar a la literatura y la teoría como prácticas sociales de reflexión sobre el porvenir.

¿Qué tipo de ciencia ficción se produjo en los contornos de 1917 en Rusia? ¿Qué tipo de relación se imaginó entre vida cotidiana y arte? ¿Cómo se proyectaron las transformaciones corporales y la exploración espacial? ¿Qué proyectos futuristas estaban disponibles en esa danza política que fue la revolución?

1- Utopía en Rusia

La intención de este primer encuentro será revisar de forma breve el contexto imaginario de los años previos a la Revolución Rusa. Partimos de la idea de que la palabra “futuro” fue un espacio en disputa para distintas corrientes que van desde el anarquismo del Conde Kropotkin al futurismo de Maiakovski, del utopismo de Chernyshevsky al socialismo de Lenin y los bolcheviques. El cosmismo ruso fue parte de esa gran constelación de imaginaciones y construyó una serie de proyecciones e imágenes donde la humanidad debía implementar el socialismo no solo en el espacio sino también en el tiempo.

Texto sugerido: prólogo al libro Cosmismo ruso, de Boris Groys 

2- Hacia la inmortalidad

El cuerpo humano fue uno de los ejes del proyecto cosmista. Su plan para el “dominio del tiempo” funcionaba como una propuesta para la producción artificial de eternidad. Por eso la inmortalidad estaba entre sus preocupaciones principales y creían que debía ser el objetivo de un Estado Universal centralizado. Preocupaciones teóricas actuales como el posthumanismo de Rosi Braidotti o el Manifiesto Cyborg de Donna Haraway podrían pensarse en relación a las trasformaciones radicales en el cuerpo que imaginaron los cosmistas.

Texto sugerido: La fiesta de la inmortalidad (1914), de Aleksandr Bogdanov

Película sugerida: El hombre anfibio (1962), de Vladimir Chebotaryov y Gennadi Kazansky.

3- Hacia el cosmos

La exploración espacial, ahora asociada a la Guerra Fría y el período de posguerra, empezó en Rusia como una fantasía política que ubicaba al hombre como explorador del cosmos y necesitado de un plan interplanetario. Tanto en la ficción como en la teoría, el viaje espacial fue un espacio donde confluyeron meditaciones sobre tecnología y sobre otredades. El impulso prometeico del cosmismo ruso creyó en la necesidad de desarrollar un conocimiento científico que permitiera a la humanidad abandonar la Tierra. Hoy, cuando multimillonarios visitan el espacio exterior en viajes turísticos, pero también cuando ciertas corrientes como el aceleracionsimo o el xenofeminismo reivindican una alianza entre tecnología, teoría política y transformación social, puede verse la actualidad de ciertas hipótesis del cosmismo.

Texto sugerido: El capitán de la astronave Polus (1960), de Valentina Zhuravleva

Película sugerida: Aelita (1924), de Yákov Protazánov.

4- Misticismo y tecnología

Si el cosmismo ruso fue una de los imaginarios que orbitaron en la Revolución Rusa, con el correr de los años tanto la literatura como el cine fueron encontrando en la ciencia ficción un espacio para desarrollar preocupaciones filosóficas menos prácticas y más cercanas a tópicos existenciales. Tanto en la obra de Tarkovski como en la de Stanislaw Lem o los hermanos Boris y Arkadi Strugatsky se puede verificar este giro hacia el misticismo que toma como punto de partida el viaje espacial, la tecnología y el cuerpo humano.

Texto: Picnic extraterrestre (1972), de Arkady y Boris Strugatsy

Película sugerida: Solaris (1972), de Andrei Tarkovski

RELACIONADAS

El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
Alejandro Agostinelli en Twitter
Alejandro Agostinelli/Factor 302.4 en Facebook
+ info sobre el autor, Wikipedia en Español
+more info about Wikipedia English