¡La verdad está ahí fuera, camaradas!

La verdad está fuera, es rebelde, roja y aguerrida como el planeta Marte. Es el marxismo marciano, o marxiano, pero también le podemos llamar ufología de izquierda o, quizá, extraterrestrismo revolucionario. Ahora, la izquierda platillista tiene quien le escriba y también quien le realice un documental. El periodista norteamericano A.M. Gittlitz acaba de publicar el libro I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalypse Communism y el cineasta Pablo Klappenbach eligió a Factor como plataforma para estrenar su cortometraje J. Posadas. Un fantasma recorre el cosmos. Vamos a ver todo eso.

Por Alejandro Agostinelli

Cortesía: TheOutline.com

“No tienen un impulso agresivo, no tienen necesidad de matar para vivir: solo vienen a observar. Podemos prever la existencia de tales seres, incluso teniendo en cuenta las fantasías que existen entre los informes, historias, observaciones y testimonios. Si existen, debemos pedirles que intervengan para ayudarnos a resolver nuestros problemas en la Tierra. La tarea esencial es suprimir la miseria, el hambre, el desempleo y la guerra, dar a todos los medios para vivir con dignidad y sentar las bases para la fraternidad humana.”

 J. Posadas en «Los platillos voladores, el proceso de la materia y la energía, la ciencia, la lucha de clases revolucionaria y el futuro de la humanidad» (26 de junio de 1968).

Quizá no es el momento ideal para hablar de las relaciones entre el marxismo y los extraterrestres, pero probablemente nunca llegue el momento ideal para hablar de esto.

A mediados del siglo XX nació en la Argentina una pequeña corriente trotskista (por el revolucionario bolchevique León Trotsky, 1879-1940) que estableció sedes en varios puntos calientes del planeta. Por la heterodoxia de su programa político y las peculiaridades de su máximo referente, este movimiento hizo rancho aparte: mientras que para la mayoría de las tendencias marxistas la revolución socialista iba a ser mundial o nada, para el grupo argentino el socialismo no solo existía en otros mundos sino que sus habitantes, tras haber abolido la sociedad de clases, parecían dispuestos a exportar el socialismo a la Tierra. 

En los años 80, el Partido Obrero Trotskista Posadista o POR(t), como se llamó la agrupación, empezó a languidecer, pero el pintoresco J. Posadas (Homero Cristalli), llamó la atención de militantes norteamericanos, italianos y de otras partes, quienes intentaron recuperar sus banderas. A la vez, la audiencia se empezó a diversificar e interesó a dramaturgos, escritores, cineastas y periodistas.

Que una modesta agrupación de izquierda argentina adquiriese notoriedad internacional y muchos mantuviesen atención sobre ella solo se puede explicar por la curiosa inserción de J. Posadas entre los referentes de la cuestión ovni. Indiscutiblemente, un factor añadido es el morbo, el tono burlesco o sonriente con que se recuerda el vínculo marxismo-marciano, sin importar si las contribuciones de Posadas y sus continuadores fueron grandiosas, discutibles o ínfimas. Es evidente que el sambenito cósmico se usó en forma peyorativa (a su órgano de difusión Voz Proletaria se le llamó «Voz Planetaria», por ejemplo) para descalificar a una organización política en la que participaron personas que arriesgaron el pellejo; también es un hecho que el posadismo ortodoxo que le sobrevivió rehuyó por décadas abordar los aspectos más controvertidos de su movimiento.

Es inquietante el oxímoron según el cual el posadismo resulta ser una minoría política dentro de otra minoría ufológica (donde la conexión más clara es la orientación milenarista de esta rama del trotskismo); también lo es que su soledad social refleje, irónicamente, la soledad cósmica. Este es un dato emocional inevitable respecto de la búsqueda de vida extraterrestre: si somos optimistas, podrían existir otros mundos habitados; pero, si esas civilizaciones existen, ninguna atiende nuestro llamado.

Creo que por esa suma de cosas el posadismo ha generado curiosidad genuina, pero poca investigación. Existen ensayos históricos que abarcan el cuadro general de la izquierda de la que el posadismo fue parte, como El trotskismo argentino y los orígenes del peronismo, de Alicia Rojo (CEIP, 2002), que abunda sobre el papel de Posadas pero que evita sus ribetes pintorescos. En su variante no académica, el periodista Sergio Kiernan escribió un adorable capítulo en Delirios argentinos (Editorial Marea, 2006), Marcelo Massarino hizo su Viaje al interior del Posadismo (en la revista Sudestada en 2009 y reeditado en Factor), donde entrevistó a actuales y ex dirigentes, entre ellos al historiador marxista Guillermo Almeyra (1928-2019), el editor de este blog dedicó al platillismo socialista cuatro páginas de su libro Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Sudamericana, 2009) y algunas notas que se pueden leer aquí o acá, y la obra teatral Proyecto Posadas, escrita por Andrés Binetti y dirigida por Michelle Wejcman que –curiosamente– se inspira en el rodaje imposible de un documental estudiantil sobre el posadismo.

Andy Gittlitz en Buenos Aires. Foto: A. Agostinelli

En 2020 parece madura la hora de reflexiones, relatos e investigaciones de jóvenes productores culturales. Así, tenemos el privilegio de presentar el libro I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalypse Communism de A.M. Gittlitz, que reseñaremos aquí, y el cortometraje J. Posadas. Un fantasma recorre el cosmos, realizado por Pablo Klappenbach en el marco de la Maestría de Periodismo Documental de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina.

Como es mucho material, decidimos ordenarlo de la siguiente manera: ver ahora mismo el corto de Klappenbach, considerando que las claves para relajarse y disfrutarlo ya han sido dichas, enterarse luego de la condiciones de producción del corto escuchando o leyendo nuestra entrevista al director y, por último, conocer en detalle de qué va la obra de Gittlitz.

Cortometraje: J.Posadas. Un fantasma recorre el cosmos (P. Klappenbach 2020).

ENTREVISTA A PABLO KLAPPENBACH

–¿De dónde vino la idea de rodar J. Posadas. Un fantasma recorre el cosmos?

Pablo Klappenbach: La idea surgió en un taller que hice con el filósofo, sociólogo y ensayista Christian Ferrer. Fue un ejercicio navegando por internet, enlazando relatos con alguna ligazón con la política. Uno de los relatos que él levantaba era Posadas. Así, me guardé la historia para investigar más. En la maestría de Periodismo Documental de la UNTREF presenté el proyecto, interesó, armamos un equipo para laburar, empecé a investigar, leí las cosas de tu página, tu libro, más otras cosas que están dando vueltas, hablé con (Marcelo) Massarino, él me llevó a vos y a (Sergio) Kiernan,  y fuimos desarrollando la investigación. Al toque, un problema que hubo es que prácticamente no hay material gráfico ni audiovisual de Posadas, solo unas pocas fotos. Según dicen en el partido, hijo (León Cristalli) tiene una filmación de Posadas cantando, pero no la dejan ver. Es todo un síntoma, porque habla un poco del celo con el cual trabajan la biografía y su figura, que es a la vez el celo que los deja tan solos.

POSADAS HIJO. León Cristalli junto a Daniel Sargatal, amigo y colaborador de Factor. Se tomaron esta foto el 10 de diciembre de 2019, cerca de Plaza de Mayo, durante el acto de asunción del presidente Alberto Fernández.

Al final, pude contactar a León Cristalli, y accedió a la entrevista, según él, “porque yo era uno de ellos”, o porque “éramos del mismo bando”, creo que quería decir “en el campo popular”, o algo así, porque decía que lo habían tratado de entrevistar periodistas de afuera, de EE.UU. (quizá A.M. Gittlitz) y no tenía interés de “darles de comer a ellos”. Su testimonio abre la posibilidad de poder hacer un documental sobre Posadas con una fuente muy cercana. Pero esa es la motivación: encontrar un personaje muy relevante dentro de la historia del trotskismo con un desbarranque importante que a su vez lo vuelve famoso. Esa es la paradoja.

Nos quedó pendiente poder acceder un poco más al personaje. Teníamos la información pero no la teníamos contada ni audiovisual ni gráfica ni en testimonio; no terminábamos de tener bien contados ciertos aspectos de la intimidad, del día a día, de la militancia. Bueno, teníamos algunas cosas. Almeyra te lo cuenta muy bien en su autobiografía. En la entrevista, cuando ya estaba en sus últimos días, no lo cuenta muy bien, lo hace muy enrevesado y a la vez poco claro, entonces no sirve, a la hora de editar lo terminás descartando, termina predominando la idea del personaje medio ridículo y por ahí nos perdemos de profundizar un poco en la complejidad del personaje, entre el manipulador que mandaba a los referentes políticos del partido a cualquier lado para sacárselos de encima y que a la vez tenía cierta calidez. No sé, un personaje medio secta. Todo eso no está contado del todo, como un líder de secta. Probamos con otras entrevistas, una por ejemplo a Néstor Marchetti, que fue un militante del partido, pero no terminaba de aportar algo sustancial, y había una posibilidad de ampliar el relato y ahí sí considerar otros testimonios que lo vinculen con cierta izquierda que toma el tema de lo interplanetario, pero finalmente nos pareció que quedaba más concreto y sintetizado en el corto.

–¿Qué otras fuentes utilizaron?

Pablo Klappenbach: Sí, después estuvo el tema del archivo, cómo usarlo o qué archivo usar. Lo tuvimos que ir juntando de a poquito. A veces, la generosidad de algunos o la indiferencia o el ninguneo o la paranoia de otros. Así como no pudimos acceder al archivo de León, tampoco pudimos acceder al archivo que donó Guillermo Almeyra al Cedinci (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas). Y no sé por qué no pudimos. Porque el Cedinci me hizo pagar la cuota para usar el archivo pero después no me facilitó los materiales. Ni quiso acordar cómo filmar. Horacio Tarcus (director del Cedinci) no accedió a darme una entrevista. No fueron muy atentos. A pesar la insistencia. Fui, hablé, hice contactos, mandé varios mails a distintas personas… Contestaron a cuenta gotas. La hicieron difícil. Después pude recuperar archivos que me pasaste vos, los que nos sacaron cuando fuimos al POR de (la calle) Matheu, poco más. Entonces hicimos uso de un archivo que no está directamente relacionado si no que es un uso ficcional de archivo en donde encontramos materiales de las épocas referidas que el referente real es otro pero nos servía a modo ilustrativo. Con la sonorización, que es un tanto artificial, ayudó a construir un verosímil, que no es exactamente el uso de archivo como prueba sino para narrativizar lo que están diciendo los testimoniantes. Lo mismo pasa con las animaciones, que son norteamericanas y rusas, no tienen relación directa pero sirve para dar cuenta del contexto de época. Esos argumentos estaban en la época, nos sirven para contar eso en imágenes.

AUDIO. De la misma entrevista a Pablo Klappenbach sobre su cortometraje «J. Posadas. Un fantasma recorre el cosmos».

I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalypse Communism. Por A.M. Gittlitz (Pluto Press. 6 April 2020, 240 páginas. Idioma: Inglés)

Andy Gittlitz visitó Buenos Aires en marzo de 2018. Era una gran oportunidad para conversar con un colega que veía “desde el exterior” el trotskismo posadista, un fenómeno político argentino –y luego de exportación– que se hizo más raro con el correr del tiempo, cuando su movimiento empezó a languidecer y a quedar en la memoria colectiva por la impresión que dejó su fase estrambótica, aquella que recuerda el interés de J. Posadas por los platos voladores, un tema que quizá incluyó en su repertorio para congraciarse con quien fue el verdadero apasionado por la cuestión extraterrestre dentro de esa fracción trotskista, el periodista y ufólogo pampeano Dante Minazzoli (1918-1996).

DANTE MINAZZOLI (1918-1996)

En el mundo no sobran conocedores del movimiento posadista. Pese a su juventud, Gittlitz ya lo era: en 2017 había publicado un primer artículo en The New York Times y había comenzado a armar su archivo para el que iba a ser su primer libro, cuya traducción sería “Quiero creer: Posadismo, Ovnis y Comunismo Apocalipsis”.

Acabo de recibir mi ejemplar e hice una primera lectura. Me alcanza para adelantar que Gittlitz logró escribir una primera gran historia del movimiento liderado por Cristalli, abarcando sus facetas centrales y adentrándose en detalles desconocidos del posadismo, que empezó siendo una importante corriente del trotskismo en la Argentina y latinoamérica a mediados del siglo XX, a partir de la fundación del Grupo Cuarta Internacional (GCI) en 1946, entre los 60/70 acabó disolviéndose en un discurso extravagante, y terminó abogando por la guerra nuclear, la solidaridad con delfines y alienígenas, la manipulación de sus miembros más destacados, y el culto a la personalidad de su líder, fallecido en 1981.

En su investigación Gittlitz entrevistó a ex posadistas, consultó archivos y recogió testimonio de sus influencias en nuevas organizaciones en los Estados Unidos, México, Italia y Alemania.

Cuenta bien la historia de la fascinación que despertaban sus ideas y su porte, aguerrido y optimista, y devela la inserción del posadismo en un pequeño núcleo del activismo juvenil norteamericano, que a inicios del siglo XXI lo resignificó a través del cinismo mordaz de la cultura meme y el desafío a los clisé de la izquierda liberal ante el desencanto de la política real. Esa militancia que salió a la calle a protestar contra la globalización y las guerras imperialistas empezó a buscar, según Gittlitz, “un destello de esperanza entre la crisis climática, el desplazamiento masivo de refugiados, el regreso de los mitos etnonacionalistas, los hombres fuertes fascistas y el sin sentido de la proliferación nuclear”.  

TRABAJADORES INTERGALÁCTICOS. “No tienes que ser Posadista para ver que financiar la investigación de ovni es más útil para la clase trabajadora que tirar dinero en el Partido Demócrata, pero ayuda”, escribe la fan page Intergalactic Workers’ League – Posadist (con 11 mil seguidores).

MÁS ALLÁ DE LA FARSA

Gittlitz discute la tesis del activista Aaron Bastani, quien desde 2014 postula una especie de marxismo futurista en su obra «El comunismo espacial de lujo totalmente automatizado» (2019), donde se ilusiona ante las propuestas visionarias de multimillonarios como Elon Musk y Jeff Bezos.

Entra hasta la médula en el movimiento que lidera el activista neo-posadista Comrade Communicator, una suerte de Comandante Clomro sin pasamontañas, ucraniano y criado en Coney Island, a quien sin duda relaciono con el extraterrestre platense por su condición de rebelde de una causa poco creíble. Es fundador del Intergalactic Workers’ League – Posadist (IWL-P), Liga de Trabajadores Intergalácticos – Posadista. Muestras las cartas cuando dice que fue reclutado para el posadismo “por un extraño anciano ruso que gritaba a los delfines desde Brighton Beach”. Sin embargo, se presenta como un partido revolucionario en el linaje posadista histórico. Como tal, tiene su canal en YouTube, transmite podcasts y postea en redes sociales “para influir en la realidad material, con la concepción leninista de producir y difundir propaganda como un medio para construir el Partido”.

En el fondo, Commander busca superar la idea de Hegel restaurada por Marx: “La historia ocurre dos veces: primero como tragedia y después como farsa”. Y se ríe de una causa que se pretende revolucionaria pero “es más parecida al ritual religioso. Manifestaciones masivas, ventas de periódicos, reuniones interminables, campañas electorales, peleas callejeras, escribir artículos que nunca nadie leerá y libros que nadie tendrá… En otro momento, en otro lugar, estos rituales pudieron haber tenido relación con un movimiento más amplio, una estrategia más amplia y tales agitaciones siempre han acompañado los momentos revolucionarios. Y así, al no tener una concepción real de la cosa en sí, tratamos de comprender la revolución jugando sus rarezas no esenciales hasta la saciedad. Esto es lo que viene después de la farsa”.

AMAR A LA BOMBA. “El marxismo como futurología: entendiendo el catastrofismo posadista en su contexto apropiado” es un audiovisual presentado en su canal de YouTube por Intergalactic Workers’ League – Posadist.

Para esta generación de revolucionarios cuasi irónicos, escribe Gittlitz, “Posadas es el precursor folklórico del socialismo cósmico, un santo patrón de la esperanza maníaca contra la desesperanza racional, cuya tensión futurista de comunismo apocalíptico y xenofilia radical representa una síntesis de barbarie y socialismo, tragedia y farsa. Aunque generalmente se ignoran los aspectos leninistas más ortodoxos de su programa, su reencarnación improbable quizás predice un reencuentro inminente entre las masas y las ideas que, como el primer contacto con extraterrestres, han sido consideradas igualmente ridículas, imposibles o dementes: acción de masas, revolución y comunismo”.

Presentar estas ideas a través del humor quizá no es la rehabilitación más respetable que podrían desear los herederos argentinos de Posadas, pero también es cierto, señala el autor, que ninguna otra figura del trotskismo, ni siquiera el propio León Trotsky, ha cobrado tanta visibilidad en la nueva izquierda yanqui como gracias a esta parodia. Un dato curioso aunque no tenga valor estadístico: la fan page en Facebook de la Liga de Trabajadores Intergalácticos – Posadista tiene más del doble de seguidores que el Partido Obrero Revolucionario Trotskista Posadista de Uruguay, enrolada en el Frente Amplio.

BIZARRÍA MARXIANA. Entre la parodia y la crítica a la izquierda norteamericana. Quizá el más conocido meme de la Liga Posadista Intergaláctica (2018).

EN BUSCA DEL SOCIALISMO MARCIANO PRIMITIVO

¿Quién fue Dante Minazzoli? Nacido en La Pampa e hijo de inmigrantes piamonteses, en 1947 entra en una compañía metalúrgica “para proletarizarse”. Su seudónimo era “Arroyo”, aunque todos lo llamaban Anteojito. Ya exiliado en Europa, escribió “Perché gli extraterrestri non prendono contatto pubblicamente? Como vede un marxista il fenómeno degli ufo” (Editrice Nuovi Autori, 1989, traducida al español por Ediciones El Francotirador en 1996).

Desde las primeras páginas, Gittlitz inserta el posadismo en su contexto histórico: una primera fase donde ciencia y ficción se yuxtaponen, con Mary Shelley reviviendo con electricidad a los muertos, Julio Verne imaginando un cohete capaz de viajar a la Luna y H.G. Wells invitando a pensar qué sucedería si los marcianos colonizaran Inglaterra. Rescata al multifacético líder bolchevique Alexander Bogdánov (1873-1928), autor en 1908 de la ignota novela Estrella roja, una utopía moderna ambientada en un Marte socialista donde proyectó sus ideas sobre cibernética, robótica e ingeniería de la inmortalidad. Ninguneado por Lenin y valorado por Trotsky, Bogdánov creía que la transfusión sanguínea era el camino a la eterna juventud, encontrando una muerte prematura en su laboratorio. Sus profecías místico-científicas encajaban con la visión milenarista que iba a recoger Posadas, aunque probablemente jamás lo leyó.

Gittlitz se interna en la fabulosa historia del cosmismo ruso, una filosofía religiosa futurista antececesora del transhumanismo, que a principios del siglo XX, influyó en pensadores como Konstantín Tsiolkovski (1857-1935), uno de los pioneros teóricos de la exploración espacial y la cosmonáutica; encuentra en los viejos folletos que recogieron las charlas de Posadas retazos ignorados de su infancia; revisa las posiciones del posadismo a lo largo de los eventos donde la izquierda trotskista alzó su voz, y recupera la historia de militantes de trayectorias olvidadas. Entre ellas, la de Dante Minazzoli, sobre quien ya nos referimos en Factor, y otra figura excepcional: el obrero metalúrgico alemán-argentino Paul Schulz, miembro del POR(t) entre los años 50 y 60 que, como Posadas, vaticinó una inminente guerra nuclear. Pero no por su lectura geopolítica: él empezó a recibir mensajes telepáticos. Alejado orgánicamente del partido de su mentor, en 1990 Schulz se mudó a Berlín Oriental y quedó fascinado con el contactado suizo Eduard «Billy» Meier.

Lo que más se conoce de Meier es su contribución a la ciencia ficción popular: él sacó la foto del platillo que aparece en el póster «I Want to Believe» que tenía el agente Fox Mulder en su oficina en las primeras temporadas de The X-Files. En rigor, fue uno de los primeros contactados que supieron cómo organizar el relato de sus experiencias para que también sean su modus vivendi, ya como prolífico fotógrafo de platillos o por el curso ascendente de sus afirmaciones, que rozaron el climax que todo contactado aspira tocar, que es tener un séquito dispuesto a confiar que él era la esperada reencarnación de Jesús.

Gracias a Meier, Schulz supo que Marx, entre otras grandes figuras políticas, religiosas y científicas, recibió inspiración de seres del planeta Plejaren. Quizá no tuvo la suerte de departir con las dos extraterrestres más sensuales con las que el suizo juraba mantener contacto, Semjase y Nera, de quienes mostraba una fotografía que solía embellecer las revistas ufológicas de los 70. La pretendida evidencia fue destrozada por una ex despechada. Ya divorciada de Meier, Kalliope Zafiriou contó que las ET de la famosa foto eran bailarinas del staff de The Dean Martin Show y sus platillos, la tapa de un tacho de basura. El posadismo-plejariano del ex metalúrgico tuvo un solo seguidor, Werner Grundmann, quien mantiene en línea la producción literaria de Schulz, fallecido en 2003.

El libro luce preciosos testimonios de ex militantes. Los recuerdos de Luciano Dondero, por ejemplo, permiten comprender mejor la vida interna del grupo de Posadas en su exilio italiano. Según Dondero, Cristalli no solo planteaba que la guerra nuclear era inevitable: “debía comenzar lo antes posible”. Le reveló el argumento que más acercó a Posadas al pensamiento milenarista: después de la guerra, los núcleos posadistas de todo el mundo iban a asumir un papel de liderazgo, recuperar al planeta de la devastación y construir un futuro socialista.

Ojalá que esta reseña dé pie a una necesaria traducción al castellano de la obra de Gittlitz, que entre otros méritos muestra aspectos desconocidos de las marcas que han dejado las patrullas perdidas de Trotsky, el venerado y detestado líder de la revolución bolchevique.

ENLACES EXTERNOS

J. Posadas: Flying saucers, the process of matter and energy, science, the revolutionary and working-class struggle and the socialist future of mankind (26 June 1968). El documento más importante sobre el tema de este post.

Políticos con la cabeza en Marte (A. Agostinelli, Ciencia Bruja, 2011).

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  1. Supongo que los contactados con extraterrestres buenos que les dicen a los humanos tontos qué es bueno y qué es malo, representan el pensamiento occidental-conservador en el mundo de la ufología. El pensamiento liberal-capitalista incluiría los encuentros con sexo.

  2. ¡Hola a todos los terráqueos!

    El desarrollo del poder de la imaginación es el factor fundamental en la maduración mental de una persona. Este poder, que puede hacer salir al Ser de cualquier paradoja o ilusión de cárcel, otorga la libertad de movimiento de las partículas en forma de verbo que toma nuestra sustancia de vida en los vehículos lógicos, como por ejemplo el cuerpo humano, el lenguaje, las palabras, herramientas, máquinas, ovnis, todo medio comunicativo.
    Básicamente, toda interferencia mental producto de una creencia puede ser disuelta con el verbo correcto que necesita la persona en el contexto. Las novelas o cuentos de cualquier persona, como la de un contactado, es el recorrido de una trayectoria simbólica en la búsqueda de ese verbo liberador desde una memoria previa como puerta al conocimiento. Es una comunicación con el sí mismo.

    En muchas culturas originarias, todavía persiste, un proceso de muerte y resurrección virtual activando nuestras llaves químicas, bien sea por la vía de sustancias o por ejercicios físicos no convencionales, para así romper con la ilusión del Juicio, es decir, que de un solo movimiento se puede resetear o reiniciar el sistema de una persona sin la pérdida de memoria en nuevo sentido de libertad.
    El flujo del pensamiento libre es con el dominio del Sí en cualquier trayectoria, utilizando el contenido como materia prima.
    En el caso de una interrelación personal, se crea un tercer espacio creativo conformado por la acción de las partes. En todos los casos de una comunicación y relación completa, la sensación de interior se disuelve para entrar en la realidad activamente, diferenciándose claramente de esta manera de los tiempos relativos de la inacción en la reflexión y la formación de complejidad. Entonces, la inteligencia superior es consecuente con el pensamiento colectivo desde sus singularidades, variedades, diferencias, concentrado con un mismo denominador común, la vida. Cuando leen un cuento a sus hijos, la simulación se forma entre dos. Precaución.
    Es decir, que la caída del velo de la primera realidad trae mucha alegría, una dulce y despierta locura.

    Bueno, gracias totales terráqueos, me vuelvo a mi planeta natal.

    ¡Salúd! y que el verbo los acompañe allí en donde sea necesario.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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