«Brujogate»: crímenes, paranoia y corrupción en un gran film argentino de weird fiction (2)

El género en el que se codifica la película “Historia de lo Oculto” (ahora en Netflix) tiene pocos antecedentes en la Argentina. Se le llama weird fiction (ficción extraña) y describe aquellas obras que habitan en una zona liminal entre la fantasía, el horror, la ciencia ficción y lo sobrenatural.

El film escrito y dirigido por Cristian Ponce se ubica en esa encrucijada cultural, con el agregado de la bizarra historia política de un país como la Argentina, una estética donde la pasión por el cine de género, la conquista de una audiencia de culto a través de guiños efectivos y una profunda originalidad. No es sólo una de suspenso, sangre y horror. También son representados el sensacionalismo televisivo, la conspiranoia clásica y una dosis inmersiva de esoterismo duro, entre una sobrenaturalidad de efectos sensoriales y efectos alucinógenos.

La primera entrega de esta serie es un sospechoso ensayo de Daniel Sargatal.

APUNTES DE UNA CONSPIRACIÓN. El equipo de producción de «60 minutos antes de la medianoche» traza el mapa de su búsqueda inaudita entre recortes, fotos y tarjetas clavadas en una pizarra de corcho. (Cortesía: Cristian Ponce).

Por Sirius Mazzu

En su libro High Weirdness: Drugs, Esoterica, and Visionary Experience in the Seventies (2019), Erik Davis busca definir la elusiva etiqueta “weird fiction” (ficción extraña), que desde la primera mitad del siglo XX viene utilizándose para describir las obras de ficción que no encajan del todo en un género “puro”, sino que se destacan por habitar en un lugar liminal entre la fantasía, el horror, la ciencia ficción y lo sobrenatural. Davis se remonta al origen etimológico del término weird que, con otra ortografía –wyrd–, Shakespeare usara para retratar a las brujas de Macbeth. No muy diferente del unheimlich que Freud analizara en su ensayo de 1919, el adjetivo weird puede aplicarse a algo familiar pero vagamente inquietante, algo que no es ajeno pero que contiene un elemento disonante que lo transforma en extraño, o incluso “siniestro”. H.P. Lovecraft adoptaría el rótulo de weird fiction para clasificar su propia obra, y a partir de la década de 1930 sería aplicado a la literatura fantástica pulp estadounidense en general.

En la década de 1960 weird comenzó a usarse en referencia a la contracultura o a la cultura underground, y se denominaba weirdo (de manera denigrante) a los beatniks y posteriormente a los hippies. Los propios hippies se apropiaron de weird como vocablo multiuso, pero específicamente para las experiencias de alteración de la consciencia con LSD u otras sustancias psicodélicas, “that was weird, man”. Y en esto difiere principalmente para mí el término inglés weird del español extraño con que suele equiparárselo: weird es a la vez raro, extraño, macabro, pero también “volado”, “loco”, algo tal vez no implícito en “extraño”.

UU BABY. Mia Farrow en «El bebé de Rosemary», escrita y dirigida por Roman Polanski. «Historia de lo Oculto» le hace un homenaje explícito.

Si bien no soy un entusiasta de las etiquetas, creo que este paraje extraño de la weird fiction dónde supieron merodear H.P. Lovecraft y su círculo, Shirley Jackson, Thomas Ligotti, Philip K. Dick y David Lynch, pero también Jorge L. Borges, Leopoldo Lugones y Alberto Laiseca (no quiero abundar en listas), es un sitio (liminal, claro) donde podemos ubicar las coordenadas de Historia de lo Oculto (2020)

No la voy a caretear, ni voy a intentar posar como un “espectador objetivo”: el film, escrito y dirigido por Cristian Ponce, me fascinó. Y es que no sólo me pareció un ejemplo brillante de weird fiction, sino que además luce una estética en la que se nota mucho laburo y pasión, rebosa de guiños y homenajes al cine de género, y todo esto sin perder la originalidad, algo difícil de lograr a esta altura del siglo XXI.

Algunas referencias son directas, como el nombre Adrián Marcato, un homenaje a Rosemary’s Baby (Roman Polanski, 1968) – “Hail Adrian!” –o como el afiche de All the President’s Men (Alan J. Pakula, 1976) que aparece detrás de una movilera que transmite en directo para un noticiero. Por el lado de thriller de intriga política, los protagonistas –un grupo de periodistas que producen un programa televisivo de investigación periodística– no están muy lejos de aquellos personajes encarnados por Dustin Hoffman y Robert Redford, que intentaban desenredar la madeja de corrupción del famoso escándalo del Watergate; aunque la madeja que les toca a los productores de “60 minutos antes de la medianoche” tiene el ingrediente agregado de la brujería: Velasco, el presidente de la República Argentina, no sólo está involucrado en manejos turbios de la guita de una de las empresas más poderosas del país, sino que además es parte de una “secta satánica” (¿una especie de López Rega?) que secuestra niños y realiza sacrificios humanos. Más que Watergate sería un Brujogate. Quienes gusten de películas de drama periodístico o de intriga política al estilo de Frost/Nixon (Ron Howard, 2009 –con un Nixon magistralmente interpretado por Frank Langella) o The Ghost Writer (2010, otra de Polanski, lo cual tal vez no sea mera casualidad) seguramente van a disfrutar de la entrevista donde quieren hacer que Marcato “mande al frente” al presidente Velasco.

«HISTORIA DE LO OCULTO» / TRAILER (2020)

Decía hoy que la weird fiction se ubica en un lugar intersticial, liminal, y es allí donde habita Historia de lo Oculto, en una encrucijada como en las que se invocan las fuerzas del Inframundo o donde se sellan pactos con entidades sobrenaturales en casi todas las tradiciones mágico-folklóricas del mundo. En esta liminalidad, la frontera entre “lo real” y “lo fantástico” es difusa o virtualmente inexistente, las cosas son y no son, como en The Twilight Zone.

En la Argentina del film es 1987 y hay australes, pero no es Raúl Alfonsín el presidente, las Malvinas no están bajo el dominio inglés, el canal de televisión es muy parecido a canal 9 pero no es canal 9, están los característicos “honguitos” de los teléfonos públicos pero no son de ENTel; Argentina es y no es, parece una suerte de Argentina paralela, familiar pero inquietantemente extraña, unheimlich; como aquellas realidades alternas a las que suelen despertar los protagonistas de casi todas las novelas de Philip K. Dick, como esos EEUU de El Hombre en el Castillo, donde Alemania y las fuerzas del Eje ganaron la Segunda Guerra Mundial y son la potencia dominante; o los EEUU del cómic Watchmen de Alan Moore, donde los estadounidenses ganaron la guerra de Vietnam gracias a los superhéroes, el Watergate nunca pasó y Richard Nixon (¿otra vez?) sigue en la presidencia en la década de 1980.

Con una droga que nos remite a la raíz olorosa de Rosemary’s Baby, los protagonistas buscan sintonizar con el mudo subliminal oculto en las sombras de su realidad blanco y negro y atisbar a los Primigenios extradimensionales que estiran sus extremidades tentaculares hacía el más acá, y son los Maestros Titiriteros que mueven los hilos del poder en esa Argentina que es y no es. Un brujo arrepentido les dará una mano en la tarea, un Adrián Marcato interpretado por Germán Gaudino que parece canalizar al fantasma de Alberto Laiseca prófugo del Hades arrastrando jirones de su realismo delirante, o a uno de aquellos brujos  que  rodeaban  al  Monstruoso  Señor  de  la  Tecnocracia en Los Sorias.

En Historia de lo Oculto encontramos cinco casas que son la misma casa, y desde el diván don Sigmund nos recuerda que el factor de la repetición de lo igual es una de las fuentes de lo Ominoso. Y Borges y Bioy –recordando a un heresiarca de un Uqbar que es y no es– agregan que los espejos son monstruosos porque multiplican el número de los hombres.

PARQUE CHAS. De Risso y Barreiro. 11 capítulos sobre un vórtex en plena Buenos Aires. La historieta comenzó a salir en la revista Fierro Nº 36, de agosto de 1987.

Este Buenos Aires al otro lado del espejo monstruoso y su psicogeografía weird de lugares ominosos no es exclusivo del film, pero, creo yo, encontramos muchos más ejemplos en la historieta fantástica argentina que en el cine nacional de género. El ambiente de la película me resonó mucho con la maravillosa historieta Parque Chas, de Risso y Barreiro, saga de culto que apareció por primera vez en la revista Fierro nada más y nada menos que en 1987, mismo año en que se desarrolla la acción de Historia de lo Oculto.

TRIBUTO AL MIEDO. Como en El Resplandor («The Shining»), la inocencia se mira al espejo embrujado.

A propósito de espejos monstruosos, los magos medievales utilizaban espejos negros para obtener visiones mediante una técnica llamada scrying, que descubrí involuntariamente de niño, con terror, frente al espejo del baño, así como lo hace Danny Torrance en The Shining. Y es precisamente un objeto mágico monstruoso (monstruoso por lo anacrónico en el contexto del film, pero también por su naturaleza intrínseca) el que provoca el desenlace del nudo argumental, Edward Kelly, el vidente al servicio del astrólogo real John Dee, utilizaba un espejo negro de obsidiana azteca para comunicarse con aquellos presuntos ángeles que dictaban sus mensajes en enoquiano; Adrián Marcato se comunica con el otro lado mediante un artefacto que es y no es un espejo negro. Un pequeño espejo negro que todos poseemos, llevamos todo el día con nosotros, y de cuyas visiones somos esclavos hipnóticos –nos domina de la misma manera en que los Maestros Titiriteros Primigenios tiran de los hilos de Velasco *Fnord*

ESPEJO MÁGICO. El artefacto que le perteneció al vidente de John Dee parece estar de regreso en la película de Ponce.

A manera de un Necronomicón cinematográfico, Historia de lo Oculto abre un portal. Ojalá permita que se cuelen más fragmentos de ese mundo liminal hauntológico, o que funcione como espejo negro a través del cual otros realizadores canalicen lo unheimlich nativo.

¡Por más weird fiction argentina!

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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