El jueves 8 de diciembre de 2022, 26 integrantes del Grupo de Factor acudieron al llamado para despedir el año y conversar sobre asuntos inapropiados en la heladería/café Kainos, al 1200 de La Rioja, en un deck a la intemperie, desguarnecidos ante la mirada de terceros.
Al final, pusimos a prueba nuestro escepticismo en un ritual mágico, generoso obsequio de la Abadía Áurea.
El post cierra con una «apostilla ningunista» y galería de fotos del ritual al que fuimos invitados.
A fin de reunirnos en un lugar “que nos quedara a tiro a todos”, pedí a los integrantes del Grupo de Factor 302.4 de Facebook y Telegram las coordenadas de su lugar de residencia. Localizada la zona de confort de cada uno, le iba a dar por fin uso a uno de los conocimientos más inútiles que adquirí en la ufología: trazar una ortotenia, por una vez no para determinar el trayecto de misteriosos platívolos si no para encontrar, cual “nave madre” que nos acogiera en su seno, el nodo que fijara un punto geográfico equidistante. Pero así como el comportamiento humano es poco previsible, los organizadores a veces cometemos errores logísticos. El mío fue haber desarrollado aquel laborioso mapa ortoténico sumando las coordenadas de muchos amigos que luego no fueron de la partida, situación incómoda más razonable: aún era un encuentro sin fecha a la vista. Así, sin la fecha ni la ciencia de mi lado, fijé, un poco caprichosamente, una zona nebulosa entre Boedo y San Cristobal de la ciudad de Buenos Aires.
Recordé que en una esquina que no podré nombrar del barrio de Boedo estaba la sede de la Abadía Aurea, el castillo de los magos, brujos y guerrilleros ontológicos que existe desde 2014 y protagonizan el documental “La Otra Magia” (2018), dirigido por mi amigo Leandro Bartoletti.
Le pregunté a Leandro si imaginaba la posibilidad de que pudiéramos celebrar el encuentro en aquel clandestino refugio mágico. Su respuesta fue alentadora. Me pasó el whatsapp de JL (lo llamo por sus iniciales a su pedido), factótum de la congregación. “¡Por mí, encantado!”, respondió enseguida.
Tras comentarle la fecha que barajaba, me aclaró que la parte “secular” del encuentro debería hacerse en otro lugar, sea bar o restaurante. Pero ¿y después? ¿Podríamos visitar las instalaciones? «Es más, ¿existe la posibilidad de ver alguna demostración de sus rituales?» A JL no le tomó mucho tiempo dar el sí: nuestra común amistad con Leandro era el “santo y seña” que garantizaba que todo iba a estar bien. Además, JL, creáse o no, lee Factor y sabía a qué posibles escenarios se iban a exponer. “No te preocupes por nada; además, nosotros también somos escépticos”, aseguró.
Al día siguiente tuve la confirmación: el jueves 8 de diciembre a las 23 horas, feriado por tratarse del Día de la Inmaculada Concepción, iban a poder hacer para nosotros una ceremonia mágica como las que suelen organizar internamente. Ese horario, y un razonable compromiso de buena educación, era todo lo que pedían.
Ahora bien, tomar la decisión de invitar a colaboradores y seguidores del blog sin conocer personalmente a todos, sin tener mucha idea sobre lo que iba a ocurrir ni cuánto iba a durar, constituía un cierto riesgo. Pero era más grande la tentación de abrir las puertas a una experiencia que de otra forma no íbamos a poder conocer. Con el empujón de la trayectoria de Eventos Anómalos a cuestas decidí seguir adelante. En definitiva, mis invitados, todos adultos, tomarían la decisión de acompañarme, o no, a la ceremonia o lo que JL y su gente fuera a mostrarnos esa noche.
La segunda cosa que tuve que decidir fue cómo cursar la invitación a un evento del que poco podía decir. “Vengan a para participar en no sé qué cosa” Nah, tremendo papelón. El impedimento eran las reservas de JL, que no me terminaba de revelar qué iba a suceder y, aún si me lo hubiese adelantado, transmitir cualquier detalle iba a arruinar el efecto sorpresa.
Así surgió la idea de presentar la experiencia como “contraintuitiva” (de mi parte era más previsible un espectáculo de mentalismo que refutara milagros, no visitar un templo donde nos esperaba un enigma). Agregué, a modo de alertas rojas, una par de ideas convenientemente aversivas:
Es un Camelot barrial. Es lo más parecido a un aquelarre que vas a encontrar en la ciudad de Buenos Aires.
En fin, todo parecía un gran salto de fe.
El encuentro en el bar fue incómodo porque vinieron más amigos de los que esperábamos (el viejo tema “no estoy totalmente seguro de si voy a ir o no” y, ante la inseguridad, no anotarlos) y las mesas muy largas son enemigas de la atención.
Para más Inri, el realizador Damián Marsicano me había pedido permiso para filmar algunas esas imágenes e incorporarlas en un documental que mencionará a Factor. La presencia de un público ajeno, en otras mesas, y la cámara, repelieron la posibilidad de develar intimidades inherentes a la consigna planteada, a la sazón desarrollar “experiencias de conversión” que tuvieron lugar a lo largo de nuestra vida, pero así lo hicimos junto a Marcelo Kupersmit, Daniel Usandivaras, Fernando Jorge Soto Roland y Guillermo David, director de Cultura de la Biblioteca Nacional que aprovechó para anunciar que empezó el rodaje de la segunda temporada de La otra aventura, el fantástico ciclo que conduce en la TV Pública. (Como quedé con las ganas de agradecer públicamente su libro El puchero misterioso, una de las lecturas que más disfruté este año, se imprime acá.)
Dos visitas dieron el toque de distinción. Una, la inesperada aparición de Luis Ini, viejo compañero de “Conozca Más” hoy residente en Madrid; otra, la del insigne Migo Welsh, llegado de Mendoza. Migo nos dio dos alegrías, la primera que acababa de recibir el Premio a la Primera Mejor Obra en fotografía en el Salón Nacional de Artes Visuales y la segunda, que su exhibición El número solicitado no corresponde a un abonado en servicio, tendrá su momento de gloria en la Biblioteca Nacional, a partir de enero.
NUEVAS GENERACIONES: UNA ALEGRÍA NO, DOS
Magrio González e Iris Serrano adelantaron detalles sobre el flamante videojuego Ciudad Anómala de Buenos Aires y Fernando Montes Vera, dio las coordenadas de su novela + transmedia VideoDreams (por el amor de Ashtar, no te olvides de clickear luego el link embebido), dos innovadoras iniciativas colmadas de guiños factoriles. Orgullo no nos falta.
También aquilataron la jornada el escritor Javier Aguirre, el psicólogo Marcos De Caro, el antropólogo Alejandro Otamendi (“¡se vino en bicicleta desde Mar del Plata!” oí decir), el sociólogo y editor de Sonámbula Pedro Perucca, el periodista Gustavo Schweitzer, editor y conductor en Urbanos En La Red (y coequiper en entrañables aventuras ufológicas en nuestra adolescencia), Pablo Sandor, productor de la alternativa Mix Tape Radio, Fernando Lefevre, administrador del grupo en Facebook Argentina Investigaciones y Reportes OVNI, Pablo Bentancor, Aurora Ferrari, Toto T y acompañantes cuyos nombres desconocemos o, por si acaso, preferimos no develar. Leandro Bartoletti, en un aparte, me abrumó con todos los proyectos que tiene para 2023. Sin duda, al realizador le espera su mejor año.
Con el incansable apóstol del género fantástico y editor de Cinefanía/Cineficción, Darío Lavia, y el historiador Fernando Soto Roland mostramos la portada de una publicación… ¡en papel!… que será parte de un inquietante proyecto sobre el que pronto tendremos novedades.
No quedó tiempo para sortear libros ni para otras presentaciones: a las 23 horas nos esperaban en la Abadía Áurea. No bien instruí a todos sobre el protocolo de seguridad, unas pocas indicaciones como no hacer ruido al llegar ni faltar el respeto a los anfitriones, advertí que lo mejor quizá estaba sucediendo en ese momento, ignorantes de lo que estaba por venir: cuando el enigma está por manifestarse la imaginación trabaja más, y la nuestra estaba a full. Sólo hubo siete bajas de los 28 que estuvimos en el bar.
RITO TEÚRGICO DE LA QUINTA ESENCIA
A las 23.15 las puertas de la Abadía Áurea se abrieron y los 21 fuimos pasando al salón de estar. ErebuS, el mago senescal de la casa, fue el primer anfitrión: nos recibió envuelto en una túnica negra y una capucha cubriendo su rostro. Nos pidió apagar los celulares y “conectar con nuestro silencio”. Así, uno por uno, asándonos en un espacio cerrado sin ventanas, ascendimos a través de unas escaleras bastante cascadas hasta la sala central. Antes de ingresar fuimos interpelados por Auric De Grey –mago que lidera el proyecto–, cubierto por su túnica y su característica máscara blanca y negra. Él fue quien nos invitó a elegir entre “ciencia y misterio” y a retirar una baraja, que sería nuestro amuleto.
Uno de los condimentos picantes de las actividades de la Abadía es la influencia que recibió del Ningunismo. JL es practicante de ese sistema, entre otros, y se relacionó con los colaboradores originales de Rodrigo Sierra (Roy Khalidbahn), creador del movimiento que operó entre 1999 y 2006. Ese año, la iniciativa terminó en tragedia: el 16 de diciembre cuatro ningunistas, entre ellos Roy, murieron ahogados durante un temporal mientras recorrían un desagüe pluvial en el barrio de Belgrano (Ver Recuadro, abajo).
“El rito del 8 de diciembre, explica JL, no tuvo ninguna vinculación con el Ningunismo, amén de la influencia ningunista que ha recibido nuestro proyecto general. Este fue un ritual teúrgico elaborado por nosotros que consistió en la invocación de los cuatro elementos tradicionales como para poner en condiciones al complejo psicofísico (al modo de “resetear el tablero”). Una vez afirmadas estas cuatro instancias, el objetivo fue invocar la Quinta Esencia que nosotros, para este rito, decidimos equiparar con la Potestad del Sagrado Caos; en términos de aquello indefinible y de ilimitada potencialidad”.
El uso de “algunas nociones de la Magia del Caos” persistió durante toda la ceremonia. “Claro, por eso también abrimos cuadrantes ‘oblicuos’ para formar, junto a las cuatro direcciones de los cuatro elementos, una estrella de ocho puntas”.
–¿Por qué elegiste para nosotros este rito?
–Equiparar a la Quinta Esencia con el Caos para este rito fue a colación de que sería un rito atravesado posiblemente por personas escépticas; por lo tanto, trabajamos en producir un ritual que, amén de su contenido tradicional, como las invocaciones de los cuatro elementos, que contenían influencias antiguas, su eje central fuese un vector que disparase en los presentes cuanto menos la posibilidad de la posibilidad.
“Frente a la probabilidad del escepticismo –de hecho, nosotros somos también escépticos–, hubo instancias como la elección del sendero: el de la ciencia o el del misterio, sin dar a uno una preponderancia sobre el otro: si los dioses existen de verdad o si son complejos psíquicos que nos habitan, a fines prácticos da igual.
“El método de la ciencia, el objetivo de la religión» era el slogan de The Equinox de Aleister Crowley. Por todo esto, en un momento del ritual Auric De Grey sugirió –como lo hizo también en el documental de Bartoletti– que «la Magia es ‘todo acto Consciente’. En tal sentido, todo lo que concierne al ritual dramático, por su posibilidad de afectar al inconsciente, es una vía para comunicarse con esos dioses/complejos (sea lo que sean) y poder, de esa forma, mejorar en los aspectos que fuese necesario. Para lograr, al fin de cuentas, una vida de Consciencia”.
Creo que pocos de los que nos retiramos de la Abadía salimos pensando que aquella performagia –como describen su forma de practicar rituales en público– había sido “simplemente” una puesta en escena. El espacio, que esa madrugada se convirtió en una caldera endemoniada, se llenó de ¿magia?
Lo que me dejó pensando en “algo más” es que en un punto casi todos (hay que descontar un par de deserciones) terminamos aceptando el calor, que al principio parecía insoportable.
LA INSURRECCIÓN NINGUNISTA: «MOLESTAR Y DESAPARECER»
El Ningunismo buscaba desbaratar el sentido del espacio y estudiarlo desde perspectivas alternativas. Así surgió lo que llamaban “exploración urbana”. “La nueva era –escribió Roy Khalidbahn, de 25 años– no puede tener dueños. Cada vez que se produjeron grandes cambios, alguien se apoderó de ellos”. Definió el Ningunismo como un “estado mental” con una vocación utópica: “¿Qué sucedería si un grupo de jóvenes une sus esfuerzos contra un sistema hipnóticamente represor y caprichosamente alucinógeno?”. Roy y sus amigos se propusieron formar “agentes del cambio” para dar un salto evolutivo por medio de “actos de insurrección zen” a través de “acto de desobediencia contra el flujo de memes que a diario nos condiciona vía Sindicato Onírico”. Los discursos del autor de “Tesis 222” cobraron una dimensión impensada cuando la leyenda empezó a crecer a partir de versiones difundidas por antisectas que usaron los medios sociales de la época para difamar un grupo que desconocían. Para Roy, “la insurrección consiste en molestar y desaparecer”. A fines de 2006, Rodrigo “Roy” Sierra (25), Alberto “Bob” Cardazzo (24), Sebastián García (27) y Joaquín Prieto (17) ingresaron en un túnel pluvial ubicado en Olazábal y Superí, que canaliza el arroyo Vega. Según algunos, el grupo ignoraba que un temporal iba a azotar la ciudad. Otras versiones sugieren que no todos ingresaron allí a la vez; sino que unos fueron a rescatar a otros cuando se enteraron que los primeros habían descendido y la tormenta era inminente. Al día siguiente, fueron hallados ahogados. Mónica, madre de Roy –que fuera una instructora espiritual con influencias jesuíticas y del Cuarto Camino–, descartó que la tragedia tuviera relación alguna con las propuestas del Ningunismo. Con la ayuda de otros colaboradores de Roy, mantuvo online los contenidos ningunistas hasta su fallecimiento en el año 2018. Desde entonces y hasta hoy, tal tarea recae en los herederos del movimiento.
LINKS PARA SABER MÁS
Página de la Abadía Áurea en Facebook:
Documental La Otra Magia liberado:
Teaser de El Cónclave de las Sombras (film de ficción a estrenarse en el 2023):
GALERÍA DE FOTOS
Por Sofía Libertad
