Algunos medios online compiten por buscarle la vuelta al Tesla Roadster color cereza que Elon R. Musk piensa lanzar a Marte. Factor 302.4, un blog al que la actualidad le da igual, acompañó al Ingeniero Aeroespacial Pablo de León, notable experto argentino en cirujeo cósmico, a un tour a través de un verdadero paraíso en la Tierra para los aficionados en cuestiones aeroespaciales: el basurero de Merritt Island, en Florida. Disfrutá de este inquietante safari fotográfico. Algo a la medida de tu necesidad vas a encontrar.
Texto y fotos: Pablo de León
Hoy estuve en un lugar de lo más raro. Es un cementerio de partes de naves espaciales y elementos de surplus de la NASA de un señor que, desde hace décadas, compra a precio de metal por kilo al Centro Espacial John F. Kennedy y junta todo en varias hectáreas en el medio de la nada en Merritt Island, en la costa este de Florida, muy cerca del centro espacial.
Encontré las cosas más diversas, desde partes reconocibles de cargas útiles de transbordadores espaciales hasta intercomunicadores usados en las rampas de lanzamiento. Lamentablemente, con la cancelación del programa del transbordador espacial, todo ese equipamiento fue a parar a la basura, donde este señor lo compró por kilo.
Así, equipos e instalaciones de la más alta tecnología, y las mejores aleaciones, que originalmente habían costado a la NASA millones y millones de dólares, están ahora esperando ser convertidas en lingotes de metal a unos pocos dólares por kilo.
TODO EN 5 TIPS
* 1 De dónde procede la basura espacial acumulada en Merritt Island. El 80% de los desechos pertenecen al Space Shuttle. Cuando el programa fue discontinuado en 2011, la NASA empezó a deshacerse de todo lo que el Orion, el nuevo programa, no iba a usar más.
* 2 No es la primera vez que pasa. El costo original de estos equipos y partes aeroespaciales ascendía a varios millones de dólares. Hoy se venden por el peso del metal. Algo parecido ocurrió al término del programa Apolo.
* 3 Precios. Hay un precio por tonelada y otro para minoristas. Depende del material con que la pieza fue construida. Hay mucho titanio, que es bastante caro, y aluminio. El aluminio aeroespacial, tipo 6061 T6, es bastante caro. Los aluminios usados en estructuras triviales (partes de torres o cartelería) se ofrecen a precio de mercado (el aluminio común, por ejemplo, cuesta alrededor de U$ 5 por libra).
* 4 ¿Quiénes concurren? Ningún tipo de persona en especial. El día de mi visita yo era el único. Es un lugar especializado en venta en bloque: los privados que no son «chatarreros» al por mayor, no pueden entrar. ¿Por qué fui la excepción? De pura casualidad. Había comprado un simulador del Space Shuttle y tenía que ir a ver cómo lo movía (pesa más de 500 kilos). He trabajado en el Centro Espacial desde principios de los 90 y no conocía este lugar, escondido en medio de pantanos.
* 5 ¿Por qué asumo con orgullo mi condición de “chatarrero del espacio”? Trabajo desde hace años en la recopilación de elementos para crear en la Argentina un Museo del Espacio. Ese es el destino que le imagino al simulador que necesitaba desplazar.
Como en mi país nadie me hace caso, organizo exhibiciones en otros países, como «Space: Misión Espacial» realizada en Bogotá en Septiembre de 2017.
GALERÍA DE FOTOS (DEDICADA A LA HISTORIETA «CARTONEROS DEL ESPACIO»)
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