Beatriz Muicey, una fotógrafa de reconocida trayectoria, desempolvó de su álbum de fotos una de sus favoritas: Diana Bilmezis sobre una de las manazas de King Kong. El muñeco recién había desembarcado a la Argentina. La escena lograda por Muicey fue parte de una producción de modas para un suplemento del diario La Opinión, pero nunca pudo ser publicada. Hasta hoy.
La minuciosa reconstrucción histórica de la visita de King Kong al país realizada por Fernando Jorge Soto Roland enseña que el monstruo permaneció en la Sociedad Rural Argentina desde el 23 de setiembre de 1978 hasta el 1º de febrero de 1979, cuando partió hacia la ciudad de Mar del Plata.
Por aquellos días, cuando la exhibición estaba por empezar, la fotógrafa Beatriz Muicey decidió desplazarse al predio para una producción de modas para el Suplemento Vida Cotidiana del diario La Opinión, una página semanal que tenía a su cargo.
El primer recuerdo de Beatriz fue una transgresión: hizo la toma sin pedir permiso. “En esa época no había grandes equipos de producción, ni ‘estilismo’, ninguna de esas cosas. Éramos la modelo, el remisero y yo, productora y fotógrafa. Creo que ni asistente tenía. Fuimos con la idea de ver qué nos sorprendía por el camino. Entramos antes de que abriera al público y empezamos a trabajar. Habían armado un miniparque temático de diversiones, todo muy kitch, muy berreta. Y en algún lugar nos topamos con esta ficción de la ficción, una mano y una gigantografía detrás, para que los pibes pudieran sacarse fotos en la escena”, recuerda.
Posó para aquella producción Diana Bilmezis, amiga de Beatriz. «Éramos casi hermanas. Como ella era linda y yo tenía ese espacio para respirar decidí prescindir de la contratación de ‘modelos convencionales’ y durante un tiempo nos divertimos bastante jugando con esa página». Diana fue autora, 20 años después, de la premiada novela La boda del fin del mundo (1996) y amiga del escritor y poeta Osvaldo Lamborghini, quien le dedicó un capítulo de su novela Las Hijas de Hegel (1984).
Mientras Beatriz tomaba esa foto se acercó el encargado de seguridad. “Me vino a preguntar qué estaba haciendo y me advirtió que los derechos de la imagen de King Kong eran de editorial Atlántida o Abril.”
En suma, Beatriz pudo publicar en el suplemento todas las fotos tomadas ese día en La Rural, todas menos la de King Kong, por aquel asunto de los derechos. “Las tomas ya estaban hechas. Publiqué las demás y esa no para no entrar en quilombo en el diario. Podíamos fotear todo… menos a King Kong. Pero imaginate… Y ahí está. No se pudo publicar, pero la foto está”.
El año anterior, Jacobo Timerman, director de La Opinión, había sido secuestrado por un grupo paramilitar que dependía de Ramón Camps y el diario había sido expropiado por la Junta Militar. En ese ambiente trabajaba la fotógrafa, durante el momento más furioso de la dictadura y en una redacción cuya línea editorial era controlada por un coronel.
Cuando le pedimos autorización para publicar la foto en Factor, Beatriz ya la había compartido en redes sociales, como por ejemplo en un post donde el crítico, docente e investigador de la historia del cine, Fernando Martín Peña, se refería al trabajo de Soto Roland publicado en nuestro blog. Muicey aprobó la idea con entusiasmo: “Amo esa foto! De todas las que he sacado, y fueron unas cuántas en 30 años de laburo, ésta es una de mis favoritas!”.
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