“Yo me he conectado con Cecil, el león recientemente asesinado” (en Zimbabwe, Africa), escribió Karen Anderson («Animal Communicator», esto es: médium que se comunica con animales) en su perfil de Facebook.
Karen, no sin advertir que su mensaje “será profundo”, cuenta que se conmovió “hasta las lágrimas al escuchar las palabras” del animal muerto a principios de Julio por un cazador furtivo.
Las palabras del león, dictadas en perfecto inglés, fueron:
“No dejes que las acciones de unos pocos hombres nos derroten, que permitan que la oscuridad entre en nuestros corazones. Si lo hacemos, entonces nos convertiremos en uno de ellos. Eleva tu vibración y permite que esta energía nos lleve hacia adelante. Lo que pasó no necesita ser discutido: es lo que es. No te desanimes, mi niño, estoy mejor que nunca, mejor que antes que nadie pueda tomar nuestra pureza, nuestra verdad o nuestra alma. Jamás. Yo estoy aquí. Sé fuerte y habla por todos los que sufren innecesariamente por satisfacer la codicia humana. Trae luz y amor y vamos a superar esto.»
Si alguien esperaba que Cecil develara alguna pista sobre las circunstancias en que murió, el animal no dedicó a la cuestión el más mínimo groarrr. “Lo que pasó no necesita ser discutido: es lo que es”, contestó, entre crítiptico y metafísico, el león. El DailyMail fue uno de los medios que recogió la novedad. También los portales del Time y del Mirror.
Johnny Rodrigues, jefe del Destacamento de Conservación de Zimbabwe, identificó al cazador furtivo como Walter James Palmer, un odontólogo norteamericano que tiene consultorio en Minnesota.
El dentista pagó 55 mil dólares para cazarlo; le disparó una flecha, pero no lo mató. El felino agonizó durante dos días y fue rematado de un disparo. “No sabía que el animal era famoso”, expuso, a modo de excusa, Walter Palmer. El animal era el más conocido del Parque Nacional de Hwange, en el oeste de Zimbabwe, donde era reconocido por su melena negra, infrecuente en el África austral, y era estudiado por un programa de investigación de la Universidad de Oxford.
La noche del 6 de Julio, el cazador y sus asistentes decidieron alejar a Cecil con un cebo fuera del parque, donde cazar leones ya es “legal”. Y dicen que allí lo asesinaron.
La espiritista Anderson, protagonista de una noticia que parece falsa como las que publica revista Barcelona o los blogs de religiones paródicas como la Iglesia de la Nueva Era, tranquilizó a las buenas almas con un mensaje postmortem enviado directamente por el Rey León. Zimbabwe, mientras tanto, ya pidió la extradición del asesino, que se esconde y balbucea justificaciones legales para zafar del escarnio.
AGRADECIMIENTO: Alejandro Frigerio
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