“¿Por qué no hay un mito Enrique Raab? Quizás porque no cultivó la novela o la investigación a lo grande, porque no pertenecía al grupo mayoritario en la militancia revolucionaria –era militante del PRT– o porque era gay en una izquierda que aún trata de asimilar a un Néstor Perlongher”, escribió la cronista y crítica cultural María Moreno en Enrique Raab. Periodismo Todoterreno, una recopilación de escritos del notable periodista secuestrado y desaparecido por esbirros de la dictadura militar argentina hace 42 años.
Csipka rescató de la compilación de Moreno una crítica que hizo a una emisión de 1973 del programa “El pueblo quiere saber”, Canal 11, donde el panel entrevistó al cuatro de copas del Gurú Maharaj Ji. En el talk-show plantearon preguntas similares a las que le hacen hoy a Claudio María Domínguez. Y con idénticas secuelas: una TV que instala temas o personajes alejados años luz de las urgencias de la hora.
Gracias a la generosidad de Fernando D’Addario llego a Periodismo todoterreno, el magnífico volumen preparado por María Moreno que reúne textos periodísticos de Enrique Raab. Revisándolo, encontré una crítica que entronca con situaciones análogas que se dan en los medios en este momento. Con un agravante: ahora tenemos muchos mahatmas y más medios, o sea que la penetración de estos discursos es mayor. Osvaldo Soriano apuntó por allí que en Europa no son tan permeables a cosas así, pero que acá “nos llegan los peores relatos”. Esos relatos, funestos, son análogos a aquella letanía borgeana que arranca con aquello de “esta bala es antigua”. Porque el mahatma que describe Raab luego fue el Pastor Héctor Giménez, los sanadores filipinos, Giselle Rímolo (que fue algo así como Marcelo D´Alessio pero a nivel de la farándula), Claudio María Domínguez y así hasta llegar a los delirios de Mariano Obarrio, Chinda Brandolino, Gisela Barreto y el non plus ultra del discurso contra las vacunas y que sostiene que la Tierra es plana.
Intuyo que el texto titulado «Durante 90 minutos la Luz Divina copó la televisión» habrá sido un recuadro en “La Opinión”. No solo es una maravilla, bien escrita y argumentada, con giros como la alusión al tosco inglés del personaje en relación a Peter Sellers; o la expresión elmergantrismo, que hace un guiño a cierto lector ilustrado (Elmer Gantry es una novela de Sinclair Lewis, devenida película con Burt Lancaster, sobre un predicador chantún) por parte de un finísimo periodista cuyo idioma natal no era el castellano (Raab, devorado por el terrorismo de estado en 1977, era austríaco, un mitteleuropeo que llegó de pequeño huyendo del nazismo). Es, sobre todo, algo actual si se presta atención a los últimos dos párrafos, con el pensamiento mágico en el prime-time mientras escuelas y hospitales se caen a pedazos y se recorta el presupuesto en ciencia. Y sin que nadie rinda cuentas por el daño que se suma desde los medios a la desidia de los gobernantes.
Durante 90 minutos la Luz Divina copó la televisión
Dios no vino a Buenos Aires, pero mandó a su representante. Rapado, su flaco cuerpo de ejecutivo exótico envuelto en una blanca túnica, el Mahatma de la Luz Divina se sentó, el miércoles por la noche, en una de las sillas giratorias de “El pueblo quiere saber” (Canal 11): durante más de una hora, permitió –con cara de aburrimiento- que el periodista Raúl Urtizberea y unos cuantos panelistas le preguntasen sobre el Gurú Maharaj Ji, sobre su presunta divinidad, sobre el dinero que mueve la misión, sobre el Rolls Royce que usa la Divinidad para desplazarse, sobre la Asamblea de Luz Divina de Houston, sobre los caminos de la salvación, sobre el alma de las vacas, sobre bueyes perdidos.
Las respuestas, diligentemente traducidas por una intérprete, proporcionaron la siguiente información:
1) El Gurú Maharaj Ji no vino a Buenos Aires porque solo viene a aquellos lugares donde lo guía su Luz Interior. Buenos Aires, por suerte, no está entre esos lugares regados por la Luz y así, cabe deducir que el Nene Divino prefirió quedarse en Houston, chupando los helados de crema que tanto lo enloquecen.
2) Usa un Rolls Royce porque es símbolo de poder. “El señor Cristo (Lord Christ, decía el Mahatma, en ese inglés rocoso inmortalizado por Peter Sellers en “La fiesta inolvidable”) descendió a Jerusalén montado en un burro blanco; el burro era entonces símbolo de estatus; por eso el equivalente del burro crístico para los tiempos que corren sería el Rolls Royce”.
3) Hay gente que se ríe del Gurú porque no tiene acceso a la Luz. “Usted no ve la luz”, sobró el Mahatma en cierto momento a uno de los panelistas. “Y bueno, si no la veo, usted no tiene por qué acusarme sino hacer que la vea”, respondió, correctamente, el panelista.
El Mahatma bamboleó su cuerpo más violentamente en su silla giratoria, hizo un mohín de fastidio, mientras su corte imprecaba a Urtizberea explicándole que era un problema de Luz y que el que la veía, pues la veía, y el que no, no. No se trata de analizar ahora el fenómeno de la Luz Divina –con su nene monstruoso, chupador de ice cream, anticipado por Fellini en Julieta de los espíritus– ni tampoco las presumibles componendas financieras construidas sobre la miseria y la frustración de la sociedad norteamericana que hace hoy posible esta versión actualizada del elmergantrismo.
Lo que sí cabe preguntar es por qué la televisión argentina tiene que dedicar 90 minutos de su programación a las declaraciones de un emisario del Nene, pretextando dilucidar un problema que en el contexto argentino es más fantasmagórico que el de la cuadratura del círculo. De nada sirve que Urtizberea se ponga agresivo, o que ridiculice a su entrevistado, o que pretenda demostrar que la Luz Divina es un invento, si está descontado que en la Argentina –salvo 700 ciudadanos– nadie piensa lo contrario.
Con miles de escuelas provincianas sin maestros suficientes, con centenares de hospitales con infraestructura defectuosa, estos 90 minutos desperdiciados son una afrenta al pueblo: con o sin las ironías de Urtizberea, lo cierto es que el Nene Divino logró meterse en la televisión argentina, un hecho del cual algún día habrá que rendir cuentas.
Fuente: La Opinión, viernes 7 de diciembre de 1973
Biopic del periodista Enrique Raab por la entonces diputada Susana N. Rinaldi en la Legislatura Porteña (16/04/2014)
Entrevista a María Moreno cuando presentó «Enrique Raab. Periodismo Todoterreno» en la TV Pública.
RELACIONADAS
Cinco preguntas incisivas sobre Deepak Chopra
¡Bendito Chopra!
Chopra: cómo preparar una rica sopa cuántica
Love Story: el banquero New Age y el ministro de Ciencia
Por qué soy de Borges
Por qué no me simpatiza Houellebecq
Te seguiremos nombrando, Úrsula
Soriano Vs. Los Hijos del Diablo
Kundera: la deblacle fundamental del hombre
Un día Andrómeda comenzará a beber de la Vía Láctea
H.L. Mencken: nuestro libertario favorito
Marcianos. Por Roland Barthes
El futuro siempre vuelve: La cultura nerd resiste. Por Alejandro Soifer
El derecho al delirio. Por Eduardo Galeano
La transmigración de Girondo
El hombre en la Luna: del espacio exterior al espacio interior. Por Mirta Varela
Micromegas. Lo grande y lo pequeño según Voltaire
Manías, máscaras y religión. Por Aldous Huxley.
Dos valores supremos de la cultura laica. Por Wiktor Stoczkowski
La novela de Evita en Marte. Por Juan José Sebreli
El mono en Acuario. Por Marxe Morn
Evangelios y apócrifos (fragmento). Por Daniel Riera