El Dr. Oliver Müller denunció en un editorial de la revista académica Avances en Psicología Latinoamericana la insistencia de Alejandro Parra de pasar las traducciones de sus artículos publicados en inglés como artículos nuevos y originales. No es aconsejable, escribe el editor, pasar estas picardías por alto: ya son varios los artículos que documentan y discuten más de 20 casos de plagio y autoplagio del Sr. Parra en alemán, español, francés e inglés.
“El caso del Sr. Parra –sigue Müller, editor de la revista colombiana– muestra cómo se puede aprovechar el manejo de diferentes lenguas para hacer la detección del plagio aún más complicada”.
El sorprendente motivo por el cual fue expulsado de la Universidad Abierta Iberoamericana (UAI).
NOTA: Desde que nuestro colaborador, Juan Gimeno (1954-2021), denunció y analizó por primera vez el caso, este blog no ha recibido pedido de derecho a réplica o de rectificación por parte del Sr. Parra. Lo seguimos esperando.
A la vez, hemos notado, no sin perplejidad, la gélida indiferencia de varios de sus colegas, quienes parecen preferir hacer de cuenta que «aquí no ha pasado nada».
Por Oliver Müller *
PhD, Profesor Principal de Carrera / Universidad del Rosario, Colombia
Lo que escribiré en este editorial no es, en cierto sentido, nada nuevo. ¿Pero es plagio? (1) La definición corta que se me ha quedado es: usar las palabras o ideas de otra persona sin darle crédito. La verdad es que no recordaba dónde la había leído por primera vez y, hasta ahora, no podía indicar su fuente. Hice una búsqueda en Internet y las otras personas que la usan así, o de manera similar, indican que es del diccionario Merriam-Webster. Al entrar a la versión en línea, pude verificar que se relaciona con el verbo plagiarize:
“to steal and pass off (the ideas or words of another) as one’s own: use (another’s production) without crediting the source” (Merriam-Webster, s. f.). *
(*) «Robar y hacer pasar (las ideas o palabras de otro) como propias: usar (la producción de otro) sin dar crédito a la fuente»
Aunque no refleja todas las complejidades del asunto, me parece suficiente para guiar a las personas y no caer en esta falta. Quienes la han leído aquí, ya no podrán excusarse diciendo que no sabían qué es. Claro que también he estado en peligro de cometer plagio. Es un trabajo duro formular las ideas de otras personas en palabras propias, y, además, mantener el significado correcto. A veces ni nos damos cuenta de que aquella oración que acabamos de escribir es casi literalmente la misma que una leída hace una semana en un artículo. Por eso, es tan importante ser consciente del problema y comprometerse a evitarlo. De todas formas, el siguiente caso está más allá de cualquier duda.
NOTA ANTERIOR. El psicólogo Alejandro Parra hace lustros se viene presentando como el non plus ultra de la «investigación científica» en Parapsicología. Su colega, Juan Gimeno, puso la lupa en sus trabajos, consultó alguno de sus libros y revistas internacionales donde Parra colaboraba y encontró un cuadro devastador: su obra está colmada de gravísimos plagios. Ya fue expulsado de la Parapsychological Association (PA). Completan el informe la más que posible comisión de un fraude experimental, según la denuncia realizada en 1991 por Ladislao Enrique Márquez y Naum Kreiman, en su día ignorada por la P.A. Sólo el órgano de difusión de la Sociedad Española de Parapsicología (S.E.P.) recogió la denuncia, republicada por Factor.
Recibimos en esta revista un manuscrito en español del Sr. Alejandro Parra, con orcidid: http://orcid.org/0000-0001-7943-2794.
Después de contactar diferentes personas para la revisión del artículo, el Dr. Etzel Cardeña de la Universidad de Lund, Suecia, nos avisó que hay varios casos de plagio documentados para el Sr. Parra. Esto motivó una búsqueda de indicios de plagio por medio de la plataforma Turnitin, con el resultado que un artículo casi idéntico se había publicado en inglés en el 2013, a saber:
Parra, A. (2013). A phenomenological examination of premonition experiences in dreams and waking states: A survey study. Australian Journal of Parapsychology, 13(2), 187-212. (2)
Fue un claro caso de autoplagio. Se informó al Sr. Parra, quien había firmado una carta asegurando la originalidad del envío, sobre el hallazgo y se retiró el manuscrito —no hubo respuesta de su parte a dicha comunicación—.
Después obtuvimos conocimiento de varios artículos que documentan y discuten más de 20 casos de plagio y autoplagio del Sr. Parra en diferentes lenguas (alemán, español, francés, inglés), y sus a veces curiosos intentos de exculparse (Braude, 2021; Cardeña, 2021; Nahm, 2021). Recomiendo a la comunidad editorial y académica la lectura de estos artículos, para no caer ante futuros intentos de fraude de este personaje, y de manera más general, para hacerse una idea cuán fácil puede ser seguir con estas prácticas durante años —el primer caso documentado es del 2006—. Es una lectura fascinante.
Probablemente, hay más por descubrir; sobre todo de las publicaciones en español, —una búsqueda preliminar de esta revista ha encontrado un nuevo supuesto caso y se ha informado a las revistas afectadas.
Cardeña (2021) cuenta cómo los plagios conocidos durante mucho tiempo no se hicieron públicos. Los equipos editoriales enviaron advertencias al Sr. Parra, pero dejaron abierta la puerta para que él siguiera haciendo lo mismo en otras revistas, al no hacer estos casos públicos.
Tengo que decir que no es el único caso de autoplagio que me he encontrado como director de Avances en Psicología Latinoamericana (APL), pero quizás es la historia más alarmante por su extensión. ¿Qué hacer para evitar estos casos?
Este editorial pretende hacer más conocido ese hecho específico en el ámbito iberoamericano y promover la discusión sobre contramedidas proactivas. Hay, obviamente, procedimientos para la retractación de publicaciones que son plagios, como los del Committee on Publication Ethics (cope, 2022), a los que se adhiere Avances en Psicología Latinoamericana.
Por desgracia, es todo un desafío detectar plagios y la retractación es un proceso largo para las editoriales. Además, las retractaciones no parecen ser muy eficaces para lograr que estas publicaciones desaparezcan del historial académico, siguen siendo citadas (Campanario, 2000; Teixeira da Silva & Bornemann-Cimenti, 2017; Van der Vet & Nijveen, 2016). Una iniciativa que investiga y documenta casos de fraude académicos es Retraction Watch y diferentes bases de datos bibliográficos, como EndNote, LibKey, Papers y Zotero, ahora incluyen información de Retraction Watch para evitar citas de publicaciones retractadas (Brainard, 2022). No obstante, esto se limita, en general, a publicaciones en inglés.
El ámbito hispanohablante no cuenta con muchos recursos para protegernos de ese peligro. Adicionalmente, el caso del Sr. Parra muestra cómo se puede aprovechar el manejo de diferentes lenguas para hacer la detección del plagio aún más complicada.
Algo que las retractaciones no logran es prevenir el plagio —son, por definición, de naturaleza retroactiva. Quizás haya que recurrir al concepto de la reputación académica para tener un instrumento proactivo. Los artículos de Braude (2021), Cardeña (2021) y Nahm (2021), igual que este Editorial, intentan justificar y promover una reputación académica negativa del Sr. Parra. No se trata —también tiene que estar claro— de censurar de una manera general a las personas que hayan intentado o incurrido en plagio alguna vez. Se trata, más bien, de informar a las editoriales de cierto riesgo para que puedan aplicar medidas más fuertes de escrutinio y así emplear sus recursos, a veces limitados, de una manera más eficiente. Documentar casos en artículos, comentarios y editoriales, aunque un primer paso loable, parece ineficaz e ineficiente. Son, al final, documentos dispersos que se pierden fácilmente en el mar de publicaciones. Un modelo podrían ser los registros para las personas morosas a los que los entes interesados pueden acceder. Si se quisiera manejar una figura análoga para el plagio, tendría que ser un registro internacional y multilingüe de plagios intentados y ejecutados. Claro está, debería haber procedimientos con garantías antes de la publicación de un nombre en ese registro, para proteger los derechos a la privacidad y al buen nombre. Esto incluiría una documentación juiciosa y la oportunidad a una réplica. La idea no es instaurar una nueva forma de inquisición, caza de brujas o asesinato moral, como hoy en día es tan fácil en las redes sociales. En cambio, sí, que las editoriales y la comunidad académica tengan una fighting chance, una oportunidad justa de combatir la plaga del plagio, pues en este momento todas las ventajas están de lado de las personas infractoras.
REFERENCIAS
Brainard, J. (2022). Silence greets requests to flag retracted studies. Science, 377(6601), 11-12.
Braude, S. E. (2021). Parra and the Journal of Scientific Exploration. Journal of Scientific Exploration, 35(3), 642-645.
Campanario, J. M. (2000). Fraud: Retracted articles are still being cited. Nature, 408, 288. Committee on Publication Ethics. (s.f.). Guidelines. cope. Recuperado el 26 de agosto de 2022.
Cardeña, E. (2021). Alejandro Parra and Dante’s eighth circle of hell. Journal of Scientific Exploration, 35(3), 639-641.
Merriam-Webster. (s. f.). Plagiarize. En Merriam-Webster.com dictionary. Recuperado el 26 de agosto de 2022.
Nahm, M. (2021). A new case of scientific dishon-esty in the field of parapsychology. Journal of Scientific Exploration, 35(3), 623-638.
Teixeira da Silva, J. A., & Bornemann-Cimenti, H. (2017). Why do some retracted papers contin-ue to be cited? Scientometrics,110, 365-370.
Van der Vet, P. E., & Nijveen, H. (2016). Propagation of errors in citation networks: A study involving the entire citation network of a widely cited paper published in, and laterretracted from, the journal Nature. Research Integrity and Peer Review, 1, Artículo 3.
NOTAS
Agradecemos la autorización a reproducir su artículo al Dr. Oliver Müller . MÁS INFO
(*) Dirigir la correspondencia a Oliver Müller, director y editor general de la revista. Correo electrónico: apl@urosario.edu.co
1. En Turnitin este editorial tenía una similitud acumulada del 6 % con otras fuentes. La mayor parte provenía de las referencias en el texto y de los datos de contacto.
2. Este artículo no se incluye en la lista de referencias, para evitar la generación de una cita inmerecida.
PARRA NO INFORMÓ HABER SIDO SEPARADO DE LA UNIVERSIDAD ABIERTA IBEROAMERICANA
EL INSÓLITO MOTIVO DE SU EXPULSIÓN DE LA UAI
En su informe, Juan Gimeno citaba como “Decano de la Universidad Abierta Interamericana” a Andrés Tocalini. Pero, a un click de Google, Tocalini resultaba ser un sacerdote marianista que acompañaba los reclamos y las necesidades de los vecinos de su barrio de Villa Soldati. No muy cercano al perfil de un Decano de la UAI.
Sin embargo, Tocalini había escrito a Patrick Huyghe, editor de la revista EdgeScience, para tratar de justificar a Parra “en nombre de la UAI”.
El editor de FactorElBlog.com escribió a la UAI para salir de dudas. Con fecha 30 de junio de 2021, recibimos un email de J. Fernando Adrover <fernando.adrover@uai.edu.ar>. Informaba:
“El Dr. Alejandro Parra ya no es desde este ejercicio académico docente de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Universidad Abierta Interamericana. En febrero de este año recibimos una denuncia contra él de parte de varios investigadores europeos y norteamericanos que alertaban sobre apropiación indebida autoría intelectual sin citar debidamente las fuentes y otros comportamientos reñidos con la ética científica. Se dio curso a una investigación y se le ofreció derecho a réplica. Las explicaciones que ofreció Parra no fueron consideradas ni suficientes ni pertinentes para refutar las denuncias generadas y la evidencia presentada por los denunciantes muy en la línea de la nota aparecida en el Blog. Por tanto, se decidió desvincularlo de la docencia e investigación en la Universidad Abierta Interamericana.
Si les interesa el material, que nos hicieran llegar los investigadores denunciantes, puedo compartirlo o puedo ponerlo en contacto directamente con ellos, que sería incluso mejor.»
Lic. J. Fernando Adrover – Decano de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Universidad Abierta Interamericana
Sobre el falso decano de la UAI, Andrés Tocalini, Adrover no contestó. Pero Gimeno nos confió que uno de las víctimas de plagio que lo había denunciado ante la UAI, dijo que Adrover desmintió que Tocalini hubiese tenido ese cargo alguna vez.
«En relación al Pbro. Tocalini, aclaro que fue un invitado externo a una actividad de Extensión Universitaria realizada en 2017 generada por el Dr. Parra, en concreto, no es Decano ni docente de la UAI».
Tocalini se presentó ante Huyghe como Decano de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la UAI para defender la honestidad de Parra. Pero el sacerdote ni siquiera era parte del staff de la UAI. Era un impostor.
Lo audaz del asunto es que Parra convenció a Tocalini de hacerse pasar por Decano para que intercediera ante el editor de EdgeScience, sin saber que éste ya había empezado a averiguar sus antecedentes.
En Linkedin, Parra sigue presentándose como Profesor Asistente de la UAI.
ARCHIVOS. (DESCARGA DIRECTA DE ALGUNOS ARTÍCULOS CITADOS)
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