Hay muchas personas en el universo que aseguran ser incapaces de comprender el peronismo. Marcelo Díaz, prestigioso y querido poeta bahiense, intenta echar luz sobre el enigma, superando de un modo extraño e inesperado la grieta entre Star Wars y Star Trek.
Otro aporte de Factor «a la confusión sobre el General», en el aniversario 48 del fallecimiento del líder político argentino más importante del siglo XX, Juan Domingo Perón.
Mi abuelo Manolo, sindicalista, peronista de la primera primerísima hora, me hablaba de Perón en la cocina de su casa. Hablaba de Perón todo el tiempo, pero para hablar de Juan Domingo Perón y del peronismo bajaba un poco la voz. Yo interpretaba eso como una suerte de iniciación en algo así como un misterio u orden secreta, pero en realidad no era más que una consecuencia de años de represión y prohibición del peronismo, grabados en su cuerpo.
Mi infancia con mi abuelo tuvo tres movimientos básicos: escucharlo tocar la guitarra, acompañarlo en la huerta a regar o a combatir caracoles y hormigas (enemigos mortales del verduraje), y escucharlo hablar de Perón y del peronismo. Y si bien cada tanto se le escapaba un “Perón”, se le había fijado llamarlo “El que te jedi”, por eso de que durante tanto tiempo no se lo había podido nombrar, aunque se lo había nombrado igual. Se había encontrado la manera de nombrarlo, en voz baja, y de muy diversas maneras.
En mi cabeza infantoadolescente, más llena de ciencia ficción y fantasía que de política (mi generación creció en dictadura), el lunfardo “El que te jedi” era el galáctico “El que te Jedi”, en parte porque en boca de mi abuelo el peronismo era una especie de épica fabulosa, en parte porque no hay transferencia generacional sin distorsión, en parte porque la tradición familiar indicaba que a las cosas serias hay que saber tomarlas un poco en joda (mi abuelo era un especialista en eso), y en parte porque el estigmatizado Juan Domingo no sólo era un mito, ya era también un ícono pop, en toda la línea.
Y si bien Herminio quemando cajones en el 83, y el Carlos rifando el país durante los festivos y ásperos 90, hacían muy difícil dejar el corazón en el peronismo (por miedo a que te lo explotaran o te lo vendieran), allá en el fondo, como promesa futura más que como otra cosa, el peronismo seguía vivo (en mí, y en el país), cuando mi abuelo ya no. Así que en cada aniversario peronista al borde del abismo (en Argentina se vive cíclicamente al borde del abismo) saludo desde este rincón de la galaxia con un “Larga vida, prosperidad y justicia social” (sí, no solo Star Wars, Star Trek también es peronista, miren sinó la V en el saludo de la orga vulcana, la Spock) y “Que la Fuerza Popular nos acompañe”. ✌🏾
“POETA DE COLOR”. Así se presenta Marcelo Díaz en sus redes sociales. Nació en Bahía Blanca en 1965. Estudió Letras en la Universidad Nacional del Sur. Cursa la Maestría en Cultura Pública en la Universidad Nacional de las Artes. Integró el grupo de arte público Poetas Mateístas. Colaboró en la revista VOX, en Diario de Poesía, la revista de artes y letras Otra Parte, y el sitio Bazar Americano. Edita NAU, sitio de poesía.
Es uno de los coordinadores del Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía Blanca.
Publicó Berreta, 1998; Diesel 6002 , 2002; Laspada, 2004; Es lo que hay (poesía reunida), 2010; Blaia, 2013; La estructura del desequilibrio, 2017; Grandes Éxitos (en castellano), antología poética, 2018.
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