“Ahí viene el ufólogo”: crónica del congreso místico que organizó Fabio Zerpa en 1991

Y no sólo el ufólogo que convocó aquel memorable encuentro, también el neochamán, el médico open minded, el ingeniero abduccionista de la NASA (que resultó no ser de la NASA), la psicóloga asombrada con los cirujanos psíquicos que para operar usaban sierras eléctricas y el (otro) especialista suizo que vio alienígenas en el bosque de piedras de la meseta de Marcahuasi.»

A fines de abril de 1991, entré en la redacción dispuesto a convencer a Rolando Graña, a la sazón primer editor del suplemento “Futuro”. En pocos días iba a tener lugar un evento fantástico, el Segundo Congreso Místico Internacional, y yo lo quería cubrir. ¿Encajaba una crónica escéptica de un evento esotérico en ese suplemento? No estaba seguro: Leonardo Moledo todavía no era el editor de la sección ciencia de Página/12. Pero la entrada costaba el equivalente de US$ 120 y no me lo quería perder. Le dije a Graña: los congresos sobre platos voladores que organizaba Fabio Zerpa en el San Martín en los años 70 explotaban de gente. Creo que también le dije que iban a venir una psicóloga que estudiaba a los cirujanos psíquicos en Brasil, ufólogos enfrascados en enigmas arqueológicos trasandinos y hasta un científico de la NASA. Le dije que si mi crónica le parecía floja, que no se preocupara (yo la iba a poder publicar en El ojo escéptico). Aceptó.

Hoy reencontré aquella nota en mi disco rígido y decidí apiadarme de su existencia sin lectores no porque me parezca un texto especialmente logrado (más bien considero lo contrario) sino porque ya me pronuncié a favor de crear un archivo de artefactos culturales relacionados con el ilustre propagandista ufológico uruguayo que abandonó su carrera actoral para hacer pie en misterios extraterrestres. El año pasado, a partir del retorno del debate en torno al caso Dionisio Llanca y los intentos por silenciar críticas de la viuda contenciosa, se confirmó que su estela sigue vigente aunque su cuerpo descanse.

Esta, una crónica que quizá Rolando Graña nunca debió publicar, salió por primera vez en la edición del 25 de mayo de 1991 de Página/12. Volvió a publicarse en “La Alternativa Racional” N° 25 de España, Año VII, junio de 1992. Es un texto atravesado por mi entonces flamante fervor escéptico, que iba a abandonar pocos años después. Como esta reedición también es un testimonio personal de aquella época, agrego este texto a la sección Autorreferenciales. Pero su real valor creo que consiste en traer de vuelta una de las primeras incursiones del «escepticismo militante» del CAIRP en la prensa argentina y a los personajes, temas y misterios de moda hace ahora tres décadas.

Por Alejandro Agostinelli (1991) Ilustraciones: Susana Viñuela

Ya no es novedad: el pensamiento mágico está a la orden del día. Y si bien la creencia religiosa es un sentimiento humano tan respetable como cualquier otro, cuando la fe aparece entremezclada con un falso discurso científico, el hechizo a veces terapéutico del misticismo se convierte en un retroceso: desde el inmaculado altar donde se adora a los nuevos dioses tecnológicos se están fermentando sincretismos que hacen de la ignorancia y la superchería un culto sacramental. Para el biólogo Jean Rostand, “lo grave no es que tanta gente crea en lo paranormal, sino que se juzguen cosas serias con cerebros que creen en lo paranormal”.

El viernes 3 de mayo de 1991, a las 20 hs, el gran ateneo cultural de la Municipalidad de Buenos Aires brillaba. En minutos tendría lugar un magno acontecimiento: durante tres días, pitonisas, astrólogos, médicos homeópatas, videntes, lectores del I Ching, psicólogos transpersonales, gurúes trasandinos, portadores de mensajes cósmicos, ufólogos y cazafantasmas llegados de EE.UU, Brasil, Bolivia, Perú y Uruguay protagonizarían, junto con sus colegas argentinos, una ceremonia que –desde el gong primordial de la Edad de Acuario, allá en los dorados ‘60– reconoce antecedentes en todo el mundo. Con la voz quebrada por la emoción, el actor Fabio Zerpa presenta uno a uno a sus invitados.

Lo mejor de la Nueva Era está entre nosotros.

MUNDO PARA LELOS

En el Centro Cultural San Martín las luces son tenues, casi podría asegurarse que gobiernan las penumbras.

Mientras espera la inauguración oficial del Segundo Congreso Místico Internacional Panamericano, el público asiste a la proyección del último vídeo del presidente del congreso, donde Zerpa cita a Carl Sagan para extraer conclusiones apresuradas sin avisar que corren por su cuenta:

“Hay un millón de civilizaciones tecnológicas capaces de venir en los platos voladores”, dice que dijo Sagan.

También rinde un sospechoso homenaje a Max Planck cuando le hace decir que “la materia no existe, todo es espíritu” (el físico alemán que estableció la teoría de los cuántos jamás habló de espíritu sino de paquetes de energía). Pero entonces… ¿de dónde vienen “Ellos”? El actor afirma que bien pueden llegar de los mundos invisibles que investiga la física cuántica (que, en rigor, estudia las fuentes elementales de radiación). Pero todos creen que es la voz de la ciencia la que habla. El actor recurre a cierta clase de lenguaje cientificista cuando considera vistoso conferir una aureola de autoridad a sus pretensiones. En cierto momento, para apoyar una especulación caprichosa, muestra fotografías donde el ovni se hizo visible tras el revelado. Nadie piensa en fallos de la emulsión, reflejos en la óptica de la cámara o en veloces pájaros captados casualmente durante el vuelo. El especialista, sagaz, no le da tiempo a la razón. Hay fotógrafos que –tocados por la varita mágica de lo inexplicable– tuvieron la suerte de plasmar el instante justo en que artilugios procedentes de la cuarta dimensión golpeaban la puerta de nuestro exasperante mundo tridimensional. Entonces, Zerpa pregunta: “¿Los vehículos extraterrestres dirigidos se moverán en mundos paralelos?” Tal vez. ¿Pero y si el don del discurso pseudocientífico consiste en fascinar con el menor esfuerzo intelectual?

Los charlatanes saben que basta echar mano de un manojo de datos asombrosos para que el público predispuesto acepte sin chistar las lecturas menos verosímiles de la realidad. Por el resto, ya no caben dudas. Ciertos ufólogos demuestran moverse como anguilas en el gran océano de los mundos para lelos. Mundos que, en gran medida, les pertenece: día a día, añaden otro ladrillo a la pared del edificio de lo irracional.

EDWIN, EL MENSAJERO

A diferencia de otros intentos similares, esta vez los invitados extranjeros no fallaron. Zerpa organiza su primer congreso y con el correr de los años supo cultivar buenas amistades a lo ancho de todo el mundillo panesotérico. Desconcertando a los propios aficionados al misterio, los congresales fueron presentados como grandes científicos enrolados en las más diversas disciplinas mánticas. En honor a la verdad, en su gran mayoría eran ilustres desconocidos, cuyo único mérito consistía en que habían podido pagarse el pasaje. Los folletos que repartieron a la prensa no revelaba mucho sobre sus presuntas aptitudes científicas. No quedaba otro remedio que juzgarlos por sus dichos.

“Y de Perú me traje un ‘chasque’ (mensajero)”, presentó Zerpa. Se trataba de Edwin Flores Zevallos, un místico cuzqueño a quien le atribuyó “el Antiguo Conocimiento Sagrado de la Hermandad Mística de los Siete Rayos”. Designado Guía y mensajero espiritual de la Luz Krística por las autoridades jerárquicas de cierta clase de entidad hermética de los Andes, Edwin fue quizá el orador más simpático del congreso. “Cuzco es una palabra mántica, toponimia que representa el chacra tercero, dentro del equilibrio psicosomático y de las emociones humanas”, dijo. El carismático gurú trasandino logró crear un clima encantador cuando, en un momento de la charla, aseguró que intentaría abrir las chacras del respetable público. Solicitó ojos cerrados y concentración. Pero el oportuno instante de paz se pulverizó cuando el amable mensajero comenzó a soplar un caracol enorme, mediante el cual bufó algunas notas monocordes –que sonaban como la sordina gruesa de una trompeta desafinada– apuntando hacia distintas direcciones de la sala. Aunque intercaló alguno que otro argumento pseudomédico, a su favor se puede señalar que no intentó reforzar sus consejos espirituales con disquisiciones de tono académico.

EVENTO ORGANIZADO POR ZERPA EN EL TEATRO SAN MARTÍN (1971). En aquella otra oportunidad se calcularon más de 3.000 concurrentes. Quedaba gente afuera. Los ufoadictos primero ocuparon los pasillos, hasta que fueron devorando todos los espacios. Fabio Zerpa había sido actor de cierto éxito reciclado investigador de cosas raras -en tiempos en que casi nadie lo era. Documento: Carlos Sainz

EL (INVISIBLE) PODER DE LA MENTE

No se puede decir lo mismo de los panelistas que lucían credenciales universitarias. En una conferencia titulada El poder curativo de la mente, el doctor Roberto Guardamagna explicó que entre sus procedimientos, los sanadores suelen emplear campos bioenergéticos, manifestación que sería la encargada de irradiar buenas ondas de un cuerpo sano a otro enfermo. Según dijo, en algunas ocasiones él mismo era capaz de curar con el poder mental. Si hasta entonces cabía la sospecha de que las declaraciones del médico simplemente podían obedecer a una comprensión benévola de las técnicas de sugestión psicológica popularizadas con el nombre de Método Silva de Control Mental, quien lo hiciera estaba sintonizando otro canal.

Para Guardamagna, el poder de la bioenergía es un hecho probado. Cuando al autor de estas líneas le preguntó (a través de un papelito, ya que el ‘debate’ impedía el diálogo directo con el público) cuál era el proceso físico que tenía lugar durante ese fenómeno de transmisión bioenergética –mecanismo que, por otra parte, quedaba por definir–, el neochamán captó que en esa duda había gato encerrado. Tras pedir al autor que se identificara, le indicó que se tocara una mano: “Ese calor ya es energía”. El democrático sistema de debate evitaba toda posibilidad de formular repreguntas.

SOY HARDER, JIM HARDER. Lo presentaron como investigador de la NASA. No lo desmintió hasta que el cronista se puso «denso».

TODO UN HOMBRE DE CIENCIA

Procedentes de los EE.UU. asistieron la vidente Judith Conrad, de quien se dijo que en su país tiene un exitoso programa de televisión, la médium Rose Dennev y el ufólogo James Harder

Tanto la papelería como la publicidad previa al congreso anunciaban la presencia de un importante miembro permanente de la NASA. Harder, que hablaría de las últimas evidencias sobre la existencia de los platillos voladores, era la gran atracción, el número fuerte. “¿Para qué dependencia de ese organismo ha colaborado?”, fue mi pregunta. La intérprete oficial del congreso traducía cualquier cosa. Cuando la insistencia comenzó a repiquetearle el tímpano, la traductora comentó por lo bajo: “Me parece que no quiere contestar, usted ya sabe cómo son estos científicos”. Insatisfecho, el que escribe balbuceó la pregunta en un inglés elemental pero confiable. Con una sonrisa sugerente y sin dudar, Harder respondió: “Ese fue un error de los organizadores”. Ningún rostro empalideció, pero la tez de la traductora viró al bermellón. El norteamericano, que se presentó como “un especialista en casos de abducción con 20 años de experiencia en el tema”, ofreció una intrascendente charla sobre la misión de los extraterrestres en la Tierra, justificando la sintomática ausencia de pruebas evidentes de sus incursiones en el planeta con el remanido “no estamos preparados para el contacto”.

Pese al paupérrimo contenido documental de su conferencia (exhibió como novedad el caso de los extraños círculos de Inglaterra, sin duda ignorando que en la Argentina era un tema que había sido difundido hasta el hartazgo), el yanqui conoció el favor del público ocultista vernáculo cuando afirmó: “Preguntarme a mí si creo en las abducciones sería como preguntarle a un cirujano si cree en la penicilina”. Sus palabras fueron contundentes. Pero también una lástima, ya que la asistencia había perdido la oportunidad de oír hablar a un científico para estar en presencia de un devoto más de la religión cósmica. Tanto como para agregar un poco de color a la nota, en una conversación le consulté su opinión sobre las experiencias que realizó en su país el profesor Alvin Lawson. (En aquél estudio, Lawson había enfrentado el testimonio bajo hipnosis de un grupo de 16 personas, que no tenía casi ningún conocimiento previo sobre el tema ovni, con el relato proporcionado por gente que había afirmado haber sido realmente secuestrada por los ocupantes de un platillo volador. De la comparación el investigador estableció que no surgía ninguna diferencia significativa, sugiriendo que la regresión hipnótica no garantizaba que los testigos describieran un suceso real, aun cuando fuese psíquicamente verdadero.)

Para Harder las abducciones sintéticas sólo probaban que el relato de los secuestrados imaginarios no se diferenciaba de los auténticos porque todos estamos bajo la influencia de los medios de difusión masiva. “¿Pero en tal caso, tampoco están a salvo los ‘abducidos reales’…?”, fue la repregunta, obvia, como una manzana madura. “Los casos ‘reales’ son reales. Esa es la diferencia…”, fueron sus últimas palabras, pasando de largo de largo la objeción con la misma naturalidad con que se descarta una manzana podrida.

CARNICERIA PSÍQUICA

La tarde del sábado 4 de mayo la sala A del Centro Cultural San Martín fue sacudida por un documental impresionante. La brasileña Gilda Moura –parapsicóloga, esoterista y psicóloga– se refirió a las curaciones cósmicas.

Desde hace muchos años, es conocido que los autodenominados cirujanos psíquicos que realizan operaciones indoloras, sin anestesia ni asepsia, no son más que vulgares estafadores que recurren a burdos trucos de magia. Sin embargo, el video presentado por Moura fue una clara muestra de las refinadas técnicas que ha desarrollado el curanderismo en su país. Las imágenes, tan fuertes que hubo una estampida y más de un desmayado, mostraban cómo el cuerpo de niños, mujeres y ancianos enfermos era seccionado no ya con bisturíes o cuchillas sino con ¡sierras eléctricas! El caso es que la profundidad con que penetraban en la carne las incisiones efectuadas en ciertas zonas críticas –en el abdomen o en la columna vertebral– permitió desvelar el misterio del grotesco (e innecesario) procedimiento: la sierra no podía ser ni de metal ni filosa (quizá de gomaespuma) y la sangre no podía emanar sino de un pequeño surtidor adosado a la sierra.

Nadie sabía que Ladislao Enrique Márquez, ilusionista profesional y director del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP), presenció la proyección. Márquez ya había desenmascarado en la TV al médico del espacio Ricardo Gil Lecha, quien aplica una técnica similar. El ilusionista argentino consideró que algunas escenas eran efectivamente cruentas, evidenciando que a veces el “sanador” practica cortes en la piel. En tales casos, el dolor podía ser atenuado mediante anestésicos aplicados subrepticiamente o por simple sugestión. Pero mal podía hablarse de sanación cuando el film no mostraba el antes ni el después de la operación.

El verdadero peligro de estos médicos alternativos es doble: 1) Por un lado, la ilusión de la cura mágica induce al abandono de la medicina (tradicional, a veces poco efectiva pero, guste o no, basada en la evidencia) y 2) la ostentosa falta de higiene puede derivar en infecciones difícilmente reversibles.

Hasta los presuntos médicos presentes en la sala se abstuvieron de ofrecer el punto de vista científico y legal de la cuestión. ¿No fueron los panelistas cómplices de una aberrante apología del ejercicio ilegal de la medicina? El sistema espiritual brasileño de curar sólo mereció alguna alegre especulación en torno a los canales de comunicación interdimensional que facilitarían la conexión cósmica de los sanadores con extraterrestres en órbita alrededor de la Tierra o, en su defecto, con el espíritu de prestigiosos médicos difuntos que habrían decidido colaborar desde el más allá con un grupo de brasileños avivados. ¿Y para qué hará falta semejante carnicería si los cirujanos paranormales dicen curar con la mente? El corte –aclaró la parapsicóloga– serviría para “causar el impacto en la conciencia del paciente”. Sin palabras.

LAS PIEDRAS DE RORSCHARCH

¿Qué decir sobre el Presidente del Segundo Congreso Místico Internacional, organizador del Primero en Lima, Perú, en 1989? Era el suizo Peter Schneider, residente en el Perú desde hace 7 años. Su título de profesor lo obtuvo en el Instituto Silva de Control Mental. Le gusta hacerse llamar Echo, el hombre místico, seudónimo con el que conduce en Lima un programa de radial, “Viaje Astral”.

En la apertura anunció que trataría de demostrar que el antiguo, en tiempos de la Atlántida, era mucho más inteligente que el hombre de 1991. Schneider se iba a referir a las misteriosas figuras de la meseta de Marcahuasi, una pedregosa región localizada a 80 km. de Lima. Al empezar pronunció una frase que estuvo a punto de redimir su presencia en el congreso: “A veces hay que darle la razón a los escépticos porque pocas cosas de las que hablamos son visibles a los ojos”. Sin embargo, apenas si era el preludio de algo que le quedaba por decir. “Pero estas manifestaciones ocurren en la cuarta y hasta en la quinta dimensión… y yo traigo las pruebas”.

MESETA DE MARCAHUASI. ¿Efecto de la erosión u obra humana? Schneider fue más allá y abogó por la hipótesis extrahumana.

¿En qué consistían esas pruebas? Anticipó que proyectaría 80 diapositivas donde el público podría descubrir gigantescas figuras esculpidas por las culturas preincaicas: caras de hombres y mujeres de todas las razas, animales de la fauna entonces desconocidos en el nuevo continente, dinosaurios y, como si esto fuera poco,  ¡extraterrestres! Impacientemente, todos esperaron encontrarse frente a frente con las esculturas merecedoras de semejante introducción. Al verlas, el asombro fue in crescendo: no se trataba de otra cosa que de ¡rocas con formas curiosas! La selección, sin duda, había sido ardua. Los antiguos artistas tenían bastante fantasía… ¡observen esta graciosa figura de un astronauta!, se entusiasmaba Schneider. Algunos asistentes no necesitaron el estímulo de los epígrafes orientativos del conferenciante para ver ET incluso donde aquél había anunciado dos mujeres desnudas. Cuando el suizo sugería que se vieran cohetes, pirámides y platillos voladores, otros adivinaron formas fálicas, montones de bosta y pequeños submarinos.

Un papelito enviado a la mesa de debate no superó el filtro del moderador: el testimonio escrito con la cursiva temblorosa de un abuelito que aseguraba haber sido testigo de prodigios en el cielo todavía más claros. Él, escribió, pasaba horas estudiando las nubes y conocía mejor que nadie el efecto de la erosión, capaz de crear formas aún más interesantes que las piedras de Marcahuasi. El antiguo, en tiempos de la Atlántida, era mucho más inteligente que el hombre de 1991. Con lo que queda demostrado.

VIAJE CON F.Z.

Algunos creen que el actor Fabio Zerpa es un hombre muy pagado de sí mismo. En los tres días que duró el conciliábulo brujeril no hizo otra cosa que hablar de sus años de experiencia, “lo chico que queda el título de profesor de Historia” o las menciones de honor que recibió por sus investigaciones. Dicen que se quiere tanto que el resto de los panelistas, quizá, tan sólo era un pretexto. El pretexto para que esa gran conferencia pueda llamarse congreso y justificar los US$ 120 de la entrada. El pretexto para que seis de sus invitados extranjeros ofrecieran seminarios poscongreso a razón de US$ 50 por cabeza. En todo caso, a Zerpa no le faltaron motivos para darles Gracias por estar. Si bien esperaba a más de mil asistentes, los 150 inscritos debieron tener su sentido común lo suficientemente flojo como para abonar además el resto de los servicios. A lo largo del Segundo Congreso Místico Internacional se invocaron reiteradamente las maravillosas propiedades energéticas del cerro Uritorco, santuario de los hermanos cósmicos con base en Capilla del Monte, y los fascinantes misterios de Machu-Picchu.

¿A título de qué esa insistencia? No era necesario ser telépata para adivinarlo. Viaje al Perú esotérico y a la Argentina tradicional y mística con Fabio Zerpa , decían los folletos. ¿Desea ir a Perú?: Lima – Pachacamac –Cuzco –Machu-Picchu. Conferencias en Lima. Meditación trascendental en la alta montaña. ¿O prefiere Capilla?: Encuentro con los hermanos del espacio. Visita nocturna de reconocimiento al cerro Uritorco. Ceremoniales de la tierra, viento, agua y fuego. Relajación mental y corporal. ¡Totalmente financiado! En 12, l8 y 24 cuotas. Aquí, en Marte o en Zimbabwe, a esto se llama flor de negocio.

En definitiva, ¿hay o no extraterrestres entre nosotros? La pregunta estuvo dirigida a un experto en ovnilogía argentino, Juan Carlos Spadafora:

“Sí, creo que están entre nosotros. No sé bajo qué forma, porque están sin que nos demos cuenta. Y esto no es fantasía, es realidad.”

ANEXO. Descargar de aquí la nota original. Incluye recuadro sobre el Primer Encuentro de Ciencias Esotéricas celebrado en el predio de la Sociedad Rural de Palermo con el auspicio del “Colegio de Parapsicólogos de Buenos Aires” (en realidad Asociación “Pro Colegio…”). Incluye una entrevista a su director, Jorge Conde, y quizá la primera mención en un medio de gran tirada del llamado Proyecto PSI del CAIRP, que ofrecía 10 mil dólares a quien pudiera demostrar la existencia de poderes paranormales.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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