El 11/11 decenas de miles de místicos de todo el planeta activaban un portal a pedido de fuerzas intergalácticas. El mismo día, en la modesta azotea del bar LAFIAM de Salguero y Honduras, Buenos Aires, 30 nerds o filonoreds atravesaban sus pantallas para invocar el poder de la narrativa, la inteligencia y la imaginación y abrían un portal laico de confraternización cósmica. El pretexto: festejar los 11 años de existencia de este blog.
El jueves 11 de noviembre quedé asombrado, feliz y agradecido por los resultados del encuentro donde celebramos los 11 años de existencia de FactorElBlog.com, heredero de Magia Crítica blog que, a su vez, representaba la continuación de Dios.com.ar
¡No esperaba a más de 12 amigos! Y habremos sido 32, 33 o algunos más. Quedé fascinado por el clima de camaradería y el absoluto respeto con que nos escuchamos unos a otros, tal vez ese anochecer se había activado no tanto como un portal pero sí una acogedora familia nerd, como la definió Leandro Bartoletti; cierto espíritu confianzudo se apoderó de la Tienda-Bar Gourmet LAFIAM e invitó a cada uno de los presentes a revelar historias que, por alguna razón, nos parecen extraordinarias.
Un encuentro en cuerpo denso y presente, celebrado en un remanso de la pandemia, inspira un discurso dirigido a los sobrevivientes del apocalipsis o el lanzamiento del Manual de Guerra Anti-Zombi –le dije antes de ingresar al bar a uno de los contertulios. Pero lo dejé ahí: no quise que nadie esperase nada parecido a un stand-up (hacer un chiste es arriesgado: es posible hacer reír una vez, quizá dos, pero si uno no es humorista enseguida se transforma en un compromiso imposible de sostener). Así, invité a los miembros del conciliábulo a presentarse y decir unas palabras sobre sí mismos. Unos cuantos desviaron el comentario hacia el blog y sobre quien esto escribe. (No quiero engañar a nadie: me encantó escuchar cada demostración de afecto y gratitud –a ver, también me sorprendió, poco acostumbrado como estoy a escuchar cosas lindas.)
“Demasiado para un blog sobre platos voladores”, me dije.
De arranque me referí a las diversas encarnaciones que sufrieron mis intentos por seguir produciendo contenidos periodísticos en la web, desde los que estuvieron vinculados a empresas, como Magia Crítica (en el diario Crítica de la Argentina) y Ciencia Bruja (en el portal Yahoo!) hasta los independientes, como Dios.com.ar y actualmente, FactorElBlog.com. Nadie te paga un sueldo, pero la comodidad de no depender de ninguna empresa no tiene parangón. En aquellas oportunidades no fui censurado, por eso hablé de censuras sutilmente autoimpuestas o sesgos que se dan por pertenecer a un medio cuyo target es conocido. La única diferencia sustancial es de alcance. Entonces pedí algo que es fácil de prometer pero difícil de realizar: que compartan las notas que les parezcan interesantes. Ese efecto multiplicador ayuda a extender la propuesta.
Me gustó el twit de Javier Aguirre, quien aquel día me trajo de regalo el más oportuno de sus títulos, Fantasmas musicales (Norma, 2020), un relato fantástico sobre todas las cosas raras que le pueden suceder a un corazón abandonado que aterriza en una casa embrujada.
La lista que empezó Javier continúa: vinieron lutieres (2), historiadores (3), cientistas políticos (1), capos en FX y director de la Galería del Asombro (1), informáticos (2), cineastas (2), directores de la revista cineficción (1), directores de la revista Si Muove del Planetario Galileo Galilei (1), directores de Cultura de la Biblioteca Nacional (1), profesores de epistemología (2), psicólogos (1), novelistas (3) ¡y hasta 2 ufólogos! Una cortina de misterio cayó sobre quienes renunciaron a toda autodescripción, y estuvo bien.
La pequeña muchedumbre que se sumó a la celebración fue surtida y extrañamente afín a los contenidos del blog –aunque con tantos amigos antropólogos se me hizo desolador que ninguno, ¡ni uno!, considerase buena la ocasión para un tour de observación participante.
De quienes acudieron a la cita –entre ellos amigos que nos acompañan desde el Paleolítico– necesito destacar al staff de colaboradores casi permanentes como Fernando Soto Roland, Leandro Bartoletti, Boris Matías Grinchpun, Pablo Robledo, Juan Manuel Corbetta y Nahuel Sugobono. A la vez, quiero declarar de una vez por todas que mi corazón siempre estará con la sangre joven, representada aquel día por Emmanuel Frasquet, Eustaquio Lugosi, Iris Serrano y Alberto Ignorio. Esto no significa restar un ápice de gratitud hacia los amigos escritores que se acercaron, tal el caso de Fernando Chulak, Federico Corbiere (creador de PostPeriodismo), Marcelo Sergio Rodríguez, Martín Doria, Magrio González, Guillermo David y Sergio Kiernan. (Qué sería de la memoria visual del evento sin los momentos registrados por el cineasta Pablo Klappenbach con su celular. Digo más: ¡qué sería de todo esto sin el impulso de Eventos Anómalos, la mano invisible detrás de cada acción pública de Factor! De las dos acciones públicas 🙂 )
El misterio del 11/11 se manifestó con ganas durante el sorteo de cierre. ¡Ninguno del centenar de números escogidos correspondía a los presentes, voto al Sr. Kupersmith! Alguien arriesgó que ese malabar del azar demostraba que la fecha responde a fuerzas cósmicas controladas por Claudio María. Tras unos pocos segundos de pánico –y faltaba descartar una conspiración de Hombres, Mujeres y/o No Binarios de Negro– el destino numerológico fue derrotado mediante un revoleo de cifras que nadie tomó a mal y logramos ubicar el libro Astrología Argentina de Miguel Hoyuelos, la remera de Factor y el ejemplar de Cineficción (presentado por su propio editor, Darío Lavia– a tres entusiasmados compañeros de velada.
Fue una despedida sin quejas y –gracias a Bertrand Russell– todos pagaron su cuenta.
Si me preguntan qué fue lo más importante que ocurrió durante nuestra activación del portal 11/11, diré dos o tres cosas más.
Una, que en lo personal necesitaba ver, reconocer y escuchar a quiénes están “del otro lado” de este blog. Todo lo que encontré fue hermoso (Esteban Manazza, el mentalista a quien le pedí alguna de sus magias, pero él prefirió escuchar. Alejandro Miroli, compadre desde tiempos inmemoriales, que contó sus experiencias mientras yo hice un viaje astral hasta los ’90, cuando, sólo por cariño, él tuvo el hermoso e inolvidable gesto de regalarme dos tomos de la colección de la revista “2001. Periodismo de anticipación”. Esteban Sargiotto recordándome, sólo con su presencia, nuestro afecto incondicional por Mario Bunge. Violeta López Gasparri y Max Seifert, representando los tiempos de militancia escéptica compartidos con Ladislao Enrique Márquez, Alejandro Borgo Arturo Belda, Roberto Amitrano y el recuerdo de amigos que se acaban de unir en el mar de la memoria con Marianito Moldes: Enrique Pereira de Lucena y Benjamín Santos Pedrotti.)
La otra cosa yace más bien en el orden de lo metafísico y quizá de lo ontológico anclado a ese aleatorio grupo humano formado alrededor de un concepto, una esencia a su vez reinterpretada a través de textos, relaciones, acciones y reacciones: durante aquella caída de sol, mientras disfrutábamos de un clima agradable y tenían lugar conversaciones interesantes y relajadas, muchos nos conocimos y otros nos reencontramos con el añorado “face to face”. En un tren de reconciliación diacrónica con el eterno presente –contra viento y marea, el viaje continúa– volvimos a experimentar el placer de escuchar y contar historias fantásticas, no siempre acompañadas por la respectiva explicación científica y no por eso menos apasionantes e instructivas.
Desentrañar la ficción de aquello que se pretende real, estudiar alguna pepita dentro de la argamasa tosca de “lo pseudo” reinstalado en la realidad. Los protagonistas de esas historias plebeyas –esas experiencias y visiones a veces sin explicar pero que están llenas de significados– no son autores de novelas, historietas, cuentos de ciencia ficción. Pero sin la ciencia ni la ficción nada de lo que nos revelan tendría sentido.
HISTORIAS EXTRAÑAS. La madrugada del 17/11 refresqué con Cali Fidalgo en nuestro espacio de El Alargue la «historia de fogón» que compartí el 11/11 a propósito de la “chapa translúcida de otro mundo” que incendió la imaginación de la chica que me hizo el enorme favor de llevársela al Dr. Celso Aldao, un físico de la Universidad Nacional de Mar del Plata que encargó su estudio a un laboratorio de metalurgia de la UNMDP.
Este blog cumplió once años. No sé todavía bien cuál será su destino final, cuánto tiempo más durará, o con qué otro proyectos o visiones confluirá, pero, aun siendo parte interesada, en una sociedad donde proclamar la necesidad de aplicar el escepticismo metodológico es considerado “negacionista”, o aceptar la posibilidad de que una historia puede tener un final abierto es cosa de “charlatanes” o “magufos”, creo que espacios como el que construimos a través de FactorElBlog tienen un largo camino por recorrer. Algo parecido postulé a inicios del siglo XXI, cuando nació Dios.com.ar, una experiencia que parece haber dejado huella entre quienes lo creían muerto y ahora anhelan su resurrección. Gente aún joven ha descubierto estos temas a través de sus páginas, que todavía flotan en el ciberespacio.
Aquella noche, venía diciendo, escuchamos cosas muy interesantes. Diego Luis Hernández, editor de Si Muove, la revista del Planetario Galileo Galilei, dijo que durante años sintió rechazo hacia quienes creían o afirmaban estudiar “lo extraterrestre”. Yo no sabía nada de esto, pero parece que su actitud empezó a cambiar cuando conoció este blog. Ablandar escépticos duros, o defender la idea de que aplicar el escepticismo tiene poco que ver con reírse de las creencias de los demás, parece haber sido otra de las funciones de Factor. Diego tenía sentado a su lado a Pablo Álvarez, ufólogo de los que son entrevistados en el History Channel, y frente a él a Fernando Lefevre, del grupo Argentina Investigaciones y Reportes Ovnis. Los vi muy interesados escuchándose unos a otros.
Ejercer el arduo ejercicio de la tolerancia. Propagar la necesidad de dialogar. De escucharse. De darse cuenta que, en realidad, no importa tanto lo que cada uno crea si no detenerse a escuchar lo que nos dice el otro, escucharlo y comprenderlo.
Ya sé: no es suficiente. Pero podría ser bastante.
(Todo lo que sigue son recuadros que se pueden pasar por alto, salvo por los interesados)
RECUADRO 1: OTRAS GRATITUDES
Gracias también a quienes les pintó venir o tuvieron toda la intención y no fue posible por culpa de motivos, responsabilidades o fuerzas irresistibles. Fue el caso de Enrique Usandivaras, Damián Marsicano o Hernán Comastri, que me enviaron informes minuto a minuto sobre su situación. Se agradecen las palabras alentadoras de Christian Kupchnik (entrañable amigo invisible de Emanuel Swedenborg), Gastón Levin, Daniel Riera, Reynaldo Sietecase, Andrea Schellemberg, Diego Rottman, Leila Guerriero (ambos partían de viaje ese día), Diego Golombek (se iba a Tandil y prometió salamines), Alejandro Frigerio, Ricardo Cámara, Ariel Ledesma Becerra, Javier Zevallos, Diego Igal, Diego Tzoymaher, Duilio Marcos De Caro, Diego Sarasola, Iván Novak, Gabriel Muscillo, Gabriel Lembergier, Alejandro Ravazzola, Marcelo Massarino, Verónica Engler, Marcelo Tulpa Valis Acevedo, Sergio Olguín, Brenda Fabregat, Claudio V. González, Gustavo Ludueña, Gloria Guerrero, Javier Zevallos, Alberto Bacigalupo, Raúl López, Marina Giaveno, Carlos Dominguez, Adrián Korol, Adrián Gilabert, Mari Salina, Néstor Berlanda, Verónica Bertero, Cristian Ponce, Fernando J. Veríssimo, Andrés Rieznik, Alejandro Otamendi, Pablo Ezequiel Bentancor, Alexis Puig, Ariel Maderna, Rubén Lianza, Pedro Perucca, Andrés Dragowski, Chinchiya Arrakena, Mariano Cognigni, Sebastiano De Filippi y Gustavo Esteban Romero, quienes también saludaron, felicitaron o prometieron brindar por Factor (incluidos amigos de provincias e incluso países distantes que difícilmente hubiesen podido estar presentes). A todos ellos y ellas, gracias totales.
Si les sirve de consuelo, si aparecían todos la terraza se hubiese venido abajo.
RECUADRO 2: AGRADECIMIENTOS GENERALES
Quiero agradecer especialmente a los que siempre están ahí, como Marcelo Kupersmith, Nahuel G. Dimarco Bustos, Daniel Sargatal, Fede Abrile, Roberto Horacio Rodríguez y Sirius Mazzu, ni hablar de nuestro artista de cabecera, el mágico Sr. Migo Wēlsh, cuyo Resumen Semanal de Noticias del Proyecto Fuck News –que nos encantaba hacer– dimos por finiquitado porque percibí falta de quórum (a lo mejor me equivoqué, ojo).
Párrafo aparte –él mismo es un caso aparte– merece otro lujo oculto de este blog, el Lic. Pablo Lozano. Periodista, experto en Redes, verdadero multitask detrás del blog, siempre atento a las necesidades y sin otra recompensa que darse el gusto. Un crack.
Ah, se impone decir que la nota más visitada y compartida de 2021 fue la escrita por el Ing. Martín Bedouret, un divulgador científico que desde que recibió en 2016 el diagnóstico de ELA, empezó a escuchar en su entorno “recomendaciones alternativas” hasta que aterrizó en el consultorio de un «biodescodificador». En los primeros cuatro días su nota recibió 11 mil visitas. Entonces es cuando me digo: “¡Pucha que vale la pena seguir adelante!”.
Ahora bien, para que Factor se mantenga en el tiempo o aumente su periodicidad somos receptivos a las colaboraciones espontáneas. No siempre podemos pagar las cuentas y eso se refleja aquí también.
RECUADRO 3: GRUPO EN FACEBOOK
Primero y básico: sin lectores interesantes no tendría el menor atractivo hacer un blog en el que invertimos mucho trabajo pese a no obtener ningún beneficio material. Ahora bien, muchos lectores están agrupados en el Grupo en Facebook de Factor, que –como bien me lo recordó Angel Sampedro Del Río hace poco– ya es un medio de intercambio que cobró su propia autonomía: pese a haber nacido como una suerte de apéndice del blog, tiene su propia identidad, que es la de los participantes que a diario comparten comentarios, noticias y artículos que no necesariamente se vinculan con los contenidos del blog.
Percatado del detalle, este año nombré dos administradores adicionales, Marcelo Kupersmith y Alejandro Marinelli (atentos, eficaces: buenas personas), quienes desde entonces poseen mis potestades (podrían eliminar el Grupo, si se les antojara), y dos moderadoras, Verónica Bertero y Mari Salina (sensatas, agudas: divinas personas). Digamos que podría abandonar el Grupo con toda tranquilidad: seguiría funcionando.
Ahora bien, frente a los desafíos del futuro, por conflictos pasados y previsibles, soy partidario de retirarse de esa red social y buscar una plataforma menos tóxica, quizá Telegram.
Este grupo tiene dos peculiaridades. Es libre y autorregulado (hay advertencias y en su historia probablemente registró dos o tres expulsiones, siempre por causas graves) y expresa el creciente interés por sus contenidos de amigos dispersos en todo el país.
Ideas a futuro: reincidir en 2022 con un encuentro en un sitio más amplio; federalizar reuniones como la del 11/11 y realizarlas en Rosario, Córdoba, Mendoza y Bahía Blanca, por citar las ciudades donde parece haber más interés, o participantes que siguen y/o conocen los contenidos de FactorElBlog.com
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