7 tips para mantener una conversación civilizada con un conspiracionista

La tendencia se hizo fuerte en pandemia: todos tenemos un compañero de trabajo, un amigo, un familiar que abraza alguna teoría conspirativa. O varias. ¿Es posible hacerlos cambiar de opinión? Estos son 7 tips para intentar con ellos una conversación; tips sólo recomendables para ciudadanos que no han perdido la fe en el futuro de la especie.

Podcast de «No todo es lo que parece». Columna en La inmensa minoría, con Reynaldo Sietecase (RadioConVos 89.9). Podés escuchar todos los programas aquí.

Tres problemas asociados con la pandemia de coronavirus son 1) el torbellino de teorías conspiracionistas, 2) las oleadas de desinformación (sobre todo en redes sociales) y 3) el auge de las falsas terapias.

Son tres desafíos diferentes. Las medicinas que prometen curar y no lo hacen, afectan al individuo y a su entorno social inmediato. Pero sucumbir a informaciones falsas o engañosas y retransmitirlas deriva en ese complejo tendido de sistemas de creencias que llamamos conspiracionismo, donde las decisiones individuales afectan al resto de la sociedad.

Desconfiar de otros grupos sociales, sospechar que hilos invisibles manejan un plan que amenaza a las mayorías dormidas, o pensar que la autoridad ofrece soluciones que otorgan beneficios para pocos y desventajas para muchos, son ideas y temores tan antiguos como la vida misma.

Todos estos factores también están presentes en el pensamiento conspiracionista. Si las narrativas más impactantes carecen de fundamento, son desinformación, ¿qué hacer? ¿Callar o intervenir?

QUÉ HACER

Pregonar el rechazo por la vacunación, sabotear medidas de higiene y distanciamiento social, minar la confianza en las autoridades sanitarias, desacreditar iniciativas basadas en la evidencia científica, todo eso, compromete el destino y el bienestar de millones de personas. Es decir, de poco va a importar que las vacunas para tratar la COVID-19 estén disponibles si las dudas o los rechazos injustificados socavan la voluntad por inmunizarse.

Todos tenemos un vecino, un tío o un amigo que abraza alguna teoría conspirativa. ¿Podemos hacer algo para que cambie de opinión? Poco, pero  ¿por qué no intentarlo?

  • ¿Por qué cree en lo que cree? Lo debemos averiguar. ¿Cómo? Acercándonos. Por ejemplo, hay preocupaciones compartidas: la desigualdad, la concentración del poder financiero y político, la vigilancia masiva… Todos somos curiosos, le buscamos un sentido al mundo y nos consideramos “sanamente escépticos”. Valorar y reconocer estos puntos, dice el psicólogo Jovan Byford, es un buen comienzo.
  • Sólo vale la pena intervenir si estamos seguros de poseer argumentos informados. Pretender corregir a otro ya es conflictivo y puede ser interpretado como “ataque”. Es mucho más útil generar curiosidad por tu punto de vista que llenar al otro de información, links o explicaciones complicadas.
  • Exponer la falta de evidencias no alcanza. “El mayor triunfo del demonio es que el mundo no crea en su existencia”. Traducido: el engaño, borrar pruebas, puede ser la astucia del sistema.
  • Nunca menoscabes la inteligencia, la moral o desprecies las fuentes de tu interlocutor, por más cuestionables que te parezcan. El sarcasmo, la burla y la descalificación son poco recomendables.
  • El conspiracionista cree poseer una verdad que los otros ignoran. Para uno, el pecado de soberbia es prohibitivo. No son debates de malos vs. buenos o viceversa. Hay argumentos mejor o peor defendidos. El poder de convicción descansa en la capacidad para argumentar con humildad y proponer preguntas sencillas que presenten desafíos.
  • Presentar evidencia, señalar contradicciones lógicas y refutar informaciones falsas es necesario, vital, pero también insuficiente. Tus cuestionamientos van a atacar una forma de pensar, no ideas sueltas. La mentalidad conspirativa ata cabos: una inconsistencia está asociada a otra. Hay que identificar cada hilo del ovillo, eso es lo que la hace tan resistente.

Tu interlocutor te podrá ver como un agente, un esclavo o un propagandista de todo lo que aborrece. Si es así conviene no insistir; de hecho, él podría ser quien te empiece a perseguir para “recuperarte”.

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EL TALÓN DE AQUILES

La inmensa mayoría no encaja con el estereotipo lunáticos-con-sombrero-de-aluminio, son personas que siguen razonamientos de sentido común, desconocen o rechazan el método científico y desarrollaron una cosmovisión que les ofrece respuestas y alcanzaron una serie de «certezas unificadoras» que le dan un significado a lo incomprensible o calman la incertidumbre de «no saber».

Nada garantiza que estos tips funcionen.

No hay estrategias infalibles; quizá nunca vas a convertir a un conspiracionista, pero sí le vas a sembrar dudas; y él o ella, quizás más adelante, llegará a otras conclusiones en las que sus observaciones y experiencias jugarán un papel central.

¿Cuál es el talón de Aquiles del negacionista? Tiene poco para ofrecer. Sobre todo, desconfía. En general estamos tratando con personas que se sienten amenazadas, inseguras, y la teoría a la que adscriben les da una  identidad y sensación de control. A diferencia de la religión, no tiene ninguna utopía para ofrecer. El escepticismo radical desmotiva y desmoviliza. Y ocuparse de los peligros imaginarios, ya lo dijo Umberto Eco, nos distrae de otras amenazas. Probablemente, las verdaderas.

Bibliografía consultada

Lewandowsky, Stephan; K. H. Ecker, Ullrich; Seifert, Colleen. “Misinformation and Its Correction: Continued Influence and Successful Debiasing”. 17.11.2012  

Byford, Jovan; «I’ve been talking to conspiracy theorists for 20 years – here are my six rules of engagement». En The Conversation. 22-07-2020

Eco, Umberto; «Apuntes para una teoría de la conspiración». En El Espectador. 11.10.2014

Cook, J., Lewandowsky, S. «Guía para refutar mitos»; St. Lucia, Australia: University of
Queensland, 2012 (descargar PDF).

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  1. Escribió Milo Rodval en el grupo de Facebook Escepticismo Científico:
    «Otro consejo es usar palabras diferentes.
    No digan «científicamente comprobado» u «objetivo» ni otras palabras que les encasilla en una postura determinada. Tampoco descalifiquen diciendo «conspiraciones» o «antivacuna». En el momento en que escuchan esto, se cierran completamente.
    Lo mejor es desarrollar una curiosidad honesta. No por las ideas sino por la persona. ¿Cómo llegó a creer eso? Muchas veces son personas inteligentes y (mal)informadas. Se toman su tiempo en (mal)investigar. Si todo ese tiempo y esfuerzo podría ser invertido en leer papers, aprender a interpretar estadísticas, aprender sobre metodología, y otras cosas…
    Y lo más importante es no pensar que esto pasa en una conversación. Hay que tener paciencia y entender que en una conversación sólo vamos a poder cambiar pocas cosas. Si tiran mil datos y argumentos para temas diferentes, el otro simplemente se va a olvidar. Lo ideal es elegir un tema preciso (una que noten que duda o que creen que tienen muy buenos argumentos) y dedicar toda la conversación a ese tema.
    Si es gente que conocen, entonces después de un tiempo van a converncerle (idealmente hacerlos entender conceptos aplicables a varios temas, como falacias o criterios epistémicos). Si no es gente que conocen, van a tener que confiar en que otra gente termine el trabajo por ustedes.
    Milo Rodval

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
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