Gris de Strieber.

Alienígenas superstar

Hollywood se alimentó de los platillos voladores ¿o es al revés?
Hace poco el investigador británico Robbie Graham lanzó al ruedo la siguiente pregunta: ¿Cuánto le debe Hollywood a la ufología? Para el escritor, la casuística ovni impactó en la forma que esa rama de la industria cultural concibe posibles visitantes extraterrestres. Los autores toman el reto y exponen varios ejemplos (tomados del cine, la ufología y los relatos gráficos) para mostrar que el proceso es más bien a la inversa.

Por Luis R. González y Alejandro Agostinelli

Hace poco, en el blog amigo Orbita Cero, tuvimos ocasión de leer el artículo de Robbie Graham No te olvides de la Ufología: la influencia del saber ovni en la cultura pop, tomado y traducido de Mysterious Universe.

Graham plantea, básicamente, que los temas propios de la ufología “han sido apropiados gradualmente por Hollywood con fines de entretenimiento”, para concluir que la industria del cine de ciencia ficción le debe más a la ufología que la ufología al cine de este género.

El dilema, según Graham, descansa alrededor del siguiente interrogante: “¿los contenidos del cine de CF generan las experiencias o acaso son las experiencias o subtemas de la ufología los que sirven de contenidos para alimentar a Hollywood?”.

Graham contestaba con ese artículo un breve documental de Vox titulado Por qué nos imaginamos alienígenas de la forma en que lo hacemos. El clip dice que a los extraterrestres los vemos de determinada manera como consecuencia de la inspiración que nos proporcionan historias, películas o programas de televisión, es decir, esos alienígenas en los que pensamos “son producto de la imaginación de otras personas”.

El video de Vox.

Graham considera injusto que el guionista olvidase cómo le dio de comer la ufología a Hollywood y a muchas series de ciencia ficción. Pero, antes de discutir los fundamentos de su queja, vale la pena preguntarse por los orígenes de lo que en realidad es un proceso de retroalimentación y reelaboración recíproca. Las pantallas, la grande y la pequeña, son poderosos faros de la cultura popular y, sin embargo, no son toda la cultura popular, máxime antes de los años 60. Por cierto, el video de Vox no solo hace referencia a la influencia del cine de CF sino a libros, comics y dibujos animados. Graham parece haberse sentido compelido a cuestionar a Vox porque ha escrito dos libros donde defiende la tesis según la cual la subcultura ovni, “surgida de lo que parece ser un fenómeno ontológicamente real”, ha estado proveyendo de inspiración a la industria del cine a lo largo de décadas. En esta oportunidad, para nosotros, la discusión sobre si los ovnis son o no reales, no es relevante. Sí nos interesa establecer si Graham se basa en premisas verdaderas o falsas para defender sus argumentos. Veámoslo punto por punto (las cursivas son textuales de Graham).

1. Los objetos voladores no identificados son «reales», lo que quiere decir que existen independientemente del cine, y de la cultura pop de manera más amplia. Los OVNIs han sido investigados por gobiernos de todo el mundo durante casi siete décadas.

El hecho de que tales informes hayan sido investigados por los gobiernos no les otorga “realidad ontológica”, de hecho las investigaciones oficiales nunca han favorecido esa conclusión y, cuando lo hicieron, esos estudios no llegaron a conclusiones defendidas en publicaciones científicas con arbitraje; en general, se han acotado a necesidades operativas o funcionales, tales como Seguridad Nacional o reclamos mediáticos y, si se refieren al valor científico de los avistamientos, estos estudios tienden a no avalar la extrañeza del fenómeno.

2. Lo que el fenómeno representa está abierto para el debate, pero el punto es que, incluso en un mundo sin películas, la gente continuaría informando ovnis. La gente reportaba ovnis cómodamente antes de que Hollywood se hiciera cargo del hecho.

Este es un caso claro de chauvinismo audiovisual (y quizá anglófilo). Es más o menos como decir que la gente, incluso en un mundo sin internet, continuaría temiendo a las teorías conspirativas. ANTES de las superproducciones hollywoodenses estuvieron (y siguen estando) la televisión, las historietas (comics o tebeos), la radio (esa gran olvidada) y el papel impreso. En un mundo sin películas, la gente continuaría informando avistamientos de ovnis, eso es cierto. Pero también seguiría denunciando la aparición de monstruos lacustres, fenómenos marianos y muchas otras cosas; ninguna de las cuales (la experiencia de estas personas, los informes que generan y su posterior difusión), los vuelve “ontológicamente reales”.

3. Los primeros informes de platillos voladores en la era moderna de los OVNIs son anteriores al primer largometraje de Hollywood sobre OVNIs por tres años. Fue en 1947 que el famoso avistamiento del piloto Kenneth Arnold dio lugar al término «platillo volante», pero no fue sino hasta 1950 que Hollywood produjo The Flying Saucer (der.), un intento barato de sacar provecho de la histeria de los OVNIs que barría Norteamérica. La histeria no fue incitada por el cine, sino por numerosos informes en todo el país de objetos en forma de disco que invadían el espacio aéreo de los Estados Unidos.

Claro, pero objetos idénticos a los platos voladores (un estereotipo que surgió de un error periodístico) estaban presentes en relatos de ciencia ficción (Science-fiction et soucoupes volantes, B. Mehéust, 1978), historietas (ver Ovni et Bandes Dessinees, Marc Hallet, 1996) e incluso series de televisión (aunque es verdad que en la tele aparecieron después de 1947) (ETs en TV, Matías Morey, 2012). Las ilustraciones de Frank R. Paul en las portadas de Amazing Stories y en revistas posteriores, personajes surgidos de comics como Flash Gordon y Buck Rogers, ocuparon los tres medios desde 1930. Las historietas de este último, por ejemplo, incluían diversos tipos de platillos e incluso llegaron a describir todas las etapas de una abducción, tal y como serían descubiertas años más tarde por los expertos en estas narraciones supuestamente reales (ver imágenes en Galería y leer Libre de toda predisposición, por Martin Kottmeyer).

Puede argumentarse que los testigos actuales difícilmente habrán leído recónditos relatos gráficos impresos hace décadas, pero lo que esta existencia previa demuestra es que lo que un ser humano puede imaginar en cierto contexto, puede volver a ser imaginado por otro en circunstancias diferentes.

Platillo bonito y prearnoldiano. Buck Rogers contra los hombres-tigre de Marte, 1929. Hay más ejemplos en la galería (abajo).
Wandl, the invader (1932, en Astounding) es la historia de una guerra espacial contra una raza de terribles monstruos alienígenas. Fue escrita por Ray K. Cummings (1887-1957), asistente personal de Thomas Edison y precursor del género. Estos platillos prearnoldianos ilustraron su cuento publicado por Les Treece-Sinclair Collection en 1943. Cortesía: UFO POP.

4. Desde 1950, la industria del cine ha estado tomando conceptos ufológicos y popularizándolos a través del género de ciencia ficción: «Hombres de negro», «Encuentros cercanos del tercer tipo», «El cuarto tipo», «Área 51». Hollywood no creó estos términos, todos fueron parte del lenguaje común de la ufología décadas antes de que Hollywood los levantara.

Ciertamente, Hollywood toma conceptos y términos elaborados por la ufología; no solo eso, además los completa, los rellena y luego los restituye a la cultura popular. Ahora bien, ¿de dónde proceden los elementos con los que la ufología creó su folclore, su mitología, las historias con las que nos ha sorprendido desde diarios, radios y revistas, primero, y desde publicaciones especializadas, libros, superproducciones cinematográficas o documentales de televisión, después? Graham habla de una difusión restringida de conceptos ufológicos como si la ufología hubiese irrumpido como una novedad o una discontinuidad radical en la historia de la cultura. Que carece de sus propias raíces, o que mitemas como las persecuciones de los Hombres de Negro, los encuentros con humanoides, las abducciones o los mitos conspiracionistas no tienen ninguna relación con tradiciones anteriores. Como si la ufología hubiese surgido de la nada, sin que ella resulte ser la continuación por otros medios del espiritismo, la teosofía o relatos fantásticos los cuales, a su vez, entroncaron con rumores visionarios vinculados con tecnologías aéreas diferentes a lo conocido hasta entonces. Los miedos a las invenciones revolucionarias exorcizadas por la guerra, el desarrollo creciente de la aeronáutica, que insinuaba ir más rápido que el sonido, y la amenaza nuclear, se empezaron a reflejar en el imaginario de una galería de máquinas fantásticas: las naves aéreas de 1897 y la primera Guerra Mundial, los foo fighters de la Segunda, los cohetes fantasma de Escandinavia en 1946, y, por fin, los platillos voladores descriptos desde 1947 por los medios que empezaron a cubrir el caso de Arnold. Si la primera preocupación celeste, como pregunta que atravesó entre siglos, fue “¿a qué le debemos temer?”, muy pronto, con el sueño encarnado de nuestros propios proyectos espaciales, la siguiente pregunta fue “¿acaso esos cacharros no solo prueban que no estamos solos, sino que estamos siendo visitados?”.

Bruce Gentry, 1949. Este es el primer platillo volador del cine, que no era una nave ET si no el arma secreta del malvado de la serie. Fue una serie de Columbia Pictures de 15 episodios basada en una tira cómica creada por Ray Bailey. Más info en Magonia.

5. La imagen ahora icónica del alienígena «Gris» tiene sus raíces en la literatura OVNI preexistente que, desde entonces, ha encontrado su camino en algunas de las películas de ciencia ficción y programas de televisión más populares de todos los tiempos. Una imagen recurrente en el video de Vox es la del alienígena Gris, pero Vox no hace alusiones a sus orígenes ufológicos; la implicación es que Hollywood lo soñó. Las descripciones de lo que ahora llamamos Grises estaban surgiendo en relatos de secuestro en el mundo real reportados a Budd Hopkins y otros investigadores en la década de 1970, y el supuesto secuestrado Travis Walton había descrito tales entidades ya en 1975.

«El hombre de un millón de años» de Wells fue el primer Gris.

El investigador estadounidense Martin Kottmeyer mostró cómo la imagen del alienígena cabezón procede de un relato de H.G. Wells, “El hombre del año un millón”. Esta misma idea fue repetida hasta la extenuación en la ciencia ficción de los años siguientes por todo tipo de autores, tal como demostró por ejemplo en su serie sobre las “mentes varicosas” (1).

La fisonomía de los humanoides de la película Encuentros Cercanos, en cambio, sí fue el canon de muchos “casos reales” ocurridos a posteriori. Al mismo tiempo, podríamos decir, casi sin exagerar, que no existen dos alienígenas iguales en toda la ufología pre-abduccionista. Salvo la forma más o menos antropomorfa y una preponderancia por el enanismo, los intentos de catalogarlos resultaron siempre bastante infructuosos (2).

Bocetos de los extraterrestres de «Encuentros Cercanos». Solo sobrevivió la fisonomía alienígena menos popular hasta entonces: la cabeza abultada (ver croquis, a la izquierda).

6. Dos años más tarde, en 1977, Hollywood produjo su primera imagen cinematográfica cristalizada de los Grises en la orgullosamente Ufológica Close Encounters of the Third Kind de Spielberg. Los Grises en la película se basaron directamente en testimonios de primera mano reunidos por el diseñador de producción de Spielberg, Joe Alves. Entrevisté a Alves en 2014. Me dijo: «Hablé con mucha gente legítima… que me describió criaturas muy simplistas con ojos grandes y bocas pequeñas, sin nariz». Basándose en lo que escuchó durante su investigación para Encuentros Cercanos, Alves comenzó a conceptualizar a los seres alienígenas. «Las descripciones que escuché fueron de estas cosas de ojos grandes con bocas pequeñas y sin nariz, dedos largos, ese tipo de cosas».

Para algunos, esto fue así porque Joseph A. Hynek asesoró a la película. Pero la morfología de los humanoides es una creación compartida entre Carlo Rambaldi y Spielberg. El director tampoco le dio un croquis al diseñador italiano. Solo le indicó su altura (“120 cm”), el tamaño de la cabeza (“muy grande”) y sugirió que sus cuerpos fueran “esbeltos”. Sobre el rol que desempeñó Alves en la producción, él mismo admitió que triunfó una propuesta diferente de la suya. “Fue una sorpresa cuando lo vi más tarde, porque estaba haciendo otras cosas durante la post-producción. Me sorprendió que Steven lo haya cambiado y quisiera poner a ese extraterrestre de aspecto extraño, porque el concepto era que le estaban dando la bienvenida a Dreyfuss y los demás un pequeño extraterrestre agradable”, comentó a SyFy.com.

Ahora bien, ¿con cuántos testigos de “auténticos encuentros cercanos” conversó el diseñador? ¿Cuán confiables eran aquellos testimonios “de primera mano”? Alves en una entrevista de 2017 dijo: “Algunos eran algo extravagantes, pero otros eran bastante válidos. Hablé con un par de pilotos de líneas aéreas que no querían decir nada, no informaron [avistamientos] porque no querían que alguien pensara que estaban locos”, recuerda. “Si estaban chifladas las personas con quiénes hablé o no, no lo sé, pero describían cosas similares: una cabeza grande, muy simple, dos ojos grandes, boca delgada, nariz muy pequeña -si tiene nariz- y dedos alargados. Eso me lo repitieron varias personas, así que hice un rápido boceto a mano alzada”.

Veamos las fechas. La película se diseñó entre finales de 1975 y 1976. ¿Qué humanoides conocía la ufología por aquel entonces? En los EE.UU. solo los casos de la oleada de octubre de 1973 (con la famosa abducción de una pareja en Pascagoula por una especie de momias unípedas). Los humanoides de ojos grandes y rasgados que raptaron al matrimonio Hill, representados en la pelicula The Ufo Incident (1975). No eran muchos los seres descritos como dice Alves. Las primeras investigaciones de Budd Hopkins son de diciembre de 1975 y no encontró a su primera abducida hasta abril 1976. El secuestro de Travis Walton es de mediados de noviembre de 1975 y el caso del sargento Moody salió a la luz en junio de 1976. En ausencia de sus bocetos, los recuerdos de Alves podrían ser engañosos. De hecho, lo más probable es que estas creaciones hayan sido fruto de la imaginación de los artistas y técnicos que trabajaron en la película y no copia de cualquier cosa mencionada en la literatura ufológica anterior.

En los casos de “encuentros cercanos del tercer tipo” casi no aparecen seres cabezones. Uno de los primeros sería el mencionado por Maurice Massé, un agricultor de Valensole, un pequeño pueblo del sur de Francia, el 1 de julio de 1965. Recientemente, Raoul Robé, coleccionista de cómics francés, descubrió una tira editada en 1955 y reeditada en 1960 que contiene muchos de los ingredientes del caso de Masse, incluido el lugar, ya que en el comic el hecho también sucede en el sur de Francia. ¿Había leído esa historieta Massé y luego, con esos detalles, imaginó el episodio o se sirvió de ellos para adornar una confusión con el descenso de un helicóptero? No hay manera de probarlo. Sí hay evidencia, en cambio, de que la información sobre cómo debería presentarse un encuentro extraterrestre estaba disponible para un testigo que, según él mismo relató, disfrutaba de vida social y frecuentaba un café de la zona. Una década antes había tenido lugar en Francia la gran oleada marciana, una información a mano para un agricultor europeo y en una época bien diferente de la actual, cuando las cosas se olvidan casi al momento de pasar. De lo que hay bastante evidencia es, en cambio, de extraterrestres cabezones en la ciencia ficción anterior a la ufología (ver Galería).

GRISES. Así fueron representados en la portada del libro Discusiones Alienígenas: Actas de la Conferencia de Estudio de Abducción celebrada en el MIT, Cambridge, MA., 1994.

7. Close Encounters fue tremendamente exitosa, pero no fue hasta finales de la década de 1980 cuando los grandes ojos negros de los Grises comenzaron a penetrar la conciencia popular. La clave de esto fue Comunión, libro de no ficción de 1987 de Whitley Strieber, basado en sus propias experiencias reclamadas con seres alienígenas. Comunión fue adaptada para Hollywood en 1989; su póster presentaba una imagen de rostro completo de un Gris, mirando hipnóticamente a los ojos de millones de espectadores del mundo asustados. Luego siguió Intruders (1992), una miniserie basada directamente en descripciones del mundo real de los Grises como se documenta en la literatura de abducción. Aparecerían más Grises en The X-Files (1993-), Babylon 5 (1994-1998), Dark Skies (1996-1997) y otros. A finales de la década de 1990, la imagen del Gris había reemplazado a casi todas las demás imaginaciones culturales preexistentes de cómo podría ser un alienígena.

El retrato que acompañó a libro, notas y película difundidas por  Strieber tiene un problema: él mismo reconoció que tal efigie era errónea, que SUS alienígenas cabezones SÍ tenían pelo en la cabeza (1). Graham puede afirmar, con bastante razón, que la imagen del Gris “reemplazó a casi todas las demás imaginaciones culturales preexistentes”… pero ¡también lo hizo en el testimonio de los abducidos! ¿Cómo tantos y tantos abducidos pudieron describir una característica inexistente? Los extraterrestres que siguieron casi nunca tienen pelo, a diferencia de los que describieron artistas relacionados con el mundo de la ciencia ficción -incluso anteriores a 1947.

Gris de tapa de «Comunion» (1987), por Withley Strieber.

Como hemos indicado, antes de Hopkins los seres descritos por los abducidos presentan gran diversidad de formas. Entre Strieber y Hopkins establecieron un molde que hizo pervivir la forma del Gris durante varios años, pero pronto la imaginación humana volvió a revelarse y empezaron a aparecen otro tipo de seres como los reptilianos o los insectoides.

8. En las películas OVNI de Hollywood, en términos generales, el arte imita la vida. Si todo lo contrario fuera cierto, luego del lanzamiento del Avatar (2009), dirigida por James Cameron, la película más taquillera de todos los tiempos, podríamos razonablemente haber esperado que miles de personas comenzaran a reportar altísimos extraterrestres azules. Esto no sucedió; del mismo modo que la proyección enérgica de Hollywood del meme de los «hombrecitos verdes» no ha resultado en avistamientos masivos de pequeños hombres verdes (aunque los informes de tales entidades son un leve aderezo para la literatura ovni).

Los humanoides de «The UFO Incident» (1975) no tenían los ojos negros.

Si la película Encuentros Cercanos influyó en la ufología, esto no implica que necesariamente va a ocurrir lo mismo con películas muy resonantes, como Alien o Avatar. El razonamiento de Graham desplaza las piezas del juego como si los fenómenos culturales fueran mecánicos, no dinámicos. Aquel impacto pudo suceder por otras razones, quizá por su marketing, orientado a destacar que estaba basado en casos reales, o gracias al asesoramiento de J. Allen Hynek y el papel de Dreyfuss, representando a un investigador extranjero basado en Jacques Vallée, que desembarca en la zona para comprobar la veracidad de los hechos. Pero también puede estar relacionado con el dramatismo mismo de la película, que reproduce con verosimilitud el comportamiento que cabría esperar entre los involucrados en un acontecimiento semejante.

Para que los contenidos de una película no trasvasen la imaginación en sucesos ufológicos “reales” intervienen factores imposibles de cuantificar, que tienen que ver con los niveles de aceptación de una fantasía en épocas determinadas o incluso en la autocensura del propio testigo o de los investigadores que, si tropezaran con informes sobre alienígenas que se incrustan en los rostros de las personas o atléticos gigantes azules cazando corporaciones y ofreciendo un mensaje ecológico, rápidamente verían la relación y descartarían la historia. Ocasionalmente, algunas sutilezas pueden escapar al ojo sesgado de las personas que forman parte de la construcción de la mitología. Un detalle evidente lo encontramos en los frágiles cuellos de aquellos alienígenas cabezones, incapaces de aguantar su peso. Al menos, el ilustrador de esta portada italiana de 1938 (tercera de la derecha, abajo) se tomó la molestia de dibujarle unas muletas cefálicas.

Robbie Graham es autor de Silver Screen Saucers: Sorting Fact from Fantasy en Hollywood UFO Movies (White Crow Books, 2015) y editor de UFOs: Reframing the Debate (White Crow Books, 2017).

9. Cuando se trata de ovnis y extraterrestres, Hollywood produce representaciones, aunque no del todo fieles, de lo que la gente realmente informa. Esto no quiere decir que lo que se informa sea necesariamente cierto o exacto, sino simplemente que Hollywood ve potencial dramático en estos informes. Las imágenes cinemáticas resultantes se plantan en nuestro paisaje cultural, influyendo en nuestras percepciones y expectativas de vida y contacto extraterrestre.

Exacto. Estas representaciones que Hollywood produce son recreaciones que no solo reflejan parcialmente lo que cuentan las personas relacionadas con la ufología, trátese de testigos, ufólogos o periodistas.
En su proceso de selección escogerá las historias o los aspectos dramáticamente más atractivos para un público cautivado por la temática del contacto extraterrestre. Esa falta de fidelidad es parte de un proceso de interacción que se produce constantemente desde las primeras especulaciones sobre las posibilidades de existencia de vida extraterrestre (entre científicos, filósofos, novelistas y, desde luego, ocultistas y religiosos).

10. Un factor importante sobre por qué nos imaginamos alienígenas como lo hacemos es que las personas a través de las décadas afirman haberlos encontrado en la vida real; estas personas han informado sobre sus encuentros extraterrestres con las partes interesadas, y los detalles de estos casos han sido apropiados gradualmente por Hollywood para fines de entretenimiento, devaluando los informes originales mientras transformaban los detalles ufológicos basados en hechos en iconografía de ciencia ficción. Entonces, si bien es justo decir que Hollywood es la fuerza principal responsable de dar forma a las expectativas populares de la vida y las visitas extraterrestres, no olvidemos la inmensa deuda que Hollywood le debe a la ufología.

Si pasamos revista a las grandes producciones de Hollywood veremos que las influencias de la ufología es bastante limitada. Más allá de las ideas generales, las películas realmente inspiradas en casuística ovni hasta los 90 pueden contarse con los dedos de un sobreviviente de Roswell: Starship Invasions, Encuentros Cercanos, Fuego en el cielo (inspirado en la abduccion de Travis Walton) y Comunión, presunto relato autobiográfico del novelista de historias de terror Whitley Strieber. Desde el cincuentenario del caso Roswell, en 1997, todas películas que recuperaron total o parcialmente el mitema ovni (desde Independence Day hasta Paul) y series como los Expedientes X o Dark Skies, fueron parte de una viralización del marketing alienígena donde desbrozar detalles escapa a los alcances de este comentario.

Si Hollywood tiene una deuda con la ufología, solo se estaría cobrando la que ésta tiene con toda la ciencia ficción escrita (y de televisión, ¡no olvidemos la televisión!) que precedió y acompañó al avistamiento de Kenneth Arnold desde el 24 de junio de 1947. Afortunadamente en los últimos años se han producido importantes obras que abarcan los aspectos culturales de la ufología sin pretender llevarnos a creer en la existencia de marcianos o en su inexistencia. Algunos de ellos, como UFOs And Popular Culture: An Encyclopedia Of Contemporary Myth, por James E. Lewis (ed. ABC-CLIO, 2000), están disponibles en la web. Otros más generales, como el Diccionario Temático de Ufología (Fundación Anomalía, 1997, Parte 1, Parte 2 y Parte 3), también contienen información confiable sobre estos aspectos del problema y otra ventaja extra, están en español.

Referencias

  1. Kottmeyer, Martin; en Magonia (2013) «Mentes varicosas», Parte 1, Parte 2 y Parte 3.
  2. González, Luis; en  Cuadernos de Ufología (3ª Época) nº 34. pp. 106-165, «Ellos: taxonomía y filogenia de los visitantes».

Buck Rogers en el siglo 25. «Una batalla interplanetaria con los Tigres Hombres de Marte», cortometraje presentado en la Feria Mundial de Chicago, 26 de mayo de 1934.

Buck Rogers Vs Star Wars. La tira apareció por primera vez en Amazing Stories de agosto de 1928. Los 12 capítulos de la película de Universal Pictures de 1939 no dejan indiferente a ningún trekkie: la serie concentra los principales elementos de las superproducciones de ciencia ficción que estaban por venir.

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GALERÍA DE IMÁGENES

Flash Gordon, «On The Planet Mongo, enero de 1934.
Buck Rogers, 1934
Buck Rogers, 1934

Buck Rogers, 1931

Buck Rogers contra los hombres-tigre de Marte, 1929.

Amazing Stories, 1927

  1. A veces tengo la impresión de que tendemos a darle a aquellas formas que nos resultan misteriosas, un aspecto directamente relacionado con nuestros preconceptos.
    – Si los ET dominan el viaje en interplanetario, obviamente son más inteligentes, y por ende tienen un gran cerebro, y una cabeza grande en la que albergarlo.
    – Cuentan también con una gran percepción (poderes extrasensoriales en muchos casos) lo que explica la idea de los grandes ojos.
    – Las narices son pequeñas porque vivimos en una cultura que piensa que los hombres primitivos eran narigones, por lo tanto, una nariz pequeña es un síntoma de evolución.
    – Los cuerpos son pequeños porque en un mundo tan tecnologizado, la fuerza física es reemplazada por las máquinas, por lo tanto los extraterrestres no necesitan ser «fuertes», físicamente.
    – Como son «extraño» («alien» significa literalmente eso) no pueden tener un color de piel parecido al nuestro, por eso es verde o gris, y no da para que sean blancos, amarillos, rojos o negros… menos aún «anaranjados».
    – Son humanoides porque nos creemos la cúspide de la evolución, por lo tanto, cualquiera que sea que haya dominado el viaje interplanetario tiene que parecérsenos.
    Seguramente por esto no hay prosperado culturalmente tanto los aliens de otro tipo, como propiamente «Alien», que película tras película tiende a ser cada vez más humanoide, además de para abaratar costos de producción.
    Bah… se le ocurren como algunas explicaciones de cómo se llega al modelo de ET de Paul. Lo que es probable es que sean como sean los ET no sean tan mal hablados como este :).

  2. Todo lo que Ud. opina merece ser considerado anatema por la Santísima Iglesia de Ashtar Sheran. Ud razona siguiendo el sentido común de los mortales, y no piensa la evolución de un xenoide como seguramente lo hizo el Creador de Todos los Universos, cuyos designios son inescrutables. Muchas gracias, estimado Rantés.

  3. Me imagino que algunos le habran acusado de violentar los sentimientos de quienes valoran todo lo Ovni hasta de querer desinformar para tapar conspiraciones reales. No tienen en cuenta a fobicos como yo, que necesitan tratamiento psicológico para no vivir aterrorizado por los grises y una inminente abducción (temor que encima los vendedores del misterio achacan a abducciones reprimidas!). Afortunadamente los informes y evidencias de usted y sus colegas me ayudan mucho para no recaer en la fobia. Muchas gracias

  4. Gracias Diego por tu comentario, espero que tu fobia haya sido una metáfora y nunca haya sido tan grave. Saludos!

  5. La estandarización del hombrecito gris ha tornado muy aburrida a la ufología. Atrás quedaron los Cthulu de Lovecraft o los Shub Niggurat, o los seres mitad máquina mitad biológicos de HG Wells. Aquella época en la que no había dos extraterrestres iguales era más interesante. Scaparelli puso la mirada en Marte y a partir de allí los ET pasaron a ser «marcianos», Arnold habló de objetos que se movían como platos saltando en el agua y a partir de ahí los marcianos sólo pueden viajar en platos voladores. Quizás sea un síntoma de la falta de imaginación a la que nos acostumbramos cediendo, ya no sólo nuestro pensamiento crítico a los comentaristas de TV, sino también nuestra imaginación a los guionistas de cine. Gracias por el Blog

  6. En la película, el primer alien en aparecer es uno totalmente diferente.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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