El catamarán holístico

Excursión y movida esotérica hacia la isla Martín García: una crónica que ya tiene 21 años, pero resiste la decrepitud con entereza. Aborda la cuarta excursión de un catamáran que propuso reencontrarse con uno mismo tomando lo mejor de la magia y lo peor de la ciencia. De cuando la movida new age empezaba apostar más al relax que al misticismo heavy. Y de cuando La Prensa sacaba, todos los lunes, una sección desquiciada e inviable en cualquier diario responsable, llamada “En trance”.

hercules
Catamarán Hércules. Sigue operativo, aunque sus viajes ya no incluyen charlas esotéricas.

Por Alejandro Agostinelli

Hace poco experimenté una coincidencia asombrosa, aunque pensándolo mejor fue más triste que asombrosa.

A mediados de Marzo de 2016, el mismo día que Lucía Manucci me propuso escribir sobre el Conspira-Sea, el crucero que reunió al nuevo conspiracionismo en un encuentro de película, me enteraba que había fallecido Carlos Esquivel, organizador de lo más parecido al Conspira-Sea que se hizo en la Argentina: un catamarán new age que cruzó el Delta del Tigre y recaló en la isla Martín García. Durante el periplo, un heterogéneo plantel de “profesionales” y artistas dictó charlas o propuso actividades relacionadas con temáticas alternativas y espirituales. Cubrí la historia para La Prensa, en Marzo de 1995. Nadie la debe recordar, salió en un diario que era llamado, despectivamente, «La Prensa de Amalita«. Para mí fue una aventura inolvidable.

Fui a bordo acompañando a Emy, a quien había conocido a través de El Otro Lado, el programa de Fabián Polosecki. (Mejor dicho: le di a un productor de Polo, Marcelo Birmajer, el teléfono de Fedhar, por entonces editor de la revista Conexión Planetaria. Lo fueron a entrevistar y descubrieron a Emy. Luego fui con mi amigo Juan Faillá a ver una presentación de su grupo Teatro Místico en un espacio céntrico ya desaparecido llamado Aldeas Ecológicas, y la historia siguió un derrotero tan misterioso y fascinante que sin dudas continuará: si allá por 1996 escribí una miniserie de TV basada en aquella experiencia, cómo no escribir otro post.)

Las coincidencias no terminan aquí. Emy, amiga de Esquivel que me dio hace días la mala noticia, organiza el programa latino de Expo Conferencia Vida Consciente, donde surgió la idea del Conspira-Sea: en Los Ángeles Emy organiza este tipo de cruceros desde 2012.

esquivel-aca
Descalzo y entusiasta, Carlos Esquivel. Encorvado y obsesivo, el autor. Foto: Osvaldo Taborda

Mi relación con Esquivel fue breve. Pero lo recuerdo bien. Era amoroso con todos y simpático como una ardilla de dibujos animados. De esos tipos que, aunque lo veas una vez, no te olvidás más. Tenía un doctorado en economía y fue funcionario del Banco Mundial. Su fervorosa fe en lo paranormal lo llevó a creer en tipos peligrosos, como los cirujanos psíquicos filipinos. Creó una empresa organizadora de eventos espirituales, en cuyo marco convocó a gente del palo holístico para cruzar el charco, creo que la odisea a la que me sumé fue el cuarto y último de aquellos viajes.

Años después, a fines de los 90, Carlos se convirtió al Islam. Por cierto, el paro cardíaco que lo mató ocurrió mientras caminaba por las calles de Estambul, adónde iba a ver a su maestro. “Lo velaron a los pies de este hombre santo que él visitaba a Turquía todos los años”, me cuenta ahora Emy.

Para atestiguar aquel cariño, que permanece inalterable, rescato del desván de los recuerdos aquella nota publicada en La Prensa, cuando escribía mis primeras crónicas dignas, y un montón de fotos, tomadas por Osvaldo Taborda, que habían quedado inéditas. La nota se tituló El crucero New Age y salió el 27 de marzo de 1995.

Emy_crucero_holistico
Emy. Convocaba a todas las miradas. Foto: Osvaldo Taborda.

“Lée este folleto: ‘Vivir más y mejor es posible! Viaje a la isla Martín García en el Crucero Holístico’, llegó y dijo Max. “¡Genial! ¡Siempre queda algo por inventar! A lo mejor es el mismísimo Caleuche, que volvió para llevarse a los últimos místicos del planeta”.

Max, un poeta callejero que vende guías Filcar en los colectivos y cuya prosa destila el clásico desencanto de fin de siglo, se refería al tema central de La nave de los locos, la película de Ricardo Wullicher inspirada en el nombre de un mítico barco que baja del cielo para arrebatar a los raros del mundo: la tradición de origen mapuche cuenta la historia de un navío imposible -y su bizarro cargamento de soñadores, inocentes y locos- que todavía se aparece en los atardeceres andinos. Pero… ¿había algo que uniera la leyenda del Caleuche con la enigmática propuesta del Crucero Holístico?

La empresa Nuevo Amanecer Producciones -organizadores del periplo- informó que durante el viaje iban a desfilar varios personajes de la movida new age vernácula y a celebrarse un surtido repertorio de actividades orientadas a cambiar la calidad de vida por medio de disciplinas no convencionales. Un diccionario de mitologías del archipiélago de Chiloé nos develaba que Caleuche deriva del mapuche caleutun (mudarse de condición) y che (gente). Esto es: gente transformada. El plan holístico se presentaba –precisamente– como un crucero de transformación. Eso sólo podía significar una cosa: que el mito de la nave de los locos estaba vivo y gozaba de buena salud.

La travesía pondría proa hacia la isla Martín García el sábado 18 de marzo y –dato sorprendente– en ninguna parte se daba por sentada su condición de centro energético. La nave abandonaría las miserias del hiperrealismo urbano para adentrarse en los misterios interiores de los señores pasajeros. A la vuelta, los tablones del puerto de Tigre acaso iban a dar fe del milagro de las almas renovadas.

HOLISMO: EL ROMPECABEZAS GLOBAL
El catamarán Hércules zarpó del embarcadero a las ocho de la mañana. A bordo, ciento cincuenta inscriptos dispuestos a “estar bien” y compartir trece horas corridas con la alucinante compañía de meditadores, armonizadores espirituales y animadores de la buena onda a micrófono pelado.
“Mi mayor expectativa es pasar un sábado tranquilo”, murmuró una pasajera que se tomaba todo el sol en la popa. Las esperanzas del cronista de condimentar este relato con una razonable dosis de locura empezaron a marchitarse. Pero revivieron cuando descubrió una bolsa cargada con máscaras, atuendos negros y sahumerios como para una ceremonia satánica. El hallazgo prometía un final emocionante.

¿Por qué un viaje holístico, y no ‘new age’, a secas? “Holístico es buscar una respuesta global, que una y no separe”, explicó Carlos Esquivel (44)*, organizador del crucero y director de El Club del Estar Bien. “La medicina es la vanguardia, sí. Cuando hay riesgo de vida, todos vamos al quirófano. Pero ojo, somos más que un cuerpo”, advierte. “Si tus pensamientos son derrotistas, hay que cambiar de creencias”.

Varios pasajeros hablaron de un viaje anterior donde la globalidad holística había estado a punto de estallar: un combativo panel de psicoterapeutas (gestálticos, sistémicos y transpersonales, entre otros) se habían ensañado con las medicinas alternativas en general y con el psicoanálisis en particular.

¿Acaso es posible unir ofertas tan diversas? “Es que los egos son más fuertes que el raciocinio”, explica Esquivel. “Tienen que darse cuenta de que cada uno posee una pieza del rompecabezas. Algunos creen tener la figura entera. Pero a esa la debemos armar entre todos”.

Betiana Blum durante su charla en el catamarán esotérico.
Betiana Blum durante su charla en el catamarán esotérico.

CORAZONES BLANDOS Y DUROS
La actriz Betiana Blum movió la primera pieza: “Hay que aprender a vivir el presente. Y a ponerse cómodos. Estamos desconectados de nosotros mismos”, dijo para arrancar. Al final, hizo un llamado a la algarabía universal: “Que el mundo animal, vegetal, mineral, que todo el cosmos, en todas sus dimensiones, sea feliz”. Emy (31) –mística de cuerpo y alma, quien iba a tener un importante papel en el crucero– reflexionó en voz baja: “En el universo reina la ley de las polaridades. Si todo es feliz, la ley no se cumple”. Lo que dijo se podría definir refutación emic, contradecir una tesis sin sacar los pies del sistema de creencias.

Durante el viaje, la actriz no encarnó ningún personaje sino que enfrentó con entusiasmo el desafío de explicar en qué consiste su nueva vocación espiritual. “Mi propuesta es una invitación a vivir mejor. ¿Por qué no respetamos a las plantas, el aire, el agua? Porque ni siquiera nos respetamos a nosotros mismos. Hay que apartarse de las vibraciones malas y aprender a convivir. Convivir es aceptar y elegir”. Al final del monólogo reconoció que las enseñanzas que había comunicado eran una síntesis del pensamiento del doctor Carlos Warter.

En 1992, Betiana renunció a ganar 100 mil dólares por su papel en una obra teatral para asistir a un curso de facilitadora de psicosinergia en los Estados Unidos, que dictaría el propio Warter. “Me importó más asumir un compromiso con la vida, con la fuerza interior de cada uno y con la misma sociedad, que todo el dinero del mundo”, había dicho aquella vez.

Poco después, Warter fue centro de un escándalo cuando la televisión mostró el video de una charla interna donde afirmaba que él era extraterrestre y que “Carlos Menem es un agente que pusimos acá para que haga una transformación”.

En un aparte, Blum explicó: “Para conocer el grado de evolución de Carlos Warter hay que estar en su mismo nivel. Muchas veces habla y es tan elevado que nadie entiende. Para comprenderlo a lo mejor hay que ser como el Dalai Lama, que va por la treceava encarnación consciente. Es la hora de despertar, y los maestros llegan a la etapa del amor duro”.

El fervor de Betiana por su maestro es equivalente al coraje con que asumió una decisión que le hizo perder muchos amigos: “Cuando llega el otoño sólo quedan las hojas más firmes”, recordó.

El amor que endurece del maestro de Betiana es blando en Adrián Tucci, quien dio una conferencia titulada “Cómo hacer para estar bien conmigo”. La charla no era apasionante y el cronista se distrajo con el oleaje del río. Al volver, la mitad menos uno recitaba: “¡Quiero ser feliz! ¡Quiero ser feliz!”

Louise Hay básico -musitó un señor canoso en alusión a la exitosa best-seller new age. Más que decepcionado parecía insatisfecho: “Nadie se acuerda de Gurdjieff. Ya le llegará su cuarto de hora”. Al parecer, el buen hombre extrañaba experiencias álmicas heavy. Otro corazón duro de roer.

Martin Garcia grupo-chico
En la isla. Fernando Banchero, Alejandro Sánchez, Alejandro Agostinelli, Emy y Florencio Laborda. Foto: Osvaldo Taborda.

PARAÍSO PERDIDO
Ya en la isla –paraje de lentitud exasperante, si los hay– la energía de los guerreros espirituales apostó al descanso. El almuerzo desdobló el grupo: los vegetarianos recorrieron mansamente las ensaladeras de soja, arroz y lentejas y los omnívoros se zambulleron como chacales a los choripanes. “La libertad de elección también es holística”, apuntó Esquivel.

Tanto su hospitalidad como su romance con la diversidad hacen de Carlos Esquivel, capitán espiritual del crucero, un bicho raro de la ‘new age’. Es doctor en economía y fue funcionario senior del Banco Mundial hasta 1991. La historia de su conversión espiritual enseña más sobre él que adjetivar sus creencias: “Renuncié al cargo cuando conocí a Alex Orbito, un cirujano psíquico filipino que transmuta energía. Fui para que atendiera a mi mujer. Pero a mí me metió las manos en el pecho y en el cuello”.

–¿Para curarlo de qué?, interrogó el cronista, que incapaz del asombro propio vive de los ajenos. “De estupidez”, y cuando respondió el viento de la isla casi le vuela la gorrita holística. Luego inició su propia búsqueda: “Puse mi programa de radio y perdí guita como loco. Quiero demostrar que, para intentar una conexión con lo divino, antes hay que sentirse bien. Nadie puede ser todo el tiempo Buda, cualquiera se cansa”.

Bajo la arboleda de la placita central de la isla, medio centenar de adeptos oyó a una nutricionista que no se apartó un renglón de la ortodoxia. El resto, que decidió visitar la cárcel, el cementerio y el bosque, fue expulsado por nubarrones de mosquitos hambrientos. Todos coincidieron para el recreo de relax, donde una agradable profesora de yoga invitó a los presentes a “fundirse en el césped para que la tierra absorba las energías negativas”.

La súbita orden de retorno apenas dio aire para despegarse el pasto seco. De nuevo en el crucero, la licenciada María Gorini merendó al contingente con su insólita Terapia vibracional. Quizá fue el momento más esotérico del tour: en su charla brillaron gemoterapias, aromaterapias y “masajes para desbloquear el campo energético”.

grupo teatro mistico
Teatro Místico. Florencio Laborda, Fernando Banchero, A. Sánchez y Emy. Foto: Osvaldo Taborda.
logo-teatromist
Logo de «Teatro Místico», tomado de un folleto de una actividad en el CCGSM.

catamaran holistico-chEMYSTICISMO
La tibia solemnidad new age se hizo trizas cuando un flacucho con una careta y bigotes de látex interrumpió a la licenciada y dijo: “Vengo a defender mi propia propuesta vibracional, una que viene con vibrófono incorporado”. Se trataba de Charly Gómex, personaje central del grupo Teatro Místico, dirigido por la supermística Emy. Ahí empezó el show: “Yo era un buscador, un verdadero místico que hizo carrera dentro de la New Age. Pero nadie me daba la respuesta que necesitaba. Por eso decidí conectarme con Orbaldo Kakakián”. Kakakián era un mentalista electrónico a quien Charly pedía una respuesta para enfrentar sus miedos. El vidente en off lo despachó con sonrisitas de compromiso y Charly quedó más desorientado que antes. “Kakakián me rekarkó”, sollozó.

Los miedos no eran otros que sus fantasmas interiores, que invadieron la escena al tiempo que Emy sugería a Charly que se hiciera amigo de ellos “porque el amor transforma”. Así se develaba la incógnita de las máscaras, las ropas negras y los sahumerios que el cronista –por prejuicios clericales– había confundido con arreglos para un ritual satánico.

emy-mex-1997
Emy en México, 1997.

Si Nacha Guevara representa la new age del show bussines, Emy lo es del misticismo under: sus concepciones religiosas trascienden sus propias creencias, de las que también se ríe a través de Teatro Místico. Emy, como Nacha, tampoco se jacta de ser mujer. Pero encarna el modelo de lo new age femenino. Es capaz de abrir los chakras coronarios de una multitud con una sonrisa, sus ojos rasgados sugieren dónde pudo haber echado raíces en una encarnación anterior y no queda más remedio que creerle cuando dice que debió soportar el poco espiritual asedio de los newagers que intentaron comprar su corazón mediante el viejo truco de las almas gemelas. “Pero esa nunca me la creí”, advierte.

Medita incluso desde antes de saber que lo que hacía era meditar: “A los 17 años leí mi primer libro de asanas (posturas) Yoga y descubrí que eran las que yo había adoptado naturalmente. Meditar es sentirse unido con la totalidad, perder conciencia del ego y despojarse de todas las estructuras. El camino espiritual no busca la seguridad”. También conduce el programa radial Volver al paraíso, donde los oyentes tienen permiso para contar libremente sus experiencias místicas. Varios de sus amigos colaboran en sus talleres de meditación y sanación y vive de su miniempresa Magia de Oriente, una importadora de sahumerios de la India.

La historia de su viaje por la vida, enteramente consagrada a la evolución espiritual, merece algo más pretencioso que un capítulo aparte. Emy, contrariando la utopía señalada por Esquivel, no ceja en su intento por ser Buda, ser de luz, bruja blanca o chamán todo el tiempo posible. Pero las asperezas de un mundo imperfecto no suelen facilitar las cosas a los aprendices de Dios.

el crucero new age
El artículo publicado en La Prensa, 27/03/1995

RELIGIOSA SUGESTIÓN
Para los militantes de las primeras euforias de la Era de Acuario, el ingrávido clima de armonía espiritual que reinó en el Crucero Holístico puede tornarse insoportable. Para otros, algunas piezas del rompecabezas empiezan a acomodarse y muestran un dibujo cada vez más apto para todo público, ofreciendo respuestas prácticas y sólo ligeramente trascendentes.

La misteriosa invitación que sugería adentrarse en la leyenda del Caleuche se redujo a una mera fantasía del cronista, quien descubrió a una heterogénea legión de inocentes soñadores que desean, apenas, una transformación vital. ¿Espirituales o desorientados? ¿Humanistas o egocéntricos? Las opciones son muchas más, y seguir imaginando etiquetas no honraría el espíritu holístico del encuentro.

emy esquivel
Emy y Carlos Esquivel en el legendario y pionero «Crucero Holístico».

Lo cierto es que, el mismo día del ‘Light New Age Crucero Tour’, cerca de la medianoche, el cronista deambulaba por un anónimo suburbio porteño cuando asistió a la escena que le daría el remate fuerte: una mujer joven, de cabellera espesa y ensortijada, alzaba sus manos al cielo. Ensayó un dramático gesto devocional y farfulló algo en una lengua incomprensible.

-¡Eso es! –exclamó el cronista en su yo interno– ¡El misticismo profundo está en los barrios!
Más cerca, descubrió que la chica no dirigía su mirada al cielo sino a un balcón sin flores de donde se asomaba un vecino en camiseta.

-¡Dale, Oscar! -gritó. ¡Tirálas de una vez!

Ella atrapó en el aire el manojo de llaves y entró en la casa. Lo peor del caso es que seguramente se fue a dormir sin siquiera rezar el rosario.

Otra vez será.

(*) La edad indicada de los protagonistas es la que tenían en esa época.

Primera publicación: El crucero ‘New Age’ . Sección “En trance”, diario La Prensa, Buenos Aires, 27 de Marzo de 1995.
© Alejandro Agostinelli. Todos los derechos reservados. Fotos: Osvaldo Taborda

MÁS RELACIONADAS
Entrevista al “conspirador” del Conspira-Sea
El crucero de la conspiración
¿Qué se hizo de los enanos?
Comenzó “Prohibido hablar de ovnis”

MENOS RELACIONADAS
Un extraterrestre preso en Buenos Aires

El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

Contacto: aagostinelli@gmail.com
Alejandro Agostinelli en Twitter
Alejandro Agostinelli/Factor 302.4 en Facebook
+ info sobre el autor, Wikipedia en Español
+more info about Wikipedia English