Richard Feynman, un físico teórico sexy

La disciplina científica con más sex appeal es la física teórica, sugiere J.G. Ballard a propósito de una biografía dedicada a Richard Feynman, el físico más reverenciado desde Einstein.

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Por J.G. Ballard

¿Qué tiene la física teórica, una de las actividades humanas más abstractas, que atrae a los excéntricos e inconformistas? Por lo que sé, los geólogos y los bioquímicos son igualmente raros, pero los grandes físicos del siglo XX parecen constituir un panteón de lo peculiar, como si el intenso esfuerzo de luchar con los secretos del universo revelara un rasgo extraño de su personalidad.

Electrodinámica y donjuanismo. Crítica de la biografía de James Gleick Genio: Richard Feynman y la física moderna. Publicada originalmente en Daily Telegraph, 1993. Traducción Octavio di Leo. En J. G. Ballard. Guía del Usuario para el Nuevo Milenio. Ensayos y reseñas. Ediciones Minotauro, 2002.
Título original de este texto: Electrodinámica y donjuanismo. Crítica de la biografía de James Gleick Genio: Richard Feynman y la física moderna. Publicada originalmente en Daily Telegraph, 1993. Traducción Octavio di Leo. En J. G. Ballard. Guía del Usuario para el Nuevo Milenio. Ensayos y reseñas. Ediciones Minotauro, 2002.

Uno piensa en Einstein, con su pelo enmarañado y sin medias ni camisa bajo el jersey, vivo ejemplo del profesor distraído. Erwin Schrödinger, premio Nobel y creador de la mecánica ondulatoria, estaba motivado por un fuerte complejo de Lolita que habrá sido una amenaza para sus colegas con hijas adolescentes. Robert Oppenheimer, director del proyecto de la bomba atómica en Los Álamos, era un neurótico torturado que coqueteaba con la extrema izquierda y afirmaba que había pensado en un pasaje del Bhagavad Gita –“Ahora me he convertido en La Muerte, el destructor de los mundos”- cuando contempló la primera explosión atómica en Nuevo México. ¿Será cierto? Se parece mucho a la invención de un novelista.

Richard Feynman, el premio Nobel norteamericano al que muchos consideran el físico más grande del siglo después de Einstein, no tiene nada que envidiarles en cuanto a su excentricidad. Salvo los años que pasó en Los Álamos durante la guerra, Feynman hizo toda su carrera en el sistema universitario norteamericano. Pero fuera del laboratorio llevó una vida que nada tenía que envidiar a los peores papeles de Jack Nicholson: ejecutante de bongó, forzador de cajas fuertes, amante de clubes de striptease y asiduo de burdeles, un mujeriego compulsivo que había ideado una estrategia para ligar con mujeres en los bares, que por desgracia James Gleick no describe en esta entretenida biografía. Yo me habría contentado con menos páginas de electrodinámica y más sobre la dinámica de ese otro gran misterio de la naturaleza, el corazón femenino.

space-shuttle-challengerLos telespectadores recordarán su aparición en televisión en 1986, cuando era miembro de la comisión presidencial que investigó el desastre del Space Shuttle. Tras días de testimonios y evasivas, Feynman fue directo al grano y sumergió en una jarra de agua con hielo una junta circular y flexible, precinto esencial para un tanque de combustible, y demostró que perdía su elasticidad, con los resultados catastróficos que esto conlleva tras una noche helada en la plataforma de lanzamiento. Esa habilidad para abordar los problemas de la manera más directa y sencilla, ignorando el cúmulo de opiniones convencionales imperantes, inspiró a Feynman desde la más temprana edad. Hijo de padres judíos y proletarios, nació en 1918 en Far Rockaway, Long Island, el área suburbana de Nueva York que produjo la mayor concentración mundial de premios Nobel. Feynman_IceDunkLos inmigrantes empobrecidos de Europa oriental tenían un profundo respeto por el estudio, y veían en la ciencia la mejor carrera que se le ofrecía a un niño pobre y resuelto. Tras acabar sus estudios en el MIT, donde inmediatamente reconocieron su brillantez, Oppenheimer lo llamó a Los Álamos, convirtiéndose pronto en el enfant terrible del proyecto de la bomba. Por desgracia, su joven esposa contrajo tuberculosis y, después de años de enfermedad, murió en una clínica de Albuquerque, apenas unos meses antes de que se dispusiera de la estreptomicina, la milagrosa droga que le habría salvado la vida.

Después de la guerra, Feynman continuó en la Universidad de Cornell el trabajo que le procuraría el premio Nobel, en que reelaboró la teoría cuántica de la electrodinámica e inventó los diagramas de Feynman, que ahora forman parte del juego de herramientas básico de todo físico. Al igual que tantos científicos que concluyen su obra fundamental antes de cumplir cuarenta años, Feynman se sentía más insatisfecho a medida que llegaba a la madurez. Afortunadamente, en una playa junto al lago de Ginebra, en 1958, vio a una atractiva inglesa con un bikini azul, una prenda que aún no se conocía en los Estados Unidos. Ocurrió otro tipo de reacción por fusión, y Feynman invitó a esta independiente joven a que fuera con él a Caltech, donde primero trabajó como ama de llaves y más tarde se casó con él. A decir de todos, el genio que C.P. Snow llamo una mezcla de Einstein y Groucho Marx, había encontrado por fin a su pareja.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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