La previa y el mismo 21 de Octubre de 2015, el día que el DeLorean de Marty McFly regresaba al futuro y aterrizaba en Hill Valley, California, las redes sociales acusaron el impacto. En Que la fuerza te acompañe (2012), el periodista Alejandro Soifer adelantaba elementos para comprender la permanencia de la subcultura nerd entre nosotros.
McFly hijo regresaba al futuro desde 1985 y en Buenos Aires la muchachada, formada por al menos dos generaciones de nerds, acudió a la Fiesta del Futuro en Niceto Club, Buenos Aires, donde el cantante Harry Waters Jr. (el músico Marvin Berry, en la película) recreó la escena en la que “descubre” el rock & roll gracias a Marty; la coincidencia de la ficción con la realidad fue tema de conversación en todas partes; en Twitter fue Trending Topic mundial, y en Facebook e Instagram se agolparon memes, fotos de la película, bromas y, obviamente, el comentario desdeñoso de los piolas que nunca faltan, “hartos” del monotema pero sin dejar de alimentar el monotema.
Este furor parece repentino pero no surge de la nada. En la Argentina, Volver al futuro tiene decenas de miles de amantes de la saga que introdujo el deseo de cambiar la moto o el bondi por las patinetas voladoras, usar zapatillas que se autoanudan los cordones o ajustar cuentas con el pasado en un coche volador.
Hace apenas cinco años, el 16 de agosto de 2010, el periodista Alejandro Soifer visitó la feria 100% FansSci en Buenos Aires y comprobó en persona “el estado nerd de la cuestión”.
Reproduzco algunos párrafos de su excelente «Que la fuerza te acompañe. La invasión de las culturas nerd, geek y friki” (Marea, 2012).
“Me abro paso y atravieso stands de fans de Lego, de Star Trek, me cruzo con una cosplayer de Jeannie, la bruja de Mi bella genio, hasta que localizo la bandana negra de JL al lado del stand de fans de Volver al futuro. Me alcanzan una fotocopia de la portada del Hill Valley Telegraph, el diario ficticio de la película en el que se anunciaba el rayo que había caído en la torre del reloj, y que se convertiría después en un elemento clave de la trama, permitiéndole a Marty McFly volver al futuro precisamente. También hay una réplica de la patineta voladora de la segunda entrega, un condensador de flujos que será sorteado, reproducciones de otras portadas de diarios aparecidos en las películas, un DeLorean de juguete, la gorra camaleónica de Marty en la segunda película, un cuadrito con la foto de Isaac Newton, una réplica de la guía de resultados deportivos 1950-2000 con la que Biff Tannen se hacía millonario y, lo más impresionante, una réplica de la carta que Marty le enviaba al Doc Emmett Brown anunciándole que moriría en un ataque de traficantes de plutonio.
«JL me señala a un muchacho que está entusiasmado en una conversación: “Ese es Sir Chandler, el dueño del portal cinesargentinos.com.ar Fue el que hizo reestrenar en cines Volver al futuro por el 25 aniversario”. Aprovecho la oportunidad y me acerco para contarle en forma breve mi búsqueda de respuestas acerca de las causas y consecuencias de las invasiones nerd, geek y friki y le pregunto cómo hizo para reestrenar la película que tanta influencia tiene en la conformación de este tipo de subjetividad. Entonces me cuenta: “En EE.UU. se había reestrenado, yo le pedí a la distribuidora local que hiciera lo mismo acá, pero ellos no lo veían comercialmente viable. Insistí tanto que los convencí de que me la vendieran para que yo pudiera estrenar. Calculé que con 5.000 espectadores se podían cubrir los costos, me tiré a la pileta y la traje. Se estrenó y fueron 5.000 personas sólo el primer día. En total la vieron casi 60.000”.
Que esta cantidad de personas hayan vuelto a ver una película con 25 años de antigüedad tiene que decir algo del estado nerd de la cuestión. No tengo dudas.
“Creo que en el caso de Volver al futuro y cualquier otra película de las que podés encontrar fans en esta convención, todo pasa por los sentimientos” –opina Chandler- . ¿Quién no vio Volver al futuro o una de Star Trek? ¿Acá cuánta gente hay? ¿Cuánta gente vino? ¿Cuatro mil? Y estamos en Buenos Aires solamente. ¿Cómo no va a haber 5.000 personas que quieran volver a ver en cine una de estas películas, si se estrena en todo el país?”.
Volver al futuro es un icono sobre el que seguramente volveremos una y otra vez: aunque no exista futuro más allá de este presente que continuamente se nos escapa, los fans se encargarán de mantener esa retro-cultura vigente. Como escribe Soifer, «lo nerd se alimenta de experiencias y productos del pasado a los que fetichiza, quizás como un modo de nunca dejar el ludismo infantil».
The History of the Future from Artstudio Reynolds on Vimeo. (La Historia del Futuro, clip dedicado a los cambios en la percepción del futuro en 50 películas)
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