El Caso Cavani: de la «tolerancia cero al racismo» a la discriminación involuntaria

A fines de 2020, el futbolista uruguayo Edinson Cavani –hoy jugador del Manchester United, en Inglaterra– recibió una multa de 100 mil libras y tres partidos de suspensión por responder a la felicitación de un seguidor por una victoria de su equipo (donde marcó dos goles) con un: “Gracias negrito” en su cuenta privada de Instagram.

La defensa de la sanción por parte del antropólogo argentino Alejandro Frigerio, incluida en una entrevista que le hizo Lorena Oliva para el diario La Nación del 8 de enero (cuyos fragmentos reproducimos), fue casi un grito solitario, o mejor dicho: un grito que, según Frigerio, acompaña al de los afrodescendientes, para quienes este tipo de trato, afirma, “les resulta abusivo o una forma de defender el privilegio de los blancos”. En un posteo de Facebook, publicado días después, planteó que  “una política de ‘tolerancia cero’ es quizás, desgraciadamente, la única alternativa” para mantener en estado de alerta a la sociedad sobre las conductas racistas.

Más cerca del cuestionamiento a la así llamada “corrección política”, el periodista Nahuel Sugobono se pregunta, por un lado, si la palabra “negro” es monopolio de los nativos o descendientes de África y si, por el otro, la tolerancia cero respecto del racismo alcanzará para reducirlo, ya que “si se erradica (el racismo) de una palabra, aparecerá en otras tres”.

Dejamos aquí ambas opiniones para que cada cual busque su propia posición frente a un debate en el que, seguramente, existen más de dos campanas.

DEFENSA MONOCROMÁTICA.¿Por qué será que todos los que defienden a Cavani son blancos?”, se pregunta Frigerio.
CÓMO AGRADECER. El posteo que suscitó la reacción de la Asociación Inglesa de Fútbol.

– Hace pocos días se supo que la Asociación Inglesa de Fútbol sancionó al jugador uruguayo Edinson Cavani por agradecer un comentario con un “gracias negrito”. ¿Qué le pareció esta decisión?

Es una de estas instancias en que es conveniente diferenciar entre el caso específico y el comportamiento social más general. No dudo de que Cavani lo dijo “cariñosamente”. Hay que notar, sin embargo, que todas las personas afrodescendientes que opinaron al respecto (pero que en este caso no tuvieron acceso a los medios masivos) manifestaron que pese a cualquier “buena intención” que pudieran tener amigos o conocidos, les desagradaba ser llamados “negros” o “negritos” continuamente. Todas las personas cuya opinión fue reflejada en los medios son “blancas”, y desconocen que los afrodescendientes están bastante hartos de que los cosifiquen e infantilicen en base a su color de piel. Por otro lado, hay una norma específica en los reglamentos de la Asociación Inglesa de Fútbol (E3,2) que penaliza el uso de referencias a “raza”. Y en los países anglosajones las reglas están para ser respetadas.

– Hay quienes, sin embargo, consideran esta decisión un exceso de corrección política…

Los racismos y las luchas antirracistas toman diferente forma en los distintos países. No creo que haya “excesos de corrección política”; la crítica a la “corrección política” suele encubrir el deseo de poder seguir clasificando a las personas de la manera en que el privilegio (de clase, de “raza”, de fenotipo apropiado) del hablante le permita. En el fútbol inglés parece haber una “tolerancia cero” hacia ciertas conductas. En la Argentina y Uruguay, por el contrario, hay muy poca conciencia social acerca de los comportamientos racistas o discriminatorios. Creo que hay formas “cariñosas” de referirnos a las personas que muchas veces reflejan una asimetría de poder en la relación y cuyo empleo continuo es percibido como despreciativo por quienes las reciben. ¿Cuántas personas no estarán realmente hartas de que las llamen “negrito”, “gordita”, “pelado”, “fosforito”?

MEME. Comentario compartido en Facebook que cuestiona el agradecimiento de Cavani.

Addenda: «Gracias negrito» (Por Alejandro Frigerio, muro de Facebook).

Sigo viendo notas de opinión en los diarios (des)calificando la sanción a Cavani como desproporcionada y riéndose de la (excesiva) «corrección política» de los ingleses (ver arriba).

La primera crítica quizás sea correcta; la segunda, sin duda no. Hay que deslindar, a veces, los casos específicos de la generalidad.  ¿Fue una actitud «racista» la de Cavani? o mejor ¿fue una actitud con intención racista la de Cavani? –seguramente, no (respondo con más seguridad a la segunda pregunta que a la primera).

¿Es excesivo prohibir las referencias a «raza» por parte de jugadores de fútbol? Si queremos verdaderamente luchar contra el racismo, entonces una política de «tolerancia cero» es quizás, desgraciadamente, la única alternativa.

Por otro lado, como le dije a la periodista de La Nación, en los países anglosajones las reglas se cumplen y ya. Nada de «no sabía», «pero yo quise decir», etc. Es otro contexto cultural –de ahí que nunca en la vida comprenderán la belleza del gol de La Mano de Dios, por ejemplo–. Y Cavani está jugando en Inglaterra, no en Uruguay (aplican las normas inglesas, no las costumbres uruguayas).

Reitero: ¿por qué será que todos/as los/as afrodescendientes que opinaron sobre el tema manifestaron que NO LES AGRADA que los/as llamen “negrito” y que todos los que dijeron que era un exceso de «corrección política» eran blancos (y varones)? (las opiniones de les afros se pueden ver en redes sociales y no en medios masivos porque nadie les preguntó).

A veces hay que darse cuenta de que el «yo quiero llamar a las personas de las maneras que quiero en el momento que quiero y todas las veces que quiero» es nada más que una defensa de privilegio (blanco, flaco, hetero, etc.) que ya no es aceptable a esta altura del partido.

Respuestas de Frigerio en La Nación (08/01/21). La entrevista salió publicada online y luego en forma impresa; en los días que pasaron entre una y otra le preguntaron a Frigerio sobre el tema Cavani (agregada luego a la edición digital).
PRIVILEGIOS. «¡Qué lástima no poder pedir opinión a Fontanarrosa, Olmedo o Fontova!»

–Duda, Otelo: “¿Qué hago? ¿Será inocente Desdémona? ¿Será culpable? Bué, yo por las dudas la mato”.

                               “El desdén de Desdémona”, Les Luthiers

Por Nahuel Sugobono

Una de las mejores cosas que tiene el lenguaje es la polisemia. La “tolerancia cero” la erradica y eso no es un mal menor. Es como tirar al bebé con el agua sucia.

Si no somos capaces de reconocer la construcción de sentido, directamente abandonemos toda interpretación; y entonces ¿qué ocupación le quedaría a un profesional de las ciencias sociales?

Si las personas que deben juzgar son incapaces de seguir el espíritu de la ley, seremos esclavos de la letra.

Tolerancia cero aplicaría, de última, solo para los culpables, no para los que también parecen culpables. Es para el lobo que come las ovejas, no para la oveja con piel de lobo, ni para el perro que se parece a un lobo.

Esto, dejando de lado que, como medida profiláctica, el castigo es necesario pero en extremo superficial (la punición siempre llega tarde, pero es lo que hay cuando no existe la prevención). La “tolerancia cero” como práctica es tan pobre respecto del racismo como del crimen en general. Castigar la letra o llenar las cárceles no disminuye el racismo o el crimen. Cuando el racismo está presente, se erradica de una palabra y aparece en otras tres.

ETIQUETA ORIENTAL. El nombre del tinto fue defendido por Silvina Rosas, una distribuidora de vinos uruguaya.

Por otra parte, ¿por qué habría que considerar que la palabra “negro” es monopolio de los nativos o descendientes de África? En Argentina pocas veces recibe esa calificación, aunque pueda seguir siendo discriminadora. ¡Qué lástima que no podamos preguntarles a Roberto Fontanarrosa, Alberto Olmedo o Horacio Fontova qué opinan sobre el tema! Al menos nos queda el Negro Álvarez para saber qué piensa.

En este asunto hay otros temas más polémicos y debatibles que el que tomó estado público: se podría discutir acerca de la legislación de un país (u organización), sobre redes que no tienen radicación geográfica; el derecho a la privacidad de las cuentas (aunque se trate de un personaje público) frente al empleador; la capacidad de injerencia de un organismo sobre un tema en otro idioma e idiosincracia que el del organismo; también sobre la diferencia entre referirse a un conjunto de grupos étnicos como “negros” que llamar a alguien “negro”.

Todos temas casi tan interesantes como éste, pero que dejaremos para otra ocasión.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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