Más dura y horrible se pone la realidad cotidiana, más fascinación sentimos por las historias de extraterrestres, las mitologías pop y los universos alternos.

Martin Kottmeyer –autor de unas cuantas páginas gloriosas de la ufología que todavía nos gusta- explora en este artículo la fauna alienígena desde un costado originalísimo: hace trizas y aprovecha la famosa Línea de Tiempo sobre la evolución de los humanoides, diseñada por el investigador escéptico del CFI (Center for Inquiry) Joe Nickell, para dar cátedra sobre una corriente exopológica fundada por él mismo: la astrobiología cultural.

AlienTimeLineLa Línea Temporal Alienígena y el artículo «Extraterrestrial Iconography» («Iconografía extraterrestre»), que aparecieron en el número de Septiembre/Octubre 1997 de la revista Skeptical Inquirerpresentan varios problemas que pueden llevar a malentendidos a los estudiosos de la cultura ovni interesados en la evolución de las ideas sobre los alienígenas. Joe Nickell, según su propia confesión, se apoyó muy especialmente en el libro de Patrick Huyghe «Field Guide to Extraterrestrials» («Guía de campo de los extraterrestres») para elaborar esa Línea Temporal. Pero resulta que el libro no era un catálogo exhaustivo de encuentros con entidades ovni. Se trata, más bien, de una muestra de casos con la pretensión de demostrar la diversidad de la imaginería alienígena, e incluye sólo una pequeña fracción del total de imágenes que han aparecido en la cultura ovni. Para cualquier categoría de alienígena, el libro tiende a emplear una imagen representativa, sin proporcionar ninguna referencia a que fuese la primera de ese tipo o a su significado histórico. Esto lleva a omisiones significativas si nuestro interés es la ordenación temporal de cada forma, en vez de su diversidad.

La omisión más evidente es la ausencia de la cara que aparece en la portada del libro «Comunión» («Communion») de Whitley Strieber. Puesto que es, sin discusión, el molde de la mayoría de las imágenes de los Grises posteriores a 1987, y fácilmente la imagen más significativa de los alienígenas que se conoce en la historia de los ovnis, es una omisión asombrosa. También resulta problemática la omisión de las representaciones de Grises en libros populares como los de Budd Hopkins, si nuestro objetivo es tratar de entender la presente estandarización de esta clase de seres.

Los alienígenas descritos por Steven Kilburn en «Missing Time» son los primeros ejemplos conocidos de esos humanoides degenerados y con grandes cabezas que muestran unos ojos completamente negros. Los brazos finos, las piernas desproporcionadamente cortas y el ligero abombamiento del abdomen son distintivos y demuestran una relación nada ambigua con el alienígena principal de la película de Steven Spielberg, «Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” (o “en la tercera fase») («Close Encounters of the Third Kind») (1977).

close-encounters-rambaldi cetkind 1977El siguiente libro de Hopkins, «Intrusos» («Intruders») también resulta importante para demostrar cómo este autor introdujo esos cuellos largos y esbeltos en la iconografía de los Grises. Este rasgo también está relacionado con la película de Spielberg, ya que se presenta acompañado de ojos completamente negros y toda una serie de rasgos faciales cuyo parecido es demasiado perfecto como para ser pura coincidencia. Hopkins, en una entrevista reproducida en el número de Primavera de 1988 del Skeptical Inquirer, manifiesta su creencia de que «J. Allen Hynek disponía de muchos dibujos (de seres alienígenas) que le entregó a Steven Spielberg para su uso cuando se disponía a dirigir ‘Close Encounters of the Third Kind’, que, desde luego, resultó uno de los mayores éxitos de taquilla de todos los tiempos. En la película hubo un intento serio por ajustarse a los datos que Hynek y otras personas habían recopilado. Así que, en mi opinión, podríamos decir que Spielberg popularizó el tipo físico esencial que los propios informes ovni habían generado con anterioridad».

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Una fuente posible para que Hopkins y el público recibieran esa impresión podría ser el número del 21 de noviembre de 1977 de la revista Newsweek. Allí se decía: «Él (Spielberg) se arriesgó con el alienígena principal, diseñado por Carlo Rimbaldi a partir de un consenso de informes procedentes de aquellos que aseguran haber tenido encuentros cercanos del tercer tipo». Sin embargo, el periodista no ofrece ninguna cita textual en apoyo de esa declaración. Los propios diseñadores de los alienígenas de la película niegan este origen en un exhaustivo artículo sobre la película aparecido en la revista Cinefantastique. Las fotos que se incluyen en el artículo demuestran la considerable retahíla de diseños rechazados que fueron probándose.

En concreto, Rimbaldi afirma: «Cuando nos conocimos, (Spielberg) me dijo que quería algo de unos 4 pies (120 cm) de altura, con una cabeza muy grande y un cuerpo esbelto, pero no me facilitó ningún dibujo concreto«. Y sigue explicando su concepto sobre el alienígena:

«Pensaba que, aunque con forma humanoide, los extraterrestres debían estar al menos diez o veinte mil años más avanzados que los humanos, así que diseñé una cabeza proporcionalmente más grande. Pero debido a su creciente confianza en el puro intelecto, ellos necesitarían cada vez menos sentidos tales como el oído y el olfato, así que las orejas, la nariz y otros rasgos faciales se volverían mucho menos prominentes. Y a causa de su extrema orientación hacia la tecnología, sentía que ya no sonreirían de forma tan abierta como hacemos nosotros aquí en la Tierra; pero como todavía retendrían ciertas emociones, los doté de una ligera sonrisa.  Además, conforme el cerebro se expandía, otras partes del cuerpo tomarían la dirección contraria. La necesidad de movimientos musculares disminuiría, así que sus extremidades se volverían más finas y alargadas» (Shay, 1978).

Podemos reconocer esta argumentación como esencialmente igual al argumento básico introducido por H.G. Wells en los romances científicos de finales del XIX, sobre cómo la forma humana evolucionaría en el futuro. Esos rasgos de ojos completamente negros (NdT: sin pupilas) y de cuellos largos y estilizados en este tipo de humanoides no tiene absolutamente ningún precursor en la literatura sobre abducciones ovni anterior a la película. La proliferación subsiguiente de esta combinación de rasgos debe ser considerada como un proceso cultural y todos los casos donde aparezca serían, en función de este silogismo, ficción (al menos en cuanto a esos elementos).

Ilustración de David Huggins
Ilustración de David Huggins.

La Línea de Tiempo no incluye ninguno de esos alienígenas con forma de mantis religiosa que han empezado a acumularse. No sabemos exactamente cuándo se hizo el primer dibujo de estos seres. Jeanne Robinson mencionaba un alienígena tipo mantis entre sus comunicaciones telepáticas de 1990 (Howe, 1992). Se conocen algunos dibujos de David Huggins, que podrían ser anteriores. Pero si no aparece ningún ejemplo anterior a 1987, la especulación más probable es que estén basados en las declaraciones de Strieber de que sus entidades parecían insectos, combinadas con la forma triangular de la cara que aparece en la portada de «Comunión», lo que originó este novedoso desarrollo en la cultura ovni (Strieber, 1987).

La Línea Temporal presenta un alienígena similar a un saltamontes sobre el año 1973, calificándolo de insectoide, lo que parece implicar su aparición frecuente en esa fecha. Al parecer Mike Shea no comentó nada sobre este ser hasta 1988 y el dibujo está basado en recuerdos difusos, porque ni siquiera está seguro si el año era 1973 ó 1974. Por otro lado, Ted Owens aseguró estar en contacto con un par de saltamontes alienígenas llamados Twitter y Tweeter ya en 1965 y, desde luego, no se calló (Owens, 1969). La importancia del caso Owens y las implicaciones de la intersección de la cultura ovni con la cultura de los Insectos Gigantes se comenta en otro trabajo (Kottmeyer, 1996, 1997). El uso del caso Shea en la Línea Temporal introduce un problema sistemático de método. ¿Debe el historiador colocar un dibujo dado en la fecha en que el testigo asegura haber tenido el contacto, o en la fecha en que creemos que se realizó efectivamente el dibujo por primera vez?

The UFO Incident
«The UFO Incident» (1975), la película basada en el caso Hill.

Si el interés está centrado en torno a la evolución de la iconografía, mi opinión es que debería hacerse lo segundo. El fechado a posteriori puede resultar engañoso por diversas razones, y la imagen resultante puede estar sujeta a influencias culturales entre la fecha de la supuesta experiencia y el momento en que se dibujó sobre un papel. Así, Betty Andreasson es colocada en 1967, pero ella no realizó ningún dibujo hasta 1977. Esto resulta de gran importancia porque fue en 1975 cuando se emitió por televisión la película «The UFO Incident» presentando la historia real de la abducción del matrimonio Hill. La película seguía los relatos obtenidos bajo hipnosis de Barney y Betty Hill con mucha mayor fidelidad de las que nos tienen acostumbrados las producciones de Hollywood, pero aún así, los alienígenas no son unas réplicas exactas de lo que el matrimonio describió y dibujó:

Así protestaba Betty Hill durante una entrevista en 1978:

«Mi única crítica seria se refiere a cómo presentaron a los alienígenas en la película. No tenían ese aspecto físico. Los reales parecían más humanos que sus contrapartidas en la película. Además, la película los muestra de pequeña estatura. Pero no eran así. Yo diría que el líder sería de mi altura y yo mido 1,52 m. Y tampoco eran tan esbeltos» (Clark, 1978).

De igual forma, una comparación entre las imágenes de la película y los dibujos que David Baker realizó en colaboración con Barney Hill y publicó en el número de Abril de 1972 del boletín del NICAP, UFO Investigator, permite descubrir una serie de diferencias importantes. En la película se incluye un exagerado ángulo a las comisuras de los ojos que en el dibujo original resultan más redondeadas. Las pupilas de los ojos son mayores. La película nos muestra un pliegue sobre los ojos más pronunciado que en el dibujo de Baker. Los alienígenas de la película tienen una rendija como boca, mientras que según Barney su boca quedaba oculta por una membrana. Los ojos también presentan un efecto posiblemente involuntario que los vuelve completamente negros según el ángulo que adopte la cámara.

Betty Andreasson demostró la exactitud de la declaración de Raymond Fowler de que «sus poderes de visualización parecen extremadamente agudos» al incorporar todas estas modificaciones en sus dibujos de Quazgaa y sus compañeros (Fowler, 1979). Atribuirles una fecha de 1967 a estas imágenes las despoja de cualquier sentido.

Villa Santina1947 x Johannis
Clásico identikit de un humanoide retratado por Luigi Johannis en Villa Santina (1947)
"Pequeños hombrecitos verdes" en la tapa de un fanzine de 1951, que ilustra un cuento de Arthur Leo Zagat.
«Hombrecitos verdes» en la tapa de un fanzine de 1951, que ilustra un cuento de A. Zagat.

El dibujo etiquetado como «pequeños hombrecillos verdes» y situado en 1947 fue publicado por vez primera en 1964. Según el propio relato de R. Luigi Johannis (N. del E.: luego conocido como escritor de ciencia ficción), no recoge fielmente los dibujos que supuestamente él mismo realizó en 1947 y que luego se extraviaron (Creighton, 1969). Aunque se conoce una irónica columna escrita por Hal Boyle el 9 de julio de 1947 y que alcanzó gran difusión, sobre un marciano verde, de tamaño desconocido, y llamado Balmy (Strentz, 1970), la expresión «pequeños hombrecillos verdes» («Little Green Men») no parece haber aparecido o haber estado en circulación como epíteto en los medios durante la oleada de 1947 (Bloecher, 1967). Tampoco parece que se emplease durante la oleada de 1952 (Gross, 1986). La noticia del caso de Kelly-Hopkinsville ocurrido en Agosto de 1955 alcanzó gran difusión, y una de las descripciones del suceso se refería a «un ejército de pequeños hombrecillos verdes». Además, el encargado de las relaciones públicas de la Fuerza Aérea, el capitán Robert White, ofreció una declaración preparada de antemano mencionando a los platillos volantes y a los «pequeños hombrecillos verdes», difundida por todos los servicios de noticias el 25 de agosto de 1955. Considerando que las criaturas de Kelly no fueron nunca descritas por los testigos como de color verde, existen algunas dudas sobre si la adición del color verde estuvo motivada por un uso más temprano de dicha expresión, que por el momento ha sido imposible localizar. Las evidencias disponibles no nos permiten situar ese término en 1947 (Davis & Bloecher, 1978).

Steven Kilburn abduction Missing Time
Alienígenas descritos por Steven Kilburn en «Missing Time» de Budd Hopkins.

El alienígena visto en 1978 por Fortunato Zanfretta es calificado como reptiliano, pero debemos advertir que ni fue el primero ni tuvo una influencia significativa. Curiosamente, el dibujo elimina el tercer ojo que provocó algunas sonrisas entre ciertos cinéfilos. Tal rasgo físico lo hacía parecer un cruce entre “La mujer y el monstruo” («The Creature from the Black Lagoon») (1954) y el mutante de la película «The Day the World Ended» (1956). Se conoce un tipo de ser reptiloide en fecha tan temprana como 1958, según determinada fuente (Craft, 1996), pero la omisión más significativa es que no se incluye ninguna de las representaciones de la forma reptiliana estandarizada actual, por ejemplo las presentadas en la conferencia del M.I.T. (Pritchard, 1994) o las que aparecen en Howe (1993). El hecho de que los investigadores afirmen que los abducidos no pueden soportar echar un vistazo a las fotos de una creación llamada «homosaurus» debido a su gran parecido con este tipo de alienígena, pone de manifiesto claramente su molde cultural. El «Homosaurus» fue diseñado por el Dr. Dale Russell, de la División de Paleontología de los Museos Nacionales de Canadá como un ejercicio especulativo sobre la posible evolución de los dinosaurios si no se hubieran extinguido. Ha circulado profusamente en los medios, especialmente en revistas como Discover  y Omni, allá por 1982 (Craft, 1996; Lewels, 1997).

"Autopsia del alien", el famoso fraude de Ray Santilli (1995).
«Autopsia del alien», el famoso fraude de Ray Santilli (1995).

Por último, trataremos el asunto del empleo de la Línea Temporal para demostrar el carácter anacrónico del Gris que aparece en la famosa «Autopsia Alienígena». Se nos dice que el tipo de alienígena descrito como «un pequeño humanoide de gran cabeza y con ojos envolventes» apareció por vez primera en 1961, con la abducción del matrimonio Hill. Sin embargo, la descripción inicial de las entidades vistas por Betty Hill en sus pesadillas inmediatamente posteriores al avistamiento, nos las presenta como hombres de estatura normal con pelo negro, narices tipo Jimmy Durante (NdT: famoso cómico estadounidense con una gran narizota) y una apariencia humana en general. Barney añade el detalle de los ojos envolventes en 1964 (Kottmeyer, 1994). Para cuando se reunieron con Baker para elaborar su dibujo, el pelo y la nariz habían desaparecido y los seres eran más humanoides que humanos. Como ya se ha indicado, la culpa de la baja estatura, según Betty, es de la película. Todos estaremos de acuerdo en que se trata de una situación compleja para reflejarla en la Línea Temporal, pero es un problema que no puede evitarse dada la importancia del caso Hill. Debemos añadir que el dibujo del humanoide de los Hill añade aún más leña a la confusión general porque se le coloca una cabeza demasiado globular y se incluye un cuello fino que no aparece en ninguna de las versiones anteriores y que resulta anacrónico en cualquier alienígena anterior a Spielberg y su película.

Whitley-Strieber-CommunionEl error más grave es la implicación de que no existen humanoides cabezones y de baja estatura antes del caso Hill. En una fecha tan temprana como el 9 de julio de 1947 apareció una noticia en el Post de Houston (Tejas) sobre un marinero que se habría encontrado con el piloto de un platillo de sólo dos pies (60 cm) de altura y una cabeza redonda del tamaño de una pelota de baloncesto (David & Bloecher, 1978). En 1950, el periódico alemán Wiebadener Tagblatt publicó la foto de un alienígena bajito y con una gran cabeza ovalada cuya descripción mencionaba también unos grandes ojos de mirada fija. Berlitz y Moore publicaron dicha foto en su libro «El Incidente» («The Roswell Incident») (1980) con un pie engañoso, negándose a comentar «sobre si puede o no pertenecer a ciertos aspectos significativos del Incidente Roswell». Posteriormente, Klaus Webner investigaría la cuestión y demostraría sin lugar a dudas que se trataba de una inocentada periodística perpetrada por el reportero Wilhelm Sprunkel, quien lo confesó en el mismo periódico dos días después (Webner, 1981).

Además, existen al menos tres casos donde intervienen humanoides de cuerpo pequeño y cabeza grande durante la oleada francesa de 1954. En breve, se trataría de los casos de Marius Dewilde (Quaroble, Francia, 10 de Septiembre); Franz Hoge (Munster, Alemania, 9 de Octubre); y M. Olivier (Bourrasole, Francia, 13 de Octubre). La aparición repetitiva de esta forma alienígena es probable que se deba a su empleo como estereotipo en la ciencia ficción de los años 30. Los historiadores de la ciencia ficción Alexi y Cori Panshin afirman que el violento rechazo hacia los Grandes Cerebros era un tema típico de la ciencia ficción de los años 30. «Relato tras relato sobre exploraciones alienígenas, los alienígenas con Grandes Cerebros y los humanos con Grandes cerebros eran acribillados, golpeados e incluso pisoteados hasta la muerte» Panshins, 1989).

Huyghe Field Guide to ExtraterrestrialsA su vez, estos relatos tienen sus ancestros en H.G. Wells y sus famosos relatos, muy leídos en su época y con posterioridad, «La guerra de los mundos» («War of the Worlds») (1898) y «La máquina del tiempo» («The Time Machine») (1895). Wells habría elaborado un argumento básico sobre la evolución humana que desembocaría en una gran cabeza y un cuerpo degenerado y encogido, por razón de los efectos de la vida civilizada. Lo escribió en una extraña crítica sobre un libro jamás escrito, «The Man of the Year Million» («El hombre del año un millón») (1893). Wells estaba perfectamente familiarizado con las ideas de la evolución biológica y había sido alumno de T.H. Huxley, el llamado «Bulldog de Darwin». En estas propuestas concretas, Wells jugaba con ideas avanzadas con mayor seriedad por Herbert Spencer sobre nuestro futuro como cabezones. Los aspectos degenerativos de tal imagen podrían estar relacionado con una escuela rival de la interpretación paleontológica conocida como ortogénesis, la cual veía la evolución como moviéndose por una líneas muy definidas e impulsada por fuerzas bioquímicas que acababan conduciéndola a la inadaptación y la eventual extinción. Como ejemplos se apuntaban los alces gigantes irlandeses cuya cornamenta acabo volviéndose tan pesada que no podían alzarla, y los tigres de sable cuyos dientes se alargaron tanto que morían de inanición (Bowler, 1983). El argumento básico de Wells en ningún caso quiso ser una predicción seria, sino más bien una fábula con la que advertir contra una vida demasiado dedicada al intelecto. En la actualidad cualquiera puede señalar multitud de factores contrarios a ese curso evolutivo en el futuro. Los ordenadores convierten en superfluas las cabezas gigantescas, especialmente si llegan a desarrollarse conexiones prácticas. La selección sexual se enfrentaría claramente a tales tendencias. Si la humanidad mantiene estos elevados niveles de población, la forma actual se mantendrá sin cambios debido al tamaño del acervo genético. Los desarrollos futuros en ingeniería genética probablemente desembocarán en formas mucho más creativas que esos Grandes Cerebros degenerados. De igual forma, es de suponer que las civilizaciones tecnológicamente avanzadas tiendan a evitar tal forma evolutiva. Su aparición en la cultura ovni tiene mucho más sentido desde la perspectiva de la historia de los alienígenas en la ciencia ficción que desde la historia natural.

David Bowie dans les annees 70 in the 70's
David Bowie en «The Man Who Fell to Earth» (1976)

Aunque el argumento iconográfico sobre el anacronismo que representa la forma del ser diseccionado en el fraude de la Autopsia Alienígena fracase estrepitosamente, podría reformularse en base a un detalle diferente: las membranas oculares de color negro. Los ojos totalmente negros son post-Spielberg y la idea de una membrana protectora aparece por vez primera en «Comunión». Si negamos la realidad de esta experiencia de Strieber, ello basta para poner en entredicho todos los informes posteriores sobre membranas oscuras sobre los ojos. Además, podemos añadir que existe un paralelismo cinematográfico digno de mención. En «El hombre que cayó a la Tierra» («The Man Who Fell to Earth», 1976), un alienígena interpretado por David Bowie se coloca unas membranas sobre los ojos para disfrazar su carácter alienígena y poder pasear entre nosotros. En un interesante ejemplo de negligencia, los médicos que lo examinan hacen que se fundan con sus verdaderos ojos. En cualquier caso, supongo que podríamos considerar un homenaje apropiado para los promotores del accidente de Roswell el que aparezca una alusión, voluntaria o involuntaria, a una película de título tan sugestivo.

Kelly-Hopkinsville-2Llegados a este punto, mi consejo sería: «¡Vuelvan al tablero de dibujo!», pero conozco demasiado bien las dificultades de elaborar una Línea Temporal más precisa. La literatura ufológica es voluminosa y el precio para alcanzar un conjunto de imágenes representativo es demasiado grande en términos de tiempo y dinero como para molestarse en hacerlo. Además, dado que el esfuerzo original ha sido derribado con tanta facilidad, cualquier esfuerzo adicional parece desalentador y sin sentido. Mi recomendación sería eliminar las fechas y utilizar los dibujos de Huyghe para el propósito que fueron concebidos, que era el de mostrar la diversidad de la imaginación en la cultura ovni.

Nota del traductor: El título original de Crononautas despistados es AILYWHENS, juego de palabras intraducible entre Aliens, alienígenas; to ail, estar enfermo; to be aily, algo forzado, incorrecto; y when, cuando. El artículo es una crítica de la Línea Temporal diseñada por Joe Nickell cuyo «diagnóstico» es que los «cuándos» enumerados en esa cronología no funcionan correctamente.

Traducido del inglés por Luis R. González Manso

® Martin Kottmeyer

Referencias

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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