Mario Bunge: nadie es profeta en su tierra

Físico y epistemólogo radicado desde 1966 en Canadá, los estudiantes argentinos lo conocen por La ciencia, su método y su filosofía y el público, por sus críticas contra el psicoanálisis y las pseudociencias. Peor es nada. Pero él es más que eso.

Mario Bunge
Mario Bunge. Foto: Néstor Grassi.

A los 95 años, Mario Augusto Bunge presenta su autobiografía Memorias. Entre dos mundos, que publican Editorial Universitaria de Buenos Aires y Editorial Gedisa el próximo 1 de Octubre a las 19 hs en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Salón Rojo. En el panel estarán Gonzalo Álvarez, Pablo Jacovkis, Alfonso E. Lizarzaburu, Javier López de Casenave, Gustavo Esteban Romero, Lillian O Connell de Alurralde, Miguel A. Quintanilla y el autor del libro.

Escribí esta mini biografía –con detalles corregidos por el mismo Bunge- para la Colección 200 Argentinos, Revista Veintitrés (2010). Ya era hora de liberarla en Factor.

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Es el filósofo argentino más reconocido en el mundo y, a la vez, el menos reconocido por sus pares en la Argentina: en 1985 dio por primera y última vez una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. De poco le han servido medio centenar de libros publicados, los ocho tomos de su tratado y sus diecinueve doctorados honoris causa para sentirse ajeno, inoportuno o ambas cosas en su país, al que visita cada vez que lo invitan desde 1966, cuando se estableció en Canadá, donde enseñó en  la Universidad McGill de Montreal, la más antigua del país.

ÁRBOL ILUSTRE / OVEJAS NEGRAS Mario Augusto Bunge es hijo de la enfermera alemana María Müser y del médico Augusto Bunge, fundador de la sociología médica en el continente, diputado nacional socialista, escritor y agitador antifascista. “Fue la oveja negra de lo que se consideraba una familia patricia. Asistió a una escuela jesuita y se recibió con todos los oropeles. Dice que sus estudios teológicos lo convirtieron en ateo a los 14 años. Se doctoró en medicina en 1900 con una tesis sobre la tuberculosis como enfermedad social, por la que recibió la medalla de oro”, cuenta Mario. Su abuelo Octavio, doctor en leyes, llegó a ser presidente de la Corte Suprema de Justicia: fue el único de ocho hermanos que se rehusó a comprar un campo de tierra fértil y barata en cuotas porque –decía- “un juez no debe contraer deudas”. Así, su rama de la familia se alejó de la prosperidad de la otra, creadora del Grupo Bunge y Born, hoy un holding multinacional.
ÁRBOL ILUSTRE
Mario Augusto Bunge es hijo de la enfermera alemana María Müser y del médico Augusto Bunge, fundador de la sociología médica en el continente, diputado nacional socialista, escritor y agitador antifascista. “Fue la oveja negra de lo que se consideraba una familia patricia. Asistió a una escuela jesuita y se recibió con todos los oropeles. Dice que sus estudios teológicos lo convirtieron en ateo a los 14 años. Se doctoró en medicina en 1900 con una tesis sobre la tuberculosis como enfermedad social, por la que recibió la medalla de oro”, cuenta Mario. Su abuelo Octavio, doctor en leyes, llegó a ser presidente de la Corte Suprema de Justicia: fue el único de ocho hermanos que se rehusó a comprar un campo de tierra fértil y barata en cuotas porque –decía- “un juez no debe contraer deudas”. Así, su rama de la familia se alejó de la prosperidad de la otra, creadora del Grupo Bunge y Born, hoy un holding multinacional.       Más sobre la familia Bunge

A Mario Bunge, el mismo que en 1982 recibió el premio Príncipe de Asturias de Humanidades, le gusta recordar que su boletín en el Colegio Nacional de Buenos Aires era más bien un prontuario. “Durante el secundario fui un alumno mediocre en casi todas las asignaturas, y malo en algunas”. Marito captó el autoritarismo medieval de aquella escuela cuando, en primer año, el profesor de Caligrafía anunció que su materia era “la más importante de todas”. Su oposición al disparate le llevó a publicar una revista estudiantil cuya primera portada ilustró con una caricatura de El Mono, como apodó al calígrafo. Durante cuatro años cosechó suspensiones por conversar en clase, no delatar a un compañero y desacatar a los celadores, quienes exigían formar filas cuasi militares. Sorteó la expulsión gracias a su padre, quien se apersonó para rebatir cada amonestación. “Tuvo confianza en mí pese a mis malas calificaciones”, evoca. Fue aplazado en varias asignaturas, en particular Castellano. Su falta: no haber memorizado unos sonetos de Gustavo Becquer. Es que Mario prefería escribir sus propios poemas, cuentos, novelas y dramones. Del Buenos Aires se fue sin que lo echaran: tomó clases particulares durante dos años y rindió exámenes como alumno libre en otro colegio. Eligió sus propias lecturas, asistió a un curso de química en la Facultad, redactó su primer libro –donde ya cacheteaba al psicoanálisis-, y tuvo tiempo para escribir dos novelas. Originales que -“afortunadamente”, dice Mario- se traspapelaron en la noche de los tiempos. De los profesores de aquella etapa sólo recuerda bien al de Literatura Francesa, quien le hizo conocer autores de esa lengua y pudo seguir descubriendo por su cuenta, como a Jean-Marie G. Le Clézio, ignoto –salvo para Bunge- antes de recibir el Premio Nobel de Literatura (2008).

Por entonces, una epifanía le reveló su pasión por la física y la filosofía, vocaciones que iban a acompañarlo toda su vida. “La mejor disciplina es la autoimpuesta, y gracias a los profesores que me desahuciaron en 1935 organicé mi vida. El desempeño escolar no es un indicador fidedigno del desempeño posterior”, insiste en plan de animar a los alumnos bohemios, curiosos y poco disciplinados.

LA OBRA Su primer libro, Temas de educación popular, salió en 1943. Ha publicado más de 50 libros y 500 artículos, casi todos en inglés. En español ha publicado 26 de sus libros, entre ellos: Causalidad: El Principio de Causalidad en la Ciencia Moderna (1959), Intuición y Ciencia (1962), La Investigación Científica (1967), Filosofía de la Física (1973), El Problema Mente-Cuerpo (1980), Materialismo y Ciencia (1981), Filosofía de la Psicología (1987, con Rubén Ardila), Treatise on Basic Philosophy (ocho volúmenes, 1974-1989), Buscar la Filosofía en las Ciencias Sociales (1996), Fundamentos de Biofilosofía (con Martin Mahner, 1997), Sistemas Sociales y Filosofía (1998), La Relación entre la Sociología y la Filosofía (1999), Crisis y Reconstrucción de la Filosofía (2000) y A la Caza de la Realidad (2006). Muchos de sus libros fueron traducidos al castellano, portugués, alemán, italiano, francés, polaco, ruso, japonés o húngaro. Emergencia y convergencia (2004), y Las ciencias sociales en discusión (1999), se están por publicar en China. Su obra más reciente es Filosofía política (2009), Las pseudociencias ¡vaya timo! (2010), Provocaciones (2011), Filosofía para Médicos (2012), ¿Tiene porvenir el socialismo? (con Carlos Gabetta, 2013) y Memorias entre dos mundos (2014). La próxima se titula Materia y mente.
UNA OBRA ENORME
Su primer libro, Temas de educación popular, salió en 1943. Ha publicado más de 50 libros y 500 artículos, casi todos en inglés. En español ha publicado 26 de sus libros, entre ellos: Causalidad: El Principio de Causalidad en la Ciencia Moderna (1959), Intuición y Ciencia (1962), La Investigación Científica (1967), Filosofía de la Física (1973), El Problema Mente-Cuerpo (1980), Materialismo y Ciencia (1981), Filosofía de la Psicología (1987, con Rubén Ardila), Treatise on Basic Philosophy (ocho volúmenes, 1974-1989), Buscar la Filosofía en las Ciencias Sociales (1996), Fundamentos de Biofilosofía (con Martin Mahner, 1997), Sistemas Sociales y Filosofía (1998), La Relación entre la Sociología y la Filosofía (1999), Crisis y Reconstrucción de la Filosofía (2000) y A la Caza de la Realidad (2006). Muchos de sus libros fueron traducidos al castellano, portugués, alemán, italiano, francés, polaco, ruso, japonés o húngaro. Emergencia y convergencia (2004), y Las ciencias sociales en discusión (1999), se están por publicar en China. Sus obras más recientes son Filosofía política (2009), Las pseudociencias ¡vaya timo! (2010), Provocaciones (2011), Filosofía para Médicos (2012), ¿Tiene porvenir el socialismo? (con Carlos Gabetta, 2013) y Memorias. Entre dos mundos (2014). Pendiente: Materia y mente.

CIENCIA OBRERA
Mario Augusto Bunge nació el 21 de septiembre de 1919 en Florida, provincia de Buenos Aires. Vivió buena parte de su infancia en una zona semirrural. Su formación humanística y política se enraizó en los barrios obreros de Buenos Aires, a los que de pibe recorrió junto a su padre, el médico y diputado socialista Augusto Bunge (1877-1943). Alternó sus días entre tareas agrícolas, buenas lecturas favorecidas por la nutrida biblioteca familiar y las charlas de los amigos de su padre. Ninguno de ellos hablaba de ciencia ni de filosofía. Con todo, Augusto le enseñó las bases de la biología evolutiva a los cinco años de edad. A los 16 descubrió la filosofía. Deslumbrado con la dialéctica porque “sonaba profunda y abarcaba todo”, fue a preguntarle a su padre. “Según el maestro (J.B.) Justo, es sólo abracadabra”, contestó. Siguió con los materialistas y tradujo la correspondencia de Marx y Engels.

Sus lecturas de Bertrand Russell (1872-1970) y dos astrofísicos ingleses, Sir Arthur Eddington (1882-1944) y Sir James Jeans (1877-1946), le sacudieron la estantería intelectual. En 1938 ingresaba en la Facultad de Ciencias Fisicomatemáticas en la Universidad de La Plata.

A los 19 años, fundó la Universidad Obrera Argentina (UOA), donde los trabajadores eran capacitados por tarifas exiguas. Arturo Frondizi (1908-1995), el abogado de su padre, dictaba Derecho Laboral. Mario enseñaba corrientes alternadas y daba un seminario sobre causalidad. La UOA era vigilada de cerca por la sección Orden Social de la Policía Federal. Al fin de cada clase, un agente le exigía al joven rector resumen y conclusiones. Por ejemplo, tras una charla sobre motores, Bunge informaba: “Se trató el ciclo termodinámico y se resolvió que los Diesel son más económicos que sus competidores”. En 1943, el secretario de Trabajo y Previsión, coronel Juan Domingo Perón, clausuró la UOA. Ese día se diplomaron 1.000 estudiantes.

El día que Mario Augusto Bunge habló en la Fundación CAIRP A medidados de 1990, Mario Bunge fue uno de los primeros científicos que adhirió inmediatamente a los objetivos del CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia). En la primera carta que nos envió relataba una experiencia fallida: en 1985 había intentado formar una sociedad con objetivos similares a los del CAIRP. No halló eco. Sin embargo nos alentaba a desarrollar nuestra tarea, ofreciéndose a la vez para colaborar con nosotros. Mario cumplió por escrito y personalmente. Prueba de ello es la conferencia "Psicología, Pseudopsicología y Filosofía" que dictó el 25-3-91 en el auditorio del Laboratorio Rontag. Tras una breve presentación del doctor Juan Azcoaga, Bunge trazó un panorama del estado actual de la psicología y –sobre todo- recalcó la influencia que tiene la filosofía en los problemas y métodos que elige resolver y aplicar un investigador científico. Distintas ontologías llevarán a conclusiones y enfoques diferentes con respecto a problemas cruciales de la psicología, ejemplo: el problema mente-cerebro. Aconsejó abandonar la búsqueda de un criterio de demarcación entre ciencia y filosofía, "éstas simplemente se yuxtaponen, se solapan". Abogó por una visión realista y materialista a la hora de enfrentarnos con los problemas de la psicología y criticó la postura de la psicología de la información-procesamiento, es decir, aquella que intenta describir y explicar el cerebro en términos informáticos: "para imitar al cerebro hay que empezar por conocer al cerebro". Lo más interesante fue el debate, moderado por Azcoaga. Este es el momento que más disfruta Bunge. Se mueve sin parar, gesticula, se enoja, ironiza y repregunta, todo esto con admirable vigor, buenas dosis de humor y ritmo llevadero. La ciencia no está muerta. Bunge hace pensar. El auditorio de parabienes. Alejandro J. Borgo
EL DÍA QUE MARIO AUGUSTO BUNGE HABLÓ EN LA FUNDACIÓN CAIRP
A medidados de 1990, Mario Bunge fue uno de los primeros científicos que adhirió inmediatamente a los objetivos del CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia). En la primera carta que nos envió relataba una experiencia fallida: en 1985 había intentado formar una sociedad con objetivos similares a los del CAIRP. No halló eco. Sin embargo nos alentaba a desarrollar nuestra tarea, ofreciéndose a la vez para colaborar con nosotros. Mario cumplió por escrito y personalmente. Prueba de ello es la conferencia «Psicología, Pseudopsicología y Filosofía» que dictó el 25-3-91 en el auditorio del Laboratorio Rontag. Tras una breve presentación del doctor Juan Azcoaga, Bunge trazó un panorama del estado actual de la psicología y –sobre todo- recalcó la influencia que tiene la filosofía en los problemas y métodos que elige resolver y aplicar un investigador científico. Distintas ontologías llevarán a conclusiones y enfoques diferentes con respecto a problemas cruciales de la psicología, ejemplo: el problema mente-cerebro. Aconsejó abandonar la búsqueda de un criterio de demarcación entre ciencia y filosofía, «éstas simplemente se yuxtaponen, se solapan». Abogó por una visión realista y materialista a la hora de enfrentarnos con los problemas de la psicología y criticó la postura de la psicología de la información-procesamiento, es decir, aquella que intenta describir y explicar el cerebro en términos informáticos: «para imitar al cerebro hay que empezar por conocer al cerebro». Lo más interesante fue el debate, moderado por Azcoaga. Este es el momento que más disfruta Bunge. Se mueve sin parar, gesticula, se enoja, ironiza y repregunta, todo esto con admirable vigor, buenas dosis de humor y ritmo llevadero. La ciencia no está muerta. Bunge hace pensar. El auditorio de parabienes.
Alejandro J. Borgo

CÁRCEL Y FILOSOFÍA
En 1944, al año de comenzar sus investigaciones en física nuclear teórica, fundó Minerva, la primera revista filosófica que circuló en América Latina. Su objetivo fue “defender el racionalismo de las fuerzas irracionalistas” procedentes de Francia y Alemania. Allí publicó trabajos del filósofo italiano Rodolfo Mondolfo (1877-1976), quien durante su exilio dictó griego antiguo en la Universidad de Córdoba, del matemático español Julio Rey Pastor (1888-1962) y del filósofo Risieri Frondizi (1910-1983), quien sería rector de la UBA.

En las elecciones de 1946, Bunge integró la Unión Democrática. Su oposición al peronismo lo llevó a pernoctar varias semanas en la Penitenciaría de La Plata acusado de incitar a la famosa huelga ferroviaria de 1951. “Yo sólo había buscado firmas para un petitorio que pedía reincorporar a un compañero de la facultad. Ni siquiera viajaba en tren”, dice. En prisión organizó un seminario sobre asuntos varios entre los presos políticos. Allí conoció a Dedos Brujos. “Ambos éramos profesionales: él, carterista, y yo físico. Era el único preso común decente de nuestro grupo”. Cuando Dedos Brujos quedó libre, la policía sopló su prontuario al patrón, aquel reincidió y regresó a la cárcel. Bunge dedicó a Dedos un ensayo sobre criminología y lo recordó décadas después, al inaugurar un encuentro del Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Ese día, Mario se jactó de pertenecer a una familia de delincuentes y de tener una experiencia delictiva y carcelaria de la que carecían criminólogos y penalistas. Su primera vez tras las rejas fue en vísperas de cumplir 17 años, en compañía de su padre y cien invitados a una fiesta por los presos políticos. La policía le robó el despertador, la máquina de escribir, todos los libros encuadernados en rojo y un manojo de cartas en esperanto. Un policía las etiquetó así: “¿Clave?”. En prisión desarrolló su intuición matemática: no le quedaba otra que calcular sin pluma ni papel.

Entrevista a Mario Bunge en 2013 con miembros del Círculo Escéptico Argentino (C.E.A.)

DE FLORIDA A MONTREAL
A su primera mujer, la arquitecta Julia Molina y Vedia, la conoció en un balcón de la Facultad de Ciencias. No le atrajo su perfume ni sus piernas. Aquella elegante mujer leía El discurso del método, de Descartes. Se casaron tres años después y tuvieron dos hijos: Carlos (a) Cantarito, físico atómico, y Mario A.J. (a) Bambi, matemático.

Marta Cavallo y Mario, hace algunos años.
Marta Cavallo y Mario, hace algunos años.

Un docente, el doctor Ernesto Sábato, lo contactó con el físico austriaco Guido Beck (1903-1988), luego director de su tesis doctoral. Su pluriempleo -traductor, redactor y promotor de negocios de destino incierto- y sus clases particulares de física le dejaban poco tiempo. Desarrollar La cinemática del electrón relativista, título de su tesis, le llevó seis años. El día del examen, Bunge llegó tarde y rengueando: horas antes se había lesionado jugando al fútbol con Bambi, su hijo menor. Recibió el diploma en una oficina: la Facultad quiso impedir que el acto de colación de grados derrapara en un incidente político. Un funcionario le explicó que, al no ser afiliado al partido gobernante, se sacara de la cabeza acceder a un cargo docente.

El gobierno peronista le negó el pasaporte, aplazando su posibilidad de viajar a Europa, aunque no a los países limítrofes. En 1953, el físico cuántico David Bohm (1917-1992, Londres) lo invitó al Instituto de Física Teórica de Sao Paulo. Dos años después fue a La Paz para asistir a un curso de física cuántica patrocinado por UNESCO.

Mario y Marta Cavallo en su útima visita a China.
Mario y Marta Cavallo en su útima visita a China.

En 1957, después de la llamada Revolución Libertadora, Bunge ganó los concursos para dictar epistemología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y física teórica en la Universidad Nacional de La Plata. Su sueldo (entre ambas cátedras reunía 170 dólares mensuales) a duras penas le alcanzaba para vivir. Tuvo otro revés: el Centro de Estudiantes lo saboteó porque defendía al profesor saliente, quien había llegado a dictar un seminario sobre demonografía. A pesar de eso, sus clases rebasaron de oyentes de otras facultades. Su repertorio didáctico fue innovador desde el principio: en vez de tomar exámenes, Bunge reparte artículos de revistas para discutir, encarga informes y fogonea debates. Así conoció a su mejor alumna, Marta Cavallo. Contra la voluntad de su futuro suegro, quien planeaba para su hija una vida de ama de casa, Mario y Marta escaparon, se casaron y ella pasó de la filosofía a la matemática, doctorándose en la Universidad de Pennsylvania. Hoy es profesora emérita de la Universidad McGill. En Montreal tuvieron dos hijos: Eric, hoy arquitecto con estudio en New York, y Silvia, profesora de neurociencia cognitiva en la Universidad de California, Berkeley.

Con su nieto Giao.
Con su nieto Giao.

EL ABUELO REBELDE
En 1963, tras las sangrientas escaramuzas entre azules y colorados y el derrocamiento de su amigo, Arturo Frondizi, Bunge aceptó un convite a la Universidad de Texas, Estados Unidos. De allí se mudó a la Universidad de Temple y de Temple probó en la Universidad de Delaware. Tras la intervención en Vietnam y la invasión a la República Dominicana, en 1965, pidió una beca Humboldt y fue al Instituto de Física Teórica de la Universidad de Friburgo, Alemania, donde escribió Foundations of Physics (1967). Su destino final fue la Universidad McGill, el campus anglófono más importante de Québec, Canadá. Profesor de filosofía desde 1966, a los tres años fundó la Unidad de Fundamentos y Filosofía de la Ciencia. Cuarenta y tres años después, a los noventa años de edad, se jubiló como Profesor Frothingham de Lógica y Metafísica. Cuando supo que el jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, piensa distribuir picanas Taser a la policía, responde: “No sabía que fuese tan poderoso ni tan fascistoide. La noticia me ha quitado todas las ganas de afincarme en Buenos Aires”. Cada vez que regresa, los psicoanalistas se esconden bajo la cama. Paladín contra las supercherías, en 1991 alentó la fundación del CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia), disuelto en 2001.

30 PASTILLITAS BUNGEANAS 1. Tarifas. Dar un consejo: 5$. Recibir un consejo: 10$. 2. La CULTURA vive en los cerebros de quienes la cuidan y la cultivan. Por algo la etimología de "cultura" es "cultivo". 3. Una actividad cultural es una actividad cerebral determinada que influye sobre el modo en el cual otras personas piensan, sienten o actúan. 4. Hoy la ignorancia es una virtud, no estoy seguro de que el postmodernismo esté decayendo. 5. Hermenéutica: la interpretación no es otra cosa que una corazonada, una conjetura, una hipótesis no comprobada. 6. Como las intenciones están ocultas en el cerebro la escuela “interpretativa” es culpable de arrogancia cuando sostiene que puede leerlas. 7. La INTUICIÓN es fértil en la medida en que es refinada y desarrollada por la razón. 8. Las INTUICIONES fecundas son las que se incorporan a un cuerpo de saber racional y así dejan de ser intuiciones. 9. La intuición física o geométrica tienen enorme valor heurístico, pero nulo valor probatorio. 10. La analogía, la inducción y otras formas de inferencia plausible pueden dar lugar a hipótesis plausibles pero no a verdades seguras. 11. La idea de que el pensamiento creador es opuesto al razonamiento es tan equivocada como difundida. 12. El conocimiento crítico se caracteriza por la conciencia de sus supuestos, de sus límites y por la exigencia de comprobación. 13. La investigación científica NO es una ristra de "visiones" o juicios exentos de análisis y comprobación. 14. La forma en que se ejecuta al condenado a muerte es un triste ejemplo de combinación de la barbarie más primitiva con la tecnología más moderna. 15. La investigación científica es una empresa cooperativa; es social incluso aunque no se la emprenda en equipo. 16. No hay conocimiento nuevo que no esté relacionado con los anteriores y relacionado lógicamente con ellos. 17. La certeza última y los fundamentos inconmovibles no forman parte de los objetivos de la investigación científica. 18. La RAZÓN pura es imposible. Razón y EMOCIÓN son actividades de sistemas distintos que interactúan funcionalmente . 19. La lógica por sí sola es incapaz de engendrar nuevas ideas, ni la gramática poemas ni la armonía sinfonías. 20. La ciencia no es una mera ampliación cuantitativa del conocimiento vulgar. Crea conceptos inauditos y contraintuitivos para el profano. 21. La lógica no es un mero refinamiento del sentido común. También crea problemas y teorías que a menudo chocan con el sentido común. 22. La inteligencia artificial es admirable cuando suplementa a la natural. Pero es ridícula cuando se la propone como modelo realista de ella. 23. El neoliberalismo es mucho más peligroso que todas las religiones juntas. 24. No hay nada misterioso en la EMPATÍA ya q todos los animales de una especie comparten un sistema nervioso similar y experiencias semejantes. 25. En los escalones superiores de la evolución el CONOCIMIENTO se convierte en su propio premio con independencia de su valor adaptativo. 26. Tener conocimiento de X no es lo mismo que SABER X ya que ésto significa tener conocimiento VERDADERO de X (un caso particular de cognición). 27. Una COGNICIÓN puede ser: conductual, perceptual o conceptual. 28. Toda COGNICIÓN es aprendida pero no todo lo aprendido es de naturaleza cognitiva. 29. Los sucesos mentales pueden causar sucesos no mentales y viceversa. 30. ¿Pueden las razones ser causas? Razón: es una premisa de un argumento. Causa: es un suceso.
30 PASTILLITAS BUNGEANAS
1. Tarifas. Dar un consejo: 5$. Recibir un consejo: 10$.
2. La CULTURA vive en los cerebros de quienes la cuidan y la cultivan. Por algo la etimología de «cultura» es «cultivo».
3. Una actividad cultural es una actividad cerebral determinada que influye sobre el modo en el cual otras personas piensan, sienten o actúan.
4. Hoy la ignorancia es una virtud, no estoy seguro de que el postmodernismo esté decayendo.
5. Hermenéutica: la interpretación no es otra cosa que una corazonada, una conjetura, una hipótesis no comprobada.
6. Como las intenciones están ocultas en el cerebro la escuela “interpretativa” es culpable de arrogancia cuando sostiene que puede leerlas.
7. La INTUICIÓN es fértil en la medida en que es refinada y desarrollada por la razón.
8. Las INTUICIONES fecundas son las que se incorporan a un cuerpo de saber racional y así dejan de ser intuiciones.
9. La intuición física o geométrica tienen enorme valor heurístico, pero nulo valor probatorio.
10. La analogía, la inducción y otras formas de inferencia plausible pueden dar lugar a hipótesis plausibles pero no a verdades seguras.
11. La idea de que el pensamiento creador es opuesto al razonamiento es tan equivocada como difundida.
12. El conocimiento crítico se caracteriza por la conciencia de sus supuestos, de sus límites y por la exigencia de comprobación.
13. La investigación científica NO es una ristra de «visiones» o juicios exentos de análisis y comprobación.
14. La forma en que se ejecuta al condenado a muerte es un triste ejemplo de combinación de la barbarie más primitiva con la tecnología más moderna.
15. La investigación científica es una empresa cooperativa; es social incluso aunque no se la emprenda en equipo.
16. No hay conocimiento nuevo que no esté relacionado con los anteriores y relacionado lógicamente con ellos.
17. La certeza última y los fundamentos inconmovibles no forman parte de los objetivos de la investigación científica.
18. La RAZÓN pura es imposible. Razón y EMOCIÓN son actividades de sistemas distintos que interactúan funcionalmente.
19. La lógica por sí sola es incapaz de engendrar nuevas ideas, ni la gramática poemas ni la armonía sinfonías.
20. La ciencia no es una mera ampliación cuantitativa del conocimiento vulgar. Crea conceptos inauditos y contraintuitivos para el profano.
21. La lógica no es un mero refinamiento del sentido común.
También crea problemas y teorías que a menudo chocan con el sentido común.
22. La inteligencia artificial es admirable cuando suplementa a la natural. Pero es ridícula cuando se la propone como modelo realista de ella.
23. El neoliberalismo es mucho más peligroso que todas las religiones juntas.
24. No hay nada misterioso en la EMPATÍA ya que todos los animales de una especie comparten un sistema nervioso similar y experiencias semejantes.
25. En los escalones superiores de la evolución el CONOCIMIENTO se convierte en su propio premio con independencia de su valor adaptativo.
26. Tener conocimiento de X no es lo mismo que SABER X ya que ésto significa tener conocimiento VERDADERO de X (un caso particular de cognición).
27. Una COGNICIÓN puede ser: conductual, perceptual o conceptual.
28. Toda COGNICIÓN es aprendida pero no todo lo aprendido es de naturaleza cognitiva.
29. Los sucesos mentales pueden causar sucesos no mentales y viceversa.
30. ¿Pueden las razones ser causas? Razón: es una premisa de un argumento. Causa: es un suceso.

En Filosofía de las ciencias (2008), el último manual universitario argentino dedicado al tema, su autor, el profesor de la Universidad Nacional de San Martín, Héctor A. Palma, no cita a Bunge ni para cuestionarlo. Al revés, cuando un periodista preguntó a Bunge por José Pablo Feinmann, contestó: “No lo conozco”. No importa que científicos destacados como el neurofisiólogo Vernon Mountcastle, quien lo llamó “el filósofo de cabecera del científico activo”, o filósofos como Willard van Orman Quine (1908-2000), elogiaran su sistema filosófico, concentrado en los ocho volúmenes de su Tratado de Filosofía, donde barrena desde la ética a la economía; desde la biopsicología a la matemática. En Filosofía y Letras de la UBA le cerraron la puerta en la cara. En 1993 fue invitado por la UBA a ocupar la cátedra Bernardo Houssay. Dio cinco conferencias, ninguna en el auditorio de Filo: “Dijeron que no había lugar”. Habló en el auditorio de La Nación. De cien presentes, había un solo filósofo.

doingscience
UPDATE: “Doing Science, In the Light of Philosophy”. Mario Bunge (2016).

Guido Beck, su mentor, le enseñó que los científicos no debieran actuar en política. Tras haber escrito solamente sobre física teórica y filosofía teórica, en Filosofía política (2009), Bunge sistematizó su pensamiento político con arreglo a la ética y a la ciencia. En ese libro no sólo trata de comprender y explicar, sino también de ayudar a modificar las aristas más crueles de la realidad (el hambre, la opresión, los fanatismos) y a redefinir el socialismo, “que debe ser democrático, cooperativista e integral”. Integral supone sumar a la dimensión política, el ambiente, la biología, la economía y la cultura. “En síntesis, el ideal sería combinar democracia con socialismo.”.

Su vida desmiente que la rebeldía es una enfermedad que desaparece con la madurez.

Publicación original (descargar en PDF): «Mario Bunge. Nadie es profeta en su tierra». 200 Argentinos, Revista Veintitrés (2010)

Postscriptum: «El último prócer vivo». Mario Bunge, a 100 años de su nacimiento. Por Alejandra Dahia. Revista «Noticias». Septiembre 2019.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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