El 6 de octubre de 2013, Luis Jorge De Felice, conocido por sus insistentes iniciativas comerciales para sindicalizar paragnostas, fue asaltado por dos motochorros cerca de su casa en Marcos Paz. Quiso esconderse dentro de su casa y fracasó: le volaron la cabeza de un tiro. Llevado de urgencia al Hospital de Cañuelas, murió horas después a causa de las balas recibidas. Los asesinos escaparon y quizá la cosa quede ahí, irresuelta, como tantos otros crímenes que ocurren en el Gran Buenos Aires.
Ni Crónica ni los otros diarios que cubrieron la noticia decían quién fue De Felice, un figurón bien conocido en los ambientes esotérico-paranormales argentinos y por los lectores atentos de este blog: el año pasado, tras el deschave de Claudio María Dominguez, dediqué un post a sus auspiciantes, entre ellos el Centro TOB Terapia Organizativa Biomolecular, que presentaba en su web un certificado extendido por la “Organización Mundial de la Salud Pública (OMSP)”, una documentación y una organización tan falsas que hasta el logo es una burda réplica del utilizado por el organismo de las Naciones Unidas. De esa “OMSP” y de crear siglas similares vivía De Felice.
¿QUÉ ONDA EL TIPO? De Felice fue algo así como el Alí Babá del gremialismo esotérico argentino; de los demás no podemos jurar que fueran los cuarenta restantes del cuento porque al llamado Centro de Becarios de la dichosa “OMSP” estaban afiliados cientos de videntes, parapsicólogos y «terapeutas» de todo el país. Tampoco podemos asegurar que De Felice fuera “un ladrón que robaba a ladrones”, o que todos los afiliados fuesen conscientes de que su sindicato vendía cartón pintado para decorar de legalidad prácticas que carecen de respaldo oficial, jurídico o científico.
Sin embargo, es bastante difícil de creer que los adheridos a la OMSP fuesen tan cándidos como para no darse cuenta de que De Felice había creado un nombre y logo prácticamente idéntico a la OMS para usufructuar un prestigio ajeno, artimaña por la cual había sido denunciado por la verdadera OMS, por varios compradores de sus “diplomas” (quienes aportaron los falsos oropeles en una causa por estafa), y por el propio autor en un artículo publicado en El ojo escéptico y otros medios, como El Cronista y La Prensa, entre 1993 y 1994 (ver el dossier “La patria mentalista” sobre la “guerra pisoctrónica” entre los gremios paranormales). En efecto, De Felice había tenido problemas con la Justicia desde 1993 y en 1998 fue procesado por fraguar títulos y certificados. Nunca supe cómo terminó aquella causa. Quizá dejó sus cuitas arregladas, ya que dos años después volvió a usar el logo y el nombre «OMSP» sin el menor recato.
A la vez, la web de la OMSP, como antes lo hizo con la “Asociación Mundial de Parapsicología (AMP)”, sigue colmada de engañosos enlaces al Ministerio de Salud de la Nación y de otros organismos estatales, que le dan a la página una pincelada de “cosa oficial”. Difícil no darse cuenta. Tampoco era complicado sospechar de adherentes con nombres como la «Academia Franciscana de Estudios Teológicos», que auspicia el “Congreso Panamericano de Terapéuticas en Campos de la Psicología Grupal” que la OMSP realizará el 14-12-2013 en el Salón Ombú del Sheraton Buenos Aires (donde, previo pago, sus herederos entregarán los «Premios Teilhard de Chardin 2013»).
UN ENCUENTRO PERSONAL. Conocí a Luis Jorge De Felice cuando éste fue socio de Gustavo Mario Fernández, un “escritor esotérico”, que se postuló como editor de UFOPRESS allá por 1986, tiempo en que yo tenía muchas ganas de que aquella revista saliera a kioscos y una confianza injustificada y rápidamente traicionada por el sujeto (ya que la revista nunca salió y este malandra desapareció con el dinero de los suscriptores). De Felice compartió con nosotros la oficina y, si bien nunca conversamos mucho, una vez me contó que había sido auditor de la Iglesia de Cienciología , cuando ésta aún era conocida como Asociación Argentina de Comunicación y Cultura. Por entonces dirigía la revista Mente. Luz secreta de la sabiduría, parcialmente financiada por Dianética, se presentaba como secretario gremial del «Sindicato Unico de Parapsicólogos y Afines de la República Argentina» (SUPARA) y si la memoria no me traiciona ya tenía relación con Jorge Olguín, el argentino que luego comenzó a canalizar a Lafayette Ronald Hubbard y cofundó el «grupo de orientación y servicio» (y contacto extraterrestre) Elron.
Dicen los diarios que cubrieron el asesinato que De Felice residía un tiempo en Marcos Paz y otro en Colombia, donde era “Profesor Titular de Cátedra en Universidad de Medellín”, dato que, de confirmarse, permite deducir que sus trapisondas trascendieron allende las fronteras y habría sido, por ejemplo, “Director de la Oficina Regional para América Latina y El Caribe en OPANU (Organización Panamericana de Naturópatas Sin Frontera)”. Todos sellos de goma, mejor dicho, webs con muchas fotos y contenidos falaces.
¿Qué más decir de De Felice? Que cuando lo mataron tenía 53 años, había nacido en 25 de Mayo y su logro más recordado fue nombrar como Presidente Honorario del primero de sus gremios paranormales, la Asociación Mundial de Parapsicología, al finado dirigente justicialista riojano Antonio Erman González, quien –mientras fue ministro de Trabajo de la Nación–, impulsó un anteproyecto de la Ley Para el Libre Ejercicio de la Profesión (de Parapsicólogo, claro). González participó de ágapes donde De Felice entregaba sus certificados truchos a parapsicólogos y clientes, algunos de los cuales luego lo demandaron, supuestamente escandalizados porque De Felice cobraba carísimo papelitos de colores al servicio de deslumbrar a clientes acostumbrados a tranquilizarse cuando ven diplomas colgados en las paredes.
RELACIONADAS
Sépalo: Publicitar con Claudio María Dominguez atrae a la Justicia
Descargar PDF del suplemento “La Patria Mentalista”, El Ojo Escéptico Nº 9-10 (17 pp.)
La Argentina embrujada. Por Alejandro Agostinelli. Revista Descubrir Nº 80, Marzo 1998.