El antropólogo Alejandro Frigerio celebra «El abrazo de la serpiente» (Ciro Guerra, 2015), un filme que visibiliza la cultura amazónica inspirado en los diarios del biólogo estadounidense Richard Evans Schultes y del etnólogo alemán Theodor Koch-Grünberg.
Rara vez digo que algo es «imperdible». Soy muy consciente de la multiplicidad de perspectivas teórico/ideológicas posibles y de la diversidad de sensibilidades estéticas como para pretender imponer un criterio homogeneizante.
De todas maneras, recomiendo con entusiasmo «El abrazo de la serpiente». Es la mejor película que ví, al menos que recuerde, sobre contacto cultural. Dos científicos occidentales, en la primera y en la segunda mitad del siglo XX, viajan al Amazonas en busca de la Yakruna, una planta de poder, y son guiados por el mismo shaman, primero un joven orgulloso y luego un hombre maduro más autocrítico -pero no por eso menos cuestionador de la cultura de los blancos.
Los conflictos, pero también las posibilidades de diálogo, entre la cosmovisión científica y la nativa, las ingratas consecuencias de la colonización, la misionalización y la explotación del caucho, son tratados de una manera que nunca subestima al espectador.
«El abrazo de la serpiente es la mejor película que ví sobre contacto cultural. Es imperdible», dice el antropólogo Frigerio.
Mirá el trailer:
Tiene bellísimas imágenes, interesantes diálogos y todas las veces que uno piensa que el guión va a naufragar en la vulgata New Age o buen salvajista, o en la denuncia panfletaria, Ciro Guerra, el director/guionista colombiano, logra evitarlo.
No sabemos cuánto tiempo estará en cartel, pero vale la pena. Merece ganar el Oscar a mejor película extranjera, aunque probablemente lo haga «Mustang»: feminismo mata indigenismo.
(*) Frigerio hizo este comentario en el muro de su Facebook el 24/02/2016 . Lo publicamos con su amable autorización.
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