Pequeña guía del autoestopista galáctico: 10 tips para hacer TV paranormal

Clomro
Clomro primero fue un ex integrante del LUS, luego fue un E.T., luego un E.T. arrepentido y así. Acompañé su trayectoria 17 años antes de escribir su biografía.

En los últimos seis o siete años asesoré a varias productoras de televisión (SnapTV y Nippur Media, entre otras) y trabajé estrechamente con los productores ejecutivos y equipos de producción de canales como Infinito y NatGeo. En todo ese tiempo junté experiencias y conocimientos que me gusta compartir. A veces me digo “tengo que organizar un seminario, un taller o algo para estudiantes de Comunicación interesados en mis temas favoritos”. No importan las razones, el punto es que nunca preparo nada. Y así llegamos a este post.

Gran parte de lo que sé sobre “producción televisiva galáctica” lo coseché cuando –gracias a los buenos oficios de Julio Bertolotti y el dejar hacer de Lucía Suárez– aterricé en el ciclo Frente a Frente (América, 1997).

Boulogne, 1983 (Bs. As.) Ante el tronco donde apareció la Virgen.
Boulogne, 1983. Sigo el ritual ante el tronco donde apareció la Virgen.

Frente a Frente era un programa que conducía Alejandro Rial donde, una vez por semana, a mi me tocaba sacar de la galera un programa dedicado al misterio, la religión o lo paranormal. Por bastante tiempo funcionó con tres o cuatro protagonistas y un panel de expertos. Lo más fácil, obviamente, era conseguir al científico escéptico o al especialista. Lo difícil –y también lo fascinante– era detectar buenas historias. Hablaba durante varias horas (antes, durante y después del programa) con toda clase de experiencers. Si no lo sabía antes, fue entonces cuando no me quedó otra que aprender a poner la oreja y desarrollar cierta capacidad para empatizar y comprender dónde estaba el corazón y el detalle encantador de cada relato.

Todavía no sabía que había algo más difícil detrás del complejo proceso de conocer a estas personas y acompañar sus dudas, reelaboraciones y tensiones hasta el día en que hablasen ante cámaras sobre lo más importante que les sucedió en sus vidas: que se fueran haciendo a la idea de que -tras la emisión- nuestra relación probablemente iba a terminar. Esto no era posible en todos los casos e incluso no siempre era deseable. Así podría explicar muchos apodos extraños que tienen algunos de mis amigos en Facebook. “El manicomio de Agostinelli” llamaba Rial, con entrañable crueldad, a mi agenda. Nunca renegaría de ese “manicomio”. Varios de mis actuales amigos estuvieron en esa agenda y aquel ciclo me ha permitido conocer gente maravillosa (y al contrario, muchas personas con las que compartí unos cuantos mates a lo largo de mi vida resultaron un fiasco).

En aquel ciclo los protagonistas eran los temas, pero también debutaron figuras como el Comandante Clomro, el pastor -hoy exitoso escritor de autoayuda o «autosuperación»- Bernardo Stamateas y aparecieron la mitad más uno de los «especialistas» o divulgadores, escépticos o no, que siguen en actividad.

«Mensajeros del Más Allá». En FaF (23/07/1997). Raro talk show de la tarde. Fedhar, Raff, María de los Ángeles. «Mamá» Esmeralda, el psicólogo Adolfo Krygier y la antropólga Ana María Spadafora (desde 11′), han fallecido. Alegra y emociona escucharlos hablar sobre sus creencias, convicciones y pasiones.

Miguel Serrano. Mini orgullo: lo arrimé a su altar casi sin que se diera cuenta.
Miguel Serrano. Orgullito: lo arrimé a su altar casi sin que se diera cuenta.

QUIÉN PREGUNTA QUÉ COSAS
El sinsabor del productor –y ni hablar del asesor del productor– es que después de una ardua investigación, preproducción y búsqueda, las entrevistas que salen al aire no las hacemos nosotros. Uno no viaja y uno no se aventura en geografías humanas y naturales desconocidas; uno espera el regreso del material en una isla de edición donde muy pronto una voz interior chillará: “¡Y por qué no le preguntaste ahí!”.

Esto que parece una queja no lo es tanto: así funciona el negocio. Por lo demás, aquello de que “nadie mejor que uno para hacer las preguntas”, es una pretensión falaz. Buenas preguntas para hacer rodar una historia las puede hacer hasta un niño –y las más importantes quizá sólo las puede hacer un niño–. Máxime cuando la historia sobre la que debemos avanzar trata sobre experiencias increíbles ligadas con la esfera de las emociones, las creencias y el más abrumador de los universos, que es el de los conflictos familiares y sociales. Y, contra toda esperanza, no nos queda otra que encauzar los giros novelescos de la vida de nuestro protagonista para que cuente su historia, una historia donde están en juego factores como el miedo, el suspenso, la sorpresa y el descubrimiento. Debemos adentrarnos en mundos fantásticos, indistinguibles de los sueños, y forzar un aterrizaje a la realidad para atenuar la tragedia a la hora del recorte (porque, al fin y al cabo, del trabajo de cada eslabón de la cadena de producción sólo veremos un caprichoso recorte).

La última vez que entré hasta el caracú en un ciclo del género fue para Los elegidos (NatGeo, 2012). El equipo trabajó fuerte para conseguir las extraordinarias historias que engrosaron cada uno de los tres capítulos del ciclo.

Nat Geo ProfecíasNational Geographic Television pide a las productoras que contrata respetar un manual de estilo (“standards and practices”) que busca asegurar la calidad de los resultados y realizar un trabajo honesto, responsable y respetuoso. Son recomendaciones excelentes, pero no llegan a tiempo, o llegan muy diluidas, a quienes deberán hacer el trabajo duro –y aquí es donde se corre el riesgo de que desaparezcan las diferencias entre producir un reality, o un talk show, y un documental. Si estas normas se aplican en forma homogénea o no, si hay temas sobre los cuales valen excepciones o no, ahora no nos interesa: hablo de cómo realizar una preproducción eficaz y responsable, no de lo que otros hacen con ella.

«Los Elegidos». Más info sobre aquel ciclo de NatGeo aquí (institucional) y aquí (mi nota).

Para ir al punto: en vez de sollozar cuando un productor/redactor partía rumbo a la entrevista, preparé una carilla de sugerencias, que envié a cada miembro del staff. Mi amigo Alejandro Ravazzola, entonces productor ejecutivo de NatGeo, leyó los 10 puntos y le parecieron adecuados, así que al menos no colisionaban con los “standards and practices” del canal.

Anoche encontré ese archivito entre una montaña de carpetas abandonadas. Y bien: hoy voy a compartir algunas de las cosas que he aprendido sobre cómo entrevistar personas que aseguran haber vivido una experiencia mágico/paranormal «real e increíble» y desean contarnos su historia para construir con ella un relato televisivo. Transcribo el texto como si hiciera pasar a un amigo a la cocina de mi casa, es decir, tal como se lo envié a mis compañeros aquella vez, consciente de que algunos puntos requieren de ajustes, desarrollos y justificaciones en arreglo al formato y tema a abordar.

Martinez, 1994-96. Me sumergí en cuerpo entero en el misticismo de un grupo de amigos. Flor de experiencia.
Entre 1994-96, puse el cuerpo y el corazón en el misticismo de un grupo de amigos. Flor de experiencia.

1. Nos interesa más el personaje que su filosofía (y este es un asunto que nuestro entrevistado no tiene por qué notar).

2. Luego queremos que nos lleve a su mundo de experiencias.

3. Su filosofía o cosmovisión pueden ser muy interesantes, pero importa mucho más saber cómo se relacionan sus interpretaciones con su vida y sus vivencias espirituales.

4. Siempre evitaremos juzgar sus experiencias, si nos pregunta nuestra opinión debemos contestar con otra pregunta o dar respuestas neutrales. Ej.: “Todavía no lo sé”, o “Cuando terminemos la charla hablamos de eso”.

5. Si entra en detalles irrelevantes, sinuosos o hace especulaciones desbordadas, no cortar el clima con desinterés o signos de escepticismo. A lo sumo podremos preguntar: “¿Y por qué estás tan seguro?”. Nuestra falta de reacción puede ser interpretada como incredulidad.

6. Si estamos conversando con personas genuinamente convencidas de sus experiencias místicas, esotéricas o visionarias SIEMPRE podemos profundizar, SIEMPRE podemos explorar un poco más en sus sensaciones, sus percepciones, sus vivencias íntimas y más ligadas a lo emocional.

"Iluminados", 1997. Un programa de "Frente a frente qu encantó producir".
«Mensajeros del Más Allá», en Frente a Frente, 1997. Producirlo fue encantador. Podés ver una parte arriba.

7. Si en el curso del testimonio aparecen emociones relacionadas con la experiencia no debemos perder la oportunidad de pedir al entrevistado que vuelva sobre su relato tratando de revivir ese momento.

8. Ante una afirmación potencialmente importante o reveladora, no demos nada por seguro. El entrevistado sabe que sabemos mucho menos que él, por eso no le va a molestar que preguntemos cuantas veces hagan falta: “¿Por qué?” ¿Para qué?”, “¿Qué significa eso?”, “Para qué sirve esto?”, “¿Y cómo lo supiste?”. Si estas preguntas calzan en los momentos adecuados ahorraremos luego preguntas más específicas.

"Mamá Esmeralda" cachetea y premia a mi amigo Fedhar. Presenciar escenas vivas nutre a las historias, aunque no siempre las podamos filmar.
«Mamá Esmeralda» cachetea y premia a Fedhar. Presenciar acciones reales humaniza y completa historias que sonarán falsas si nos resignamos a la entrevista.

9. Debemos estar atentos a improvisar acciones, sobre todo si el entrevistado dice algo que puede mostrar, dibujar, hacer funcionar e incluso dramatizar (ejemplo de lo último: “¿Con qué tono de voz se dirigió a usted el extraterrestre?”)

10. Nunca debemos subestimar el aporte de personas que están en los alrededores, incluso si parecen ajenas a la investigación que estamos realizando o la conversación que estamos manteniendo. Al final, improvisar un pretexto para incluirla en la charla y explorar su relación con el personaje y sus propias ideas o experiencias sobre el tema.

***
Sobre la importancia del ítem 10 podría dar varios ejemplos, algunos notables. El que me hizo feliz: mientras rastrillaba por todas partes a una “tercera fila” que quizás nunca iba a aparecer, hallé una abuela adorable que había tenido hijos, y quizás hasta nietos, en otra dimensión. El seudónimo de esa señora era Martha Green, escribió un libro genial llamado Ozonis, en algún lugar del Universo (Silzu, 1998) y tuve la suerte de que su hija Liliana confiara en mí y me llevara hasta el geriátrico donde pasaba sus días y donde me siguió contando la historia de su vida, que colé en las últimas páginas de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Sudamericana, 2009).

Alejandro Agostinelli / AA (translate)

(*) Si te interesa participar de alguna charla/seminario/taller sobre este tema, envianos un mail con el Asunto «Periodismo de lo paranormal» con tu nombre y teléfono a «aagostinelli@gmail.com»

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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