¿Qué tal si es la derecha la que “abduce” desde una falsa neutralidad?

Cuando ciertos poderosos centros escépticos atacan a la “ideologización” de la ciencia, sólo parecen encontrar ejemplos del caso «a la izquierda». Nunca «a la derecha». “El sesgo es de los que no piensan como yo”, parecen haber decidido algunos divulgadores irreflexivos.

Por Daniel Galarza Santiago *

Desde hace algunos años me decepciona descubrir cómo espacios como el Committee for Skeptical Inquiry – Skeptical Inquirer se han vuelto un nido cómodo para que algunos autores, casi siempre ajenos a las ciencias sociales –sin mostrar datos, pero sacando a relucir frondosos anecdotarios–, lancen afirmaciones sorprendentes, tales como un presunto secuestro ideológico de la izquierda del movimiento escéptico, al mismo tiempo que casi todos sus artículos son precisamente material crítico –aunque poco riguroso– contra sectores de la izquierda.

O sea, se nos asegura ese secuestro ideológico (curiosamente, la evidencia de ese secuestro está en que hay personas críticas con sus ideas y con las de otros como Richard Dawkins), pero esos espacios se llenan de artículos bastante convenientes para un sector ideológico concreto que sí tiene rostro y uno muy preocupante: la ultraderecha, que sí ha alcanzado verdaderos puestos de poder, que sí ha causado auténticos daños a las de por sí frágiles instituciones democráticas y científicas, y que amenaza con causar aún más daños en materia de derechos humanos, medio ambiente, salud, educación, relaciones internacionales y economía.

DAWKINS. No pocos divulgadores escépticos consideran “sagradas” las afirmaciones del famoso biólogo y escritor, al punto que a menudo presentan sus argumentos como si fuesen verdades indiscutibles.

Para estos autores, que instituciones como la NASA tengan programas de inclusión es aún más preocupante para el progreso científico que los recortes directos que se infligen a tales instituciones, la privatización de una parte del sector o el desprecio político hacia lo que representan o lo que hacen, como la investigación sobre el cambio climático.

“EL DENUNCIANTE”. Vesal Razavimaleki es estudiante de doctorado en física en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Su campo de investigación es la cosmología experimental y está interesado en la educación científica y la comprensión pública de la ciencia.

Esta tendencia se advierte especialmente tras la muerte del fundador del CSI, el filósofo Paul Kurtz, y de la fusión de todo el Center For Inquiry (integrado por todas las asociaciones de escepticismo y humanismo secular fundadas por Kurtz, incluido el CSI, además de otros proyectos como QuackWatch) con la Fundación Richard Dawkins. Es, básicamente, una consecuencia de lo que ya temía y criticaba Kurtz de las tendencias militantes pero socialmente sobre-simplificadoras del nuevo ateísmo, donde los argumentos flaquean pero las emociones de sentir que dan una clase de lucha intelectual están a tope. No deja de ser un punto irónico, viniendo de un movimiento que se presume racionalista, científicamente informado e ilustrado.

Y para que nadie me acuse de caer en lo que cuestiono, aconsejo repasar este artículo del físico Vesal Razavimaleki. ¿Qué cosas le parece que son ideológicas o anticientíficas y qué argumentos usa para criticarlas, refutarlas o descartarlas? Veamos un ejemplo: las afirmaciones que le escuchó decir a Dawkins sobre el sexo.  

Según Razavimaleki,

el profesor Dawkins lamentó el aumento de actitudes anticientíficas en la izquierda sociopolítica, refiriéndose, entre otras cosas, a la negación del sexo biológico como un hecho. Reiteró su desconcierto ante la insistencia de la izquierda en categorizar y/o discretizar un concepto biológicamente multidimensional como la raza, sólo para hacer exactamente lo contrario y forzar la fluidez en el único binario fundamental de la biología (es decir, el sexo).»

El autor no se molesta en cuestionar una sola de las ideas expuestas por Dawkins, como, por ejemplo, que el biólogo evolutivo es sumamente ambiguo cuando no hace ninguna distinción sobre la definición de sexo biológico (una categoría que no es tan sencilla de definir dentro de la biología) y aquellos conceptos que se encuentran íntimamente relacionados y son relevantes en los debates actuales, como «género», «identidad sexual», «identidad de género», «roles de género» o las implicaciones de la existencia de la intersexualidad, así como el cambio de género e incluso de sexo, no solo en humanos, sino, en general, en el reino animal.

¿Qué hace Razavimaleki, entonces? Ofrece una definición más que escueta e imprecisa sobre el sexo biológico como «el tipo de gametos que un organismo produce naturalmente: ya sean espermatozoides pequeños y móviles o óvulos grandes e inmóviles», que no engloba ese «único binario fundamental de la biología» porque no es una definición que logre abarcar ni siquiera lo que significa sexo biológico en nuestra especie –ya no digamos el de otras especies animales, o de otros reinos de la vida. ¿O solo hablamos universales o «fundamentales» cuando conviene, y de particulares cuando no?

* GALARZA SANTIAGO. El autor de esta nota estudió Filosofía en la Universidad de Guadalajara, México, especializándose en filosofía de la ciencia. Es también creador del excelente blog El escéptico de Jalisco.

A lo que voy: lo que estos autores identifican con «secuestro ideológico» que impide ser un «verdadero escéptico» quizás, y solo quizás, es, en realidad, su incapacidad de abordar temas más complejos que lo que les permite comprender su propia formación y conocimientos.

No caben dudas de que en los debates sobre cuestiones de género (así como en cuestiones raciales, de desigualdad económica, preferencias sexuales o planeación familiar) podamos encontrar tonterías sostenidas por compromiso ideológico. Ningún movimiento social, incluyendo el así llamado movimiento escéptico, está libre de sesgo: todos buscan crear cambios en la mentalidad, los valores y las conductas sociales.

Es fácil confundir un cuestionamiento serio con otro sin fundamento cuando el tema no se conoce adecuadamente. Más cuando el crítico cuestiona desde una visión establecida a partir de un compromiso ideológico previo.

Conviene tener el máximo cuidado antes de hacer afirmaciones tan asombrosas, como lo es decir que un movimiento social se encuentra ideológicamente secuestrado sólo porque algunos de sus miembros cuestionan las afirmaciones de otros miembros populares. Deberían imponerse los argumentos apoyados en evidencia antes que las proclamas ideológicas.

Este es un asunto a considerar por toda asociación o colectivo que pretenda hacer reflexionar sobre temas científicos, filosóficos y/o epistemológicos desde una perspectiva crítica.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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