¿Cuáles son los peligros reales que amenazan al ateísmo militante?

Cumple diez años el inicio de una discusión que atravesó foros, blogs y portales ateos, escépticos y librepensadores. Algunos plantearon la existencia de fuerzas sociales y culturales que “contaminaron” o “secuestraron” el movimiento. Otros, en cambio, señalaron que son muestras representativas de lo que sucede en el resto de la sociedad. ¿Pueden ideologías próximas al posmodernismo o la búsqueda de la justicia social “destruir” al movimiento ateo? En un trabajo especialmente preparado para Factor, Daniel Galarza Santiago, editor de El Escéptico de Jalisco, analiza éste y otros dilemas, reales o imaginarios, que aparentemente corroen el llamado “colectivo ateo”, más activo que nunca en blogs y redes sociales.

Por Daniel Galarza Santiago

A mediados de agosto pasado, el activista ateo colombiano David Osorio, en el blog De Avanzada, publicó un artículo donde, en el tercer párrafo, afirmaba:

“el posmodernismo destruyó el movimiento ateo (o nuevo ateísmo).”

Jamás había leído una expresión parecida en ninguno de los grupos, páginas y blogs que sigo relacionados con el ateísmo; sentí, por tanto, una inmediata curiosidad.

Aquella conclusión de Osorio surgió de un diálogo que mantuvo con la autora de Skeptic Review, Gretchen Mullen, publicado entre agosto del 2019 y febrero de 2020, donde comentan lo que para ellos son las razones por las cuales el llamado Nuevo Ateísmo terminó «secuestrado» o «destruido» por la corrección política, los Justicieros Sociales o Guerreros de la Justicia Social (conocidos en inglés con la sigla Social Justice Warriors, SJW), y el posmodernismo en general.

Osorio afirma que “el principio del fin” para el movimiento ateo moderno comenzó en 2011, cuando «había una blogósfera atea y escéptica agradable, vibrante y emocionante, donde blogueros y activistas denunciaban los excesos religiosos, la pseudociencia, las teorías contra la ciencia y la conspiración a diario.»

Fue entonces cuando comenzó la «grieta atea» o los «escándalos del Ateísmo+», como el célebre caso «Elevatorgate«  denunciado por la bloggera Rebecca Watson (quien, en 2011, estando a solas con un hombre en un ascensor, recibió una propuesta que la incomodó).

SKEPCHICK. Rebecca Watson, fundadora de The SkepChick, habló en 2011 en un congreso en Dublin sobre los ataques de la derecha religiosa contra las mujeres. Al anochecer de ese mismo día denunció haber sido acosada por un participante en un ascensor. La reacción del llamado «movimiento ateo» fue bastante despareja.

Gretchen Mullen, por su parte, describió casos de deshonestidad intelectual por parte de bloggers ateos, como PZ Myers, quien mostró una actitud bastante parcial ante los escándalos de abuso que se dieron a conocer en aquellos años.

El diálogo entre ambos autores es una búsqueda de casos en los que, según ellos, se acusó injustamente a tal o cual individuo o que alguna asociación secular hubiese respaldado ataques contra esos individuos, abandonando los principios del pensamiento crítico. El peor momento fue cuando se postuló el «Ateísmo+» o «Ateísmo Plus», que proponía unir las causas seculares con los objetivos de los colectivos LGBT+, feministas, anti-racismo, etc., es decir, que el movimiento ateo formara parte de los Justicieros Sociales.

El diálogo busca como principal objetivo promover y discutir el «Proyecto de David», como propuso llamarle Mullen a una iniciativa para enlistar todas las asociaciones «secuestradas» por los Justicieros (su listado incluye, curiosamente, algunas de las principales asociaciones de ateísmo, como American Atheist, Center for Inquiry y European Skeptics, con enlaces de referencia escritos, en su mayoría, por el propio Osorio en la versión en inglés de su blog).

Se pueden enumerar varias razones para no acordar con estas tesis:

1. Que se presentaran acusaciones de abusos, acoso o conducta sexual inapropiada, y acabara siendo un escándalo en los grupos escépticos-ateos, respondió más al rechazo generalizado de que este tipo de conductas fueran toleradas y/o ignoradas dentro de este tipo de asociaciones. La respuesta obtenida durante el Elevatorgate, por ejemplo, dejó en claro la escasa empatía y falta de comprensión de la problemática de los privilegios que tienen algunos miembros de los grupos ateos y escépticos, incluyendo celebridades como Richard Dawkins (quien se ha identificado claramente como un defensor de los derechos humanos y el humanismo secular, aceptando su error tres años después).

SKEPTIC BONDI. En 2008, Richard Dawkins y la escritora Ariane Sherine lanzaron en Gran Bretaña la campaña del bus «Es probable que Dios no exista». Todo buen ateo quiso acompañar, sobre todo a Sherin, en esa campaña que proponía dejar de preocuparse y disfrutar de la vida.

2. Que las asociaciones, en un inicio, no supieran responder de forma adecuada a las denuncias por acoso (por entonces privadas), causó que las mujeres comenzaran a denunciar conductas inapropiadas de algunos activistas y autores escépticos, varios de los cuales llegaron a acuerdos extrajudiciales con sus acusadores para evitar que se siguiera investigando. Otros tantos, en tiempos del #MeToo, acabaron apartados de estas asociaciones así como de sus universidades, debido no a una o dos, sino a varias denuncias. Es cierto que se han dado casos en los que todo apunta a claros actos de difamación contra autores escépticos célebres, pero en tales casos los acusados han  acabado por limpiar su nombre, continuando con sus labores académicas y de divulgación habituales, escribiendo libros, publicando artículos, presentando conferencias y protagonizando programas de radio y televisión.

3. Según parece, Osorio y Mullen ignoran el punto anterior a costa de magnificar los casos en los que la evidencia no fue suficiente o contrariaba los testimonios para acusar debidamente a alguien por manifestar alguna conducta inapropiada. Se menciona, por ejemplo, el caso de Sarah Braasch y las supuestas decisiones equivocadas que tomó la Asociación Humanista Americana (AHA) respecto a sus denuncias contra un hombre afroamericano que la atacaba. La AHA habría atacado a Braach y premiado por sus labores de divulgación a la persona que presuntamente amenazó a esta autora. Pero nada se dijo, por ejemplo, del mal manejo de las acusaciones de acoso por parte de la Fundación Educativa James Randi cuando mujeres como Karen Stollznow denunciaron acoso, allá por 2012, en los festejos The Amazing Meeting (TAM), situación que poco después haría que renunciara su entonces presidente, D.J. Grothe.

ACOSO ATEO. Karen Stollznow denunció estos hechos durante The Amazing Meeting, en 2012. Este blog se hizo eco del escándalo cuando muchos blogs, revistas y webs escépticas eligieron mirar a otro lado.

4. Pretender que las organizaciones escépticas-ateas quedaran fuera de la ola de activismo social en contra de la desigualdad y la discriminación de distintos tipos, es sencillamente ingenuo, por decir lo menos. Toda institución de importancia, desde las iglesias a las universidades, fue sacudida por la crítica y el mal manejo de estos problemas, los cuales, en muchos casos, terminaron siendo reales. Pensar que las asociaciones escépticas iban a permanecer inmaculadas, ajenas a su contexto o que este tipo de cosas no ocurría en su movimiento, es tener un pensamiento de tribu, poco realista y mucha fe en que los colectivos escéptico-ateos son buenos porque dentro de ellos se cuestiona la existencia de dioses, fantasmas y ovnis. Las instituciones y asociaciones no terminaron secuestradas por los Justicieros, sino que tenían dentro una serie de problemas sociales que no habían sido debidamente abordados. Visibilizar y denunciar estos problemas, con todos los defectos que pudiera sufrir en el proceso, es un ejemplo de mejora progresiva, no de decadencia.

5. Estos bloggers también parecen ignorar que, gracias a estas denuncias, las asociaciones escépticas comenzaron a investigar y combatir la conducta inapropiada por dentro, creando políticas de convivencia explícitas en las que las asociaciones se comprometen a investigar y separar a quien resulte culpable de acoso y conductas similares. Esto es un claro ejemplo de progreso social, algo que estos autores también defienden. Es obvio que aún existen problemas que no se han abordado con la suficiente fuerza y de las formas adecuadas, pero es innegable que algo se ha avanzado en estos puntos, y eso no es algo malo para nada, ni propio de una corriente posmoderna.

6. ¿Qué tiene que ver el posmodernismo con todo esto? En serio, me quedé esperando que Osorio o Mullen denunciaran cómo las ideas de Michel Foucault, Jacques Derrida o Jacques Lacan permearon el nuevo ateísmo, o el movimiento de Ateísmo+, pero nada (de hecho, parece irónico que en una de las cartas, Mullen use el término “deconstrucción”, neologismo creado por Derrida, acaso uno de los autores más oscuros del posmodernismo). Parece que ambos bloggers identifican automáticamente los Justicieros Sociales con el posmodernismo, una opinión que no se sustenta. Es cierto que en muchos grupos, como los colectivos feministas, existen sectores permeados por ideas posmodernas. Pero de ahí no se puede concluir que el colectivo feminista es posmoderno. Y eso, sólo por poner un ejemplo.

7. Los participantes de aquel diálogo descartan o ignoran otro montón de críticas lanzadas desde dentro como por fuera del movimiento escéptico-ateo, especialmente después de la enorme influencia del nuevo ateísmo. Desde antes del 2011, diversos autores han señalado las actitudes cuasi-sectarias dentro de los grupos virtuales de «pensadores críticos», donde se defiende a capa y espada a los nuevos ídolos, y descartando toda crítica como cosa de «creyentes», «progresofóbicos», «pseudoescépticos», “filosofistas”, etc. También se han denunciado actitudes conflictivas en las que los grupos escépticos se dedican solo a burlarse de las personas que no piensan como ellos, suponiendo una clase de superioridad moral o intelectual, dejando poco espacio para el diálogo tolerante y el análisis crítico de los supuestos usados por estos escépticos. Autores célebres del nuevo ateísmo o relacionados con éste (desde Sam Harris o Michael Shermer a Penn Jillette y James Lindsay) han terminado defendiendo o prestando espacio a ideologías nocivas como la alt-right, el objetivismo randiano, el masculinismo y el libertarianismo, tendencia que ha sido denunciada múltiples veces como verdadera señal de decadencia en el movimiento. Por último, se han denunciado enfoques viciados, como el cientificismo ingenuo, mostrando afirmaciones filosófica e históricamente insostenibles, que claramente dañan la imagen pública del colectivo.

8. Autores simpatizantes del nuevo ateísmo, incluso, como los historiadores de la religión Héctor Avalos y André Gagné, han propuesto una “segunda ola del nuevo ateísmo”, debido a que “muchos críticos seculares y religiosos del Nuevo Ateísmo han acusado al Nuevo Ateísmo de una serie de defectos. Una es la falta de experiencia en estudios bíblicos y religiosos que ha llevado a Dawkins, Harris, Daniel Dennett y Christopher Hitchens a hacer pronunciamientos que, en algunos casos, se consideran, con razón, simplistas o inexactos.

Esta situación ha llevado a percibir que el nuevo ateísmo no tiene expertos en estudios bíblicos y religiosos que puedan desafiar a sus homólogos religiosos con tanta o más experiencia. Otros han combinado a todos los nuevos ateos como seguidores de una ideología neoliberal o capitalista. Otros señalan que “todos los representantes del nuevo ateísmo son varones blancos.”  Si bien, la “segunda ola” no ha tenido hasta ahora la influencia que tuvo la “primera”, derivada de los citados autores de bestsellers, el hecho de que se plantee una renovación basada en una mejor formación académica delata un grave defecto en este movimiento (denunciado sin apelar a argumentos de estilo social, sino académico, dejando fuera cualquier pizca de posmodernismo), lo que causa repulsión en buena parte del público tanto creyente como no creyente.

9. ¿Está realmente secuestrado o destruido el movimiento ateo? Si tomamos en cuenta los puntos anteriores, y los extendemos, podríamos notar que las presuntas intrusiones posmodernas acaban siendo poco más que incidentes aislados, mientras que el resto hablaría más bien de defectos estructurales en los grupos escépticos-ateos, y el tipo de principios discursivos, retóricos y éticos que manejan. Con todo, el ateísmo y el escepticismo científico hoy son más fuertes que nunca, pues es en nuestros días, más que en cualquier otra época, tiende a ser consultada la opinión de autores relacionados con el movimiento escéptico.

Como se advierte, en este diálogo hay muchos puntos cuestionables, pero merece la pena como ejercicio de lectura o análisis crítico, poniendo en contexto las afirmaciones postuladas por estos bloggers.

Que sus tesis principales sean puestas en duda, o que incluso resulten falsas, no significa que muchas de sus premisas estén equivocadas, o que no se deban cuestionar movimientos y propuestas como las de los Justicieros Sociales y el Ateísmo+.

Debe valorarse la influencia real de estos movimientos, incluyendo si ha sido negativa o positiva, cosa que psicólogos sociales y sociólogos, alguna vez, podrían investigar a fondo.


EL AUTOR. D. Galarza Santiago estudió Filosofía en la Universidad de Guadalajara, México, especializándose en filosofía de la ciencia. Es también creador del blog El escéptico de Jalisco, y parte del equipo de Filosofía en la Red.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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