El diputado Conservador de la Asamblea Nacional de Galés, el Parlamento Regional Galés, Darren Millar, a su vez Ministro de Salud del llamado gabinete en la sombra, consultó a la ministro de Economía, Ciencia y Transporte del gobierno Laborista galés Edwina Hart, sobre el avistamiento de posibles naves extraterrestres sobre el aeropuerto de Cardiff. La funcionaria contestó en Klingon, la lengua materna de los enemigos del Capitán Kirk en Star Trek. Mientras tanto, el país que va en camino a convertirse en el paraíso del capitalismo extremo está enfrascada en un debate que haría las delicias de J. Posadas, el dirigente trotskista argentino que profetizó cambios aquí abajo para estar listos antes de un desembarco de extraterrestres socialistas.
“Jang vIDa je due luq. ‘ach ghotvam’e’ QI’yaH-devolved qaS” (“La ministro le responderá a su debido tiempo. Sin embargo, este es un asunto que corresponde al gobierno central”), respondió un vocero del gobierno galés.
El parlamentario quiso saber cuántos informes sobre vuelo de ovnis hubo desde la reciente adquisición del aeropuerto de Cardiff por parte del gobierno gales, y también cuántas discusiones sobre el avistamiento de ovnis sobre Gales en los últimos cinco años tuvo el gobierno galés con el Ministerio de Defensa del gobierno central de Londres y qué consideraciones hizo el gobierno galés sobre el financiamiento de la investigación sobre avistamientos de ovnis sobre los cielos de la región. Asuntos éstos que –a juicio del gobierno galés– son irrelevantes.
Según la BBC, Millar preguntó:
– ¿Va la ministro a hacer una declaración sobre la cantidad de informes sobre ovnis que se han producido en el aeropuerto de Cardiff desde su adquisición por el gobierno de Gales?
– ¿En qué debates participó el gobierno de Gales con el Ministerio de Defensa en relación con los avistamientos de ovnis en Gales en los últimos cinco años?
– ¿Qué consideración hace el gobierno galés sobre la financiación de la investigación sobre los avistamientos de ovnis en su territorio?
Después de leer (y seguramente traducir) esa escueta contestación en el más famoso de los idiomas del universo trekkie, Millar replicó: “Siempre he sospechado que los ministros del Partido Laborista vinieron de otro planeta. Esta respuesta lo confirma”.
La cosa no terminó ahí. Según The Guardian, funcionarios del gobierno de Gales destacaron que la respuesta a Millar fue una broma del encargado de prensa. Y que “la respuesta formal y completa” será emitida antes del 15 de julio. Las mismas fuentes oficiales agregaron que los funcionarios estaban sorprendidos porque Millar estaba “desperdiciando los recursos del gobierno haciendo preguntas sobre ovnis”.
Lo curioso de este asunto es que nadie parece tener razón.
Hoy el Reino Unido es el paraíso del capitalismo radical. Con toda la carga de penurias, humillaciones y sufrimiento que estas políticas neoliberales de ajuste y austeridad suponen para la inmensa mayoría de la población. Un reciente artículo de The Observer, titulado Londres, la ciudad que se comió a sí misma, cuenta lo que está pasando en la capital del Reino del cual Gales forma parte.
“Londres es a los multimillonarios lo que las selvas de Sumatra son a los orangutanes. Es su hábitat natural”, se jacta Boris Johnson, su alcalde Conservador. Los precios de las viviendas –en las nubes a causa de los ambiciosos proyectos excluyentes pensados solo para ricos nacionales y sobre todo extranjeros– se han disparado, obligando a miles y miles de habitantes a iniciar un acelerado éxodo sin destino, ya que a las autoridades locales no les interesa buscar hogares para las familias sin techo y menos aún para aquellas que quedan sin hogar a causa del proceso de limpieza social que trae aparejado la gentrificación de la ciudad.
Hay edificios ocupados por artistas e inmigrantes, quienes en tiempos mejores recibían apoyo de programas sociales y ahora están bajo amenaza de nuevos propietarios, que obligan a los inquilinos a firmar su propia acta de defunción, papeles con los que pronto podrán ser desalojados.
El nuevo “presupuesto de austeridad” del gobierno conservador recortó 12 mil millones de libras a los beneficios sociales de los sectores más vulnerables.
De seguir a este ritmo –y según parece, nada ni nadie detendrá la faena iniciada por conservadores y laboristas– en 5 ó 6 años esta ciudad será el jardín de juegos de los millonarios, ultramillonarios y megamillonarios de todo el mundo, al que se repartirán entre ellos y sus sirvientes. ¿Qué pasará con los otros? Recorrerán una ciudad fantasma con cientos de miles de casas vacías y millones de personas expulsadas o condenadas a la pobreza.
En estos momentos, en Inglaterra, a los enfermos terminales que cobran una especie de seguro social que la ley prevé para estos casos (el Pago para Independencia Personal, PIP según sus siglas en inglés) el gobierno les pregunta cuándo exactamente piensan o esperan que se van a morir, para ver si le seguirán dando el beneficio hasta el día que se mueran o lo recortarán antes.
Los conservadores que tienen la cabeza en otro mundo porque “preguntan por ovnis” y los funcionarios laboristas que cancherean respuestas en klingon, entonces, son dos caras de la misma moneda.
La tercera cara, o cualquier moneda capaz de caer de canto, será sin ninguna duda la que arrojarán los compañeros posadistas, que hablaron de todo esto décadas antes de que el capitalismo llegase a los morbosos niveles de canibalismo social que capean hoy en Europa.
Gracias Pablo Robledo y Sirius Mazzu por la asistencia lingüística.
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