Ultimo encuentro con Betty Hill: conferencia secreta en New Hampshire

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Betty Hill con Eddie Bullard (izq.) y Hilary Evans. Der.: “Junior”, esculpido por Marjorie Fish (1932-2013).

El periodista Robert Sheaffer fue, junto con Philip Klass, y James Oberg, cofundador del «subcomité ovni» del CSICOP (hoy CSI, Committee for Skeptical Inquiry). En una reciente entrada de su página web ha publicado por primera vez online «un acontecimiento importante en la historia de la ufología», para usar sus palabras. Es nada menos que la crónica de una expedición colectiva al sitio donde el matrimonio de Betty y Barney Hill vivió su «abducción extraterrestre», la primera experiencia de este tipo difundida en el mundo,  en septiembre de 1961. Sheaffer aprovechó esta reedición del artículo para revisar, actualizar y compartir varias fotos importantes sobre este hito en la historia de la ufología. Le agradecemos su amable autorización para publicar la primera versión en español de este documento, junto con el intercambio que mantuvo con su colega inglés Peter Brokesmith.

Robert_SheafferPor Robert Sheaffer. Publicado en Badufos, 26/05/2015. Publicado originalmente en Skeptical Inquirer (Septiembre/Octubre 2007). Traducción: Luis R. González

Uno de los eventos más curiosos derivado de la Gran Burbuja Bursátil de Internet fue el proyecto denominado “Encuentros en la Cabeza del Indio / Encounters at Indian Head”, cuya mera existencia ha permanecido desconocida para el gran público hasta 2007. El encuentro fue preparado con un sigilo muy efectivo, y asombroso si tenemos en cuenta la incapacidad demostrada durante décadas por la mayoría de los ufólogos más destacados para comportarse de manera responsable. Organizado por el finado Karl Pflock, autor de Roswell – Inconvenient Facts and the Will to Believe (Prometheus, 2000) y el escritor forteano británico Peter Brookesmith, el evento fue financiado por Joe Firmage, por entonces un multimillonario de Silicon Valley que parecía dispuesto a hacer lo que fuese necesario para llevar al público hasta un estado todavía mayor de concienciación hacia lo extraterrestre.

En Septiembre de 2000, viajé desde California a New Hampshire para participar en ese encuentro ovni secreto. El asunto a debatir era la supuesta abducción sufrida por Betty y Barney Hill en 1961, el primer incidente de ese tipo denunciado en los Estados Unidos. Este caso alcanzó gran relevancia gracias al libro escrito por John Fuller en 1966, The Interrupted Journey (El viaje interrumpido), acrecentada si cabe años después en 1975 por  la película para televisión de la NBC, The UFO Incident. Firmage cubría todos los gastos, e incluso pagó por los derechos del material que escribiríamos al respecto, que aparecería en forma de libro. El objetivo del encuentro era, simplemente, descubrir lo que les había pasado realmente a Betty y Barney Hill. El plan era que nadie supiese siquiera del encuentro hasta que el libro estuviese impreso, presumiblemente para crear un inesperado impacto en el público. Todo se desarrolló conforme a lo previsto, gracias a los buenos oficios de Karl Pflock.

Marcello Truzzi (izq.), Karl Pflock, Greg Sandow. Sentada: Kathleen Marden (sobrina de Betty Hill y ufóloga).
Marcello Truzzi (izq.), Karl Pflock, Greg Sandow. Sentada: Kathleen Marden (sobrina de Betty Hill).

El evento tuvo lugar en el Indian Head Resort, a tiro de piedra del lugar donde Barney y Betty Hill dijeron haber visto el ovni atravesar la carretera y quedarse inmóvil frente a su automóvil. El lugar y los servicios resultaron espléndidos, y la compañía inesperadamente agradable. Los ufólogos tienen fama de pendencieros, incluso con aquellos con quienes están relativamente de acuerdo. Probablemente, el elevado nivel del debate fue debido a las ponderadas decisiones por parte de los organizadores, quienes excluyeron aquellos ufólogos con reputación de insufribles, pese a sus conocimientos sobre el tema. Bravo, Karl. El secretismo previo al encuentro garantizó que no fuésemos incordiados por la prensa, los curiosos, o por ciertos ufólogos bien conocidos por su testarudez.

Es sin embargo más difícil de entender la insistencia por exigir el mismo secreto tras el encuentro. En Enero de 2001 Pflock anunció a todos los participantes la “suspensión” del proyecto Indian Head. Se supone que el colapso bursátil de los valores tecnológicos afectó gravemente a los fondos disponibles, pues la empresa fundada por Firmage, U.S. Web (luego fusionada con CKS y March First) acabó en la bancarrota y consiguiente liquidación. Pese a ello, Firmage pagó hasta el último centavo prometido a los participantes. Con la muerte de Karl el 5 de junio de 2006, supuse que el proyecto estaba muerto pero que la cláusula de secreto se prologaría indefinidamente. Sin embargo, la viuda de Karl, Mary Martinek, terminó el proceso editorial y el resultado fue el libro Encounters at Indian Head, publicado por Anomalist Books.

Karl Pflock le regaló a Betty Hill esta camiseta.
Karl Pflock le regaló a Betty Hill esta camiseta.

05La Gran Dama de la Ufología, la fallecida Betty Hill, estuvo presente en el evento para guiarnos en una reconstrucción de toda la “abducción”, con la ayuda de su nieta (y ufóloga) Kathy Marden, que se sabía la historia casi tan bien como la propia Betty. Yo ya me había encontrado con Betty en diversas ocasiones. Ella nos fascinó con sus historias sobre los literalmente cientos de avistamientos de ovnis a los que asistió tras su “abducción” inicial. Betty asegura haber organizado todo un “Colegio Invisible” de científicos procedentes de los laboratorios más importantes del mundo que la acompañan para observar y estudiar estos ovnis, acumulando gran cantidad de documentación y datos… para a continuación tirar todo por el retrete, según parece. Por lo visto, su intención sería, simplemente, estudiar los ovnis, pero sin publicar nada. Algunos de los participantes más ingenuos reconocieron que escuchar a la señora Hill les hacía más difícil aceptar la realidad de sus historias, como si sus relatos increíbles no fueran bien conocidos en la ufología desde hace más de 25 años. Lo que más se le atragantó a varios de los asistentes era la forma en que Betty dijo saludar a los extraterrestres que la visitaban con un jovial: “¡Hola, chicos!”

Ni uno solo de los asistentes a la reunión consideró que la Betty Hill que escuchamos de primera mano pudiera considerarse una testigo digna de crédito; no obstante, varios de ellos seguían dispuestos a aceptar su historia sobre la abducción inicial, incluyendo a Karl Pflock. Sabiamente, los organizadores decidieron despedirse de Betty Hill antes de comenzar con el debate en serio, reconociendo que nos sería imposible discutir de forma objetiva el estado mental de la amable pero delirante anciana si seguía sentada entre nosotros.

La mayoría de los participantes eran bien conocidos en el mundillo ufológico y forteano. Peter Brookesmith, de la revista Fortean Times, era ciertamente el más joven de los presentes, y como co-organizador demostró ser un tipo con los pies en la tierra que se tomaba muy en serio la oportunidad de aquel encuentro. Todavía recuerdo las buenas rondas que compartí con Peter, Karl, y su esposa Mary. Otro británico que asistió fue Hilary Evans, cuyos trabajos me han resultado algo enrevesados en ocasiones, pero que en persona parecía bastante racional. Dos de los participantes lo fueron de forma virtual, desde la distancia. Por un lado, Walter N. Webb, el primer investigador del caso Hill, apenas un mes después de que tuvieran lugar los hechos. Por otro, Martin Kottmeyer, capaz de escribir artículos de una asombrosa perspicacia sin abandonar su granja en Illinois.

Nuestra excursión al punto del “Encuentro Cercano”, justo al sur de Indian Head.
Nuestra excursión al punto del “Encuentro Cercano”, justo al sur de Indian Head.
Mirando al sur desde el lugar del “Encuentro Cercano”. La autopista no existía en 1961.
Mirando al sur desde el lugar del “Encuentro Cercano”. La autopista no existía en 1961.

Además de las sesiones de debate, tuvimos oportunidad de hacer trabajo de campo. Nuestra excursión empezó con un breve trayecto en coche hasta el lugar donde supuestamente tuvo lugar el encuentro cercano previo con el ovni, justo al sur del hotel actual. Según Betty, el lugar del encuentro se sitúa en el lado este de la ruta 3, justo al norte del actual intercambiador con la ruta 93 (salida 33). Betty nos mostró dónde dejó Barney su automóvil parado en medio de la carretera con el motor en marcha, mientras cogía unos binoculares de la guantera para echar un buen vistazo a los alienígenas. A continuación, Betty nos guió hasta el lugar donde tuvo lugar la supuesta “captura”, un pequeño claro arenoso en los bosques justo al borde de la carretera de Mill Brook, vía que va desde la carretera estatal NH175 hacia el este en dirección a Thorton. Sin embargo, debo señalar que años atrás Barney y Betty Hill localizaron el sitio de la supuesta “abducción” en otro lugar diferente. (Las coordenadas GPS del lugar que Betty nos indicó durante nuestra excursión son: 43 grados 54.529’ N, 71 grados 39.852’ W, elevación 662 pies). Un conductor, extrañado al ver tanta gente en el bosque, paró para preguntar si había algún alce suelto (los turistas a menudo visitan la zona para avistar estos animales). Me limité a decirle que no, sin revelar que estábamos buscando ovnis. Pero alguien hizo algún comentario al respecto, y el conductor se marchó a toda velocidad.

Siguiendo al líder como en el tradicional juego infantil – Betty Hill nos guía hasta el lugar de la supuesta captura.
Siguiendo al líder como en el tradicional juego infantil – Betty Hill nos guía hasta el lugar de la supuesta captura.

Si visitas el lugar de los hechos, puedes aprender muchas cosas sobre un caso ovni que nunca imaginarías leyendo sus detalles. Mientras conducíamos desde el lugar del “encuentro cercano” al de la “captura”, me sorprendió descubrir cuántos pueblos pequeños y encantadores de Nueva Inglaterra se encontraban entre ambos. Conduciendo frenéticamente, al verse perseguidos por un ovni a corta distancia, los Hill tuvieron que atravesar los pueblos de North Woodstock, Woodstock, West Thornton, y Thornton. El límite de velocidad en dichos pueblos y sus alrededores es de 30 MPH (48 km/h). Incluso admitiendo que estos pueblitos tranquilos, que parecen sacados de los cuadros de Norman Rockwell sobre la vida en Nueva Inglaterra, estarían desérticos a medianoche, parece imposible que nadie en ninguno de ellos se fijase en un coche circulando frenéticamente por la ruta 3, chirriando al tomar las curvas, saltándose todas las señales de tráfico y con un ovni siguiéndole a corta distancia y muy baja altura. Relacionado con esto, tenemos que ponderar otro gran rompecabezas: ¿Por qué nunca se reciben informes de testigos presenciales que hayan visto ovnis persiguiendo un vehículo desconocido, de terceras personas?

Examinando el “lugar de la captura” según Betty: ni rastro de los OVNIs.
Examinando el “lugar de la captura” según Betty: ni rastro de ovnis.

También tuvimos oportunidad de pasar una velada viendo diversas películas de ciencia-ficción relevantes, incluyendo el episodio de la serie Outer Limits (Rumbo a lo desconocido) que Kottmeyer sugiere inspiró la descripción de Barney Hill de los alienígenas “con ojos envolventes”. Hubo un buen debate sobre la posible influencia de este tipo de películas en el relato de los Hill. El propio Firmage se sentó solo a ver las películas, sin comentar nada. Se pasó buena parte del tiempo de las reuniones pegado al teléfono del hotel, claramente  negociando acuerdos en Silicon Valley. Su participación fue bastante superficial. Tuve oportunidad de charlar con él un rato durante la primera sesión nocturna. Firmage argumentaba en base a algún físico disidente u otro con sus teorías particulares sobre cómo los ovnis podrían hacer algo de lo que hacen: viajar más rápido que la luz, desafiar la gravedad, etc. Para él, eso bastaba para dar la cuestión por resuelta: tales hazañas eran posibles, y deberíamos descartar nuestros prejuicios actuales al respecto. Firmage no parecía capaz de apreciar mi contra-argumento de que la gran mayoría de los físicos se mantienen incrédulos respecto de teorías especulativas mientras no haya pruebas; al menos a él, eso no parecía importarle. Firmage es un conferenciante impresionante y dinámico, pero no tan buen oyente.

Desde la izquierda, Pflock, Evans, Bullard, Truzzi, Firmage, Stacy.
Desde la izq.: Pflock, Evans, Bullard, Truzzi, Firmage, Stacy.

Al final, resultó imposible alcanzar ningún acuerdo sobre si el incidente de los Hill fue real o imaginario. Cada participante (excepto Greg Sandow) expone su punto de vista a placer en un capítulo del libro. Thomas «Eddie» Bullard, Greg Sandow, Walter Webb, y Karl Pflock defienden que el relato de la abducción de los Hill debería ser tomado de forma literal. Yo argumento en contra, como también Peter Brookesmith. Martin Kottmeyer y Hilary Evans coinciden en que la explicación es más probable de origen psicológico que material. Dennis Stacy, antiguo editor del MUFON Journal e impresor del volumen, se limita a una crónica cuidadosa de todo el incidente. Sin embargo, en conversación privada conmigo, Stacy admitió tener dificultades para aceptar el relato de los Hill al completo. El sociólogo Marcello Truzzi reconoce que le resultaba imposible llegar a ninguna conclusión. (Truzzi fue co-fundador del CSICOP en 1976, junto a Paul Kurtz. Retrospectivamente, resulta evidente que su cooperación estaba condenada a fracasar).

Joe Firmage proclama sus teorías sobre los ovnis. Desde la izquierda: Stacy, Hill, Sandow, Bullard, Evans, Brookesmith, Firmage, Pflock.
Joe Firmage proclama sus teorías sobre los ovnis. Desde la izquierda: Stacy, Hill, Sandow, Bullard, Evans, Brookesmith, Firmage, Pflock.

Era evidente que aquellos participantes que nunca se habían encontrado con Betty Hill quedaron consternados y/o decepcionados tras escuchar sus increíbles divagaciones sobre cosas que simplemente no podían ser ciertas. Sin embargo, fueron abundantes las racionalizaciones sobre por qué deberíamos creer su historia de 1961, pero no las posteriores. Me pareció que tanto el co-organizador Karl Pflock como el patrocinador Joe Firmage confiaban en que surgiese algún tipo de consenso pro-Hill durante el debate, una vez todos los “hechos” a su favor superasen la corte marcial… y quedaron muy desilusionados de que no fuese así. Me sorprende que el progreso del libro se acelerase tras la muerte de Karl, sobre todo considerando que el libro estuvo prácticamente terminado para 2001, antes de que cayese enfermo. Mi sospecha es que Karl paralizó el proyecto porque no resultó lo que él buscaba. Había confiado en una reivindicación en toda regla de la abducción de los Hill. Cuando las propias declaraciones de Betty sembraron dudas incluso entre aquellos más inclinados a creer su historia, Pflock probablemente acabó considerando el congreso como un error táctico.

Una de las “evidencias” en favor de la supuesta abducción ha sido, desde siempre, la insistencia de Betty en que su marido Barney, después de que los alienígenas examinasen sus genitales, había desarrollado un círculo de verrugas en la ingle. Los defensores de las abducciones parecieron asombrados al enterarse (una vez que Betty ya no podía escucharnos) de que dicho síntoma apunta, no a actividades alienígenas, sino a una enfermedad venérea bastante común.

Los participantes en los “Encuentros en la Cabeza del Indio” (NdT: “Indian Head / Cabeza de Indio” se refiere a una famosa pareidolia en una montaña cercana, que recuerda el perfil de un antiguo nativo norteamericano). De izquierda a derecha: Marcello Truzzi, Peter Brookesmith, Greg Sandow, Dennis Stacy, Karl Pflock, Eddie Bullard, Robert Sheaffer, Hilary Evans. Ausentes: Walter Webb, Martin Kottmeyer.
Los participantes en los “Encuentros en la Cabeza del Indio” (NdT: “Indian Head” se refiere a una famosa pareidolia en una montaña cercana, que recuerda el perfil de un antiguo nativo norteamericano). De izq. a der.: Marcello Truzzi, Peter Brookesmith, Greg Sandow, Dennis Stacy, Karl Pflock, Eddie Bullard, Robert Sheaffer, Hilary Evans. Ausentes: Walter Webb, Martin Kottmeyer.

Casi siete años separaron la celebración del congreso y su revelación pública. Hoy han pasado ya quince años y cuatro de los participantes han fallecido: Marcello Truzzi, Karl Pflock, Hilary Evans, y Betty Hill. No podría hacerse de nuevo.

En cuanto a Joe Firmage, parece haber desaparecido por completo del mundillo ufológico. Ni siquiera tengo claro si logró conservar siquiera una parte de su enorme fortuna. Ya tampoco actualiza su antigua página electrónica (firmage.org) donde acostumbraba a mencionar los conceptos más novedosos sobre OVNIS, el futuro y la Nueva Física. Comparada con ella, su nueva web es casi convencional. Firmage parece haber reaparecido, quizá de forma breve, como participante del grupo conspiranoico “La verdad sobre el 11 de Septiembre”. Las informaciones más recientes sobre las actividades actuales de Firmage no suenan nada bien.

Peter BrokesmithComentarios de Peter Brookesmith

La historia de Betty sobre su abducción no salió a la luz originariamente bajo hipnosis, sino en una serie de sueños (no en orden cronológico, nos aclaró) que experimentó poco después de su encuentro con el ovni y tras leer varios libros sobre el tema. El único título que podía recordar era Flying Saucer Conspiracy de Donald Keyhoe. En mi opinión, ese texto pudo servirle para imaginar el contenido de sus sueños. Betty asegura que sus notas originales se han perdido y que la versión que conocemos (NdT: por el libro de Fuller) ya aparece organizada en orden cronológico… cuál puede haber sido su contribución inconsciente en este proceso queda a la consideración del lector.

Pese a las protestas de Betty, está claro que Barney estaba al tanto de esos sueños mucho antes de que fuese hipnotizado por el Dr. Simon (NdT: y aportase su propia versión de la abducción). Al menos en una ocasión (existe una grabación), Betty relató sus sueños estando Barney presente. Me parece correcto suponer que en la hipnosis posterior, cuando Barney aporta información adicional novedosa, en realidad está revelando al Dr. Simon, y a nosotros, detalles más relacionados con su personalidad que con la de los alienígenas.

Es también oportuno recordar que el Dr. Simon no estaba tratando de extraer “la verdad” de lo ocurrido, sino interesado en reducir las inquietudes que los Hill tenían sobre su experiencia. Parece que ese objetivo fue alcanzado, aunque quizá no por completo en el caso de Barney.

(…) Existen algunos pequeños errores en el relato de Robert Sheaffer, y diversos detalles que merecen algún comentario adicional.

Betty y barney-Hill hace 50 aniosKarl y yo debatimos a fondo sobre la selección (y rechazo) de los posibles participantes y, una vez descartados los más problemáticos, nuestro objetivo fue reunir a personas dignas de confianza, capaces de ser tan objetivos como el que más y que, idealmente, hubiesen tenido alguna contribución original al debate sobre las abducciones. La idea general era evitar una atmósfera de confrontación, por lo que algunas personas concretas tuvieron que ser descartadas. Mía fue la idea de nombrar a Marcello Truzzi como presidente de la reunión. De igual forma, Karl y yo planeamos el reparto de los temas a tratar por cada asistente de cara al futuro libro, que ambos editamos conjuntamente (nuestra última sesión fue por teléfono el día anterior a su muerte); Mary completó la revisión de su contribución personal. Fui yo quien terminó con el diseño y la producción del libro, para incordio de Patrick Huyghe, aunque al final (según me dijo) quedó muy satisfecho con los resultados. Karl ocupó el puesto superior del proyecto principalmente porque Firmage pagaba en dólares y además resultaba absurdo que fuese yo, desde Gran Bretaña, quién organizase todo el evento, viajes, estancias, etc. También fue Karl quién convenció a Firmage para que financiase el proyecto.

Joe Firmage: De "Mulder de Silicon Valey" a último mecenas.
Joe Firmage: De «Mulder de Silicon Valley» a último mecenas.

El libro tardó tanto en ver la luz sobre todo porque Firmage ya no disponía de liquidez para financiar la publicación, conforme a lo planeado (Esta es la razón de que el proyecto quedase en “suspenso” en 2001). Tengamos en cuenta que iba a tratarse de un gran volumen, incluyendo transcripciones de buena parte del debate y muchas cosas más. Tras la “suspensión”, tratamos de seguir la ruta comercial habitual para su publicación. Pero ningún agente literario estaba dispuesto a apoyar un libro tan voluminoso. De hecho, ni siquiera les interesaba su versión descafeinada, sólo con los trabajos de los asistentes. Mientras tanto, Dennis Stacy y Patrick Huyghe habían fundado Anomalist Books y Dennis decidió arriesgarse a imprimirlo, con el resultado conocido. Pero poco antes, o no mucho después, de mi visita a Dennis en 2005 para discutir los detalles finales, Karl fue diagnosticado con ELA (esclerosis lateral amiotrófica), y ello retrasó mucho las cosas. Es equivocado sugerir que Karl (o yo  mismo) paralizamos el proyecto todos esos años, o lo hicimos porque él “estaba desilusionado con el resultado”: al contrario, Karl estaba muy satisfecho; pensaba que habíamos logrado presentar de una forma justa los distintos puntos de vista existentes sobre el caso. Desde luego, él nunca pretendió “una reivindicación en toda regla de la abducción de los Hill”, ni tampoco pensó que organizar el encuentro había sido un “error táctico”. Estaba orgulloso, y con razón, de haber jugado un papel crucial en hacerlo realidad.

Respuesta de Robert Sheaffer:

Siempre estoy dispuesto a recibir tus comentarios, Peter. Como dije, mi impresión era que Karl no estaba demasiado entusiasmado con alcanzar la publicación del proyecto. Mi opinión se basaba en diversas conversaciones telefónicas con Karl tras el encuentro. Cada vez que yo sacaba la cuestión, él siempre repetía algo como “Oh, eso, olvídate”, en vez de comentar algo como “espero que la nueva propuesta funcione”. Pero tú estuviste más involucrado en todo el proceso que yo. Revisaré el texto para reflejar tus comentarios.

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Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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