Gobiernos vs. Big Tech: ¿Quién controlará la democracia digital?

¿Tiene algún sentido convocar a una democracia digital cuando las plataformas son manejadas por las grandes compañías tecnológicas? Reflexiones sobre un peligro que emerge hoy en la relación Musk-Trump a propósito del libro «Plataformas y participación política» de Marco Deseriis, para Mondadori Università.

Por Andrea Natella (*)

DÚO APOCALIPSIS. Donald Trump y Elon Musk – Fuente: AP

Si hay algo positivo en el compromiso público de Elon Musk junto a Donald Trump en las recientes elecciones políticas estadounidenses, es haber puesto en el máximo nivel de atención de la opinión pública el papel no neutral de las redes sociales.

Desde entonces, las noticias sobre las plataformas han aparecido en los titulares y páginas de inicio de todo el mundo. A partir de la decisión de Mark Zuckerberg de abolir la verificación de datos y recortar los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión, hasta los ataques lanzados por el propio Musk en X (antes Twitter) contra varios representantes de gobiernos europeos y que luego culminaron con la entrevista en vivo con la líder de extrema derecha de AfD, Alice Weidel, hasta la ley de verificación de edad que llevó a la suspensión de sitios pornográficos en diecinueve Estados de EE.UU. y al estancamiento de TikTok, luego resuelto con la investidura de Trump. Son preguntas que ponen en jaque la cuestión de la gobernanza pública de las plataformas digitales y es bueno que finalmente se planteen.

Marco Deseriis, profesor asociado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Scuola Normale Superiore, enseña sociología de los medios, la cultura y la comunicación. Es autor de Improper Names: Collective Pseudonyms from the Luddites to Anonymous (University of Minnesota Press, 2015) y Net.Art: The Art of Connection (Shake, 2008), escrito con Giuseppe Marano. El autor recibió su doctorado del Departamento de Medios, Cultura y Comunicación de la Universidad de Nueva York y ha ocupado puestos de investigación y docencia en la New School de Nueva York y en la Northeastern University de Boston.

Este es el tema de Piattaforme e Partecipazione Politica (Plataformas y participación política) (Mondadori Università, 2025) de Marco Deseriis, profesor asociado de la Scuola Normale Superiore, que analiza la compleja relación entre la digitalización de las relaciones sociales y los procesos democráticos.

Aunque las expectativas utópicas que caracterizaron la primera fase de la difusión de internet parecen hoy sustancialmente traicionadas por la dominación de las grandes tecnológicas, nunca han faltado los intentos de democratizar los procesos políticos.

Deseriis analiza modelos de plataforma, cuestiones técnicas, regulatorias y sociales a partir de los experimentos más famosos de partidos que se han formado en torno a herramientas de participación digital.  

Independientemente de los resultados electorales y de las evaluaciones políticas, el resultado de experiencias como la del M5S en Italia, Podemos en España y el Partido Pirata en Alemania y el norte de Europa, el desafío ha sido la dificultad de hacer coexistir las potencialidades de las plataformas utilizadas con las limitaciones de la representación parlamentaria. Problemas similares a los que sufrieron experimentos de participación municipal como los activados en Reikiavik, Madrid y Barcelona, ​​que destacaron las dificultades de las arquitecturas institucionales para interconectarse con las lógicas de la democracia digital.

Esta es la medida de por qué la intervención pública en la gobernanza de las plataformas comerciales es a menudo ineficaz. Deseriis reconoce los elementos de una microfísica del poder a través del análisis de las funcionalidades técnicas de las plataformas. A través de mecanismos de gamificación (1) de la interacción social, personalización algorítmica de contenidos, efectos de red que estimulan la multiplicación de usuarios y su permanencia en línea, las grandes corporaciones de internet maximizan la extracción de valor de los usuarios. Pero estos mismos mecanismos también son responsables de la proliferación de noticias falsas y discursos de odio, de la polarización y de la propagación de nuevos trastornos psicológicos. Lo que se le pediría a la política es una intervención directa, en vez de limitarse a defender una concepción de la privacidad del siglo XX.

Hoy en día, las grandes empresas tecnológicas que han logrado construir una esfera pública digital abandonan cualquier vocación social y están logrando que cuente el peso de sus gigantescos balances. Evocan la ética libertaria que caracterizó los orígenes de la revolución telemática para afirmar una descarada libertad de acción.

La senadora Elizabeth Warren planteó a Trump la cuestión del conflicto de intereses en la nominación de Elon Musk para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Musk respondió recordando la ascendencia Cherokee de Warren, llamándola Pocahontas y publicando imágenes de ella generadas por IA transformada en una nativa americana.

Si el discurso racista y de odio proviene de los propietarios de las plataformas, tal vez tiene sentido transformar la prohibición en forma de X de la UE, evocada por Jordan Bardella del Rassemblement National, y tildada de noticia falsa por varios periódicos, en una oportunidad. Esto es lo que está haciendo Paolo Cirio, artista y activista digital, que recientemente lanzó la “plataforma” ban-x-in.eu con una petición que pide el cierre de X.

(1) Gamificación: Anglicismo que refiere a la aplicación de mecánicas y dinámicas de juego en contextos no lúdicos, como la educación, los recursos humanos o el entorno laboral, a fin de mejorar la motivación, el compromiso y el rendimiento.

Publicación original: Il Manifiesto, 11/02/2025

 (*) Andrea Natella es un sociólogo, estratega de marketing y artista de ficciones de diseño en Italia. Estudió en la Università di Roma La Sapienza y hoy enseña en la Universidad IED Roma. Ha desarrollado proyectos de arte subversivo y marketing no convencional, como guerrigliamarketing.it y Kook Artgency, explorando la intersección entre política, publicidad y provocación. En 2008, creó la campaña viral Ever Dream This Man?, un experimento sobre la propagación de mitos urbanos que se hizo mundialmente famoso en 2009. Fue parte del colectivo Luther Blissett y en 1999 cofundó Men In Red, el primer grupo de ufología marxista.

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El que prescribe

Alejandro Agostinelli, editor de este blog, es periodista desde 1982.

Fue redactor de las revistas Conozca Más, MisteriosEnciclopedia Popular Magazine Gente, y de los diarios La prensaPágina/12. Fue uno de los impulsores de la Fundación CAIRP y escribió y asesoró a la revista El Ojo Escéptico. También fue productor de televisión en Canal 9 y América TV. Fue secretario de redacción de las revistas de divulgación científica Descubrir NEO y fue editor de una docena de colecciones de infomagazines para la revista Noticias y otras de Editorial Perfil. Últimamente ha colaborado en las revistas Pensar, publicada por el Center For Inquiry Argentina (CFI / Argentina), El Escéptico y Newsweek.

Fue creador del sitio Dios! (2002-2004) y del blog Magia crítica. Crónicas y meditaciones en la sociedad de las creencias ilimitadas (2009-2010). Es autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009).

Asesoró a Incoming, el noticiero de Canal Infinito (2009-2011) y escribió la columna Ciencia Bruja en Yahoo! Argentina y Yahoo! español (2010-2012). Asesoró a las productoras SnapTv y Nippur Media en la producción de documentales históricos y científicos para NatGeo (2011-2013).

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