La Facultad de Ciencias Exactas difundió una resolución donde el Consejo Directivo de esa institución de la UBA repudió el evento “Ciencia y Espiritualidad” realizado en el ámbito del Centro Cultural de la Ciencia (C3), pidió al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación “una disculpa pública” y que la cartera “se abstuviera de asociarse con personas o instituciones que promuevan la pseudociencia”. Durante la charla de la Fundación Columbia en el edificio del Polo Científico, la coordinadora del encuentro dijo que aquel era el primero de un ciclo que, sin embargo, no aparece en la programación del C3. Esta entrada es secuela de Love Story: el banquero new age y el ministro de Ciencia.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 de marzo de 2018
VISTO El Encuentro gratuito de ciencia y espiritualidad” realizado en el C3 el día 23 de marzo del corriente,
CONSIDERANDO
Que dicho encuentro es organizado por la entidad privada Fundación Columbia de Conciencia y Energía,
Que la fundación Columbia utiliza para la promoción de sus actividades un lenguaje tomado de la ciencia,
Que la utilización de lenguaje científico y la presentación de creencias sin sustento empírico ni racional alguno como si fuesen resultados de la ciencia es una estrategia conocida para obtener credibilidad social y publicidad en forma engañosa,
Que estas prácticas para las que se ha adoptado el término de “pseudociencias” conllevan riegos individuales y sociales para la salud, la vida y la formación de los ciudadanos,
Que esta actividad se ha realizado en el ámbito del C3, Centro Cultural de la Ciencia (dependiente del MINCYT), un ícono de la popularización de la ciencia en la Argentina,
Que dicha acción reviste mayor gravedad por cuanto algunos de los expositores son investigadores de Carrera de CONICET, lo cual puede dar a la sociedad la falsa imagen de que se trata de actividades científicas,
Que la presentación de “pseudociencias” en el marco del C3 atenta contra los objetivos de la Educación y Popularización de las Ciencias, a la vez que afecta negativamente la credibilidad en la genuina actividad científica,
Que estos discursos y prácticas están situados en las antípodas de las actividades sostenidas y sistemáticas que se realizan desde diversas instituciones públicas de Argentina con el objetivo de mejorar la educación científica de los niños y jóvenes, y fomentar en el gran público una más adecuada comprensión de la ciencia,
Que en el folleto de presentación de la actividad figura como presentador el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Dr. Lino Barañao,
Que a pesar que el ministro no concurrió al evento, los expositores del mismo le expresaron su gratitud por haber habilitado el espacio dependiente del MINCyT para su realización, a la vez que activamente promocionaron cursos futuros de pseudociencias, uso de las atribuciones que le confiere el Artículo 113 del Estatuto Universitario,
EL CONSEJO DIRECTIVO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES RESUELVE:
ARTÍCULO 1º.- Expresar su más enérgico repudio a la realización del evento “Encuentro gratuito de Ciencia y Espiritualidad” en el ámbito del C3 .
ARTÍCULO 2º.- Solicitar al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación una disculpa pública por haber facilitado sus instalaciones para una actividad de una fundación que promueve la pseudociencia.
ARTÍCULO 3º.- Reclamar al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que en adelante se abstenga de asociarse con personas o instituciones que promuevan la pseudociencia.
ARTÍCULO 4º.- Regístrese, notifíquese a quienes corresponda, dése amplia difusión y publíquese en la página de la Facultad, y cumplido, archívese.
Fdo. Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas
Enlace al documento en el sitio de Exactas
EL CONTENIDO DEL ENCUENTRO
Algunos de los temas que se tocaron en el Encuentro Gratuito Ciencia y Espiritualidad relizado el viernes 23/3 en el C3 contienen lo que podría ser una réplica al repudio del Consejo Directivo de Ciencias Exactas. Por eso, y porque es instructivo conocer la voz de los “científicos espirituales” cuya presencia en el C3 es cuestionada, publicamos parte de la conferencia que dio ese día el Dr. Fernando Pitossi, Bioquímico, Dr. en Ciencias Biológicas, investigador de la Fundación Instituto Leloir en neurociencias y células madre, ganador del Premio de la Fundación John Simon Guggenheim Memorial (EE.UU.) en Neurociencias y coordinador de grupos de meditación en la Fundación Columbia. En aquella oportunidad también habló la antropóloga Ana María Llamazares, a quien invitamos escuchar en el video y cuya charla no reproducimos porque sus ideas son bastante conocidas.
“Los científicos, sobre todo los que tenemos mucha exposición, que estamos en temas que tienen mucha prensa, el valor o el activo que tenemos los científicos, es la credibilidad, el nombre. (…) Hay un miedo, Ana María (Llamazares) también, porque está peleándose quién tiene la verdad. Quién nos dice mejor qué es real ¿no? La ciencia, con el método empírico, o la espiritualidad, esa intuición, eso que todo el mundo sabe, que va de boca en boca, pero que en realidad no se anima mucho a decir porque si no ‘uno puede estar medio loco’. Por eso me parece importante hablar de esto dentro de lo que es CONICET. Pone en riesgo la credibilidad. De hecho el año pasado (se está riendo la gente de Prensa de CONICET), salió una nota de un matemático que trabaja en kabbalah y una mía, diciendo que era meditador nada más, y hubo una respuesta epitelial, alérgica, a la nota, de altos mandos del CONICET diciendo ‘¿qué hace esta nota acá?’ ¿Cómo se nos escapó (-‘esa laucha’, intercala Llamazares) esta cosa que no es creíble?’ (1). Entonces, hay en el imaginario, por lo menos, de poner una vara muy alta en no decir todo. En no decir, ‘yo soy practicante de chamanismo’. Yo por ejemplo, leo, investigo, me di cuenta que en el mundo había muchos grupos científicos trabajando en meditación. Hay casi 5.000 trabajos científicos en meditación. 4.817 trabajos. Ahí me salió el científico. En mindfulness, por ejemplo. Entonces, la meditación ya está incorporada, ya está probado que tiene beneficios científicos, ya hay un método científico aplicado a eso que funciona. Entonces, yo abrí el juego y dije ‘yo hago meditación’. Después me animé a decir ‘yo coordino grupos de meditación’ porque a mí me avalaron hace diez años para hacerlo. Ahora, el chamanismo ya era… ¿cómo explico que no es brujería? ¿Cómo explico que no se trabaja con nada que no sea con pasión y con amor incondicional?”.
DE LOS PAPELONES TAMBIÉN SE APRENDE
Dadas las dos perspectivas sobre el asunto, el ciclo Ciencia y Espiritualidad que empezó el viernes 23/3 no parece contar con la simpatía de la dirección del Centro Cultural de la Ciencia (C3) que, como se dice vulgarmente, “se comió el garrón”. Caído del cielo o no, lo cierto es que, hasta el momento, Guadalupe Díaz Costanzo, Coordinadora del C3, no soltó una palabra sobre el tema y la Fundación Columbia, por sus anuncios, esperaban que el Dr. Lino Barañao acompañara el inicio del ciclo.
El escándalo desnudó la previsible marea de reacciones humanas que desata un manejo institucional erróneo de un desafío complejo como lo es la divulgación de la ciencia, más delicado todavía si el eje de la controversia es cómo abordar desde un espacio estatal las mal llamadas disciplinas alternativas, los supuestos fenómenos o las problemáticas que abordan grupos de interés cuyos practicantes producen, o aceptan la pertinencia de, una serie de experiencias, manifestaciones o afirmaciones extraordinarias.
Quizá no hubiese sido motivo de conflicto plantear un programa similar en un contexto de diversidad de opiniones donde un adecuado encuadre científico del fenómeno a debatir esté garantizado y no se encuentre, como en este caso, monopolizado, y por ende sesgado, por los intereses de una fundación que no es una institución académica si no una prestadora de servicios mánticos, una proveedora de terapéuticas de eficacia no comprobada o dudosa y, también, un espacio donde florece un ramillete de disciplinas heterodoxas que son de indudable interés para los científicos sociales.
Una cosa es ser respetuosos ante el consumo cultural de prácticas que no tienen por qué ser científicas para ser parte de la vida social y otra muy distinta es subirles el precio sin más, concediéndoles un aval científico que se consigue con papers, no en la conquista de espacios públicos.
De cualquier manera, ningún vericueto legal alcanza para justificar el hecho de que un ente privado use un espacio oficial dedicado a la divulgación científica para arroparse con una legitimidad que, si no es directamente falsa, es por lo menos engañosa o forzada. Hasta la coordinadora del Encuentro, Fabiana Fondevilla, es empleada de la Fundación Columbia y se dio el lujo de invitar al auditorio a actividades que se realizan en el marco de la Fundación.
-Alejandro Agostinelli
NOTA
1) Se refiere al artículo publicado en Julio de 2017 en el sitio de CONICET titulado Los bordes de la ciencia: conexiones entre la matemática y la kabbalah o la regeneración celular y la meditación. Puede descargarse el pdf.
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