En la madrugada del 4 de febrero de 1978, un grupo de pescadores vio una extraña luz en el cielo de San Luis. Dos de seis testigos añadieron haber visto descender de un ovni una criatura típicamente extraterrestre en los setenta, cuando todavía no habían aparecido los grises macrocéfalos. ¿Qué pasó esa noche? Este artículo ofrece la primera hipótesis científica sobre lo ocurrido.
El contexto sociocultural de aquel singular año -en que estrenó «Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (o de la Tercera Fase)»- fue abordado en un artículo anterior.
Por Heriberto Janosch González Ph.D. *
Las noticias del 5 de febrero de 1978 hablaban de un suceso extraordinario en el Dique La Florida, San Luis, Argentina, ocurrido entre las 4:45 y las 5:00 en la madrugada del día anterior, 4 de febrero, en una noche muy oscura: sólo faltaban tres días para la Luna Nueva. Un ovni en vuelo habría sido observado por seis testigos. Dos de ellos afirmaron que una “nave” habría despegado desde las inmediaciones del Dique con un tripulante de aspecto humano.
El 6 de febrero la Policía Federal Argentina tomó declaración a estos testigos, quienes se encontraban pescando en la embarcación “La Niña”. Del expediente policial tomaremos los detalles más significativos:
Del testimonio de Manuel María Álvarez, 32 años:
Entre las 4:30 y 5:00 de la madrugada del día 4 de febrero se encontraba pescando cuando de repente vio un resplandor. Se trataba de un objeto en forma de “plato hondo invertido” que irradiaba una luz blanca desde la parte de abajo y luces “verde esmeralda y rojo granate” en la parte superior. El objeto se encontraba suspendido en el aire a 3 metros de altura y a una distancia de 25 metros de Manuel. El tamaño del objeto sería de unos 20 metros. De pronto se abre una escalerilla por la cual desciende un ser de aspecto humano de unos 1,85 metros de altura, vestido con un “traje brilloso ajustado al cuerpo”, de color plateado y luminoso. En la cabeza llevaba una especie de escafandra transparente. El ser desciende y camina unos 5 o 6 metros hacia el testigo, “sonriendo y haciendo un ademán de amistad con sus manos”. Las manos eran de “una medida normal” (ver a continuación el testimonio de Pedro). El ser vuelve al objeto, entra, se retrae la escalerilla, y tal objeto desaparece “dejando una estela luminosa a medida que se alejaba hacia el espacio con una dirección Noreste”. Todo esto habría ocurrido en unos 20 segundos. De este testimonio hemos considerado dos fases o momentos: (a) la observación del supuesto tripulante del objeto, y (b) el alejamiento del mismo objeto en el espacio.
Del testimonio de Pedro Raúl Sosa, 32 años:
Aproximadamente a las 4:50 se encontraba pescando cuando observó un resplandor. Se trataba de un objeto “rodeado de una aureola que irradiaba una luz fosforescente”. Desde el interior del objeto surgió una escalera por donde descendió un ser de aspecto humano, de una estatura aproximada de 1,90 metros, que se “hallaba vestido con un traje brilloso ajustado al cuerpo”, de color plateado y luminoso. En la cabeza llevaba una especie de “globo transparente”. El ser caminó hacia Pedro unos diez pasos, sonriendo y haciendo un ademán de gratitud con sus manos, que eran de una “medida triple de lo normal” (ver testimonio de Manuel). Luego el ser volvió sobre sus pasos, se introdujo en el objeto, y se cerró la escalerilla. Entonces el objeto se alejó volando y a medida que se alejaba “la iluminación se notaba de diferentes colores, aumentando su luminosidad, el mismo se dirigía al Norte, perdiéndose en el espacio”. Aquí también hemos considerado las dos fases para el análisis posterior: (a) el momento de la observación del supuesto tripulante, y (b) el alejamiento del objeto por el espacio.
Del testimonio de Regino Salvador Perroni, 26 años:
A las 4:50 vio un resplandor, pero a diferencia de Manuel y Pedro, se cubrió la cara y fue a despertar rápidamente a sus otros compañeros, Genaro, Ramón y Jacinto, que se hallaban durmiendo en la balsa. Así, Regino no pudo ser testigo de la primera fase (sí del resplandor, pero no de la observación del ser). La segunda fase (alejamiento del objeto por el espacio) la vio de manera completa, y la describe como que el objeto “se desplazaba hacia el espacio en dirección Norte y a medida que se distanciaba dejaba una estela luminosa”. Todo duró entre 15 y 20 segundos, desde la observación del resplandor hasta el alejamiento del objeto.
De los testimonios de Genaro Luis Sosa (34 años), Ramón Armando Sosa (39 años), y Jacinto Eduardo Lucero (24 años):
Estas tres personas solo fueron testigos de la segunda fase. Ramón la describe como un objeto que observó a eso de las 4:45, que “irradiaba una luz fosforescente [y] se desplazaba hacia el cielo con dirección Norte”. Jacinto, por su parte, declaró que, aproximadamente a las 4:50, percibió “una luz blanca que se desplazaba a lo lejos”, en dirección Norte. Finalmente, Genaro declaró que, aproximadamente a las 5:00, observó un objeto que a “su alrededor poseía como una aureola amarillenta”, y se desplazaba hacia el cielo en dirección Noroeste.
Por otro lado, parece haber una confirmación independiente de otro grupo de personas que habrían observado la segunda fase del mismo fenómeno, según la investigación dirigida por el ya fallecido, y conocido actor y ufólogo, Fabio Zerpa:
“Coincidentemente con este suceso, hubo un hecho similar en Caucete (prov. de San Juan ), aproximadamente a la misma hora de la observación en La Florida; ambas poblaciones coinciden con la orientación Noreste de desplazamiento del OVNI que vieran los testigos puntanos.”
(Ver. Ellos, los Seres Extraterrestres Por Fabio Zerpa. Ed. Florentinas, 1997, P. 109 )
Un intruso en el cielo
El mismo día que iniciamos nuestra propia investigación pudimos explicar con total grado de certeza la segunda fase del suceso (alejamiento del ovni en dirección general hacia el Norte).
Mientras eran las 4:00 horas del 4 de febrero de 1978 hora local de San Luis, despegaba desde Kagoshima, Japón, un cohete M3-H con el objetivo de poner en órbita el satélite de observación de auroras Kyokko.
TRAYECTORIA DEL KYOKKO. Para comprobar en línea la ruta del satélite japonés, entrar aquí. En este otro link ver ficha técnica del KYOKKO 1 (EXOS A)
DETALLES DE DESPEGUE. En este link vemos tanto la fecha de lanzamiento (4/2/1978) del cohete M3-H que puso en órbita al Kyokko, como la fecha en que el cohete “decayó” (reingresó a la atmósfera). Más detalles sobre el cohete MH3, aquí.
Alrededor de una hora después, coincidiendo con el tiempo de observación del ovni en el Dique La Florida, provincia de San Luis, y quizás desde Caucete, provincia de San Juan, el cohete M3-H atravesaba en dirección aproximada de Sur a Norte la República Argentina, siendo visible desde ambas provincias. El cohete estaba por poner en órbita al satélite Kyokko, que hoy se mantiene en su órbita original.
Obviamente, esta constatación echa por tierra las declaraciones de Manuel y Pedro, los únicos dos testigos de un ser de aspecto humano que realizó varias acciones en un lapso de tiempo muy escaso, menor de 20 segundos.
El objeto que se alejaba no despegó con un tripulante desde el Dique La Florida sino desde Kagoshima en Japón, portando el satélite Kyokko.
Por otro lado, el ser que afirmaron ver es muy similar al dibujo de la tapa del libro “Un hombre en el universo” del actor y ufólogo Fabio Zerpa, en cuya portada, por cierto, aparecen tres pescadores. El libro fue publicado por Cielosur Editora en su colección CUARTA DIMENSIÓN dos años antes del suceso, y se exhibía para su venta en kioscos de diarios y revistas de todo el país.
Una respuesta postergada
A lo largo de casi 45 años nadie logró explicar el caso. Y es sorprendente que nadie lo haya hecho en las últimas tres décadas, en que se extendió la consulta en bases de datos que permiten navegar hasta registros históricos de lanzamiento de cohetes portadores, permanencia y caída de satélites de todo tipo.
Quedan pocas dudas de que el vuelo del supuesto ovni por el espacio (segunda fase) ha quedado explicado como la observación de un cohete japonés M3-H. (Al pie, ver ANEXO y notas RELACIONADAS, donde hay varios ejemplos).
Ahora bien ¿qué motivó a Manuel y Pedro referirse al descenso de una criatura? No lo sabemos y probablemente será difícil de determinar. Quizás se trató de una simple broma a sus compañeros, broma que luego se fue de las manos al enterarse los periodistas locales, e intervenir la Policía Nacional, en las oscuras épocas de la dictadura cívico-militar de Videla.
En 2018 un grupo de ufólogos colocó una placa en el Dique La Florida con motivo del 40 años del suceso. ¿Deberíamos poner otra placa indicando que lo que se vio fue el cohete japonés M3-H portando al satélite Kyokko?
* Heriberto Janosch Gonzalez Ph.D. es licenciado en Psicología (1999) por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Doctor Cum Laude en Ciencias Jurídicas y Económicas (2020) por la Universidad Camilo José Cela (UCJC) y Máster Universitario en Investigación en Psicología (2012) por la Universidad de Educación a Distancia (UNED). También es Experto Universitario en Criminología (2013) por la UNED. Ayudante Doctor acreditado por ANECA. Técnico Especialista en Ciberinteligencia (Hack by Security, 2022). Hoy es profesor doctor en UNIE universidad. Ha dictado dos Talleres de Identificación Aeroespacial (fenómenos aéreos no identificados, UAP), una iniciativa que hizo punta en el ámbito universitario español.
ANEXOS
TWILIGHT PHENOMENON / FENÓMENO CREPUSCULAR
Como habrá notado el lector más agudo, casi todos los testigos del caso Dique La Florida coinciden en haber visto “un objeto” o “una aureola” que irradiaba “una luz fosforescente” o que “su alrededor poseía como una aureola amarillenta”. Incluso un testigo destacó que “a medida que se distanciaba dejaba una estela luminosa”. Estos efectos son típicos del llamado “fenómeno crepuscular”, que se acentúa cuando el cohete pasa entre 30 y 60 minutos antes del amanecer (o del atardecer), a una altura en que recibe la luz del Sol: las partículas de los propulsores de cohetes que quedan en el rastro de vapor de un vehículo de lanzamiento se condensan, se congelan y luego se expanden en la atmósfera superior menos densa. La columna de escape, suspendida contra un cielo oscuro, luego es iluminada por la luz solar reflectante de gran altitud mediante dispersión, creando ese efecto espectacular y colorido percibido a nivel del suelo.
Las estelas de los cohetes se extienden hacia la estratosfera y la mesosfera. Las pequeñas partículas en la columna de escape en expansión o «nube» difractan la luz solar y producen los colores rosa, azul, verde y naranja. Por lo general, este fenómeno se puede ver entre 2 y 3 minutos después de un lanzamiento. Según las condiciones climáticas, puede permanecer en el cielo hasta media hora antes de dispersarse.
EL PAPEL DE ZERPA. El portal local Periodismo Urbano había destacado las influencias y posteriores “tergiversaciones” halladas en las notas y libros de Fabio Zerpa. El ufólogo llegó a San Luis una semana después y, tan pronto entrevistó a los pescadores, celebró un show audiovisual en el Cine Rex que desbordó de público. El redactor de este portal llamaba la atención sobre la influencia que ejerció Zerpa en la construcción del relato sobre el «fugaz visitante cósmico» y su saludo, al que el ufólogo comparó con «la posición de loto» (?). (Periodismo Urbano parece haber finalizado y quedó mucho material fuera de línea, aquí rescatamos el esqueleto de la nota de Archive.org).
SALUDO ESTELAR. Otra iconografía inspiradora de los años setenta fue esta representación sobre “cómo somos” (o cómo pretendemos que nos vean a) los humanos ante eventuales extraterrestres. Está inscripta en dos placas metálicas que viajan a bordo de las sondas Pioneer 10 y 11, lanzadas desde Cabo Cañaveral el 2 de marzo de 1972 y el 5 de abril de 1973 respectivamente. El hombre saluda, la mujer no. Carl Sagan convenció a la NASA de agregar la plancha, realizada por él mismo, Frank Drake y dibujada por Linda Salzman Sagan.
UN EXPEDIENTE MARAVILLOSO. El autor de este artículo parte de la presunción de que las declaraciones tomadas por personal policial se ajustan con más precisión a los hechos vividos, no solo por la presión psicológica que supone prestar testimonio a una autoridad sino por contraste, en conocimiento de las desprolijidades que cometen, por apuro o prejuicios, periodistas y ufológos. Los archivos policiales del caso Dique La Florida no fueron parte de ninguna “desclasificación oficial”, como se dijo. Sólo empezaron a circular. Este expediente era parte de grupos o personas vinculadas con el Center for UFO Studies (CUFOS). En los 80, la Comisión de Investigaciones Ufológicas (CIU), a la que pertenecieron Janosch y el editor de Factor, recibió una copia de esos archivos. Recién en esta ocasión Janosch se preguntó qué ocurrió en el cielo esa jornada que pudiera arrojar luz sobre el incidente.
AGRADECIMIENTO ESPECIAL. Al artista gráfico Ismana Art por autorizarnos el uso de su obra para ilustrar la portada. Recomendamos seguir y disfrutar de su trabajo en Instagram.
