Ojos que atacan, ojos que explotan, ojos que luchan
Hay ojos que miran, ojos que sueñan, ojos que llaman, ojos que esperan, ojos que ríen y ojos que lloran, como los que inspiraron a Miguel Unamuno. Este año los ojos cumplieron otras funciones: apuntar y tirar a otros ojos, hasta hacerlos estallar, y punteros láser que apuntaron a los ojos de los tiradores para disuadirlos y poder luchar, por derechos o por la libertad, un rato más.
Entre los ojos malheridos por los perdigonazos de la policía y los ojos alcanzados por el láser, hay fuerzas opuestas, irreconciliables. Es la lucha de clases, dirán algunos, manifestándose de maneras que hace algunos años, cuando la tecnología estaba fuera del alcance de las víctimas de las fuerzas de seguridad, era difícil de prever.
Pero de un lado y del otro de la mira hay un denominador común: todos son ojos humanos; unos acatando órdenes, que alguna vez no supieron de perdigones antidisturbios, escopetas, represión o cualquiera de esas mierdas y miraban al papá, a la abu y al maestro con esos ojitos compradores; los otros, los que están a la defensiva, también se hicieron grandes y ya saben de mandatos entrañables, ineludibles, como el hartazgo, el hambre o la furia.
Fueron más de trescientos los ojos perdidos, lesionados a causa de las balas de goma disparadas a corta distancia por Carabineros chilenos durante las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera; sirva de aliciente que las fuerzas represivas se debieron sentir como los Ejércitos de Hollywood repeliendo el ataque de un invasor alienígena.
El abaratamiento de las tecnologías y el ingenio popular han puesto a disposición punteros láser que ya son parte del kit de herramientas anti-antidisturbios: debidamente enfocados, malogran la puntería de la policía y enturbian cámaras; su eventual eficacia ha permitido a los manifestantes celebrar pequeñas victorias, entrecruzando rayos o solidarizándose espontáneamente, acoplándose en combates callejeros.
LAS COSAS A VECES NO SON LO QUE PARECEN. Este épico momento en que la multitud apiña su artillería contra un drone fue desmentida por un manifestante que tuiteó un video donde se advierte que se trató de un descenso controlado. Lanzó este baldazo de agua fría a la imagen de batalla high tech la revista Microsiervos. (Notó el detalle el amigo Lucas Cualquiera, a quien le agradecemos el link.)
En Hong Kong, China, la policía arrestó a manifestantes por posesión de punteros láser. “Son armas ofensivas, que podrían dañar los ojos de alguien”, acusaron. En Chile, los dispositivos, apuntados a helicópteros durante patrullajes aéreos sobre las manifestaciones son “un delito sancionado por el Código Aeronáutico, pues supone un riesgo para la seguridad del vuelo y la salud de los tripulantes”.
El Poder Judicial no se ha pronunciado aún sobre los ojos perdidos por la durísima represión. Según la Sociedad Chilena de Oftalmología, 294 manifestantes fueron atendidos por trauma ocular severo, muchos de los cuales han perdido totalmente uno de sus globos oculares. Esta emergencia sanitaria, sin precedentes en Chile, sugiere que la policía está incumpliendo los protocolos disparando perdigones y bombas lacrimógenas directo a la cara de los manifestantes.
Hace pocas semanas, un grupo de investigadores del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile analizó los balines que están cegando a los manifestantes y descubrió que el 80 por ciento del balín, mal llamado “perdigón”, está compuesto de materiales más densos, incluido plomo, “que incrementa su velocidad y lo hace ser tan duro como la rueda de una patineta”.
Para tener una idea de la dimensión atroz de la represión en Chile, solo en dos meses fue superado el récord de víctimas en un período de seis años: según un estudio de 2011 sobre el número de víctimas en el conflicto entre israelíes y palestinos encontró 154 casos de lesiones oculares durante choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad entre 1987 a 1993.
Otra señal que deja el año es la extensión global del encarnizamiento: han disparado a los ojos las fuerzas especiales de Francia, Palestina y Cataluña, por citar unas pocas regiones en conflicto.
Este blog alguna vez se preocupó ante la noticia según la cual algunos conspiranoicos usaban punteros láser para combatir aviones sospechados de “lanzar chemtrails sobre la poblacion”, una acusación que carece de todo respaldo fáctico, o en partidos de fútbol, donde algunos hinchas trataron de cegar a jugadores del equipo contrario.
En 2014, el FBI ofreció hasta US$ 10.000 de recompensa por información para llevar a prisión a cualquier persona que dirija un haz de láser a un avión. Carabineros retomó la línea, como se advierte en esta publicación:
Hoy el uso de punteros láser por parte de manifestantes, que tratan de evitar ser atacados o identificados por fuerzas de seguridad que disparan a la cara, merece otro encuadre. Hay casos donde el uso del dispositivo es defensivo y no solo ante el accionar a mansalva de armas evidentemente más destructivas; también son utilizados para poner freno al atropello de funcionarios del Estado ciegos de odio, con una superioridad de fuerzas claramente desproporcionada. «La intención de las fuerzas de seguridad chilenas es clara: lesionar a quienes se manifiestan para desincentivar la protesta, incluso llegando al extremo de usar la tortura y violencia sexual en contra de manifestantes», concluyó el informe de Amnistía Internacional tras su visita a Chile en noviembre de este año.
Por eso éstas son, para nosotros, las imágenes de 2019.
Fuentes: