En Semana Santa no llueven huevos ni conejos de chocolate, pero en una zona bastante definida de la atmósfera terrestre se precipitará la estación espacial china Tiangong-1 (palacio celeste 1, en mandarín). Algunos dicen que podría caer sobre territorio argentino. Pero más para buscar clicks que con ánimo preventivo. Enterate si en los próximos días deberás salir con paraguas de amianto.
¿Está justificado el alarmismo de ciertos medios? En realidad casi nunca hay razones para excusar al catastrofismo social inducido por medios que viven del miedo. Pero ¿existe alguna posibilidad de que la estación espacial Tiangong 1 caiga sobre superficie continental? Sí, aunque las chances son bajas. Y no es aconsejable hacer caso a las predicciones a menos de dos o tres días del evento: el margen de error es grande y, para estar seguros, habrá que esperar al menos un día para calcular el punto de llegada: estos artefactos se mueven muy rápido en una órbita baja (de alrededor 8 km/s).
SEMBRANDO INQUIETUDES. El periodista esperaba sembrar zozobra. A cambio, el experto Rubén Lianza anticipó en una didáctica explicación las circunstancias de la caída de la Estación Espacial China.
Si en cualquier medición siempre hay cierto grado de incertidumbre asociada, es más fácil calcular un lapso de reentrada preciso en vez de una ubicación de reingreso precisa. Según la inclinación de la estación espacial, puede asegurarse que reingresará en la atmósfera y caerá entre las latitudes 43 ° norte y 43 ° sur. Esta franja abarca muchas zonas habitadas, por ejemplo la mayor parte de los EEUU, China, India, España y norte de la Argentina.
Después están las ideas arquetípicas. Porque, al hablar de estaciones espaciales, nos viene en mente la ISS, que tiene una masa de 450 toneladas. Pues bien, el laboratorio orbital chino tiene, apenas, 8,5 toneladas, es decir, es algo más pesado que un satélite pero con un volumen que no es tan distinto al de otros artefactos que se incineran a diario en la atmósfera.
+ Tiangong 1 numérico
+ Se lanzó el 30 de septiembre de 2011.
+ Tiene 9 metros de longitud y un diámetro de 3,35 metros.
+ Tiangong 1 tiene 8,5 toneladas de masa, mientras que Skylab tuvo 74 toneladas y Salyut 7-Kosmos 1443, 40 toneladas.
+ 264 x 288 kilómetros: es la altura donde se hallaba en órbita el 1/1/2018.
+ Fue habitada por 6 astronautas de las misiones Shenzhou 9 y 10 en unos 15 días, entre 2012 y 2013.
+ 2 primeras mujeres astronautas chinas, Liu Yang y Wang Yaping, estuvieron ahí.
+ De 1 en 3.200: la probabilidad de que un artefacto orbital nos deje un chichón.
Tiangong-1 es el laboratorio espacial tripulado más pequeño que nunca antes se puso en órbita alrededor de la Tierra. La masa de estaciones espaciales soviéticas tipo DOS, como la Salyut, u OPS, Almaz, pesaron cerca de 20 toneladas. Es decir, tuvieron más del doble de masa, para no hablar de la estación Mir, lanzada en 2001, cuya masa es de 120 toneladas.
Es imposible descartar que algunos pedazos de la nave sobrevivan a la reentrada y caigan, algo abolladas, sobre la superficie. Pero el riesgo de que esto suceda es francamente muy bajo.
A lo mejor, nada de todo cuanto se dijo es suficiente para aventar temores. La idea de que una estación espacial pueda destruir nuestro edificio, interceptar nuestro vuelo o sorprendernos en una autopista provincial no es fácil de erradicar.
¿La verdad? Hasta ahora nadie murió o resultó gravemente herido porque le haya caído un pedazo de nave espacial en su cabeza.
Solo una vez, hasta donde sabemos, restos de basura espacial golpearon a una persona. En enero de 1997, Lottie Williams y dos amigas caminaban por un parque en Tulsa, Oklahoma.
Eran las 3:30 A.M cuando vieron caer una enorme bola de fuego. Lo que pensó era una bonita estrella fugaz se transformó en una experiencia espeluznante. Sintió un golpe en su hombro, “algo comparable al impacto de una lata de gaseosas vacía”, y comenzó a correr, convencida de que había aparecido alguien detrás de ella. Luego vio cómo se estrellaba contra el suelo “algo parecido a un pedazo de tela, salvo cuando lo tocabas, que sonaba metálico”. En el Centro de Estudios de Escombros Orbital y de Reingreso (CEEOR) confirmaron que la pieza era parte del tanque de combustible de un cohete Delta II, lanzado por los EE.UU. en 1996.
¿De qué depende la predicción del tiempo exacto de reingreso de la estación espacial?
Ese margen de incertidumbre está relacionado con
1) la variación significativa en la densidad de las capas superiores de la atmósfera
2) la orientación de la nave espacial a lo largo del tiempo, la exacta masa y composición material
y 3) incertidumbres en la ubicación exacta y la velocidad.
Todos estos cálculos serían ridículos si China ejerciera algún control sobre la reentrada de la estación. De hecho, hace algunos días circuló el rumor de que los propulsores del sistema de control de posición funcionaba (aunque parcialmente), lo cual permitiría acelerar el descenso de altura y mantener la orientación de la nave para que el rozamiento sea máximo y aumentar las probabilidades de que caiga en el océano. Pero la caída del Tiangong-1 está fuera de control y no se recuperará antes de la reentrada.
Si alguna pieza con cierto volumen llegara a sobrevivir, como los tanques de hidrazina, es de buen escéptico alertar a ufólogos, coleccionistas de basura espacial y otros curiosos que este combustible es altamente tóxico y cancerígeno y su contacto y olfato deben ser evitados a toda costa.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA), los componentes más resistentes sobrevivirán al infierno y se estrellarán contra la Tierra y las probabilidades de que una pieza de Tiangong-1 te parta la cabeza son menores a 1 en 300 trillones. Y hablando de probabilidades, lo más probable es que caiga en el océano.
Para completar este suscinto informe, una ventanita abierta al intinerario del Tiangong-1 en órbita, en tiempo real.
Antes de cerrar este post, la estación espacial china se encontraba a una altitud de 220 kilómetros, es decir, a casi la mitad de altua en la que se encuentra la Estación Espacial Internacional.
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