Nuruddin Salim Jahangir (1569 –1627) fue el cuarto emperador mogol, una elite musulmana que gobernó buena parte de la India entre el siglo 16 y la llegada de los ingleses. El historiador Adrián Viale reflota un documento que revela con detalle la pintoresca base de su fortuna: mascotas, pájaros y toneladas de oro. Ah, y gatos. Muchos gatos.
De acuerdo al «Tratado da Corte e Caza de Jamguir Pachá Rey dos Mogores» (*), escrito por un jesuita en la corte mogol de la India hacia 1610-1611, el emperador mogol Jahangir tenía:
– 5 mil elefantes,
– 12 mil caballos,
– 7 mil camellos,
– 7 mil bueyes,
– 800 mulas,
– 1500 gacelas de pelea,
– 100 leones,
– 200 chitas,
– 300 perros de caza,
– 200 cerdos domesticados,
– 1100 halcones de caza,
– 8 mil palomas,
– 500 ruiseñores y otras aves de canto,
– 200 gatos…
«Alimentar a los elefantes le costaba 2 millones de escudos por año, a los gatos 200. Pagar el salario de sus 40 mil empleados le costaba 200 mil. Las 800 mulas gastaban 20 mil escudos, los 100 leones 10 mil escudos, y las 1500 gacelas apenas 8 mil», resume Viale.
– 2 millones de escudos son 6800 kilos de oro por año, apostilla su erudito amigo Diego M. Santos a propósito de lo que debía pagar por la dieta de sus elefantes. ¡Eso es tener dinero!
Estos datos ya eran suficientemente tonificantes como para que ganaran un lugar en la sección respectiva de Factor 302.4. De todos modos fuimos por más.
El editor: – Si tenía más de cien esposas tenemos título.
A. Viale: –Tenía 500. Dice que cada vez que veía una mujer bella se casaba con ella, y de esta forma convertía mujeres de las más bajas castas en princesas, equivalentes a sus otras esposas.
Como se peleaban mucho entre ellas, sigue Viale, solía meterlas en una cárcel. Su preferida era Nur Jahan (1577–1645), una mujer mucho más lista que él y «verdadero poder detrás del trono» por más de 15 años, sobre todo desde que a Jahangir se le dio por el opio y el alcohol. Fue la única emperatriz mogol que tuvo una moneda acuñada con su nombre y era necesario su consentimiento para que los documentos u órdenes tuviesen validez legal. La pareja promovió el arte, la ciencia y la cultura persas. Y podríamos seguir, pero ahí queda algún enlace a tiro para quien desee cavar más hondo.
(*) Jorge Flores (ed.), The Mughal Padshah. A Jesuit Treatise on Emperor Jahangir’s Clourt and Household, Leiden, Brill, 2016, pp. 137-138 (trad. al inglés en pp. 97-98).
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