¿Qué tal si, si en vez de subir Moisés al Monte Sinaí, el encargado de recibir los Diez Mandamientos hubiese sido Charles Darwin? No, no es fácil imaginar al buenote de Charles imponiendo su agenda. Sí quizás resulta más fácil imaginárselo preguntando: “¡Ey todos! ¡Aquí, yo, el de barba blanca! ¿Qué onda ‘santificar las fiestas’? ¿Quién define cuándo es en vano y cuándo garpa invocar el nombre de dios? ¿Qué deberíamos hacer?”.
En general no recomiendo afiliarse a movimientos que te ofrezcan una Guía Total para la Vida. Pero si aparece un grupo laico que te dice “tratá a los demás como te gustaría ser tratado e intentá ponerte en su lugar y comprender su perspectiva” ¿no lo pensarías? Ya sería bastante en un momento como el actual, cuando tantos ateos, especialmente después de Charlie Hebdo, no dudan en invitarte a incendiar mezquitas.
La idea de los 10 mandamientos ateos surgió de una “creación colectiva” propuesta por dos escritores, Lex Bayer, ejecutivo de Airbnb, y John Figdor, un capellán humanista y filósofo de la Universidad de Stanford. Se les ocurrió cuando tuvieron que pensar una campaña para dar a conocer su libro Atheist Heart, Humanist Mind (“Corazón ateo, mente humanista”).
Lanzaron un concurso a quien quisiera enviar propuestas alternativas a los Antiguos Mandamientos, y un jurado integrado por 13 ateos famosos (como Adam Savage, conductor de Mythbusters y Robyn Blumner, directora ejecutiva de la Fundación Richard Dawkins) se ocupó de elegir los mejores diez entre 2.800 recibidos de 18 países y 27 entidades de los EE.UU.
Para hacerlo más tentador ofrecieron 10 mil dólares. Y el pasado 19 de Diciembre anunciaron los “principios” o “neo-mandamientos” elegidos, que fueron:
1. Tené la mente abierta y está listo a cambiar tus creencias si surge nueva evidencia.
2. Buscá entender qué es lo que es más probable que sea cierto en vez de creer lo que desearías que fuera cierto.
3. El método científico es la forma más confiable de entender el mundo natural.
4. Cada uno tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.
5. Dios no es necesario para ser una buena persona ni llevar una vida plena y significativa.
6. Sé consciente de las consecuencias de todas tus acciones y reconocé que debés hacerte responsable por ellos.
7. Tratá a los demás como te gustaría ser tratado e intentá ponerte en su lugar y comprender su perspectiva.
8. Tenemos la responsabilidad de considerar a los demás, incluidas las futuras generaciones.
9. No hay “una forma correcta” de vivir.
10. Hacé del mundo un lugar mejor a cómo lo encontraste.
No me interesan tanto las ideas con las que comulgan los autores; Bayer, por ejemplo, sostiene algunas más o menos extravagantes, como que “los seres humanos estamos programados para sentir compasión” o que “el método científico y la sabiduría de las masas” están destinadas a eliminar “las malas ideas”. Sí son interesantes, en cambio, los enunciados a los que llegaron a partir de aquella convocatoria. Particularmente porque algunos de estos principios sugieren manejarse en la vida con un respeto y una tolerancia que no son en absoluto habituales entre buena parte de los ateos que solemos sufrir en la vida diaria, en la vida online e, incluso, entre los que forman opinión a otros ateos.
¿Qué te parecieron los 10 Mandamientos Ateos? ¿Son dignos sucesores de los Mandamientos de Moisés o se te ocurren otros superadores?
PD: Repentinamente recordé una nota publicada en La Vanguardia en 2002 –que recogí en su día en Dios!– donde Fernando Savater reivindicaba la necesidad del “No matarás”; luego, en consideración a la creciente intervención de los medios en la configuración de la realidad, propuso ampliar el “No mentirás” con un “no informarás en vano” o “no informarás de manera sensacionalista ni engañosa, y no contarás cotilleos de tu prójimo” (las cuales, si estuvieran vigentes, obligarían a excomulgar a una enorme masa de empresarios y editores periodísticos). En esa misma nota hay otras ideas que vale la pena revisitar.