«(El padre Mario) Pantaleo fue alumno mío, en la década del ’50, de filosofía de la ciencia. Estaba aterrorizado por la materia. Lo tuve que aplazar porque se copiaba, se escondía el machete en la sotana. Me extrañó mucho. Un día, el cónsul en Costa Rica me mostró una foto de él y me dijo: ‘Este hombre es un santo’. ¡Ja! ‘Viejo conocido’, respondí.»
De la excelente entrevista que hizo Matías Loewy en Montreal al filósofo argentino Mario Bunge, en Newsweek Argentina de hoy. Sin desperdicio.