Una especie despiadada se ha apoderado del planeta azul. Se creen amorosos pero muchos de su especie, casi siempre los más poderosos, son profundamente egoístas. Se hacen llamar seres humanos. Al aterrizar tengan cuidado; a menudo atacan.
Este escenario fue poco tenido en cuenta en el estudio de Seth D. Baum, Jacob D. Haqq-Misra y Shawn D. Domagal-Goldman sobre el impacto que tendría sobre la humanidad un contacto con extraterrestres (en Acta Astronáutica, vol. 68, no. 11-12, junio-julio, pp 2114-2129). Sí fue considerada por los creativos de la agencia Saatchi & Saatchi, que, a pedido de SyFy, desarrollaron, en 2009, las ilustraciones que verás abajo.
Agencia: Saatchi&Saatchi
Director creativo: Agostino Toscana
Guionista: Luca Lorenzini
Director de arte: Luca Pannese
Ilustrador: Mike Koelsch
¿Que nuestra imaginación tiene demasiadas limitaciones porque no sabemos nada de extraterrestres de verdad? Sin duda. Pero ¿qué otra cosa se puede hacer sino imaginar escenarios posibles?
La campaña publicitaria de Saatchi parodia al Monstruo de la Laguna Negra, al cine de zombies y al de extraterrestres.
Una de las propuestas de los autores del trabajo sobre los posibles escenarios de contacto es «empezar a pensar desde la ciencia» cómo podría darse esta situación, con la salvedad de que nunca tendremos suficientes conocimientos antes de detectar a una real inteligencia extraterrestre. La iniciativa es extraordinaria y los ufólogos, sobre todo los que han intentado estimular el interés de los científicos, deberían estar de pie, aplaudiéndola en plenarios internacionales. Pero, al comienzo del trabajo, los autores aclaran que este contacto aún no se ha producido; es más, que hasta la fecha no hay evidencia sobre la existencia de extraterrestres. Ese párrafo basta para no ser bienvenidos por la religión ovni.
Por otro lado, admitamos que -hasta que no se presenten E.T. de verdad- las especulaciones científicas no serán muy diferentes de lo que imaginó hasta hoy la ciencia ficción.
Visto en The Inspiration Room por sugerencia de Matías Morey.