«La Espiga de Trigo había cambiado su legendario nombre por el más existencial Ya no somos los que éramos. Nadie dudaba de la audacia del gesto: algunos, sí, se atrevieron a dudar de su pertinencia. El nuevo nombre parecía destinado a espantar a la clientela cautiva, la que había hecho grande a la panadería, la que valoraba el respeto por ciertas marcas de estilo que, sumadas, determinaban una tradición.
«La ex Espiga de Trigo se convirtió en una panadería de vanguardia: las colchonetas en el suelo obligaban a los clientes a quitarse los zapatos al entrar. Una empleada solícita se encargaba de guardarlos en un viejo horno en desuso y de repartir números como si se tratara de un guardarropa. La empleada estaba vestida de riguroso y ceñido cuero negro, con una máscara de soldador que le cubría el rostro, y era el único ser humano que veían los clientes. El viejo mostrador había sido reemplazado por un paredón de cemento alisado con una puerta negra en el centro. Sobre el paredón habían colgado cuadros con fotos de los productos que ofrecía la panadería, nomenclados de acuerdo con un código alfánumerico. Las medialunas de grasa, por ejemplo, eran F 1; las de manteca, F2; los cañoncitos de dulce de leche, F3; los de crema pastelera, F4, y así. Cada vez que alguien entraba en Ya no somos… activaba un sensor que activaba a su vez a la liana que trasladaba el micrófono que los clientes debían utilizar para hacer los pedidos. Desde el sótano, un operador “atendía”. Alguien pedía, por ejemplo, 3 F1, 3 F2, 3 F3 y 3 F4, un cuarto de A1 (Flautitas) y un cuarto de A3 (Figazas). El operador armaba el pedido y lo colocaba sobre el montacarga. Cuando el montacarga llegaba a la superficie, la puerta que estaba en el centro del paredón se abría sola, el cliente recibía su pedido y la cuenta, y colocaba el dinero sobre una panera de mimbre. Si alguien tenía la pretensión de irse sin pagar, regresaba descalzo a su casa.»
(Fragmento del capítulo XVII de Evangelios y apócrifos, por Daniel Riera. La novela es presentada el jueves 20 de mayo, a las 19.30, en MU, Punto de Encuentro. Hipólito Yrigoyen 1440. Participan: Pablo Marchetti, Paco y Oliverio.)