Monstruos islámicos y los límites de lo extraño

En la versión ilustrada de un tratado árabe del siglo XIII desfila una bellísima legión de dioses, ángeles y demonios que comparten una cualidad que los hermana con otras criaturas imaginarias de Occidente: la tendencia a cruzar diversos animales. Este principio de diseño es uno de los temas que desarrolla Ricard Solé en su libro La lógica de los monstruos (Tusquets editores, 2016).

Seis demonios o genios. De una obra islámica impresa en la india en el siglo XVII.

“Las vacaciones de un adorador de monstruos son especialmente perturbadoras. Repasa sus repisas atiborradas de libros monstruosos sobre monstruos, los hojea con ojos vidriosos luminosos o asombrados hasta que echa mano a alguno de ellos: él sabe que si no son los escogidos para ser invocados o exorcizados, le susurrarán alguna guarangada de monstruo y vivirá en una pesadilla que no le permitirá volver a despertar. Su biblioteca está llena de revistas «Gente», «Hombre» y suplementos que exhiben sangrientos cortes de la espantosa anatomía humana.”

De Diario íntimo de un monstruo confeso, por S. Fitzgerald Hulk, 1962.

Por Alejandro Agostinelli

En las vacaciones pasadas, este humilde siervo de monstruos entregó parte de sus horas a la frugal lectura de La lógica de los monstruos, del científico catalán Ricard Solé. “¿Hay alternativas a la naturaleza tal como la conocemos?”, se pregunta el autor antes de desglosar una caravana de criaturas maravillosas, horripilantes, feroces y hasta milagrosas que nos fascinan o asustan desde la cultura, la ciencia, la religión y bajo el sombráculo de nuestros sueños.

Logica de monstruos — **La lógica de los monstruos.** Ricard Solé. Ed. Tusquets. Colección Metatemas. Buenos Aires-Barcelona, 2016. 256 páginas

No todo bicho horrendo es un monstruo en un sentido estricto. Las categorías de lo horrendo son, indudablemente, materia de controversia. Podrá ser acusado de ostentar cerebro de zombi, en cambio, quien limite la monstruosidad a fenómenos ajenos a lo humano: basta evocar la estampa de Trump y a otras criaturas del mundo real y la ficción para pensar que unos cuantos deberían ser obligados a mostrar el ombligo para despejar toda duda. Pero Solé es físico y biólogo, no psicólogo o sociólogo –aunque invade sin asco ambas disciplinas. Nuestro autor, que ya tiene dos obras anteriores, una sobre teoría de redes complejas y otra sobre biología sintética, se vale de diversas herramientas disponibles para tratar de comprender las formas de vida no convencionales, llámense sirenas, cíclopes, ciborgs o alienígenas. En ese plan desmenuza conceptos humanos muy útiles para saber más sobre lo extrahumano, como la descodificación de la estructura del ADN o la teoría de la evolución, y para descubrir por qué en el libro de la naturaleza tienden a presentarse ciertas pautas, estructuras y formas en vez de otras. Solé ofrece ejemplos que parecen al límite de lo posible y especula más allá del cerco a la imaginación que un paper podría imponer: a veces, para ofrecer una divulgación atractiva, hay que cruzar fronteras más que acomodarse dentro de los márgenes del universo conocido; vale la pena, incluso, a riesgo de derrapar.

El autor encuentra su ruta cuando expone la búsqueda de “un orden dentro de la monstruosidad” que encaró el biólogo Pere Alberch (1954-1998), un investigador que estudió un amplio repertorio de anomalías anatómicas para destacar que ciertas simetrías parecen repetirse. Las formas naturales que resultan del desarrollo de los embriones, sugirió, “están sometidas a reglas de organización que van más allá de lo que esperaríamos de una capacidad de explorar estructuras basadas en mutaciones genéticas”. En suma, no todo es posible. Esto achica el espectro de posibilidades por encima de la selección natural, que, según Solé, podría “no ser la responsable última de las estructuras que surgen a lo largo de la evolución”. Pero en la búsqueda de los límites de lo posible, escribe Solé, también hay que considerar lo imposible. Su libro, entonces, es un gran ensayo sobre el papel que juega la imaginación en la concepción de las ideas científicas.

El científico catalán entra en la fantástica historia real de la sirena disecada que compró en 1822 el marino británico Samuel D. Eades, que convenció a miles de londinenses de su realidad, acaso por su aspecto espantoso, contrario a la expectativa creada por una leyenda que condiciona a tropezar con mujeres hermosas con voz angelical y cola de pescado. O en leyendas como la de un enorme pulpo llamado Kraken por el que apostó su credibilidad científica el zoólogo Pierre Denys de Monfort (1722-1820), duramente atacado por sus contemporáneos al punto de perderlo todo. Cuando se halló el calamar gigante parecía que el tiempo le había dado la razón. Pero ya era demasiado tarde.

Solé también enseña que el mundo de los mitos y las leyendas es habitado por criaturas extraordinarias que, en las artes y en la literatura, observan un principio de diseño común: la tendencia a combinar figuras de los más diversos animales e incluso cruzar seres humanos con otros animales. Pese a un abanico de posibilidades que podría presumirse infinito, esta constante ha unido a lo largo de los siglos a toda clase de monstruos mitológicos. Cita ejemplos como el cíclope que aparece en la Ilíada o a Michael Wazowski, protagonista de Monsters Inc. de Pixar (y podríamos agregar a Leela, la piloto de Futurama, quien muestra que ser sexy no depende de la cantidad de ojos) o los bípedos con cabeza, sin torso ni brazos, de El Bosco o de Brueghel.

Repasábamos estos párrafos de Solé subrayados con flúo amarillo cuando nuestro amigo Adrián Viale nos acercó un curioso descubrimiento bibliográfico. Bueno, fue un descubrimiento para nosotros, aprendices en la escuelita del increíble Hulk. Entre los historiadores especializados en literatura islámica este libro es “el más popular y representativo en su género” (1).

Se trata de una versión ilustrada de Maravillas de las cosas creadas y aspectos milagrosos de las cosas existentes (‘Aja’ib al-makhlūqāt wa-al-gharā’ib mawjūdāt), un tratado árabe del siglo XIII escrito por Zakariya al-Qazwini (1283/682). La copia se hizo en 1537/944, quizá en el oeste de la India. No aparecen los nombres del editor ni del ilustrador.

El título hace referencia a un género de la literatura islámica clásica llamada “mirabilia” o “milagros de la creación”, temas cosmográficos, arquitectónicos, fenómenos naturales y geográficos que desafiaron la comprensión. Este tratado exploró una mezcla ecléctica de temas. Desde ejemplos de anatomía humana hasta extrañas criaturas míticas creadas a partir de animales –aunque también de plantas–, ligadas a constelaciones y signos zodiacales. El tratado fue muy popular y circuló por siglos en tanto persa y turco. Las imágenes (ver galería a continuación) corresponden a una traducción persa ilustrada que pudo llegar de la India mogol del siglo XVII. (2)

Solé explora en este libro la posibilidad de que exista una “sintaxis de las formas vivas” más allá del paradigma evolutivo tradicional. Y su libro, rebosante de casos, perspectivas originales, enfoques multidisciplinarios y citas al universo de la ciencia ficción, es un inspirador acicate a la imaginación y un salto al vacío, con paracaídas a estrenar, al horizonte del descubrimiento.

Fuentes consultadas:
1) Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.)
2) Public Domanin Review

CALIFICACIÓN:
Clasificación: 1 meñique fracturado: pésimo. 1 meñique: malo. 2 meñiques: regular. 3 meñiques: bueno. 4 meñiques: muy bueno. 5 meñiques: excelente.